De fisgoneo

Empezamos diciembre con ruta, que ya es mucho decir pese a tener que apechugar con varios condicionantes de inicio, el más significativo, la disponibilidad, ello implica el tener que asegurarme una perfecta localización en caso de requerirse mis servicios, y casi siempre suele implicar una ruta más rodadora que otra cosa pero en esta ocasión quiero añadir una guinda y que sea una que no pruebo desde hace tiempo y que me va a venir al pelo para comprobar una serie de cuestiones.

Así que partimos en solitario hacia la Indioteria para cruzar hasta Son Macià y esta vez directamente hasta la salida, mencionar que el patio de las casas está vallado y que hay algún tipo de maquinaria de construcción por allí pero al menos desde fuera no se nota gran cambio, huecos tapiados y poco más es lo que se intuye, ya veremos.

Me meto por la primera calle de la urbanización y quiero rodear la finca de los caballos sin conseguirlo y para no volver atrás para coger el sendero sigo recto y donde me cruzo con un grupo de biker@s en prácticas antes de acceder a la carretera cerca del centro comercial, trazado que sigo hasta el primer camino que se puede tomar y tras algunos zigzagueos empalmar con la otra carretera para poder contemplar justo enfrente mi objetivo del día, el Puig de s’Estremera.

Esta montaña tiene en su base una pequeña parcelación y uno de sus ramales accede directamente a la pista interior pero prefiero ir a ver la entrada principal porque últimamente siempre tiene la barrera cerrada aunque también hay una peatonal y compruebo que está abierta. He dejado de lado definitivamente el acceso de Can Morro y Can Picarola y más allá la Comuna de Bunyola ya que lo han blindado, ni entras ni sales.

Bien, ya estoy dentro y solo debo continuar por la pista que da acceso a los 4 chalés que hay por allí y que empalma con el camino comentado anteriormente, si se puede hacer ese pase por el interior y no te machacan después, que esa es otra, podría suponer la vía de escape en caso de subir o bajar de la Comuna sin tener que desviarse por Cas Bergantet, de todas maneras el acceso de una pista a otra nunca ha estado abierto, estaba vallado y eso implicaba tener que saltar la pared de piedra, ahora comprobaremos cómo está. Pues mira, está más despejada aunque la valla persiste y está abierta pero como puedo comprobar es solamente porque hay obras en una de las casas y precisamente sale un camión por allí.

No pierdo mucho tiempo con eso porque los caballistas que he adelantado antes están llegando y no quiero que me pillen ya que el sendero es cuesta arriba todo el rato aunque sin llegar al agobio ni por asomo. Cuando empalmo con la pista empiezo la subida desde allí con la ingenua convicción de que aquello no es ni mucho menos duro pero evidentemente tenía los recuerdos muy dulcificados de ese tramo, suelo consolarme diciéndome que en sentido contrario aún es peor.

Lo que me extrañó es que llegaran los caballistas casi al mismo tiempo, prueba (no empírica, desde luego) de que había subido a paso de tortuga pero subido montado al fin y al cabo. La mujer me preguntó si tenía permiso de paso a lo que contesté afirmativamente y prosiguió con una advertencia, “a sa madona no li agrada que passi gent per aquí”, no sé si la madona sube mucho por allí o solamente tiene constancia por las quejas de los que sí tienen permiso, se supone que ellos sí tenían si es que lo necesitaban, o de los mismos cazadores, uno me encontré y solo nos saludamos.

Dejé que se alejaran por delante y ya no sé por dónde se fueron, lo que sé es que yo bajé hasta el cruce e intenté volver a la entrada de la urbanización y me encontré una barrera cerrada a mitad de camino donde empieza la pista y no pude pasar, me tocó volver atrás e intentarlo por la cantera donde sí sabía que encontraría otra barrera cerrada pero con la esperanza de poder pasar por un lado u otro, vana esperanza porque el paso está muy bien sellado y no quedó más remedio que saltar la rejilla por donde pude y escaparme por el acceso del vecino que estaba abierto, en mi descargo podría decir que no me di cuenta de que accedía a su propiedad pero la culpa es la misma por lo que el descarte es definitivo, de hecho ese tramo estaba incluido en varias rutas que he tenido que modificar y hacer el mismo recorrido por carretera pese a sus riesgos evidentes.

Vuelta por Son Vivot, Son Pizà y más allá aunque la traza se detuviera por allí, creo que fue donde coincidió precisamente cuando me llamaron por teléfono y por alguna razón dejó de grabar aunque es un problema recurrente que tengo y que debo estar controlando por si sucede aunque muchas veces no me doy cuenta en el mismo momento, por eso a veces las trazas presentan rectos y fastidian, la verdad, sobre todo si coinciden con algún tramo que verdaderamente necesitaba.


Lo que diría ChatGPT

Comienzo de diciembre con un recorrido en bicicleta, enfrentando desafíos desde el principio, especialmente la disponibilidad. Necesito asegurar una ubicación adecuada para mis servicios, lo que generalmente implica una ruta más rodadora. Sin embargo, esta vez, busco añadir una experiencia diferente al dirigirme hacia Indioteria, pasando por Son Macià, y explorando el Puig de s’Estremera.

En el camino, me encuentro con vallas y maquinaria de construcción en el patio de algunas casas, pero aparentemente sin grandes cambios visibles desde el exterior. Al navegar por la urbanización y sortear una finca de caballos, me cruzo con ciclistas no-vatos antes de llegar a la carretera cerca del centro comercial.

Mi objetivo, el Puig de s’Estremera, se vislumbra enfrente. A pesar de tener opciones de acceso, decido explorar la entrada principal, dejando de lado otras rutas previstas. Al adentrarme, constato que la barrera peatonal está abierta, aunque he descartado otras entradas cerradas, como Can Morro, Can Picarola, y la Comuna de Bunyola, completamente blindada.

Avanzo por una pista que conduce a chalés y se conecta con un camino previo, con la esperanza de que esta conexión sea una vía de escape en caso de necesidad. Sin embargo, me doy cuenta de que el acceso entre pistas, antes vallado, ahora está más despejado debido a obras cercanas.

Mientras avanzo cuesta arriba, adelanto a jinetes y me advierten sobre la posible restricción de paso, aparentemente por preferencia de la "madona". Después de separarme de ellos, al intentar regresar a la urbanización, me topo con una barrera cerrada en la pista, lo que me obliga a buscar una ruta alternativa a través de una cantera. Finalmente, consigo continuar mi camino, pasando por Son Vivot y Son Pizà, aunque mi segui-miento de ruta sufrió interrupciones.

Este viaje en bicicleta estuvo lleno de desafíos inesperados, desde barreras cerradas hasta problemas técnicos. A pesar de los obstáculos, la exploración y el descubrimien-to fueron partes fundamentales de esta experiencia.

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