En estos días de calores he podido salir dos tardes y he aprovechado para rellenar algunos huecos que siempre quedan estéticamente mal cuando abres el mapa general de rutas, sabes que pueden reportar alguna sorpresa pero nunca encuentras el tiempo apropiado para despejar esas incógnitas. Además he tenido algunos contratiempos con los ordenadores, el de sobremesa le ha dado por no funcionar y sustituir el sistema operativo se ha convertido en una odisea y al portátil le falta fuelle para “mover” las últimas actualizaciones de los navegadores y se queda colgado a las primeras de cambio.
Pero resueltas las pegas he podido comprobar visualmente algunas carencias en tema de rutas y caminos. Una muy cercana es la zona de Son Gual situada en las últimas estribaciones del pla de Sant Jordi (no confundir con la de la entrada de Bunyolí), otrora una finca enorme actualmente se encuentra muy segregada habiéndose construido en sus tierras varias urbanizaciones y un campo de golf.
Está claro empero que el objetivo de mi visita no sería turístico, me interesa más lo que pueda recorrer en su interior. Vi que podría rodear el golf si pasaba por las casas, lo que no tenía claro es lo que haría después y salí a rodar solamente con esa intención por lo que cuando llegué allí y pregunté a uno de sus moradores, y en pocas palabras me dio largas muy educadamente, no me quedó otra que volver a la carretera a buscarme la vida por otro lado.
Me supo mal, la verdad, porque sobre el papel parecía buena opción (aunque habría que comprobarlo después) pero el tener que pasar por en medio del grupo de casas descarta otra posible incursión. Así que volví a atravesar la carretera y continué hacia Xorrigo prestando atención para encontrar una entrada buena por la zona sin tener que saltar varias barreras cerradas con su correspondiente empalizada de cerramiento.
Había entrado en otras incursiones anteriores y no tuve éxito por lo que no iba muy confiado así que iba recorriendo el cercado arriba y abajo pendiente de alguna entrada fuera legal o no. No la encontré pero he de decir que lo que vino después (oh, oh, oh) resultó de lo más provechoso, escandalosamente provechoso diría yo, pocas veces me he llevado tamaña sorpresa y volví a casa enormemente satisfecho. No fui el primero pero quién hace ascos a su primera vez? Yo desde luego no, y puedo decir que la disfruté a conciencia.
En cambio me quedaron cosas por ver en la vuelta, la segregación de las fincas y el repartimiento de tierras es tal en esa zona que hace casi imposible recordar todos los caminos y pasajes que existen por lo que no me quedó otra que volver el jueves única y exclusivamente a tomar notas y recorrer todos (o casi todos) los que me faltaban.
Quise volver a pasar por el Rafal y justamente me encontré a alguien que salía con un coche y no pude convencerle de que me dejara continuar, ni siquiera con la fútil promesa de que no saltaría ninguna pared ni rejilla, y muy amablemente me enseñó el portalón de salida.
Volví a aparecer por casa de un señor mayor al que había interrogado en alguna salida anterior y retomé el tema con otras cuestiones menores que no me habían quedado claras. El hombre es amable pero el perrillo no tenía compasión de mí y tuvo que encerrarlo en casa. Lo cierto es que me corrieron unos cuantos (todos los que estaban sueltos) por allí y alguno no era tan pequeño como ese.
Localicé el campo de tiro de can Guidet, que al parecer aún se utiliza aunque a mí, viéndolo de pasada, no me pareció gran cosa. Está junto a una fábrica y la balsa de agua depurada que utiliza la comunidad de regantes además del Pla de Sant Jordi, de Casa Blanca, Son Ferriol y es Pil.larí, hace ya muchos años que tuvo que adoptarse esta solución debido a la contaminación salina de los acuíferos de la zona por mor de la sobreexplotación.
La ventaja es que tiene acceso por la carretera de Sineu que es lo que a mí me interesaba realmente y no me causa impedimento alguno el tener que circular por ella ya que como hemos comentado en alguna ocasión anterior permite hacerlo más allá del arcén, solo mtb's claro.
Con estas dos salidas creo que se han cumplido con creces varios objetivos, no tan solo a nivel instructivo sino también físico, no es baladí el esfuerzo realizado aún sin haberme separado de la capital más que una docena de kilómetros en línea recta pero que tras acometer múltiples idas y venidas por la zona el total ha sido mucho mayor. Todo cuenta.
Pero resueltas las pegas he podido comprobar visualmente algunas carencias en tema de rutas y caminos. Una muy cercana es la zona de Son Gual situada en las últimas estribaciones del pla de Sant Jordi (no confundir con la de la entrada de Bunyolí), otrora una finca enorme actualmente se encuentra muy segregada habiéndose construido en sus tierras varias urbanizaciones y un campo de golf.
Está claro empero que el objetivo de mi visita no sería turístico, me interesa más lo que pueda recorrer en su interior. Vi que podría rodear el golf si pasaba por las casas, lo que no tenía claro es lo que haría después y salí a rodar solamente con esa intención por lo que cuando llegué allí y pregunté a uno de sus moradores, y en pocas palabras me dio largas muy educadamente, no me quedó otra que volver a la carretera a buscarme la vida por otro lado.
Me supo mal, la verdad, porque sobre el papel parecía buena opción (aunque habría que comprobarlo después) pero el tener que pasar por en medio del grupo de casas descarta otra posible incursión. Así que volví a atravesar la carretera y continué hacia Xorrigo prestando atención para encontrar una entrada buena por la zona sin tener que saltar varias barreras cerradas con su correspondiente empalizada de cerramiento.
Había entrado en otras incursiones anteriores y no tuve éxito por lo que no iba muy confiado así que iba recorriendo el cercado arriba y abajo pendiente de alguna entrada fuera legal o no. No la encontré pero he de decir que lo que vino después (oh, oh, oh) resultó de lo más provechoso, escandalosamente provechoso diría yo, pocas veces me he llevado tamaña sorpresa y volví a casa enormemente satisfecho. No fui el primero pero quién hace ascos a su primera vez? Yo desde luego no, y puedo decir que la disfruté a conciencia.
En cambio me quedaron cosas por ver en la vuelta, la segregación de las fincas y el repartimiento de tierras es tal en esa zona que hace casi imposible recordar todos los caminos y pasajes que existen por lo que no me quedó otra que volver el jueves única y exclusivamente a tomar notas y recorrer todos (o casi todos) los que me faltaban.
Quise volver a pasar por el Rafal y justamente me encontré a alguien que salía con un coche y no pude convencerle de que me dejara continuar, ni siquiera con la fútil promesa de que no saltaría ninguna pared ni rejilla, y muy amablemente me enseñó el portalón de salida.
Volví a aparecer por casa de un señor mayor al que había interrogado en alguna salida anterior y retomé el tema con otras cuestiones menores que no me habían quedado claras. El hombre es amable pero el perrillo no tenía compasión de mí y tuvo que encerrarlo en casa. Lo cierto es que me corrieron unos cuantos (todos los que estaban sueltos) por allí y alguno no era tan pequeño como ese.
Localicé el campo de tiro de can Guidet, que al parecer aún se utiliza aunque a mí, viéndolo de pasada, no me pareció gran cosa. Está junto a una fábrica y la balsa de agua depurada que utiliza la comunidad de regantes además del Pla de Sant Jordi, de Casa Blanca, Son Ferriol y es Pil.larí, hace ya muchos años que tuvo que adoptarse esta solución debido a la contaminación salina de los acuíferos de la zona por mor de la sobreexplotación.
La ventaja es que tiene acceso por la carretera de Sineu que es lo que a mí me interesaba realmente y no me causa impedimento alguno el tener que circular por ella ya que como hemos comentado en alguna ocasión anterior permite hacerlo más allá del arcén, solo mtb's claro.
Con estas dos salidas creo que se han cumplido con creces varios objetivos, no tan solo a nivel instructivo sino también físico, no es baladí el esfuerzo realizado aún sin haberme separado de la capital más que una docena de kilómetros en línea recta pero que tras acometer múltiples idas y venidas por la zona el total ha sido mucho mayor. Todo cuenta.