Ya que no salimos, escribimos, y vamos a contar la última salida, que no es la de la semana pasada sino la de hace dos con otro sábado de por medio sin tocar pedales, al menos de los que mueven la bici porque alguna sesión de rodillo sí que he hecho pero como son rústicos no llevan electrónica incorporada, entonces no cuenta, centrémonos pues en la salida de verdad.
No sé que pasó exactamente en el grupo durante la semana lo cierto es que me enviaron un mensaje a finales de semana avisándome de la ruta propuesta, comuna de bunyola, cabra y volver por Coanegra saliendo desde Palma, no me parece mal, es más, me parece perfecto. Tampoco sé quién va a venir, me tengo que reunir con Fibras en el ocimax aunque en honor a la verdad se había quedado en otro lado, no muy lejos pero no era allí. Reunidos nos vamos, somos pocos, Carlos, Cristóbal y Virutas si no recuerdo mal, faltaba Papito que se presentó más tarde y nos pilló ya de camino, creo que no había nadie más.
La cosa era acercarse a Son Sardina aunque entramos en el camí de Passatemps ya fuera del pueblo después de circular unos minutos por el carril adyacente a la carretera de Valldemossa, vamos tranquilos en todo ese recorrido y tiramos hacia el área recreativa de Caubet para meternos en el bosquecillo, por allí encontramos a Miquel Ángel acompañando a un grupo de bikeros que también se dirigían al mismo sitio, seguramente volveríamos a vernos por la montaña.
Como el grupo no quiso cruzar el aparcamiento del hospital y lo rodearon por el sendero superior los pasé delante y ya no paré hasta la barrera del desvío del comellar donde los esperé, la verdad es que creía que me cogerían antes de llegar al pueblo pero se ve que no se esforzaron mucho, de todas maneras de lo que me di cuenta subiendo es de que iba frito, realmente frito y hubiera dado igual que hubiera seguido por la pista en lugar del camino de carro, donde no hay no busques. El otro grupo me pilló subiendo el penyal, ni siquiera me atreví a coger el atajo y en la última rampa tuve que poner pie a tierra, eso fue la puntilla que colmó mi paciencia, de nada sirvió ver a otros en mi misma situación, ahí hay que llegar montado siempre, y por eso decidí abortar la ruta, realmente no porque dudara de poder realizarla sino porque estaba seguro de que no la iba a disfrutar, son dos bajadas muy exigentes que exigen máxima atención, lo que tú pones ellas te devuelven y yo iba medio zombi, mejor dejarlo ahí y así lo hicimos.
El grupito de Miquel no estaba lejos cuando arranqué, de hecho pasé a algunos bajando pero unos metros antes de llegar a la zona hormigonada noté que había pinchado, no lo hubiera dicho pero así era y tuve que parar a cambiar cámara y en esas estaba cuando pasó un antiguo compañero de rutas a toda leche, recalco este detalle porque nos habíamos encontrado con bastantes bikeros, casi todos con bicis de rally, subiendo y bajando y es que estaban de entreno, al parecer el fin de semana siguiente se iba a celebrar por allí una carrera, algo de una extrem me comentaron, sea como fuere no pienso aparecer, lo único que quiero ahora es volver a montar la rueda y llegar hasta las mesas de picnic, ni bosque encantado ni leches, menos aún las bajadas más complicadas, me inclino por la coma gran por aquello de que es la más facilona y la que menos me va exigir, ni pedalear quiero.
El tema es que en las bajadas, sobre todo si son largas como la que nos ocupa, llega un momento en que la adrenalina hace su efecto y el afán por superarte te inunda aunque hubiera apostado algo gordo que no fue el caso pero cual fue mi sorpresa cuando la aplicación que ya sabemos me mostró los resultados, 2 PR en los dos tramos y además con bastante holgura, no era el caso de que solamente hay una diferencia de unos pocos segundos lo que te confirma que ya estás en tu tope, fueron bastantes, de ahí mi incredulidad inicial, a ver, no es que no me lo crea es que no me imagino lo mal que debí hacerlo en ocasiones anteriores, y eso que seguramente acabé mucho más contento que en ésta, ¿a qué se debe entonces esa variación de resultados? ¿se trata solamente de una percepción diferente del riesgo debido a mi estado físico? Es que normalmente sientes la mejora, se notan cambios en la fluidez y la velocidad y esperas que eso repercuta en el tiempo total pero es que allí fue lo contrario, no es que bajara asustado o cohibido pero tampoco alegre ni a saco, de ahí la sorpresa.
Ya que lo que me quedaba desde la carretera era cuesta abajo hasta la ciudad decidí no volver directo y voltear un poco por cas Capellers primero y me sonó a nuevo, y si no lo era debía hacer muchos meses que no pasaba por allí y pese a volver por el camí de Muntanya obvié la vuelta directa por Son Macià para ir a buscar la ruta Coanegra, no la misma que estarían recorriendo en esos momentos los compañeros pero sí al menos compartiendo torrente y así lo tienen reflejado los carteles que han instalado a lo largo de esta ruta, empecé desde el polígono y la pude seguir sin problemas hasta el Pont d’Inca cruzando después desde el Pinaret a Son Gibert entrando ya de lleno en la zona urbanizada de la ciudad.
Ruta atípica por el hecho de variar el recorrido entre medias, se ha dado pocas veces ese detalle, normalmente suele haber otras excusas más relevantes, me paso de la hora, el cambio está petado, he foradat, y algunas otras igual de válidas pero abandonar por puro cansancio, menos mal que pocas, afortunadamente, pero en esta ocasión la cabra ni olerla.
No sé que pasó exactamente en el grupo durante la semana lo cierto es que me enviaron un mensaje a finales de semana avisándome de la ruta propuesta, comuna de bunyola, cabra y volver por Coanegra saliendo desde Palma, no me parece mal, es más, me parece perfecto. Tampoco sé quién va a venir, me tengo que reunir con Fibras en el ocimax aunque en honor a la verdad se había quedado en otro lado, no muy lejos pero no era allí. Reunidos nos vamos, somos pocos, Carlos, Cristóbal y Virutas si no recuerdo mal, faltaba Papito que se presentó más tarde y nos pilló ya de camino, creo que no había nadie más.
La cosa era acercarse a Son Sardina aunque entramos en el camí de Passatemps ya fuera del pueblo después de circular unos minutos por el carril adyacente a la carretera de Valldemossa, vamos tranquilos en todo ese recorrido y tiramos hacia el área recreativa de Caubet para meternos en el bosquecillo, por allí encontramos a Miquel Ángel acompañando a un grupo de bikeros que también se dirigían al mismo sitio, seguramente volveríamos a vernos por la montaña.
Como el grupo no quiso cruzar el aparcamiento del hospital y lo rodearon por el sendero superior los pasé delante y ya no paré hasta la barrera del desvío del comellar donde los esperé, la verdad es que creía que me cogerían antes de llegar al pueblo pero se ve que no se esforzaron mucho, de todas maneras de lo que me di cuenta subiendo es de que iba frito, realmente frito y hubiera dado igual que hubiera seguido por la pista en lugar del camino de carro, donde no hay no busques. El otro grupo me pilló subiendo el penyal, ni siquiera me atreví a coger el atajo y en la última rampa tuve que poner pie a tierra, eso fue la puntilla que colmó mi paciencia, de nada sirvió ver a otros en mi misma situación, ahí hay que llegar montado siempre, y por eso decidí abortar la ruta, realmente no porque dudara de poder realizarla sino porque estaba seguro de que no la iba a disfrutar, son dos bajadas muy exigentes que exigen máxima atención, lo que tú pones ellas te devuelven y yo iba medio zombi, mejor dejarlo ahí y así lo hicimos.
El grupito de Miquel no estaba lejos cuando arranqué, de hecho pasé a algunos bajando pero unos metros antes de llegar a la zona hormigonada noté que había pinchado, no lo hubiera dicho pero así era y tuve que parar a cambiar cámara y en esas estaba cuando pasó un antiguo compañero de rutas a toda leche, recalco este detalle porque nos habíamos encontrado con bastantes bikeros, casi todos con bicis de rally, subiendo y bajando y es que estaban de entreno, al parecer el fin de semana siguiente se iba a celebrar por allí una carrera, algo de una extrem me comentaron, sea como fuere no pienso aparecer, lo único que quiero ahora es volver a montar la rueda y llegar hasta las mesas de picnic, ni bosque encantado ni leches, menos aún las bajadas más complicadas, me inclino por la coma gran por aquello de que es la más facilona y la que menos me va exigir, ni pedalear quiero.
El tema es que en las bajadas, sobre todo si son largas como la que nos ocupa, llega un momento en que la adrenalina hace su efecto y el afán por superarte te inunda aunque hubiera apostado algo gordo que no fue el caso pero cual fue mi sorpresa cuando la aplicación que ya sabemos me mostró los resultados, 2 PR en los dos tramos y además con bastante holgura, no era el caso de que solamente hay una diferencia de unos pocos segundos lo que te confirma que ya estás en tu tope, fueron bastantes, de ahí mi incredulidad inicial, a ver, no es que no me lo crea es que no me imagino lo mal que debí hacerlo en ocasiones anteriores, y eso que seguramente acabé mucho más contento que en ésta, ¿a qué se debe entonces esa variación de resultados? ¿se trata solamente de una percepción diferente del riesgo debido a mi estado físico? Es que normalmente sientes la mejora, se notan cambios en la fluidez y la velocidad y esperas que eso repercuta en el tiempo total pero es que allí fue lo contrario, no es que bajara asustado o cohibido pero tampoco alegre ni a saco, de ahí la sorpresa.
Ya que lo que me quedaba desde la carretera era cuesta abajo hasta la ciudad decidí no volver directo y voltear un poco por cas Capellers primero y me sonó a nuevo, y si no lo era debía hacer muchos meses que no pasaba por allí y pese a volver por el camí de Muntanya obvié la vuelta directa por Son Macià para ir a buscar la ruta Coanegra, no la misma que estarían recorriendo en esos momentos los compañeros pero sí al menos compartiendo torrente y así lo tienen reflejado los carteles que han instalado a lo largo de esta ruta, empecé desde el polígono y la pude seguir sin problemas hasta el Pont d’Inca cruzando después desde el Pinaret a Son Gibert entrando ya de lleno en la zona urbanizada de la ciudad.
Ruta atípica por el hecho de variar el recorrido entre medias, se ha dado pocas veces ese detalle, normalmente suele haber otras excusas más relevantes, me paso de la hora, el cambio está petado, he foradat, y algunas otras igual de válidas pero abandonar por puro cansancio, menos mal que pocas, afortunadamente, pero en esta ocasión la cabra ni olerla.
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