La singladura

La cosa va en serio, la gente quiere ir a los cingles de Son Rullán y han preparado una salidita por la zona y no me la quiero perder, tendría que mirar en los papeles cuando fue la última vez que los bajé ya que en las últimas ocasiones siempre he pasado de largo o ni siquiera he llegado al desvío, o sea que ya tocaba.

Como viene siendo habitual llegamos los primeros Sito y yo para que tenga algo de tiempo para preparar la intro del video correspondiente mientras van llegando los integrantes del grupo, hay algunos nuevos que se van presentando y también los más asiduos reclaman su espacio, la cosa es que volvemos a pardalear en la partida, lo cierto es que lo que tengamos que decirnos lo podemos decir pedaleando y me dispongo a dar ejemplo, tiempo y camino hay para reagruparnos. Hablando del camino, se supone que todo el mundo que va en mtb sabe a cual me estoy refiriendo pero aunque parezca obvio no siempre es así ni mucho menos, digamos que se trata del que sube al Teix por els Cairats en primera instancia, y es en su tramo público donde la cosa se complica y de qué manera aunque las sensaciones fueron bastante buenas, no perfectas pero sí buenas y se puede decir que siguieron de la misma guisa en todo el recorrido posterior por las alturas, me conformaría estar satisfecho solo la mitad en lo que resta de ruta hasta Deià.

Me enteré por allí que la ruta nos debía llevar hasta el mismo llogaret de s’Estaca, lo condicioné al horario pero más a las ganas de hacerlo que a lo primero así que no me preocupé en exceso divagando sobre el tema y me concentré en realizar la mejor bajada posible dentro de mis posibilidades y saber hacer, que lo lograra ya es harina de otro costal pero al menos la acabé contento. Papito había bajado el primero y no había hecho paradas de reagrupamiento y se suponía que estaba en la carretera esperando y aún así paramos al empalmar con el camino de carro final pero no me quise meter donde no me llamaban así que esperé que alguien diera el sús para levantarme y partir y una vez en la carretera y reunido el grupo nos dispusimos a recorrer unos cuantos kilómetros de asfalto hasta el desvío a tomar y encontré a gente parada en el aparcamiento del hotel que tampoco entendí muy bien porqué si ya había otros esperando más adelante en el inicio del camino de bajada. Yo allí planteé mi negativa a bajar y no era por el horario ni por la subida final por carretera, no, no fue por eso, quería darle carpetazo al tema del camí de s’Escolta que no había podido solventar el día de la Comuna cuando teníamos tiempo suficiente para hacerlo y se me había quedado medio atravesado el asunto, otros tampoco bajaron por diferentes motivos pero Juan G. sí quiso venir a verlo y hacia allá que nos fuimos.

Realmente no conocía su nuevo inicio, lo que sabía es que no se pasa por delante del chalé nuevo y eso ya quita un mirador de la colección, encontramos rápido la entrada circulando a continuación por un sendero moderno que va a desembocar directamente junto a una barrera empotrada en una pared, ése era el sitio donde una vez nos costó dios y cristo pasar y solo para que la (supongo) propietaria de una casa de las cercanías nos atizara el perraco, ahora se ve que está más calmada y la barrera está abierta y el paso franco con toda la zona despejada. Sigue a continuación un espectacular camino que va bordeando el acantilado con unos miradores a modo de vigía, finalidad por la que fue realmente construido en ese lugar. Nosotros íbamos rodando tranquilamente sorteando a gente que pasaba el día por allí y deteniéndonos en los miradores para poder captar mejor los detalles de todo el paisaje que se extiende a tus pies hasta que llegamos a la enorme pared que no se sabe muy bien qué cierra y dejamos de lado la bajada a la carretera del puerto para volver por el sendero abierto que ya conocía de una vez que vine con otro Juan aunque él no quiso recorrerlo y volvió a Palma en solitario dejándome a mí todos los honores.

Solo nos quedaba llegar al pueblo y aprovechamos el nuevo pero inacabado itinerario senderista que va paralelo a la vía, aún falta un tramo antes de llegar a la gasolinera que no estará rematado hasta que finalicen el nuevo muro que están levantando unos metros más atrás ya que los plátanos del arcén ocupan todo el espacio disponible, tampoco han colocado los pasos de los torrentes aunque no se les puede exigir nada, o eso es lo que quiero creer, no conozco las compensaciones por parte de las administraciones si es que las hay.

Paradita en una mesa del paseo con Papito que está intentando acabar con las reservas 0,0 del bar mientras esperamos al resto y lo que pasó es que alargamos la estancia en demasía y encontramos al grupo en el aparcamiento disputándose ya las últimas migajas de la coca casera, suerte tuve de hacerme con un pedazo.

No llegué hasta allí con mi bici, lo hice sobre una eléctrica, mala decisión según algunos, y me voy a permitir no dar mi opinión al respecto sobre este asunto, lo único que quiero comentar, y que me parece relevante, es de que parece que se quiere imponer, quizás inconscientemente o quizás no, la norma de que hay que adjetivar las bicis, es decir, hay bicis eléctricas y por contra, musculares, y esto se va oyendo de cada día más, pues no, no porqué algunas tengan motor las otras tienen músculo, la mía es bici a secas, como toda la vida ha sido así, sin aditamentos ni pendejadas, a fuerza bruta mientras dure.


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