Esta semana es posible que no haya crónica de la salida que sí se efectuó el sábado, y no porque fuera un paseo por el paseo marítimo, realmente fue sabrosa y divertida, hasta nueva en mayor o menor medida para algunos del grupo, y es que se me hace difícil escribir algo coherente con el estado de ánimo alterado por una noticia que pasó a la lista Tomeu el domingo noche antes de que me pusiera manos a la obra.
Según parece se quiere inaugurar un tramo restaurado del camí de Solleric con unas flamantes señales de “prohibido el paso para motos y bicicletas”. Y uno se pregunta cuál es la razón de tal desfachatez y solo se me ocurre una: que la apertura (forzosa) de ese camino no ha sido bien digerida por los propietarios de la finca por donde discurre ya que la afluencia de visitantes ha sido muy numerosa y eso ha alterado su estado de ánimo. Eso puedo llegar a entenderlo, han sido muchos años de aquí mando yo y eso ahora ha terminado con el agravante de que el camino rodea la casa pegado a las paredes exteriores con las molestias que eso conlleva, pero no es mi culpa, antes se hacía así y hay numerosos ejemplos repartidos por la isla.
El último caso sonado y muy semejante es el Fangar, en Manacor, donde finalmente se ha conseguido que se abrieran las barreras a costa, eso sí, de que se aceptara una variación del trazado para alejar el paso de la gente de las casas. En cambio en otros lugares la administración ha cedido descaradamente a las pretensiones de los propietarios modificando los trazados de forma exagerada, tal como en Son Fortuny o Son Forteza por ejemplo y en otros ni siquiera le abren la puerta al celador como en el Rafal o s'Empeltada.
Yo creo que ha sido esta celeridad administrativa la que ha removido los estómagos de los bikeros, ese querer maquillar de forma tan burda una decisión que no tiene ni pies ni cabeza ni se sostiene por argumento alguno; ese querer marcar a la gente de fuera como si fueran proscritos o delincuentes para calmar a los de dentro. O sea, el propietario que necesite pasar puede hacerlo con el vehículo que considere oportuno pero un visitante en bicicleta puede ser multado en un camino idóneo para un paseo cicloturista y apto para todas las edades.
La idea de crear una ruta GR aprovechando los caminos existentes, remodelando otros y salpicarla de refugios repartidos por la sierra como gran reclamo turístico yo creo que no ha cuajado. La ruta no está completa y los refugios han tardado años en inaugurarse. Y se partió de una idea fija contra la cual aún se está bregando, la ruta debía ser sólo para senderistas. Y no parece que se esté muy dispuesto a cambiar ese aspecto aún cuando una gran cantidad de usuarios de estas vías son bikeros. La evolución de las máquinas lo ha hecho posible, es mucho más cómodo y divertido circular ahora por los caminos de montaña que antes, por eso somos muchos más. Pero el medio sigue siendo básicamente el mismo, una máquina a tracción humana con dos ruedas de goma, el medio que en la ciudad se presenta como la alternativa más sana y ecologista es demonizado en la montaña por agresivo y transgresor.
La famosa red cicloturista no es más que una maraña de carreteras de tercer orden asfaltadas con algunas señales de bici presente y 40 que evidentemente no usan más que algunos turistas despistados precisamente en esta época, cuando aún no apetece tumbarse todo el día en la playa.
A día de hoy ya he leído comentarios de todo tipo sobre el tema en los foros y blogs bikeros pero únicamente de una de las partes y como por la parte contraria ya se ha dado por finalizado el procedimiento creo que solamente nos queda el recurso de la protesta directa y contundente. Sólo hace falta poner el día y la hora, el dónde lo sabemos.
Aunque no haya crónica de la salida sí que hay fotos.
Según parece se quiere inaugurar un tramo restaurado del camí de Solleric con unas flamantes señales de “prohibido el paso para motos y bicicletas”. Y uno se pregunta cuál es la razón de tal desfachatez y solo se me ocurre una: que la apertura (forzosa) de ese camino no ha sido bien digerida por los propietarios de la finca por donde discurre ya que la afluencia de visitantes ha sido muy numerosa y eso ha alterado su estado de ánimo. Eso puedo llegar a entenderlo, han sido muchos años de aquí mando yo y eso ahora ha terminado con el agravante de que el camino rodea la casa pegado a las paredes exteriores con las molestias que eso conlleva, pero no es mi culpa, antes se hacía así y hay numerosos ejemplos repartidos por la isla.
El último caso sonado y muy semejante es el Fangar, en Manacor, donde finalmente se ha conseguido que se abrieran las barreras a costa, eso sí, de que se aceptara una variación del trazado para alejar el paso de la gente de las casas. En cambio en otros lugares la administración ha cedido descaradamente a las pretensiones de los propietarios modificando los trazados de forma exagerada, tal como en Son Fortuny o Son Forteza por ejemplo y en otros ni siquiera le abren la puerta al celador como en el Rafal o s'Empeltada.
Yo creo que ha sido esta celeridad administrativa la que ha removido los estómagos de los bikeros, ese querer maquillar de forma tan burda una decisión que no tiene ni pies ni cabeza ni se sostiene por argumento alguno; ese querer marcar a la gente de fuera como si fueran proscritos o delincuentes para calmar a los de dentro. O sea, el propietario que necesite pasar puede hacerlo con el vehículo que considere oportuno pero un visitante en bicicleta puede ser multado en un camino idóneo para un paseo cicloturista y apto para todas las edades.
La idea de crear una ruta GR aprovechando los caminos existentes, remodelando otros y salpicarla de refugios repartidos por la sierra como gran reclamo turístico yo creo que no ha cuajado. La ruta no está completa y los refugios han tardado años en inaugurarse. Y se partió de una idea fija contra la cual aún se está bregando, la ruta debía ser sólo para senderistas. Y no parece que se esté muy dispuesto a cambiar ese aspecto aún cuando una gran cantidad de usuarios de estas vías son bikeros. La evolución de las máquinas lo ha hecho posible, es mucho más cómodo y divertido circular ahora por los caminos de montaña que antes, por eso somos muchos más. Pero el medio sigue siendo básicamente el mismo, una máquina a tracción humana con dos ruedas de goma, el medio que en la ciudad se presenta como la alternativa más sana y ecologista es demonizado en la montaña por agresivo y transgresor.
La famosa red cicloturista no es más que una maraña de carreteras de tercer orden asfaltadas con algunas señales de bici presente y 40 que evidentemente no usan más que algunos turistas despistados precisamente en esta época, cuando aún no apetece tumbarse todo el día en la playa.
A día de hoy ya he leído comentarios de todo tipo sobre el tema en los foros y blogs bikeros pero únicamente de una de las partes y como por la parte contraria ya se ha dado por finalizado el procedimiento creo que solamente nos queda el recurso de la protesta directa y contundente. Sólo hace falta poner el día y la hora, el dónde lo sabemos.
Aunque no haya crónica de la salida sí que hay fotos.