El excursionismo es una actividad en auge en todo el mundo y nuestra isla no es una excepción. Desde hace muchos años existen grupos organizados que han destacado en esta actividad deportiva. No los vamos a descubrir aquí. Fruto de ello ha surgido la necesidad de recopilar, ordenar y clasificar toda la información generada, con lo que la bibliografía sobre el tema es extensa y muy completa, y no solo gracias a los autores isleños; también los foráneos han aportado su visión, casi idílica, de nuestra tierra.
Pero a uno también le gusta montar en bici y quería comprobar cuan compatibles podrían llegar a ser estas dos aficiones. Por ello he querido presentar este trabajo de un modo diferente, es decir, no presentar la ruta sin más sobre un mapa partiendo de la base del cronómetro, sino crearlas a partir de unos itinerarios perfectamente localizables.
De todas maneras, lo único que he intentado es que sea un buen libro de consulta, que nos ayude a planificar las salidas y que nos sirva de base para preparar nuevos itinerarios a nuestro propio gusto y disfrute. Lo que se trata de ofrecer es una buena guía para poder disfrutar más si cabe, del ciclismo de montaña, mostrando distintas alternativas, con mayor o menor dificultad, pero siempre teniendo muy claro que lo que queremos practicar es CICLISMO DE MONTAÑA.
Esto no significa que enfoquemos esta actividad bajo una óptica profesional, es decir, orientada al entrenamiento, con constantes alusiones al cronómetro o al indicador de distancias. Nuestro enfoque es puramente aficionado, no nos interesa el tiempo que se tarda en recorrer cierto itinerario, sino lo que de él nos atrae y nos emociona.
Esto lo escribí ya hace tiempo. Y no he cambiado de opinión.
Pero a uno también le gusta montar en bici y quería comprobar cuan compatibles podrían llegar a ser estas dos aficiones. Por ello he querido presentar este trabajo de un modo diferente, es decir, no presentar la ruta sin más sobre un mapa partiendo de la base del cronómetro, sino crearlas a partir de unos itinerarios perfectamente localizables.
De todas maneras, lo único que he intentado es que sea un buen libro de consulta, que nos ayude a planificar las salidas y que nos sirva de base para preparar nuevos itinerarios a nuestro propio gusto y disfrute. Lo que se trata de ofrecer es una buena guía para poder disfrutar más si cabe, del ciclismo de montaña, mostrando distintas alternativas, con mayor o menor dificultad, pero siempre teniendo muy claro que lo que queremos practicar es CICLISMO DE MONTAÑA.
Esto no significa que enfoquemos esta actividad bajo una óptica profesional, es decir, orientada al entrenamiento, con constantes alusiones al cronómetro o al indicador de distancias. Nuestro enfoque es puramente aficionado, no nos interesa el tiempo que se tarda en recorrer cierto itinerario, sino lo que de él nos atrae y nos emociona.
Esto lo escribí ya hace tiempo. Y no he cambiado de opinión.