Ruta 55 revisitada

Se supone que si uno se toma las molestias (entre comillas) de visitar una zona desconocida semana tras semana es por algo, que hay algo más que el simple hecho de pedalear por pedalear, bien pudiera ser que se intenta conseguir un plan de objetivos fijado de antemano y es condición indispensable para conseguirlo el mejorar la forma física y seguir un plan de entrenamiento más o menos estricto, no es mi caso por diversas cuestiones, horarios, pereza, otros quehaceres, todo cuenta. Más bien me centro en poder articular una ruta ciclable, lógicamente ¿porqué si no el ir en bici?, a partir de los diversos itinerarios que se van encontrando y recorriendo, lo que ahora podría decirse como “ponerlos en valor”; vanas excusas de un petao, seguro que más de uno ha pensado en alguna ocasión, razón no le falta tampoco.

Quizás por eso, solo quizás, no me sentía del todo inspirado en escribir una crónica digna (si es que alguna vez eso ha sucedido) de lo acontecido la semana pasada, una semana rara, con una fiesta a final de semana conformando un fin de semana largo que cada uno aprovechó como pudo o quiso. Mi plan era salir cada día de ese finde pero con salidas muy cortas, de no más de dos horas, para empezar bien el día y cumplir contento el resto con los compromisos. De los tres días salí dos, viernes y sábado, y subí Bunyolí y Coll des Pastors respectivamente. En la barrera de abajo de Bunyolí me pasaron dos bikeros a los que no volví a ver aunque el primero no llegó a la barrera y el segundo pasó de largo, eso me lo contaron los que allí estaban, David, Bictorrr y Rafel, de los MIR team, no continuaban, iban de series por el dh, yo me hice la primera con ellos hasta el cruce del camino y ahí nos despedimos, ellos arriba otra vez y yo hacia abajo desechando la bajada principal para tomar la alternativa.

Sin percances llegué a la barrera y emprendí la vuelta a casa con lo que daba por finiquitada la salida por ese día y la del día siguiente no fue gran cosa más, crucé la ciudad por el carril bici para dirigirme a Génova y subir hasta el monumento de la Virgen de la Inmaculada Concepción (lo recalco para los que ven allí un cristo, que los hay), tramo más que resabido, y otro tanto el que le sigue hasta el coll des Pastors. Un nutrido grupo de bikeros estaba allí congregado (en el monumento) y con la poca xerrera que llevaba pasé por en medio sin parar y no lo hice hasta el cruce de caminos donde me senté a verlas venir como quién dice. La verdad es que no tenía más ganas de continuar, todo lo que tenía por delante era ya bajada (exceptuando el último repecho hasta la cuesta de hormigón) y hubiera continuado con gusto algunos tramos más de subida antes de volver pero es físicamente imposible desde ese punto y constatar ese hecho me quitó las ganas, por eso estuve por allí más tiempo del estrictamente necesario y ví pasar a media Palma por delante, llegaron los bikeros con su variopinto catálogo de bicis que iban desde las eléctricas hasta las de descenso con todos los modelos intermedios. Sus ganas de charla eran tan exiguas como las mías así que cada uno por su lado estuvimos muy bien. Los excursionistas, paseantes, corredores, cazadores y moteros que coincidieron con nosotros en un momento dado en un mismo punto plasmaron un cuadro casi agobiante del panorama así que cogí los bártulos y me marché por donde había venido.

El domingo, aunque contaba en la previsión como hábil, al final entre pitos y flautas no salí, y aunque no sea esta la expresión más idónea, el resultado fue el mismo aunque dios me libre ahora si de esta situación expreso aquí una queja, simplemente expongo aquí las consecuencias.

Bueno, hasta aquí la introducción a la crónica de la salida de hoy, una parrafada que nada tiene que ver con este evento, por otra parte, considerémoslo casi como una crónica retrasada, las musas atacan a uno cuando les apetece aunque eso es más que evidente visto el paño. Disfrutad de la tarde!!!


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