Dos en uno

Estamos mogollón en el aparcamiento del Port d’Andratx, quizás demasiados, el efecto llamada ha resonado en muchos rincones de la isla a través de diversos medios y la participación es muy numerosa aunque en este caso contamos con varios guías de la zona que se han currado la ruta en los días previos y parece que no habrá problemas en ese sentido aunque todo puede pasar.

El tema es que había comentado con Sito el porqué de empezar desde el puerto y no desde el pueblo, nunca he hecho una salida mía desde allí, me parece innecesario hacer ese trayecto en vehículo pero como casi todo en esta vida, todo tiene un porqué aunque no lo sabría hasta el final.

La cosa empezó bien porque a pesar de tener que ir al pueblo lo hicimos por los entresijos del lugar, rodando muy poco por los caminos radiales y utilizando varios ramales transversales inéditos poniendo la ruta muy interesante ya desde el principio. Hicimos la subida típica por la Coma Freda y posterior desvío por el camí de So na Vidala y otro más hacia el Badaluc, al final de este vendría lo nuevo, lo que me creía sería una bajada visto sobre un mapa satelital resultó ser un sendero de empalme a la pista que sube al puig d’en Tonet, y sube con fuerza, no es baladí. En la cima se encuentran varias construcciones, dos torres cilíndricas y varios cercados o corrales con muro de piedra de utilidad desconocida, no esperaba encontrarme eso ahí, como tampoco algún bikero que reconocí y con el que tengo relación pero que nunca habíamos coincidido en ninguna ruta, cosas de la bici.

Se preveía una bajada interesante al menos hasta enlazar con el camino de carro que nos dejó en la entrada de s’Arracó a punto de tirar recto para ir a buscar el camí de ses Rotes de s’Hereu volteando por la barriada de Son Guiem hacia es Castell y la font des Bosc uniendo diversos itinerarios en un solo. La intención es que cuando lleguemos al camino principal, junto can Còrso, descendamos un par de curvas y nos desviemos por un enlace transversal que conocía en parte ya que a la mitad nos desviamos hacia can Farineta en lugar de seguir recto y así resultó que bajamos en lugar de subir por el camí des Castellàs lo cual casi siempre se agradece. Arnaud estaba pendiente en el cruce del torrente para que no nos equivocáramos en tomar el enlace correcto con el cementerio en lugar del que se dirige al pueblo, bueno es conocerlo pero hoy nos interesaba el sendero ya que nos dirigíamos hacia Sant Elm, y ahí es donde volví a equivocarme ya que confundí el sentido de la marcha sobre la traza que me enviaron, el hecho es que debíamos cruzar la carretera para dirigirnos hacia Son Vic y aunque hay una pista buena nos regalaron una divertida variante pero donde justamente coincidimos con unos moteros que la hacían en sentido contrario y parece que no quedó claro quién tenía que pasar primero.

Me emocioné cuando llegamos al camino principal porque entendí que la ruta continuaba por los tres Picons, interesante sendero facilón con unas vistas impresionantes y una última parte que te pone en tu sitio, las vistas las vimos pero no la trialera, nos desviamos hacia la Plana de la Pineta hasta alcanzar el final de la pista, paraje privilegiado para contemplar la costa de Sant Elm y la Dragonera. Vuelta divertida por el sendero para ir a buscar la bajada directa a la carretera con la última guinda por el torrente para tocar el menos asfalto posible, bien pensado.

Parada y fonda en un colmado para repostar y ahí pude hacer recuento del grupo, sobre los 25 éramos, no me quedó claro porque algunos se desperdigaron por aquello de la distancia de seguridad pero más o menos fuimos esos. Salida un poco caótica ya que en principio los guías habían decidido incluir la visita al menos a la torre de la Cala en Basset con una salida de la población por los pinares y entre que se formaron varios grupos y que tomamos direcciones diferentes pronto dejamos de estar a la vista unos de otros. Íbamos seis o siete con Arnaud y en el desvío de la cala quiso comprobar dónde estaba el resto y llamó por teléfono a Papito y éste le confirmó el cambio de ruta, no se iba a la torre, regresábamos. Este cambio de parecer disgustó bastante al guía ya que nos podría haber obligado a seguir adelante confiando en que se seguía el plan original cuando no era así, su previsión hizo que se quedara todo como simple anécdota.

El tema es que creíamos que íbamos los últimos, lo que nos obligaba a no aflojar el paso y aunque pista, siempre tira hacia arriba y eso no es ir precisamente cómodos. La sorpresa es que no había nadie en la explanada del cementerio, muy raro que los de delante hubieran continuado sin nosotros y tras esperar unos minutos de incertidumbre arrancamos pero alguien vislumbró por el rabillo del ojo que se acercaba alguien, que ostias, todos los demás, resulta que a pesar de partir antes habían alargado la salida por las calles y habíamos tomado la delantera sin saberlo, caso resuelto.

Segundo pase por el sendero de antes, el de las motos, pero esta vez sin su presencia donde cada uno pudo demostrar su saber hacer, lo bueno es que hay más, en lugar de continuar hacia la pista se puede ir hacia la carretera a través de un circuitillo de descenso que han medio montado con algunas rampas y saltos antes de salir al pavimento. Ahora sí que no queda más remedio que circular por asfalto unos metros pero antes de llegar a la rotonda nos desvían por un camino lateral y al final entramos en el torrent de sa Capella, este es el torrente que días atrás habían limpiado de cañas para poder pasar y que te exime de volver por carretera, estupenda elección ya que se puede circular completamente hasta enlazar otra vez con el camí de can Pericasses y aparecer ya en la llanura, pero no todo fue como esperaba ya que en un momento dado hicimos un alto para entrar por una barrera en una finca, allí nos esperaban a mesa puesta para el brindis de rigor y celebrar el cambio de estado civil del sherpa, muy buena sorpresa y buena ruta, todo el mismo día. Salud!!!


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