Colofón

Estas dos últimas semanas del año no iban a ser diferentes respecto a variar la rutina de salir en bici pero debido a temas laborales sí se iban a ver condicionadas no tanto en su duración como en su localización, es decir, serán más cercanas por si debiera volver rápidamente en caso de producirse una emergencia, de hecho el sábado 22 no salí porque ya tenía faena concertada desde el día anterior. Otra cosa es la asistencia, ya corta de por sí en días normales, en estas fechas más señaladas y con más compromisos de todo tipo, se ve aún más comprometida.

domingo 23, Son Muntaner

Típica, típica ruta dominguera, donde se sale un poco más tarde de lo habitual y se vuelve también antes. Creo que me encontré a Pina y a otro compañero en las vías pero ellos se iban a llanear por la costa y preferí seguir con mis planes de meter algo de desnivel en el zurrón, tocar algo más de tierra en definitiva. Hay una tienda de bicis en la calle Salvador Dalí y había allí una concentración numerosa de bikeros por lo que supuse que habían organizado una quedada pero como pasaba yo por la acera de enfrente no reconocí a nadie, igual me los encontraba después por algunos caminos. No tardé en meterme por el bosque de Son Puigdorfila para recortar por algunos senderos y empezar a mover las suspensiones. Salí por la rotonda de los militares y tiré hacia Gènova para subir al monumento y seguir por la pista principal hacia el coll des Pastors, por la cantidad de coches aparcados auguré bastante compañía por esos lares. Ciclistas solo algunos a los que pillé a mitad de camino y novatos por las pintas y hechuras, a uno sobre todo le costaba bastante superar las dificultades de la ruta.

Estaba yo parado alimentándome bajo los pinos cuando ellos llegaron y por lo que contaban no tenían nada claro a donde dirigirse ya que no conocían la zona, difícil aconsejar en esa tesitura, se fueron hacia las antenas, espero que su amistad aún perdure. En eso que llegan otros dos y al menos a uno de ellos sí lo reconozco, Joselinx, más globerizado ahora según sus propias palabras, que en realidad fue otra pero que así se entiende también, y habían salido con la concentración de la tienda pero que la habían abandonado al tomar otros derroteros más endureros y como vamos en sentido contrario nos despedimos para continuar cada uno por su lado, ellos hacia el monumento, yo hacia el mirador.

La bajada es muy corta hasta el punto más bajo y me encuentro otro allí que baja la trialera andando, motivo que es excusa para cruzar unas palabras y continuar adelante. Esta vez no voy al mirador, estuve no hace mucho y sigo recto buscando la parte de bajada más exigente que me llevará a las pistas amplias y aunque con cazadores concentrados por allí, sin que se produzca ningún tipo de incidencia. Antes de llegar al cable que corta el paso oigo ruido de cubiertas tras de mí, es el ciclista de antes que vuelve aunque ahora no se entretiene en charlas, de hecho nos volvimos a encontrar en la carretera donde sí seguimos la conversación durante unos minutos antes de volver a partir por caminos diferentes, él continuaba por pista y yo me iba por el sendero paralelo a la carretera hacia el coll de sa Creu, digo sendero porque es lo que parece pero seguro que es un camino de carro, muy camuflado pero de carro.

Ni me paro en la rejilla ni ná, sigo disparado hacia las dresseres que hago de una tirada y que acabo con la bici blanca después del paso por la pista de los militares rodando un poco por asfalto para ir a buscar los últimos senderos que van recortando la última zona de curvas para desviarme ya definitivamente hacia Son Muntaner con algunas dificultades en forma de rampas que no se llegan a apreciar en su justa medida si las haces en sentido contrario, podría haber apurado un poco más por la zona de bosque pero para no rectificar lo dejé estar y continué callejeando hasta encontrar el carril bici y emprender la vuelta hasta el hogar.

Segunda fiesta, 26 de diciembre

Salí bajo las mismas premisas que el resto de salidas de estas dos últimas semanas y pensé en acercarme hasta Mirant de Mar en un ida y vuelta lo más rápido posible pero en lugar de ir hasta Establiments directamente opté por llegar desde el polígono de Can Valero y rodando por allí me encontré con un grupo de bikeros del club de Biciarreglopalma con los que evidentemente tengo muy buena relación y que casualmente habían pensado en realizar la ruta de la Volta des General empezando la bajada desde el mirador aunque no todos, algunos desde allí regresarían, qué más puedo pedir, así que empezamos a rodar buscando el enlace con Establiments y la carretera de Sarrià para dirigirnos a Son Malferit donde ya tuvimos el primer percance en la primera barrera donde, cansados de esperar, alguien fue a buscar a los rezagados que estaban reparando un pinchazo traicionero, media hora como mínimo se fue en ese contratiempo.

Bajamos por el primer tramo de camino viejo y ahí fue donde nos separamos Miquelet, Julián y yo para emprender la vuelta no sin antes bajar hasta el pueblo por el tramo siguiente del camino, no las tenía todas conmigo, allí fue donde dí el segundo llantazo del día en otra salida anterior, evidentemente con menos presión en las cámaras. Después de ese explayamiento vuelta directa por asfalto si no contamos la subida al coll aunque por la pista ya que han cerrado la parte más próxima a la carretera con ese tramo de camino que solíamos utilizar. Tramo largo de asfalto que compensamos un poco al meternos por Son Mayol y pillar por allí los últimos cachos de tierra antes de desembocar definitivamente en la Real.

Sábado 29

Me había procurado compañía para este día ya que quería que fuera algo especial dentro de la cercanía y preparé una escapada por Valldemossa, dos meses hacía que había estado y vislumbré cambios esperanzadores en esa ruta, y de hecho fue una de las más satisfactorias de los últimos tiempos y quizás se podría repetir pero tenía mis reservas y por tanto no me había hecho muchas ilusiones al respecto.

Salimos de Palma en dirección a Son Termens por Passatemps sin forzar en absoluto y más o menos esa fue la tónica hasta Raixeta ya que el camino hasta allí es absolutamente recomendable, otra cosa diferente es lo que viene a continuación, se supone que algo más de lo que se ve existía antes pero es difícil adivinarlo en nuestros días y eso influye en nuestra capacidad para el pedaleo, no rodaremos mucho por allí pero es un tramo relativamente corto y traspasando la barrera montaremos de seguido. Mismas dudas en el desvío, de hecho la flecha de piedras ha devenido en un hito, por ahora no hay novedad y decidimos continuar por la pista de la finca hasta la carretera de acceso a las casas por la que giramos en dirección a éstas y sin llegar a verlas nos desviamos hacia arriba, hacia la casa nueva saliendo de la finca después de haber rodado unos metros junto a la rejilla. Ahora ya no es tan complicado transitar por allí aunque todavía quedan rastros visibles y patentes de lo que allí sucedió, se supone que vistas las actuaciones que hay a continuación también se retocará ese segmentos, de hecho se está trabajando en varios tramos dentro de Son Verí.

Nos queda la última bajada hasta la carretera, ahora muy limpia y divertida, antes de emprender la última subida por las empinadas calles del pueblo y poder relajarnos un poco tomando algún piscolabis en el banco de piedra. Estaba claro que no haríamos mi ruta, volveríamos a la ciudad por el camí vell primero, por carretera después y finalmente tomando el desvío de ses Rotgetes para acabar con buen sabor de boca en una ruta que suponía la última del año, quizás el domingo saldría a rodar pero no era seguro así que nos quedamos y nos conformamos con lo que hemos hecho y conseguido y que el año que viene podamos superarlo y contarlo. Nos vemos en las montañas!!!


Míner Gran

El otro día supísteis, si es que seguís este blog, que fuimos a dar una vuelta por Míner Gran y Fartàritx, siguiendo la estela de una ruta que tengo publicada que resumiendo diríamos que se trata de empezar desde Caimari, por ejemplo, para continuar por carreteras secundarias hasta Fangar, ya pasadas las cuevas de Campanet, y desviarnos para comenzar el ascenso hacia el coll de Míner, recorrer la planicie de las fincas homónimas y bajar por el camino empedrado hasta la vall d'en March para enfilar la carretera vella de Lluc hasta el monasterio y emprender la vuelta a Caimari por el camí vell. Ruta exigente con largos ascensos y descensos técnicos, sobre todo el primero.

Este fue mi segundo intento del año ya que el primero se vio coartado por un encuentro con un extranjero justo antes de empezar el ascenso que lo único que saqué en claro es que era pivado. Privado qué, exactamente?. Indagué un poco sobre el asunto, primero sobre los mapas y me dí cuenta de que el camino que se sigue en la ruta no llega en ningún momento a entrar en la finca pública por lo que, en un primer momento, podía hasta plantearme el beneficio de la duda respecto de lo que me había dicho ese hombre.

En segundo término pregunté a una persona muy cercana a los propietarios de Son Monjo por la cuestión y no atinaban a saber de quién se podía tratar, desde luego nadie de las primeras fincas por donde se discurre, a saber, la mencionada Son Monjo y Míner Petit por lo que si había que augurar problemas había que ir mucho más lejos.

En tercer lugar busqué algo de información al respecto y aquí expongo un artículo que nos puede ayudar a situarnos sobre el asunto en cuestión.



Finca pública de Míner Gran

Limita, al nord, amb els predis de Muntanya, Fartàritx i amb remanent de Míner Gran. A l'est, al municipi de Pollença, limita per una part amb una porció segregada (i adjudicada a Joan Perelló), denominada Míner Gran d'Enmig i per una altra amb la finca Míner Petit; al sud, amb Alcanella i Alcanelleta i pel torrent de Sa Mina amb Biniatró, i a l'oest amb la finca pública de Binifaldó.

L'Institut Nacional de Conservació de la Natura (ICONA) adquireix, l'1 de juny de 1984, la finca d'unes 535 ha segregada de l'antiga possessió de muntanya anomenada Míner Gran. Aquest predi fou segregat pels seus propietaris, els germans Pons Perelló l'any 1978, dividint-se en Míner Gran (l'actual MUP núm.15, per Bartolomé Pons Perelló) i Míner Gran d'Enmig (per Joan Pons Perelló). La part pertanyent a Bartolomé Pons fou cedida, baix unes circumstàncies de pagament i cessió que no es corresponen al típic contracte de compra-venta, a José Vicens Mateu, darrer propietari de la finca abans de l'adquisició per part de l'administració (per l'import de poc més de 23 milions de pessetes). Es va declarar mont d'utilitat pública el 8 de desembre de 1983 (BOB 18.314) i es va inscriure amb el número 15 en el Catàleg de Monts d'Utilitat Pública de les Balears.

L'any 1984, la finca de Míner Gran, amb la qualificació jurídica de domini públic, es va transferir des de l'Estat/ICONA a la comunitat autònoma de les Illes Balears, mitjançant el Reial Decret 1678/1984, d'1 d'agost, de traspàs de funcions i serveis de l'Estat a la comunitat autònoma de les Illes Balears en matèria de conservació de la natura. La finca actualment està adscrita a la Conselleria de Medi Ambient, a la que correspon la seva gestió i administració. Es troba inscrita al Registre de la Propietat d'Inca 2, Secció Escorca, Tomo 2609, Llibre 10, Full 142, Finca núm. 388, Inscripció 4ª. Quant a les servituds, la finca pública es beneficia del dret de pas per a vehicles autoritzats per la pista forestal de Míner Petit, al llarg d'un camí que comença a la carretera rural que parteix de l'Oratori de Sant Miquel (Campanet) cap a la possessió del Fangar, tot travessant portells amb pany de les finques privades com la de Son Monjo i Míner Petit (hi ha dret de pas, però no apareix inscrita a les fitxes jurídiques de la finca pública però si a l'escriptura de divisió de la finca Míner Gran) i Míner Gran d'Enmig . El 24 d'abril de 2001, Míner Gran va ser declarada Refugi de Caça, resolució publicada al BOIB Núm.49 de 24/04/2001. La finca pública, forma part de la proposta de lloc d'interès comunitari (LIC) com a l'àrea anomenada “Cimals de la Serra” a la Xarxa Europea Natura 2000 d'acord amb la Directiva d'hàbitats 92/43/CEE. També es tracta d'un àrea d'especial protecció de les aus (ZEPA) d'acord amb la Directiva 79/409/CEE.


Hasta la barrera

Antes de fin de año tenía en mente ir a un sitio determinado, un punto clave no visitado desde hacía tiempo, 5 o 6 años quizás, y esperaba conseguirlo porque ya lo intenté hace meses pero un inesperado encuentro con un extranjero me lo impidió y decidí no entablar polémica y volver otro día; ese día hubiera podido ser cualquier otro de unos meses para acá, una persona me comentó su pretensión de hacer esa ruta pero al final no llegamos a decidir el día y quedó el asunto en el aire, hubiera pero no fue así que ya no quise esperar más y lo tenía planeado para un fin de semana de este mes pero alguna circunstancia externa me redujo las posibilidades a un solo día, solamente había que esperar a que el tiempo acompañara ya que es una ruta bastante expuesta y además el descenso, ya de por sí complicado, no es cuestión de dificultarlo aún más.

Esto era la teoría pero por alguna conversación mantenida con el acompañante se plantean otras alternativas por motivos que no voy a relatar en este blog y se decide posponer la salida para mejor ocasión aunque ciertos cambios de última hora sí la hacen posible, seguimos pues con el plan establecido. La verdad es que no lo preparé mucho, simplemente iríamos y veríamos el percal, lo cierto es que alguna noticia había oído relativa a alguna propiedad de la zona que no me produjo preocupación en su momento y ni siquiera investigué el asunto por si pudiera afectar al desarrollo de alguna ruta y el viernes tampoco me apetecía averiguarlo, evidentemente.

Partimos ya tarde de inicio y es que teníamos un acercamiento largo por caminos y carreteras secundarias antes de empezar la gran ascensión, eso no me preocupaba, lo siguiente, sí, y es que me acordaba solo vagamente de esa subida, de la primera vez que la hice solo hasta Miner Petit sin pasar más allá aunque sí fui a fisgar un poco por los alrededores a fin de encontrar un posible acceso hacia Alcanella debido a los problemas de paso por Biniatró. Posteriormente hicimos algunas rutas por la zona desde diversos enclaves pero como digo, estamos hablando de años y las sensaciones se desvanecen, había pues que actualizarlas.

Tras cruzar la primera barrera empieza la subida casi sin avisar, el firme no está en las mejores condiciones pero el paso por el bosque vale la pena aunque habrá quién solo vea la parte negativa, y es que el esfuerzo a realizar para superar estas cuestas es considerable, agradecía en esos momentos la presencia del compañero haciendo más soportable la penitencia.

Llegamos a Miner Petit recibiéndonos el perro guardián a ladrido pelado, el resto de fauna estaba más callado, menos mal, aunque si lo piensas bien no tiene razón de ser que tengas el animal atado con una cadena de un metro, lo único que hace es ponerse de los nervios y tener que ir a darle agua y manduca de tanto en cuando porque impedir impide poco. Las casas están semi derruidas pero forman un conjunto heterogéneo con otro tipo de edificaciones más modernas y que no pegan ni con pegamento en ese enclave pero que aún son utilizadas para el ganado que por allí transita.

Estamos ya fuera del bosque y empezamos a vislumbrar parte de nuestro próximo cometido, un ascenso directo y repentino por la ladera salvado por unas lazadas lo más largas posible para mantener el desnivel en unos porcentajes aceptables, es Gravet le llaman a esa parte de itinerario y cuando coronamos aún se puede permitir algunos metros de bajada mientras cambiamos de dirección hacia la otra ladera ya que por ahora nos hemos mantenido en la misma debido a la presencia del torrente. Las casas ya quedan lejos y abajo y pronto encontraremos el desvío que no tomamos hacia la finca pública, el Tomir y Alcanella y es cuando vemos a alguien sobre el camino más adelante, es ciclista, parece que va solo y me parece intuir que es mujer, diría que sí por la melena rubia. Nos quedan aún varias rampas muy rotas que superamos y pronto estamos en la barrera del coll y ni rastro de la ciclista, parecía raro que ya hubiera pasado al otro lado dada la dificultad para sortear el botador con la bici a cuestas, pegaba el viento de veras, tuvimos que ayudarnos a pasarlas, te arriesgabas a que saliera volando y quizás tú contigo detrás. Estamos ya al otro lado cuando aparece la ciclista, efectivamente es la, y creo reconocerla del grupo de Alcúdia de haber salido juntos en alguna ocasión aunque ya ha llovido desde entonces y tras corta conversación nos disponemos a bajar hasta la terraza inferior, nos lo tomamos con calma en parte por el viento, en parte por la pendiente que es muy acentuada. Delante de las casas giramos a la derecha atravesando los campos y pronto vemos señalizado un desvío, se trata del camí des Ninot y al parecer es el único que dan como válido porque la continuación tiene una señal de prohibido el paso a la que, como habéis adivinado, no hacemos caso aunque es algo con lo que contaban cuando la pusieron por eso no se andaron con chiquitas a la hora de plantar una barrera muy alta y rematada con pinchos amén de proveer de un buen cerramiento en los alrededores. No quisimos pasar, suponía destrozar esa rejilla y además, al hacer la foto correspondiente, me di cuenta de que era muy tarde, las doce y nosotros sin comer, hicimos algunos cálculos y no nos salían las cuentas, entre sortear el cercado, bajar por el camino empedrado, subir a Lluc más la bajada correspondiente, que va, ni de coña, y merendando sopesamos la posibilidad de bajar por el otro camino aunque ya en los primeros metros vimos que no había muchas posibilidades de rodar, eso y que yo casi no me acuerdo de esa bajada nos hizo decidirnos a emprender la vuelta por donde habíamos venido, no es lo suyo pero a veces no queda más remedio y allá vamos.

Quién hubiera dicho que esa subida iba a ser tan pestosa, quise ver la barrera muy cerca, optimista que es uno, pero la verdad es que está muy lejos y muy arriba, más de lo que parece pero lo superamos, eso es lo que cuenta. Qué voy a contar de la bajada, puede ser lo rápida que uno quiera pero hay que ir con cuidado de ciertas irregularidades del piso para no tener sorpresas y también de la posible presencia de vehículos subiendo aunque la verdad es que con gafas oscuras poco se ve en el bosque, procuré agarrar el manillar con fuerza y tirar recto a ver qué pasaba, no pasó nada, después ya solo fue desandar lo andado con alguna variante para no calcar la traza hasta el punto de inicio.

Por la tarde quise ver cuál podría ser la solución a ese contratiempo y efectivamente la hay, alguno se ha entretenido en buscarla dando un rodeo por las casas que como no se ven no sé en qué estado están aunque de verlas hace años estaban que daban pena pero alguna noticia me llegó de que se estaban planteando su restauración pero ahí acaba mi información, la próxima vez, con más tiempo, se hará una inspección más minuciosa del lugar, si es que no te encuentras antes algún contratiempo en las primeras casas que no es de extrañar ya que hay instaladas unas cámaras de vigilancia autónomas supongo que con conexión 3G para su visionado en directo desde otro lugar, así que todo puede pasar.


Salidas a pares

Aprovechando algunos días de asueto de la semana pasada se pudo salir por el monte a hacer algo de lo que más nos gusta, como es montar en bici por esos caminos perdidos aunque ese pequeño matiz lo voy a obviar el jueves, se tratará simplemente de una salida cercana y ampliamente conocida, la comuna de Bunyola por algunos de sus itinerarios más circulados, más en plan que me dé el aire que otra cosa. Solamente he quedado con Jose Manuel aunque en el punto de partida hay muchos más congregados, casi todos, si no estoy equivocado, estuvieron en la salida anterior donde se empezó como uno y a medida que iban pasando los kilómetros se fueron desgajando componentes por una u otra causa, esta vez iban a tirar hacia Son Verí y más allá, mucho hueso y poca chicha me parece.

Hay que llegar al pueblo vecino para empezar la ascensión y el camí de Passatemps parece lo apropiado dado nuestro punto de partida, nos acercamos por Son Sardina y cruzamos la carretera en la rotonda para continuar hacia el sanatorio Joan March aunque si lo hubiera sabido en ese momento habría preferido atajar por el bosquecillo y no ir por el arcén, cosas del directo.

Hay gente en el aparcamiento de abajo que creo que va a subir pero no se les vio el pelo después, de hecho no vimos a nadie hasta el cruce del penyal, gente que apareció después ya cuando estábamos arriba descansando y a quienes la cuesta se les había hecho demasiado pestosa y que después de hablar con ellos parece que iban a hacer la misma ruta que nosotros, pista para abajo, recorte hacia las mesas y tirar directos por la coma gran, no está mal del todo y en cuestión de tiempo vamos a estar dentro del horario marcado de inicio para no aparecer muy tarde por casa, en eso estamos de acuerdo.

No paramos en el área de descanso y seguimos recto, no tengo pensado nada especial para ese momento, se va a bajar como mejor se pueda y punto, lo cual me lleva a disfrutar del momento y la máquina se presta a ello y me dejo llevar, las sensaciones son muy buenas y hay que disfrutar esos minutos de gloria, no siempre es así, además no encontramos a nadie, todos estaban de camino un poco más abajo y había además bastantes.

Como íbamos bien de horario alargamos un poco más la ruta pasando por Son Pizá y girando por el camí de Muntanya y Son Macià en lo que fue un buen día de mtb, y además el tiempo acompañó, casi en exceso diría yo, veremos que tal se dará el sábado aunque las previsiones son muy parecidas y parecería lógico que quisiera aprovecharlo yendo a rodar por algún sitio menos visitado, Miner, tal vez, y como tal se expone el plan pero todo cambia el viernes, ni el compañero puede venir ni tampoco voy a disponer de un horario holgado por mi parte así que me planteo una ruta aún más cercana aunque voy a procurar que no le falte enjundia, por ello me planteo la subida por el PT3 aprovechando que es día de fiesta y además de fiesta grande para los militares, aparte de eso tiraré por en medio y tocaré tierra antes de llegar a las inmediaciones del cuartel, eso servirá para ir abriendo boca antes de acometer la subida por el campo de tiro, una ascensión que no es complicada técnicamente pero que tiene tramos de buena pendiente hasta llegar al cortafuegos desde donde tiro por el sendero que enlaza con el torrente ahora obstaculizado a mitad de camino por varios pinos caídos.

La subida por ese camino es interesante y más lo sería si se pudiera hacer completa, como antaño, pero el paso por la barrera me parece, hoy por hoy, imposible, si no recuerdo mal quedaría la parte más técnica en ese tramo prohibido aunque habría que verlo en la actualidad. Sin querer llegar al coll des Vent por el sendero por lo de no bajar de la bici sigo por asfalto ese último kilómetro y me paro a comer algo justo allí, punto por lo demás común a otros bikeros, tanto carreteros como beteteros, que también lo eligen para su descanso. Y no me equivoco de nada porque van llegando bastantes que por allí se van acomodando y al final se forma una buena grupeta pero que no me dio mucha conversación, de hecho ni siquiera se despidieron ni que fuera por la proximidad, adiós, adiós, que os vaya bien el pateo.

Tiré por el atajo y me dirigí hacia las cuestas de cemento las cuales subí bastante bien y a buen ritmo hasta arriba del todo aunque no logré mejorar mi mejor crono por un solo segundo. Paré unos momentos en el coll des Pastors solamente para decidir por donde bajaría ya que no quería llegar muy allá, ya que aunque fuera una ruta sabatina, normalmente con el horario más holgado, había quedado en volver a poder ser antes de la una, entonces la bajada tenía que ser cercana, la elección se centraba entonces en pista o sendero y elegí este último pero, aunque no me arrepentí, tampoco puede decirse que lo disfrutara en demasía, bajé torpe, parado, sin punch, y esa bajada requiere valentía aunque visto lo visto y comparado con otras ocasiones, estuve dentro de mis parámetros, está claro que necesito ahí un aliciente, una rueda a seguir. Dudé si desviarme hacia Génova pero quise seguir hasta el final ya que es a partir de ese punto donde cambia un poco la fisionomía del camino pero no se dio el caso tampoco de una mejora sustancial en ese tramo así que lo único de que puedo presumir es de no haber sufrido ningún percance a reseñar o, ya más drásticos, del cual arrepentirse.

Solo espero que la salida que tengo pensada para el sábado que viene me resarza un poco de esta pequeña desilusión y me anime a intentarlo una y otra vez sin perder las esperanzas de que todo se puede mejorar y que al menos nos divirtamos intentándolo. Es lo que espero.


A medias

Hay una salida organizada a la que me ofrecen participar, Esporles, Volta des General y vuelta, en principio no parece presentar ninguna novedad pero no por ello voy a decir que no aunque no fue hasta confirmar otra posibilidad que no dije tampoco que sí, esta otra opción es mucho más restrictiva y por eso no hay que dejar pasar oportunidades de realizarla pero desafortunadamente no se pudo llevar a cabo.

No hace tanto que bajé allí, de hecho fue con la bici nueva y quise bajar por el camí de Pescadors y estrené castaña en ese descenso, esta vez iríamos por la Branson, no realizada desde hacía bastante, creo que desde que se empezaron a poner serios en el tema de cortar el paso, cerraron arriba, cerraron abajo pero nada de estos sistemas ha servido para impedir que la gente siga utilizando ese itinerario para divertirse un rato picándose consigo mismo y los compañeros.

Reunidos en el punto de inicio, un bar, como no, y he de decir que llegué el último, solo unos minutos de retraso pero como no fui por el itinerario idóneo no pasé por delante y desde mi posición no veía a nadie y pasaron aún unos minutos más de espera hasta que me acerqué al punto correcto y estaba hasta Joan que aunque no me había avisado de su asistencia y tampoco pasó por nuestro punto habitual de reunión ya no lo esperaba pero vino por otro camino sin encontrarnos. Estamos todos y somos muchos, mucha bici de rally y mucha licra observo aunque eso no debe ser un obstáculo, la destreza no depende de la vestimenta precisamente.

Sobran las presentaciones, la propia cantidad de bikeros lo hace inviable, imposible acordarse de todos, ya iré conociendo a la gente a medida que vayamos avanzando. Dejemos que cada uno se coloque en su sitio en ese numeroso pelotón, el o los sherpas delante, se supone que alguno ha preparado la ruta; los parlanchines en medio y los rezagados detrás con la lengua fuera. Han optado por un acercamiento largo a Sarrià, de hecho vamos hasta el Parc Bit a modo de calentamiento y comenzamos a tocar tierra en serio en Sarrià de camino hacia Son Malferit, de hecho hasta el coll de s'Heura poca discusión va a haber respecto al recorrido pero me extrañó un poco que se plantearan dudas una vez allí de por dónde tirar, lo más lógico y rápido hubiera sido bajar a Esporles directamente, son no más de tres minutos, pero se habló de pasar por la font de Dalt y no me quedó claro por donde querían bajar al pueblo y por lo que se ve al resto tampoco porque los que iban conmigo no sabían si habían girado por el cruce hacia el safareig o no, de hecho parecía que se oían voces por el camino de arriba cuando nosotros sí giramos aunque con la mala pata de equivocarnos y meternos en un cul de sac sin salida aparente y tardamos unos minutos en rectificar y tomar el descenso correcto.

Llegamos por fin al camí des Correu y no sabemos donde está el resto y ante la duda optamos por continuar subiendo hacia la Granja por el camino de tierra y después por carretera ir a buscar el ramal de Mirant de Mar, nos perdemos el buen tramo desde el pueblo pero esa es nuestra opción ya que suponemos que somos los últimos y que los demás estarán esperando allí pero cuando llegamos no hay nadie y no creemos que se hayan ido hacia abajo sin nosotros.

Anteriormente en la carretera se ha unido Juan que viene del pueblo a todo trapo pero del resto no hay noticias por lo que se establece comunicación telefónica con ese grupo que nos confirma que se van a Valldemossa??? mi no entender, ni yo ni nadie realmente, ¿qué hacen yendo en sentido contrario? no sabemos la respuesta y el grupo queda definitivamente dividido a mitad de ruta. Convencemos a Joan de que haga el primer tramo de descenso antes de marcharse y después de su partida creo que quedamos siete en total los cuales nos aventuramos por la pista hacia el inicio del primer descenso serio de la jornada, la senda conocida como la Branson, una senda privada pero muy concurrida por los bikeros locales y que tuvo sus momentos de gloria. La encontré bastante destrozada en algunos tramos, evidentemente fruto del paso de las máquinas y ayudado también por las tormentas que no encuentran oposición en un terreno ya maltrecho, lo preocupante es que es irreversible ya que nunca va a tener mantenimiento, como mucho se cerrará definitivamente.

Sin oposición ni incidencias reseñables llegamos a la explanada y comemos algo antes de partir, nos queda atravesar las playas cercanas antes de poder pedalear con garantías y fue en el último tramo pedregoso donde Manuel rompe la patilla del cambio, vamos de los últimos y los demás no paran, me quedo a ayudarle en la reparación pero la cosa se complica ya que no lleva el recambio adecuado, entonces se impone una solución de emergencia, acortar cadena y volver por carretera, montado en el mejor de los casos, pero es más fácil decirlo que hacerlo y el desmontaje de los eslabones presenta dificultades, todo ello hizo que el grupo se encontrara ya muy lejos al finalizar la reparación y yo optara por volver con él en lugar de ir al encuentro de los demás por lo que el recorrido desde allí fue todo por asfalto hasta la ciudad y con el amortiguador debidamente bloqueado para no fastidiar la cadena pero con un desarrollo intermedio que hacia duras las subidas y tediosos los llaneos pero pudo llegar a sitio pedaleando que es lo importante, pese a todo los demás aparecieron más tarde y el grupo, que antes estaba repartido en cuatro mesas, se había reducido tanto que cabíamos en una sola, cosas del mtb.


Moros o cristianos

Hay días en los cuales las cosas salen bien porque sí, sin más, el sábado fue uno de ellos. No estaba dispuesto a salir solo y nada más tenía confirmación oficial de asistencia por parte de Manuel, Musaquillo en las redes, y como no sabía nada de Joan decidí averiguar la causa, al parecer algún tema de salud lo tenía apartado temporalmente pero ya estaba superado, entonces no había excusa y también se apuntó, y aquí se acaban los expedicionarios a no ser que Manuel se presente con algún colega, más no, está solo esperándonos en el banco sentado por si acaso nos da por llegar aún un poco más tarde aunque para nuestra satisfacción dice que solo han sido 5 minutos.

Partimos. ¿Hacia dónde?. Es difícil de explicar, Son Malferit, Font des Rafal, son caminos y sitios que todo el mundo conoce aunque en realidad es más una frase hecha que una realidad pero como tampoco me exigen un itinerario definido y concreto no hay problema en rodar hacia un sitio u otro. Ya en la primera barrera de Son Malferit encontramos a una pareja de bikeros pero más bien van de paseo viendo las indumentarias y las bicicletas y es posible que recularan desde allí mismo. Hubo otro encuentro un poco más adelante con un joven que dijo que iba a Planícia pero que comentó que no conocía los sitios que he mencionado antes y además la traza que seguía empezaba en el pueblo y continuaba por carretera y aunque le habíamos ofrecido el venir con nosotros preferimos que siguiera su camino a vernos obligados a relatarle un itinerario nuevo por sitios desconocidos con el consiguiente riesgo a retrasarse o perderse.

Pero antes de llegar al área recreativa encontramos otro bikero que también iba a Planícia pero que sí conocía el itinerario de la fuente por lo que le invitamos a venir con nosotros al menos hasta allí aunque después cambió de idea y se apuntó a nuestra ruta sin ni siquiera preguntar, iba con una eléctrica por lo que mucho problema no tendría ya no digo en seguirnos sino en realizar la ruta montado. La salida que tenía en mente era casi completamente ciclable ya que mientras íbamos recorriendo camino le introduje una variante que me pareció le añadiría mucho más atractivo.

Habiendo llegado a la fuente se trata de seguir las pistas por el interior de la finca que a medida que vamos subiendo y llegando al bosque se van diluyendo sobre el terreno y en algunos tramos hay que tirar de recuerdos concretos de anteriores pasadas y sí, la hicimos de una tirada sin apenas errores aunque no está exenta de dificultad en algunos tramos empinados que hay que superar con algo de suerte y mucho de fuerza.

Circulamos paralelos a la pared que separa bosque y zona agrícola durante un buen tramo hasta que llegamos al cruce de la bajada del pas de la Granja y es cuando entramos en el bosque y mientras vamos cambiando de fincas también pasamos por tramos de enlace más o menos visibles, a veces más a veces menos, y con numerosos cruces que pueden hacer dudar a los más novatos mientras voy haciendo fotos para poder localizarlos después aunque siempre rodables sobre la bici y es de agradecer. Entramos en Son Noguera y nos desviamos del camino en el forn tapat para acometer la rampa más dura y larga por el momento, circunstancia que no parece importar a quién va amparado por la tecnología mientras los demás llegamos donde podemos y como podemos.

Arriba paramos, comemos y descansamos antes de afrontar el reto principal del día, la medio subida del pas de Son Noguera, que sin ser excesivamente dura o complicada tiene su reto propio a superar, y como digo, solo es la mitad de la subida completa. Sea como fuere no nos va mal del todo y hacemos buena parte de ella montados y Manuel, que llega antes que yo a la barrera, no se libra de la broma por parte de Miguel, que evidentemente ha llegado mucho antes. La verdad es que el tema de las e-bikes genera mucho debate pero un aspecto que veo relevante es que la gran diferencia de tiempos existente en el mismo recorrido entre una eléctrica y una convencional puede generar problemas de convivencia entre los diversos miembros del grupo, no digo el primer día pero sí a lo largo de las semanas, ya que se debe esperar en demasía a los demás y eso creo que tiene que cortar bastante el ritmo y llegar a desesperar al más paciente, con lo que al final se unifican los grupos y cada cual por su lado, asistidas por un lado y clásicas por el otro o como se dice por aquí, o tots moros o tots cristians.

Se me ocurrió variar un poco la ruta a partir de ese momento y hacer algo que no había hecho y tenía ganas de comprobar ya que en los pases anteriores siempre era en sentido contrario y caminábamos bastante y la verdad es que me (nos) gustó bastante y es que sin ser especialmente técnico gusta de pasar. La pega para algunos es que hay que subir hasta el vértice de la Fita del Ram y aunque es un tramo bastante corto es empinado y para la mayoría es pateo, por eso Joan prefirió no hacerlo y quedamos entonces en encontrarnos más adelante, en la pared, mientras los demás recorríamos el itinerario previsto sin olvidar alguna fotillo en la cima que para eso se sube y hay que hacerlo constar.

Evidentemente más no vamos a subir ya pero el tramo hasta la pared es gustoso y al menos no me equivoqué, cosa que sí me ha sucedido al revés, y pudimos llegar al encuentro del compañero pocos minutos después. Él se había entretenido conversando con un grupo de féminas excursionistas que se sorprendieron bastante de ver alguna bicicleta por allí pero más me sorprendí yo cuando nos las encontramos camino de los chalés, evidentemente se habían pasado de rosca y habían dejado atrás el desvío hacia el paso, les vino bien encontrarnos y que las encamináramos correctamente (o eso espero). Menos contentos parecían los ciclistas que nos cruzamos, el primero que vi fue a una mujer que no iba del todo mal pese a llevar una montura no específica para esos caminos pero aún vi bastante más preocupado al siguiente, con una bici ya directamente enfocada al rally, con un manillar muy estrecho y ruedas claramente inapropiadas, su cara reflejaba mis peores presagios, pero ya el último era la confirmación definitiva, andando ya en ese punto y con cara de pensar ¿en dónde me he metido yo?. No seré yo empero el que diga que no puede hacerse, doy fe, pero de lo que estoy casi seguro es de que ahora mismo no lo repetiría.

Queda un kilómetro de asfalto (quizás algo más) hasta llegar al cruce de Sobremunt y en la primera curva nos topamos con un coche que subía y que casualmente el conductor conocía a Miguel y pararon a charlar, yo esperé un poco y continué y cuando llegué a la siguiente curva había otro coche parado con la conductora discutiendo con Manuel a grito pelado, en fin, no voy a reproducir la escena pero le vino de un pelo que no se lo llevara por delante con unas consecuencias que no quiero ni pensar, lo bueno es que al bajar Miguel comentó también cómo subía la pava, evidentemente el incidente no le provocó ni el más mínimo remordimiento de conciencia, y es que eso nos pasa por meternos “en una carretera de coches”, de tal calibre fue su exposición argumental.

Tras volver un poco a la calma nos dirigimos por el camino de tierra hasta la entrada de Bunyolí y sin mediar palabra cada uno afrontó la bajada a su manera y he de decir que me sentí muy cómodo durante todo el trayecto, disfrutando, sí, esta es la palabra exacta, del aplomo de la bici en toda circunstancia y notando que le podía haber exigido un poco más sobretodo en la segunda mitad donde se hace más necesario el pedaleo aunque en líneas generales quedé más que satisfecho y no digamos de la ruta completa que para ir casi de improvisación resultó un pequeño éxito, la necesitaba.


Venga líos

Martes


Que me encontrara aquellos dos en el coll des Vent la semana pasada me hicieron recordar la de tiempo que había pasado desde la última vez que pasé por el mirador de n'Alzamora y quise poner remedio a esa afrenta, lo podemos resumir en que le debía una visita y no quise desperdiciar la oportunidad de hacerlo ese martes, así que sin mucho alarde ni jolgorio me dispuse a realizar una subida directa por carretera dejando de lado otra vez la opción militar ya que, tratándose de un día laborable parece que genera bastante trajín en la base, polígonos de tiro incluidos.

Me metí por el camino que viene de arriba con esa primera zona más complicada por lo rota y la pendiente pero después al llanear ya es más divertido, constatar que la rejilla que han puesto a mitad de camino no ha disminuido las ganas de pasar ya que han abierto un paso lateral entre la vegetación sin ningún problema. En realidad solo quería hacer una pequeña variante del camino principal por aquello de revisitar los caminos y registrar posibles cambios pero cuando llegué a la pista me fijé en el ramal que hay delante que despertó mi curiosidad al recordar a un cazador meterse montaña abajo por la zona de la parte cementada y pensaba si por casualidad hubiera aparecido por aquí, así que volví atrás y me encaminé hacia ese recorrido encontrándome un cruce no muy lejos y por ahí me metí aunque pronto acaba y allí mismo han montado una especie de jaula con un bebedero que supongo tendrá su razón de ser, quizás de refugio para algunos animales. De vuelta recorrí los otros ramales que no pierden casi altura por lo tanto mis esperanzas de llegar a buen puerto se iban disipando ya que tanto por un lado como por el otro se adivinan largas pendientes sin camino visible ni trazas de que lo hubiera habido en algún momento, territorio de cabras y cazadores, no me quedó otra que volver al punto de inicio y seguir la ruta establecida.

La subida hacia la zona del mirador sigue estando mal, o peor, requiriendo altas dosis de fuerza y pericia para no sucumbir más de la cuenta pero el tramo que se acerca al mirador desde el cruce es bastante divertido. No me quedé mucho rato con los senderistas que por allí deambulaban y de hecho salí tras ellos para no encontrármelos en la parte de bajada más estrecha hacia el coll des Pastors donde llegué un rato más tarde sin incidencias a destacar, después volví directo hacia el monumento para no enredar más, ni me apetecía la loca pista de la mamut ni la trialera pedregosa vecina y tiré por lo más fácil y rápido para el regreso pensando ya más en la ruta del sábado que en la pasada.


Sábado


Hay ciertas zonas que se resisten tozudamente a ser descubiertas en su totalidad y que me hacen insistir una y otra vez para su aclarado definitivo y cada vez que lo intento vuelvo más liado y no gano para sorpresas cuando despliego esa última traza sobre la pantalla y la comparo con las anteriores, parece mentira pero no hay ninguna igual de las 5 o 6 veces que he pasado por allí, lo que me queda meridianamente claro es la subida aún a pesar de tener también varios cruces y desvíos que pueden hacer dudar a más de uno.

Esos itinerarios parecen gafados desde su mismo principio, fue la de la salida multitudinaria por Esporles que se gestó sin quererlo y que no tuvo su adecuada preparación para un grupo tan numeroso, parece de pura chiripa que ni siquiera llegáramos todos juntos a la carretera, llegamos pero ya la subida se complicó porque perdí las referencias y aunque volvimos atrás y llegamos donde quería la bajada fue sencillamente caótica con la gente desperdigada por doquier, solo un reducido grupo pudimos completar la salida realizando la ruta programada, el resto estaba ya de vuelta y seguramente buena parte acordándose de parte de mi familia, tanto vivos como difuntos, un desastre.

Este episodio me encorajina aún más para seguir buscando un itinerario que sea verdaderamente atractivo y tal vez incluirse en alguna ruta pero aunque evidentemente consigo llegar abajo después de un primer tramo común en todos los casos llega un momento en que me desvío en un sitio u otro y que viendo como va sobre el monitor soy incapaz de verlo sobre el terreno. Buena parte de la culpa se puede deber a que vamos en bici y es muy fácil pasarse si lo que tienes que ver es el inicio de un sendero que probablemente no sea muy visible y tal vez ni siquiera esté señalado, seguramente andando lo veríamos perfectamente. De todas maneras ahora mis probabilidades han mejorado en este aspecto porque voy haciendo fotos con el mismo teléfono que voy grabando la ruta y éstas me quedan con la ubicación registrada lo cual me es de gran ayuda a posteriori para situarme, a veces no está de más hacer los recorridos a pie sin la molestia de la bici para acabar de fijar esos caminos y poder disfrutarlos sin agobios.

No hay ninguna novedad en la aproximación a Esporles por Son Malferit aunque me crucé con mucha más gente de la habitual y ya en la entrada de Bunyolí me encontré con un grupo que también se dirigía hacia Sarrià aunque en esa zona los perdí, quizás tiraran hacia la carretera de Esporles. Otro grupo apareció en la primera barrera de Son Malferit y solo duré con ellos lo que tardaron en acelerar sus monturas motorizadas, se iban a Valldemossa. Después vi a algunos a lo lejos en el cruce de la carretera del Verger que salían pero no podría asegurar que fueran ellos, sea como fuere ya no volví a ver a nadie más montado hasta casi el final de ruta.

Crucé por el área recreativa, la font de dalt y la font del Rafal llegando hasta la carretera, y en ese tramo no hay novedad aparente que reseñar pero donde sí varía algo es en la subida que viene a continuación después de pasar ya las tres barreras, habían caído varios pinos sobre el camino dificultando el paso pero el tiempo los va pudriendo y convirtiendo en serrín con lo que de cada vez es más fácil pasar y dentro de nada hasta se podrá pasar montado por la curva, el último rescoldo a superar, hasta pude atravesar las barreras de arriba aunque seguramente perdí más tiempo en volver a cerrarlas que en rodearlas.

El siguiente tramo no me pareció tan duro como otras veces aunque la sensación no va con la realidad porque anteriormente sí lo había superado y esta vez no, hay que llevar afinado el puntito de fuerza para triunfar y si quieres llegar arriba del todo montado ya ni te cuento aunque en lo que no tengo problema es en la orientación, voy directo. No me paré mucho en la cumbre aunque el tiempo acompañaba e invitaba a ello y eso que no preveía mucho parón en la bajada aunque algún paso te deja con alguna duda respecto el itinerario correcto a seguir, comentar que no hay nada marcado a excepción de ciertos tramos con puntos azules. Fue justo al empezar la bajada cuando tuve la avería estando aún parado, se ve que había apretado demasiado el tornillo del cierre del sillín y lo partí de cuajo aunque por el sistema de raíl con topes que lleva pude bajar con el asiento a la altura que toca y sin que tenga movimiento lateral, al menos es una ventaja pero partir ese tornillo no es de recibo, demasiado fino.

No tardé mucho en llegar al primer rotlo de sitja desde donde ya parte un camino de carro, cosa que me sorprendió en cierta medida aunque me había molestado en hacer fotos de ciertos lugares para marcar su ubicación en los mapas. De lo que estaba seguro es de que ese camino me llevaría hasta abajo seguro y no conseguía despegarme la sensación de que lo había encontrado demasiado temprano, y es lo que pasó, llegué al cruce con el camí des Correu habiendo circulado sin obstáculos aunque me venían a la memoria las bajadas de otras ocasiones con un camino mucho menos limpio e imposible de rodar. No me quedará más remedio que volver y bajar siguiendo mi propia traza para tratar de marcar esos puntos de referencia cruciales y tomando las fotos adecuadas para poder recordarlos con precisión.

Nada más llegar al camino principal oigo voces de gente que viene rodando y mientras me van pasando por delante voy comprobando si conozco a alguien y finalmente aparece, conversamos un poco mientras el grupo remolonea por los alrededores hasta que de repente desaparecen y dejándome con la duda de si seguir su estela o bajar a la carretera por otro lado, finalmente decido seguirlos pero mi avería solo me permite bajar y ahora debo empezar a subir por lo que me obliga a modificar los topes en el raíl para que se mantenga arriba y pueda pedalear, lo que pasa es que me queda a varios centímetros de la altura adecuada y voy un poco encogido con lo que si la pendiente se empina me cargo de piernas enseguida y debo parar a calmarme o directamente caminar pero al menos puedo pedalear en muchos tramos. Pese a ese contratiempo decido no volver por asfalto a la ciudad y prácticamente hago la ruta en sentido contrario que la mañana con alguna pequeña variante para el desahogo, ahora habrá que ver si soy capaz de desenroscar la parte que ha quedado dentro y buscar un tornillo adecuado, si no fuera así habrá que apañarse un cierre nuevo, todo es probar.


Prueba superada

No, no es que esté equivocada la hora de la traza, está bien, es que salí a esa hora impropia de un bikero de honra, a ver, que nadie se sienta tampoco ofendido ahora pero es de cajón, cuanto más tarde sales menos pedaleas y los sábados sí son para pedalear.

El jueves ya había salido y no mucho más temprano que el sábado, se ve que esto de gandulear afecta seriamente a los horarios, pero como iba a ser algo más corto no influía especialmente. Elegí ese día la serra de Son Camps, con el pujol des Gat como su máxima dificultad, sobre todo si vas desde la carretera donde se da por seguro que habrá que empujar para llegar arriba. Me acerqué hasta el golf Son Muntaner y después hasta las casas donde fui recibido por un ruidoso can que no me dejó tranquilo hasta que estuve bien lejos y procurando no equivocarme para no tomar el desvío que va hacia la rejilla que te va a obligar a llegar andando a la carretera aunque más o menos es lo que hice ya que la subida si está húmeda es limo puro, todo es patinar, hasta andando.

Calor y más calor y tuve que quitarme alguna prenda ante la subida que se avecina, un poco de frescor no viene mal, ahora al menos puedes ir contemporizando con el vestuario, en el verano no te queda otra que sufrir sí o sí. Subiendo oía a alguien por detrás pero no vi a nadie y no fue hasta el coll des Vent cuando pude saber quienes eran, dos bikeros con presencia y monturas muy diferentes, uno con una Ghost de enduro que me gustó bastante a primera vista y otro con una rígida que, en contra de lo que pudiera parecer, había subido peor, también llevaba bastante tiempo sin coger la bici, según me comentó. Charlamos un poco el compañero y yo mientras él probaba la bici de enduro por los alrededores y como era de suponer volvió muy satisfecho, no es para menos.

Ellos no tenían la misma ruta en mente que yo y se fueron hacia el mirador d'en Quesada y yo hacia la torre de vigilancia, mi primer obstáculo se me presenta enseguida y puedo solventarlo aunque tampoco habría apostado por ello, el segundo ya es harina de otro costal por no poner directamente imposible. A partir de ahí es prácticamente todo hacia abajo, las subidas que puedes encontrar ni siquiera podrían considerarse un repecho, una rampa como mucho. Voy dejando desvíos a derecha e izquierda, quiero llegar al final, o casi, por eso desde el coll de Son Marill continúo por la pista hasta coger el desvío de la mina y el coll des Garrover desde donde obvio las bajadas clásicas y voy a buscar otra que discurre por la ladera en lugar de la torrentera aunque se llegan a juntar antes de llegar a la carretera donde, a excepción del tramo de bosque que empieza en el cruce de Establiments, se puede decir que hemos dado por terminada esta mini ruta pero que cumple perfectamente las expectativas que te puedas plantear, sin ser nada del otro mundo empero.

Por eso digo lo de los sábados, ahí hay que echar el resto y planificar no diré mega rutas pero sí más ambiciosas, que visto sobre el papel y a primera vista, se podría decir que tampoco fue así, de todas maneras había un reto importante para mí, la subida a la ermita de Maristela desde Son Ferrá, es decir, por el cemento, aunque quizás sería más correcto referirse a hormigón por cuanto se necesita la máxima adherencia en esa subida por lo que supongo que le echarían bastante gravilla y dejar la superficie muy rugosa para facilitar la tracción, desde luego es lo que yo necesito en esos momentos, si se produjera un mínimo resbalón daría con el traste toda la subida ya que es imposible volver a arrancar y sí, pude subir sin que el desarrollo (o la falta del mismo) fuera determinante, de hecho no paré en el rellano del mirador ante mi propia sorpresa, aunque luego sí paré más arriba pero solo el tiempo justo para echar unas fotos de unos puntos concretos de la subida que me interesaba obtener.

Llegué a la explanada y estaba allí un grupo de bikeros con sus bicis eléctricas, solo uno de ellos iba con una convencional aunque probando varias de ellas en vistas a su próxima adquisición, hola y adiós, voy a continuar hacia las ermites velles y haré el itinerario al revés de lo que suele ser costumbre, de hecho no recuerdo ni siquiera cuándo fue la última vez que lo hice, quizás con los bous pero no fue completo, íbamos a buscar otras cosas, esta vez lo haré entero. Me cruzo con el grupo de Jorge. por segunda vez ya que nos habíamos visto justo traspasar la barrerita de Son Ferrá, ellos iban hacia Sobremunt por asfalto y harían la ruta en sentido contrario. Casi es nueva para mí la ruta, todo el tramo de tierra es en subida por lo que es lo más parecido a un camino nuevo que te puedes encontrar y la única bajada en condiciones ahora es el camino ancho de Bunyolí donde aprovechar al máximo para corroborar sensaciones respecto de la máquina e ir ganando confianza en cuanto generamos velocidad ya que obstáculos no hay muchos que digamos.

En general los objetivos se cumplieron con creces, la verdad es que iba un poco a verlas venir en la subida y fue mejor de lo esperado, y diría que no solamente en ese tramo sino en toda la ruta, de principio a fin, acabé eufórico y satisfecho, ¿qué más puedo pedir?.


Desde abajo

Ni me había planteado la ruta ni nada que se le pareciera dignamente, por eso salí de casa pensando en rodar por algún sitio cercano, quizás el mirador de n'Alzamora que hace bastante que no paso por allí y seguramente subiendo por el PT3 que para empezar no está nada mal, después, según ganas, bajar por alguna senda más o menos concurrida desde la carena, todo es posible, o bien por alguna de las más conocidas y pisadas, más o menos ese era el plan. Lo que pasó es que ya desde el principio no me acabé de decidir por donde tirar e iba divagando por el carril bici de acá para allá y acabé por salir de la ciudad por la carretera de Valldemossa así que tiré hacia el Secar de la Real y por algún camino de por allí aparecí en Establiments y fue salir a la carretera y cambiar el chip, me voy a Bunyolí aunque ya desde el inicio pensaba que no llegaría a las antenas, entonces no queda más remedio que tirar hacia el coll des Grau.

Venga, vamos hacia arriba, ponemos un desarrollo cómodo dentro de lo que cabe, creo que era un 32, y a ver hasta donde llegamos, y la verdad es que me fue mejor de lo esperado y pensaba que si no había nadie en la cadena subiría directo hasta Sobremunt pero sí, alguien había allí, eran dos, de hecho uno de ellos se estaba dirigiendo a mí y yo miraba al otro pensando “pero si no le conozco de nada” sin darme cuenta de quién me hablaba realmente. Batualmón, en Terròs, si creía que estaba ya jubilado si fuera por su actividad en Strava, claro que también hay mtb fuera de ella y de hecho con bici nueva aunque abierta de patas y en postura casi indecente, y lo que permaneció así porque estuvimos peleándonos con una cubierta que no quería acomodarse en la llanta y tal fue la irritación general que nos cargamos dos cámaras pinzándolas con los desmontadores, total, que nos quedamos sin repuestos menos mal que por allí apareció Musaquillo con otro compañero y tenía de la medida que necesitaba y entre todos metimos la cubierta a sitio y pudo avanzar, aunque eso es un decir ya que entre pitos y flautas se les pasó el arroz y partieron todos para abajo.

Y ya que no tenía a nadie con quién discrepar me metí por el desvío de Can Manent para llegar arriba por el lado contrario de lo que se suele últimamente. Ahí si que no paré y seguí hasta el ramal de ca na Lluïsa y el Pouet de Sobremunt y más allá, tramo no muy largo pero tus 3 barreras no te las quita nadie. El paso por el bosque es un paseíllo con algún que otro árbol atravesado aún hasta salir a los campos abiertos donde hay que bajar por pista hasta los safareixos que están al lado de la problemática barrera aunque hay novedades, es cierto que había visto alguna salida por la zona y no apareció ningún comentario al respecto y aunque éstos no sean habituales me pareció intuir que no habían tenido pegas para atravesarla, y efectivamente así fue, está la barrera que da pena, es verdad, pero al menos se puede abrir, creo que tenía unas cuantas vueltas de duro alambre para no poder abrir el mosquetón y puede que alguien llevara unos buenos alicates para remediar la cuestión o bien que el propietario necesitara pasar o no quería que se fuera la columna de bloques abajo al intentar subirse alguno, quién sabe.

Sin más contratiempo llego a la carretera y solamente debo descender cerca de un kilómetro aproximadamente para llegar a mi punto de inicio. Se trata de una pista forestal privada que serpentea por el interior de la finca y donde evidentemente no vamos a ser bien recibidos si nos cruzamos con alguien, ya sea trabajador, propietario o cazador, esperemos que la única dificultad sea el propio camino. Debo comentar que nunca había empezado desde aquí, acabar sí, pero subir nunca y desde luego sabía que no sería fácil ya que la recordaba con bastante pendiente. En principio quería ir hacia es Tomassos y para ello debía llegar hasta lo que creo que es un depósito de agua cubierto y tomar un desvío cercano, no lo hice y continué para tomar otro más alejado que además se quedó cortado no muy lejos y claro al darme cuenta ya no volví atrás y seguí hasta encontrar la fuente por donde recordaba haber pasado en otras ocasiones y casi lo preferí, haría la vuelta entera en lugar de recortar y sin grandes agobios ya que nos encontramos lejos de las casas, otra cosa son los tramos de pendiente dura que tenemos por delante pero nada que no superen unas buenas pedaladas.

Pronto llegamos a la línea del bosque y la pendiente disminuye, todo en conjunto ayuda pero tenía hambre y me paré en el cruce por donde teóricamente debería haber aparecido aunque sin ningún remordimiento. La subida, a pesar de no ser fácil, es posible realizarla entera sin faltas si estás un poco fuerte, el piso y el terreno se prestan a ello y las dificultades son muy puntuales aunque habremos de pararnos arriba sí o sí para abrir la barrera, no queda otra si vas solo.

Y justo llego al cruce de caminos oigo voces y vienen dos bikeros desde las antenas, el primero pasa y saluda pero conozco al segundo y se para, es Marçal con su gorda que se pasea por allí y como vamos en la misma dirección partimos rumbo a la ermita, ellos quieren bajar directos hacia el camí des Correu y me parece bien. No hacemos una tirada directa, nos paramos en algunos puntos para reagrupar y al final giramos hacia la fuente donde el compañero se dio una morrada sin consecuencias, después tiramos hacia Son Malferit y Palma, yo los perdí antes de llegar a Establiments, se me había bajado un poco la tija y por no parar a sacar una allen iba encogido de piernas y casi sin velocidad, el sistema de tija que lleva la orbea no está mal pero el tornillo se afloja con frecuencia y no está de más tener la llave a mano para darle un apretón.

Me gustó la ruta aunque esta opción no la tendré como la más habitual ya que es más común que me acerque hasta allí rodeando la montaña por abajo desde Esporles, solamente haces la mitad de subida aunque es la más bonita y menos propensa a que te puedan echar los perros.


Acierto de pleno

Como esta semana tengo que estar localizable por si las moscas no pude aceptar la invitación que me hicieron para ir a Mancor a pedalear un poco por allí, querían hacer una ruta con varias bajadas interesantes y que hace tiempo no cato, de hecho, la del puig de Lloseta solamente la he hecho un par de veces, o una, porque aunque en una ocasión subí por la ladera de Lloseta no me acuerdo si al final bajé por allí mismo o por la pista cementada. Tampoco me causaba gran desazón, de todos modos no podía ir y no cavilé mucho en ello, iremos otro día y espero que con metas un poco más altas.

Menos alto sería mi paseo cercano, de hecho ni me lo había pensado y no es porque no hubiera oído veces durante los días anteriores que iba a llover y lo que me quedó es que empezaría sobre el mediodía y han acertado de pleno aunque antes ya se había producido un pequeño chispeo que me ha pillado en Gènova justo cuando estaba parado reparando un pinchazo y es que antes han pasado cosas y las voy a contar, por lo de empezar desde el principio que es como mejor se entienden las cosas.

La única diferencia de esta jornada a otros días es que hoy me he puesto dos camisetas para salir y aunque eran poco más de las ocho he pasado bastante calor, pese a que las dos eran de manga corta, tentado estaba de quitarme una. Me he ido carrileando hasta el parc de sa Riera y he atravesado por la cuesta hasta el de arriba, donde la petanca, para continuar hasta el centro comercial y desde allí empezar a rodar por tierra atravesando la finca por algunos de sus muy numerosas rodadas hasta el torrente donde me he entretenido practicando algunos lances en un escalón, a estas alturas y con ésas, seguro que piensa alguno, y con razón!. Eso ha sido después del episodio con la perra que me ha dejado claro que ése era su territorio cuando me ha enganchado el tobillo pero sin llegar a apretar, solo a modo de advertencia, y tampoco se notaba preocupación en el dueño así que la cosa no ha pasado de la anécdota.

Para salir de allí toca atravesar algún paraje más o menos pisado pero hoy he querido ir a dar una vuelta y me he metido por algún tramo menos concurrido y ha sucedido lo inevitable, de pronto iba culeando de atrás aún antes de salir a la carretera y no he querido meter mano sin probar al menos que estuviera pinchada de verdad, un poco de bombeo y a continuar pero no he llegado muy lejos y me he tenido que parar en el semáforo de Gènova para cambiar la cámara y ahora es cuando llegamos al punto por donde había empezado el relato y podemos continuar desde ese instante.

Decía que he tenido que cambiar la cámara trasera pero antes he repasado a conciencia la cubierta y he encontrado numerosos pinchos clavados, ahora hará falta saber cuántos han pinchado la cámara antes de poner siquiera el primer parche y es que en alguna ocasión he tenido que poner tres o cuatro seguidos al ir apareciendo agujeros uno detrás del otro.

Subidita al monumento y sudando y eso que no lucía el sol ni mucho menos, todo gris, gris, gris pero al menos había terminado de llover así que me he decidido a continuar al menos hasta el coll des Pastors y aparte de los moteros todos los que me he encontrado venían en sentido contrario, donde más había estaban en los alrededores del coll, los he visto cuando me iba pista abajo a buscar alguna bajada interesante que meter en el zurrón, la conocida como Caseta des Pinar me ha parecido la más idónea, más rápida que lenta y sin excesivas complicaciones, de hecho antes la hacíamos subiendo, ahora no creo que fuera capaz pero más o menos se asemejaba bastante lo que iba recordando a lo que me iba encontrando, ha estado bien.

Justo donde empieza este camino en la urbanización hay una serie de senderos que van junto o solapando el torrente que van estupendamente para llegar hasta abajo, hasta puedes cruzar la autopista por debajo pero me he hecho un pequeño lío y solamente he hecho los primeros y pese a saber que podía entrar por la pista de tenis he bajado por asfalto, una pena.

En la vuelta ha sido cuando ha empezado a llover con más insistencia y al final he quedado empapado hasta abajo pero la temperatura, pese al viento, era bastante suave y no tenía sensación de frío aunque tampoco diré que sea cómodo el circular bajo la lluvia y más que bajo de, sobre de, porque casi te empapa más la que te escupe las ruedas que la que te cae encima, pero bien, una duchita caliente lo arregla todo y a pensar en la siguiente.


El rondo

Parece que el fin de semana se estira y que hará hasta calor, situación un poco engañosa porque en realidad solo notas esa sensación si estás directamente enfocado por los rayos solares, de otro modo, al meterte de pleno en los bosques la temperatura se rebaja bastante al estar todo bastante húmedo, pedrolos incluidos.

Me había parecido que una visita a la mola de Planícia daría pie a un buen argumento bikero pero afrontarla como tengo pensado, con los casi 900 metros en vertical de corrido, me daba un poco de pereza en estos días, por otra parte ya había descartado ir a Lluc, más que por la ida por la vuelta y las condiciones reinantes, así que me decidí por algo más liviano, la Comuna de Bunyola, ¡gran atrevimiento!.

Partí por el itinerario clásico de Son Macià y allí pude encontrar la primera sorpresa, me fijé en que no había coches aparcados y que la puerta de la cocina estaba abierta y en un vistazo rápido noté desorden en el interior lo que hizo que volviera atrás a fisgar un poco y efectivamente está más que desordenado, está hecho un cisco, paré un día a hablar con quién estuviera por allí a preguntarle por el tema de la barrera y no me había parecido que aquello estuviera en tamaña ruina así que me paseé un poco por allí dentro y la verdad, lo que vas viendo va de mal en peor, se está cayendo en pedazos, a saber lo que pasará a partir de ahora (quién quiera ver algunas fotos las tiene en el álbum correspondiente).

Había pensado en salir a la carretera por Son Sales entrando desde Planera no por la barrera, que está cerrada, sino por algún paso libre del linde y justo al ir a hacerlo sonaron varios disparos, ¡rediez, cazadores! no había caído en la cuenta y no es cuestión de ir a ganarte algún sobresalto en el menor de los casos así que me volví a dirigir al camí de Muntanya en un giro que visto sobre la traza no tiene el menor sentido si tu destino es Bunyola, sea como fuere ya estaba encaminado sobre el camino de tierra que no iba a abandonar hasta la carretera de Santa María.

Puestos en posición aerodinámica toca afrontar los últimos kilómetros de asfalto hasta el pueblo confiando en cruzarte con el menor tráfico rodado posible por si las moscas, de hecho puede que hubiera más ciclistas que coches en ese tramo, un grupo me pasó pero tampoco se alejaron mucho y de hecho cuando aceleré un poco iba recortando distancia y mientras tanto oía voces por detrás que se iban acercando pero que no me llegaron a pasar hasta que llegué a los chalés y me disponía a girar, no sé cómo no les dio vergüenza el chupar rueda de esa manera en esa mini subida, ¡que un plato de 30 no da para tanto!.

Había una bici de hiper en el aparcamiento pero el tiempo que estuve no apareció personaje alguno a interesarse ni tampoco nadie montado vi u oí en toda la subida aunque sí bastantes coches, de escaladores sobre todo, y caminantes... perdón, perdón, algunos XC sí bajaron, rectifico. En las mesas sí había alguien, tres bikeros que iban a hacer un bosque y la k3? y se fueron un poco antes que yo a completar la faena mientras por mi parte iba a dar la vuelta a toda la parte alta, pasando por el depósito y volviendo por el penyal, allí iba a poder valorar algunas dificultades con los nuevos desarrollos, no me fue mal pero en mi empeño en no reventar las cámaras había puesto demasiada presión (no medida, solo presentida) y en algún punto tuve pérdida de tracción aunque más lo achaco al desentreno que otra cosa.

Paré arriba y fue en la vuelta donde me crucé con multitud de caminantes, casi todos extranjeros, me pareció bastante raro, la verdad. Quise hacer la variante del comellar d'en Cupí pero lo escurridizo del suelo en la zona complicada no me dio ninguna confianza (no me la da en seco como para hacerla en mojado) y la pasé andando. Un poco mejor me fue en las zetas y la parte larga, mucho más asequible aunque con algunos senderistas paseando por allí. Descarté de inmediato continuar por ese camino hacia el pueblo y me dirigí hacia la pista para bajar por los tramos que aún se conservan del camí vell sin tomar las nuevas dresseres entre lazadas que se van abriendo. Me pasaron por allí varios miembros de Aupuja bajando a toda pastilla pero como el camino antiguo a menudo tiene o una mala entrada o una mala salida y te ves obligado a pasarlas a pie enseguida te han sacado mucha ventaja y no pude ni siquiera saludar. Lo que no esperaba para nada es cruzarme con quién lo hice ya casi abajo del todo, un antiguo compañero de andanzas ha retomado la actividad y vuelve a las andadas en lo que espero no sea solo un calentón y podamos disfrutar de su presencia en alguna salida.

Había enfilado hacia el campo de fútbol pero rectifiqué animado por el horario y reculé hacia el pueblo para empezar la vuelta real desde Can Penasso por el GR marcado, camino también bastante concurrido, por cierto. Me queda un tramo de asfalto para enlazar con Son Termens y hacer el camí de Passatemps con sprint incluido y no con los mejores tiempos, dicho sea de paso, después ya la vuelta fue mucho más tranquila y solo con la nota más sonada como son las obras de la rotonda del camí dels Reis en el polígono que no había visto, creo que la ordenarán por semáforos, no sé qué tal será la solución, no suelo pasar por allí.


Pensando título

Parece que ha llegado el viernes y me pilló un poco desprevenido y sin plan a la vista pero sobre todo sin mucho tiempo por delante por lo que tracé una ruta de compromiso, y qué mejor si aprovechamos lo que tenemos más cerca, una Burguesita valdrá, pero lo que tenía que ser una salida rápida y con vuelta a media mañana empezó ya con retraso y no nos pusimos en marcha hasta las nueve y media, a este paso no hacía falta ni llevar comida, no íbamos a parar siquiera.

Subimos hasta Gènova y atacamos por la vía directa y nos encontramos a dos ciclistas en el mirador, no eran los primeros, de hecho nos habíamos cruzado con bastantes, parecía como si los hubieran echado de casa a la mayoría. Llegamos al monumento dos por delante y dos por detrás y ésa es la configuración que se fue repitiendo a lo largo del camino hasta el coll des Pastors porque entre llamadas de teléfono e ir a plato pequeño no volví a ver al compañero hasta allí. Los dos chavales (de menos de treinta, me refiero) iban también a trompicones, uno de ellos parecía ir bastante bien pero el segundo iba sufriendo de lo lindo, y además no tenían nada claro de por donde tirar, entablamos conversación pero ante tal panorama y al observar las bicis no se me ocurrieron muchas opciones que comentar, cualquiera de ellas me parecía que les sobrepasaba por uno u otro motivo pero al menos eran voluntariosos.

La peña que pasaba por allí o que nos cruzamos era numerosa y abarcaba muchas actividades físicas y también del motor y tampoco faltaron los cazadores en su primer día de levantamiento de veda. Uno de ellos me informó, de forma muy sarcástica por cierto, de las distintas fincas públicas existentes en la isla donde nos iban a recibir a nosotros y a nuestras bicis con los brazos abiertos, le agradecí la información y le aseguré que no nos saldríamos del camino por si acaso. Al final los chavales bajaron con nosotros en dirección al coll des Vent pero tuve que parar en el hormigón porque volví a dar un llantazo en la zona de piedras anterior, ¿será verdad que tengo que meterle más presión? y es que ni siquiera noto el golpe, me viene de improviso, solo me faltaba ya eso para acabar de perder más tiempo si cabe, entre una cosa y otra nos iban a dar las uvas.

Cambiamos cámara y nos dirigimos a la carretera para hacer una vuelta directa y rápida por las dresseres aunque no tanto como para volver a encontrarnos a los dos ciclistas cerca de Son Dureta donde tenían aparcado el coche, otro rato de charla y más avisos del móvil respecto a las paradas de la ruta, menos mal que entre ese punto y casa ya no tuvimos que parar más y aún llegué a tiempo para que la bronca no fuera tan gorda como imaginaba, reto superado.

Por la tarde me pude dedicar un rato a quitar toda la arcilla blanca que llevaba pegada de donde los militares y dejar la máquina lista para lo que se entiende como la RUTA SEMANAL, aquella donde se marcan serios y concretos objetivos a cumplir, el problema es que ese apartado me lo había saltado y estaba en blanco así que me centré en la última salida y me propuse modificar lo que había empezado ya que el final no fue el previsto, recorté por horario y por dudas, hubiera sido ir en sentido contrario y habría habido conflicto seguro, así que lo dejé para otra ocasión, pero bien, ¿porqué no hoy? nada ni nadie me lo impide así que doy por hecho que eso es lo que voy a hacer y así, mientras voy pedaleando en dirección al Parc Bit voy enlazando mentalmente un recorrido que me satisfaga.

Se trataría de recorrer unos itinerarios poco conocidos y hay motivo para ello, aunque en un primer momento el camino está limpio a medida que vamos avanzando éste va perdiendo definición mientras la vegetación invade todo el ancho impidiendo el avance, de hecho al final hay que subir por la pendiente hasta encontrar una pared de rejilla que cuesta atravesar, y después múltiples cruces de pistas dificultan la orientación y para acabar de redondear el pastel al llegar a la pista principal empieza una dura ascensión solo apta para los más avezados y eso sin mencionar que ahora la barrera que hay a mitad de camino está cerrada y no hay forma de traspasarla, otra vez debemos buscar una solución a través de la rejilla y el ir solo tampoco ayuda en absoluto, está claro que no es un recorrido que aporte mucha diversión que digamos y yendo en solitario, menos.

Me costó llegar arriba por la misma dificultad del camino pero mi intención no era continuar sino dirigirme hacia el coll d'en Claret y desde allí buscar algo conveniente. Después de recorrer más o menos un kilómetro por asfalto me doy cuenta de que me he dejado el móvil ahí arriba, muy silencioso estaba todo, por eso me dí cuenta, y tuve que volver a toda leche a buscarlo y ahí estaba. Repito camino y me paro en la entrada de Son Ferrandell y me parece que está más cerrada que antes y sigo adelante sin comprometerme. Al llegar a la carretera me dirijo hacia lo más alto por el vial de la urbanización y encaro la entrada al camino que me debe llevar abajo y justo cuando estoy a punto de levantar la bici oigo unos gritos de uno que pasa en un vehículo e intuyo que se me está dirigiendo, no llego a atravesar la barrera y el tío para un poco más adelante y viene hacia mí preguntándome qué a dónde voy, lógicamente la conversación no llega a ningún puerto pero el hombre no se marcha, y no solo eso sino que llama a alguien por talki y móvil, menudo despliegue. Me como un plátano, me paseo por allí, saco fotos pero sigue en sus trece y para no complicarme más soy yo el que se va hacia la urbanización para hacer toda la bajada hasta Mirant de mar y hasta me parece que me crucé con ellos por alguna de esas calles, no parece que la consideración de camino público por parte de las autoridades haga mucha mella en la opinión de esos personajes enfrentándose con todo bicho viviente que por allí osa circular.

Bajada interesante, muy apta para coger velocidad si es ése nuestro objetivo, por eso al llegar a la explanada decidí continuar el descenso hasta la carretera en otro tramo donde pude comprobar de primera mano el incremento de seguridad que aporta la nueva máquina, que no se traduce en decremento de tiempos, esa es la verdad por otra parte.

Al llegar al cruce de arriba había bastante movimiento y es que al parecer habían atropellado, o quizás había caído solo, a un ciclista extranjero y allí se encontraba una ambulancia y el personal médico realizando las primeras curas. Lo que son las cosas, solo en el tramo entre el cruce del port y el desvío hacia Esporles me pasaron unos cuantos casi rozando el manillar tan panchos, ni al medio minuto de haber comprobado las consecuencias de un accidente son capaces de apartarse el metro y medio reglamentario, no es de extrañar que en cuanto pasara por el cruce del camí des Correu corriera a meterme por ese sendero, ese apaño de camino metido ahí a presión ya que el camino original debía recorrer la misma senda que la carretera actual.

Como no quiero bajar al pueblo es cuestión de ir a buscar el enlace de la Font de dalt por el safareig cuyo camino de acceso desde Son Tríes también precisa de una buena poda. Me queda lo que será ya la última subida del día por tierra hasta el sendero de arriba ya muy cerca de la fuente que supero de una tirada, creo que es la primera vez, y después de pasados ya los escalones me acordé de que debía haber echado una foto a la fuente y mientras vuelvo atrás me cruzo con un trío que vienen de allí, un saludo y no más y una vez tirada la instantánea vuelvo sobre mis pasos para salir a la carretera y subir el último tramo hasta lo alto donde veo que están saliendo por la barrerita otros bikeros que vinieron tras de mí por Son Malferit y como son cuatro las barreras que hay que cruzar en esa posesión nos fuimos encontrando en esos puntos, los dejé en la última porque se paraban a esperar a la fémina del grupo que iba un poco más lenta, de hecho fue el único momento que la vi, venían de la Fita y mientras esperaban charlamos un rato antes de separarnos.

Constatar que no me supo tan mal no poder hacer ese tramo ya que hay alternativas tan buenas o mejores, por ese aspecto no sufro pero tampoco me quise meter en discusiones sobre los caminos que no llevan a ningún sitio y tampoco creo que fuera ése el interlocutor válido, posiblemente eran los arrendatarios de la finca y siguen instrucciones de arriba, ya hace años nos pudieron dar su versión en una ocasión donde nos pararon en las casas de camino a Esporles, queda por ver si con la nueva normativa que se prepara con respecto a estos temas varía en algo la posición de la propiedad, está más que demostrado que circular en bici no ayuda y por lo que entendí por allí ni siquiera los senderistas tienen mejor cartel.


Estret

Después de una ruta donde no había brillado especialmente no me esperaba gran cosa para esta semana, no era apatía ni pesimismo pero tampoco había preparado algo como para sentirme resarcido y poder quitarme ese regusto del paladar, por eso no salí con una ruta clara y concisa sino más bien todo lo contrario.

Tenía que venir un compañero y desistió de buena mañana por lo que el único límite era mi propio aguante y/o curiosidad (más bien lo primero) pero también con la salvedad de que podría estar más concentrado en mis propias tareas, estoy en estas últimas rutas realizando más fotografías de elementos que no tienen un valor paisajístico intrínseco pero sí de su localización en un mapa, es decir y con otras palabras, estoy recopilando puntos de paso, en inglés waypoints, aprovechando las características de la cámara que sí me da esta información y es que si vas acompañado o acompañando estoy más pendiente de otras cosas y se me pasan muchos puntos que podrían ser interesantes.

Lo que sabía cierto es que quería ir a Valldemossa pero no por Esporles sino directamente por Raixa y Raixeta para encaminarnos después hacia la Moleta rodeando las casas por su trasera. Ya lo hice la última vez que pasé por allí y me crucé con alguien ya en la subida pero solamente nos saludamos, ni siquiera paró a interesarse por mi presencia por esos barrios por lo que pude continuar sin problemas. En esa ocasión si no recuerdo mal continué hacia el camí des Caragol y bajé hacia la font des Polls pero esta vez quería ir hacia Son Verí.

Ya en Raixa me fijé en el cartelito que hay clavado en el poste junto a la barrera (ya debía estar la última vez que fui pero como seguimos por el camino de abajo no lo vi) y que señala directamente al pueblo ¿quiere esto decir que realmente hay vía libre? y recuerdo entonces que algo he oído al respecto aunque no me consta que oficialmente así sea, parece pues que es el día adecuado para descubrirlo.

Se me hizo corto el trayecto y eso que ni mucho menos realicé mi mejor crono pero las sensaciones así me lo confirmaban. Paradita en las casas en ruinas para estirar las piernas y continuar por el tramo más complicado del camino pegado al torrente precisamente porque éste ha desaparecido erosionado y/o camuflado casi por completo de manera natural, no parece pues haya habido cambio alguno desde el último pase. Dejamos atrás el portillo y el cruce de las casas pese a desobedecer la flecha indicadora que nos señala esa dirección y seguimos por la pista hasta enlazar con el camino asfaltado de las casas.

He vuelto a notar ahí el mismo desajuste del cambio trasero (eso sobra ya que no hay otro) que la semana anterior y justo es cuando necesitas mayor potencia y me tengo que parar a intentar solventarlo y para ello solo dispongo del tensor de la maneta al que doy vueltas de un lado para otro hasta que me parece que los chasquidos cesan y puedo continuar sin problemas, al menos aparentes. Una vez arriba dudo entre ir a subir por los establos o por la pista del chalé y aunque ya he salido en dirección a la carretera me desdigo y vuelvo atrás, me parece más interesante la segunda opción y creo que igual de erróneas las dos porque si no voy equivocado el GR pasará por las casas y subirá por otro lado pero de momento yo tomaré esta opción, lo que pasa es que no estoy seguro de dónde me tengo que desviar pero aún así dejo de lado el primer desvío casi abajo sin temor a equivocarme y cuando veo el segundo sé que es por ahí.

Se trata de una especie de pista aplanada paralela a una rejilla aún dentro de la zona de bancales pero que pronto encontramos el portillo que da acceso al bosque continuando también al costado de la rejilla. Éste es el tramo que peor se encontraba y justo detrás de las casas aún persisten algunas dificultades pero en general se puede decir que es ciclable en toda su extensión presentando un aspecto bastante digno. A continuación parece que ha habido algunas mejoras pero hay que adivinarlas, no hay nada señalizado y tuve que investigar un poco por allí para dar con el itinerario correcto, hay que pasar otro botador antes de enfilar hacia la fuente, o más bien lo que queda de ella, de la mina solo brota un fino hilillo de agua, prácticamente es un goteo, y tal cual se fue al suelo la estructura así ha quedado, al final se perderá todo.

Para salir ya no hace falta atravesar la pared ya que se ha desplazado la barrera unos metros hacia el interior y tenemos salida franca. Solo nos queda pedalear unos metros y estar atentos al desvío también sin señalizar aunque una pintada en el suelo lo delata. Sendero rápido que accede a algunas propiedades de la zona pero que no tienes tiempo de contemplar, hay que concentrarse en lo que está uno metido. Al llegar a la carretera opto, tras alguna indecisión, por subir hasta la plaza del pueblo y comerme allí un tentempié entre los paseantes tras lo cual voy a buscar la bajada que da a la carretera vieja y desde ese punto coger el ramal de la depuradora para continuar por el antiguo itinerario hacia Son Salvat, y se nota que ha pasado la brigada por allí, no ha quedado ni rastro de matorral ni zarzas.

Pont de s'Estret, punto crucial de la ruta, enfrente tenemos el camino que se encarama hacia la pared rocosa ahora con lo que queda de la barrera metálica y que no impide el paso como antaño. El primer tramo es más sendero que otra cosa casi pegado a la pared y con desvíos que se dirigen a los diversos puntos de escalada, desvíos que voy dejando atrás hasta llegar a la intersección con un camino de carro que baja hacia las casas cercanas, nuestra ruta pues, es hacia arriba. Este tramo no tiene mayores complicaciones hasta la siguiente barrera que fue donde me encontré a los dos alemanes que subían conversando tranquilamente y no sé adonde se dirigían, no creo que ni ellos lo supieran realmente.

A partir de este punto empieza el cacao, una espectacular obra de ingeniería que nos va a poner a prueba en todos los aspectos, solo nos queda disfrutarla a rabiar. Una vez terminada la parte dura pasamos por el porxo y todo vuelve a la calma, estemos atentos para dejar atrás el desvío de bajada y continuar de frente para llegar al final del camino unos minutos después junto a un rancho de carbonero. Hay un sendero muy marcado que se encamina hacia la pared de arriba que aunque no tenga paso peatonal hay que atravesar junto al coll de tords para ir a parar a la pista que se ve más abajo que bien se puede hacer montado.

Hemos aparecido junto a un aujub y debemos tomar dirección en ascenso, pasaremos frente a otro grupo de construcciones y es donde empieza la parte más dura aunque no es muy larga, desde luego la bajada que viene a continuación es mucho peor que esta si la hacemos en sentido contrario. Vamos circulando por la amplia pista que desemboca en otra asfaltada que acaba a su vez en la explanada de la casa des bosc, a partir de este punto volvemos a pisar tierra y piedras, nuestro hábitat natural y donde pueden empezar a surgir algunas dudas sobre qué desvío es el que hay que tomar si vas hacia Esporles, de hecho seguí recto cuando llegué al forn y tuve que volver atrás, por ahí no era, esa pista realiza un bucle y va a dar a la asfaltada, luego cogí el correcto y me dispuse a probar ese sendero de bajada y me lo pasé bien, pude hacer más de lo que esperaba y al llegar al desvío en lugar de continuar volví a subir por el comellar por otro sendero menos rocoso y que vuelve a la pista de arriba, grata sorpresa, ahora lo tenía todo de frente para hacer una bajada directa hacia el coll de sa basseta sin prácticamente ninguna dificultad insalvable aunque no pueda decir que la pasara con nota, solo sé que me lo pasé pipa.

Si no hubiera sido tan tarde hubiera podido apartarme de los convencionalismos y volver por otros derroteros más acordes con nuestros gustos pero el horario manda y una bajada rápida por la carretera hasta Esporles es lo suyo para ahorrar tiempo aunque tomé el último tramo de tierra señalizado y ahí se puede considerar que terminé la ruta pero evidentemente tenía que volver a mi punto de partida pero eso es circunstancial, lo que realmente me fastidió después fue comprobar que con el fallo del teléfono aparte de cambiarse la hora también se paró la grabación de la traza y no me di cuenta hasta Son Cabaspre donde lo volví a activar, una auténtica pena y que con toda seguridad va a ser la excusa para volver a repetir la ruta más pronto que tarde, mejorando el final, por supuesto.


Es Rafal y más

Dado que tenía medio hechos los deberes prosperaba en mi ánimo el encontrar un camino a poder ser ciclable pero del que no tengo ninguna noticia de que se haya circulado por él, no ya en bicicleta sino ni siquiera a pie aunque si está en el mapa es porque sí se ha recorrido aunque no por eso se tiene alguna garantía de que sea posible recorrerlo en bici ni de si está siquiera señalizado o no, iré a ver qué encontramos si es que encontramos algo.

Tiraremos por la subida clásica para ganar altura, por el Verger, camino ancho asfaltado y cómodo hasta el restaurante de camino al Castell d'Alaró después de un mini calentamiento por los caminos de Bànyols y alrededores y así no tener que empezar desde cero la ascensión. Alguno hubiera preferido comenzar desde Santa María pero como la exploración era lo último del día preferí hacerlo desde una localización más próxima.

No voy a descubrir esa subida, solamente un ligero desajuste del cambio me producía algún desasosiego y me paré a regularlo enseguida para evitar males mayores, dos cuartos de vuelta al tensor de la maneta y parece solucionado. Nos paramos a echar algunas fotos en el restaurante y durante la subida siguiente me doy cuenta de que el teléfono se ha parado y ha perdido la hora y lógicamente también la traza por lo que no me queda otra que trastear un poco el aparato en el pla des Pouet aunque con la satisfacción comprobada de que la traza no se ha perdido si no que además se reanuda. De todas maneras vemos que es un fallo del ajuste de la batería para con las aplicaciones instaladas que parece que está en su nivel más exigente y las detiene para economizar gasto y aunque creemos que lo hemos desactivado más tarde volvió a pararse justo al empezar el último descenso que es donde me interesaba tenerla, pero bueno.

Ahora viene lo interesante, la bajada a Orient, camino que Juan aún no había visto limpio y acondicionado pero ni aún con esas facilidades logro encadenar dos tiradas como se merecen, y aunque he podido bajar dos centímetros más la tija en su posición descenso ni así soy capaz de ejecutar una faena digna, tanto que estuve por momentos pensando seriamente que hubiera sido mejor haber traído la otra bici, más manejable para mi corta técnica. En cambio en el llano sí se destacaron mucho más las diferencias entre los dos y es que se notan y mucho cuando es la bici la que te lleva a ti y no al revés.

He de comentar que no salimos a la carretera, parece ser que algunos (creo que senderistas) han optado por continuar por el terreno en paralelo a la misma y sin alejarse demasiado y es que cuando se circula por terrenos abiertos no hay problema pero en un tramo que vas por el bosque es imposible circular ya que hay que sortear troncos y ramas que yendo a pie casi ni se notan pero montados es bastante molesto. Después de ese tramo de bosque volvimos a salir a campo descubierto y en momento dado, en un cambio de marjada, me pareció notar algo a la altura de mi cuello y frené inmediatamente, y en efecto se trataba de un alambre, un resto de lo que debió ser una barrera y no pasó nada pero si vienes en sentido contrario, y sobre todo si es de noche es muy probable que no lo veas y puedas hacerte mucho daño, muy a tener en cuenta si se pasa por allí, lo mejor sería quitarlo.

No habíamos llegado aún al punto donde haríamos la parada oficial, ésta debía producirse en el pas de s'Estaló al que llegamos sin problemas al cabo de varios minutos, buen sitio para descansar y aunque en un principio había especulado con hacer una parte de la bajada hacia es Freu para acometer de nuevo la ascensión hacia es Rafal preferimos tirar recto y dejar ese bucle para otra ocasión. Este primer tramo de camino es solo en parte ciclable pese a ir bastante plano pero con el suelo algo irregular aunque después del cruce con la pista proveniente del Freu y tras superar un tramo de pendiente importante se vuelve practicable sin excepciones. No tardamos en entrar en la finca por el hueco de la pared y voy haciendo algunas fotos para situar correctamente los elementos sobre el mapa, fotos que, por otra parte, al final he perdido.

Llegamos a las casas y justo en la pista nos topamos con un payés al que evidentemente no le hizo ninguna gracia vernos por ahí aunque se lo calló, nosotros pasamos sin parar y solamente echamos el freno en el portillo de entrada a la finca, unos centenares de metros más adelante. Allí íbamos a separarnos, el horario manda, y como yo no quería dejar la exploración para otro día cada uno tiró por donde más le convenía, él para abajo directo y yo hacia el corral de cabras. Lo vi claro nada más llegar, cosa que no sucedió hace unas semanas, pero a pesar de estar en buenas condiciones es un tramo muy corto y enseguida estás sobre una pista al lado de una barrera y a la espalda de un porxo y otros más a la vista y decido continuar por la pista una vez traspasada la barrera. Es un tramo cementado por su exagerada inclinación aunque no dura mucho, después continúa hasta finalizar junto a otro porxo.

Tengo buena perspectiva desde allí, la hondonada a donde me dirijo está ahí en el fondo, esperándome y yo me animo a pensar en que si hay una buena bajada hasta el final va a ser de órdago la ruta. Tiro por un sendero limpio y descubierto justo enfrente y que sin cambiar de dirección me lleva hasta dos colls de tords sobre unos elevados peñascos, con buenas vistas eso sí, entonces tengo que buscar por otro lado y creo encontrar un buen inicio tras unas rocas, parece que tiene continuación aunque se diluye en pocos minutos y no veo posibilidades reales de pasar, toca retirada aunque no olvido.

Voy a bajar por la pista aunque buscando por el rabillo del ojo ese desvío, esa dressera empedrada, el resto del antiguo camino que conectaba es Rafal con ses Artigues, al menos en parte, que recorrí hace tiempo pero mentiría si dijera que me acuerdo, solo de un episodio ya llegando abajo donde uno se la pegó, de lo demás ni papa, hablamos de la época pre-internet, no quedan registros, ahora sería todo diferente, cientos de personas (ahora se les llama seguidores) saben dónde he estado después de publicar yo la ruta y éstos a su vez han expandido la noticia (ahora se le llama retuitear), y no solo esto sino que además todo queda grabado y archivado por los siglos de los siglos en no se sabe dónde, el día en que uno quiera borrar su paso por el mundo le va a ser imposible, van a aparecer tus hazañas cuándo y donde menos te lo esperas, quedará de ti lo bueno, lo malo y lo peor, esperemos que para unas risas sí que dé.


Oro negro

Estamos a viernes y ya va siendo hora de volver a coger la bici de nuevo, y hablando de nuevo, he oído algún comentario sobre un corto itinerario de descenso por la zona de Son Vida que va a dar al camino de entrada a la cantera de Son Quint, más allá de Pinar Parc, y como no me he enterado de por dónde llegar he decidido buscarla en los mapas de segmentos de una conocida aplicación ciclista y la he encontrado. No parece muy concurrida por el momento, sus motivos habrá, y me dispongo a recordar mentalmente los pasos a seguir para llegar hasta allí, entro por la entrada principal de la urbanización, después giro, un poco más lejos vuelvo a girar, otro viraje más y después ya recto hasta el final. Sale frente a la entrada de un chalé y tira por el bosque por un sendero limpio y acondicionado para el descenso puro y duro, no parece tener una dificultad alta aunque en los tramos más técnicos no arriesgo y menos en el salto del palé, parece un circuito de velocidad más que de técnica y no dura mucho en distancia aunque siempre es una alternativa a lo ya conocido.

Una vez abajo me meto por la pista del bosque en dirección a la Vileta y voy dando vueltas por allí hasta que llego al cruce del banco de piedra y veo que la pista de subida está arreglada, impúdicamente aplanada diría yo, y no solo el tramo de subida sino toda entera hasta el cementerio y como no tengo prisa vuelvo sobre mis pasos para ir a buscar otras variantes a fin de alargar un poco el día sin tener que descabalgar de la bici. Me atrevo a volver por el sendero pegado a la rejilla del golf pero aunque en los primeros metros se puede circular llega un momento en que se hace intransitable, y eso que me acuerdo de haberlo hecho entero, y debo volver atrás hasta el camino principal y tomar dirección al cementerio otra vez pero ahora por la pista exterior (la que pasa por detrás) y cuando veo el nuevo desvío de la pista que sube arriba la tomo para llegar a la cima y resulta que todos los ramales terminan justo ahí y no tienen continuación, entonces dudo que esté en el sitio correcto, y eso que también la he bajado, no me lo invento, algo ha cambiado o es otro ramal, ramal que no llego a ver a medida que me voy acercando a la salida del bosque y ya no vuelvo atrás a comprobarlo, la resolución de ese poltergeist quedará para otra semana venidera. Repito la vuelta hasta Son Rapinya y continúo hacia Madre Alberta aunque me desvío por el interior del bosque para pisar la última tierra del día ya que lo siguiente hasta el final ya es solo carril bici.

No ha estado mal para el primer día de contacto después de una semana de inactividad a mi pesar, espero que haya sido un buen calentamiento para la salida buena del sábado, la más satisfactoria. Me habían hablado de una salida de los compañeros MIR por la zona de Bunyola, la verdad es que por los topónimos presentados tampoco me enteré bien del itinerario real a seguir, aunque no fue por eso que no fui, había comentado con Juan que saldríamos a probar los nuevos ajustes de su bici y no nos pareció lo más adecuado asistir, iríamos al mismo sitio donde realizamos la prueba inversa para comparar mejor las sensaciones, y eso hicimos saliendo de Palma con el consabido retraso mañanero aunque, en principio, no preocupante por el momento, ojo, por el momento.

Llegamos al punto de inicio de la subida, la barrera de Bunyolí, donde me habían dicho también que había un letrero nuevo sobre tal o cual prohibición y yo lo vi todo igual, ni más ni menos. Lo que no estaba la semana pasada era la tropa que recogía algarrobas, unos las venteaban del árbol y el resto las recogía del suelo, oro negro me comentaron, no estaría de más llevar unas cuantas en la mochila para esos momentos de bajón, le dan diez vueltas a las barritas. Esta vez subiría con mi bici y Juan con la suya para el testeo definitivo pero la cosa no mejoró casi nada, no podía ir yo más lento y así y todo le perdí de vista, y de oídas también porque ya no me respondía a mis gritos de ánimo, le esperaré arriba.

Oigo voces al llegar a la barrera y hay un trío debatiendo su ruta a seguir, conozco a uno de ellos, Marçal, mecánico de bicis y poseedor de una de las pocas fat que circulan por aquí. Debatimos sobre bicis, qué menos, mientras esperamos al compañero y se van un poco antes hacia las antenas sin esperar a la recuperación del recién llegado. Después de un rato de descanso partimos nosotros también pero el guión de la película no cambia, demasiado esfuerzo para tan poca recompensa y al llegar al cruce se quiere marchar, solamente el cambio de bici parece convencerle de lo contrario y efectivamente se produce el efecto deseado llegando arriba con mejor cara de la que tenía abajo. Aún está allí el grupo de Marçal y charlamos otro rato pero se marchan antes y no volvemos a verlos, nosotros salimos unos minutos después.

¡Qué gran camino aquél! Siempre me ha parecido el camino perfecto para una mtb doble pero ahora puedo disfrutarlo más si cabe, no hay color, aunque mi proposición para el día de hoy sea abandonarlo cuando lleguemos a la pared y cruzar directos al pou de neu. Lo de directos es un decir porque se da la puñetera casualidad de que cuando voy acompañado siempre me equivoco al llegar al rotlo de sitja y volteo por las piedras variando de rumbo cada pocos metros para tratar de enfilar la ruta correcta, en cambio cuando voy solo sí voy directo y sin equivocaciones. Tampoco estaría de más que llevara una ruta cargada en el móvil por si las moscas, ¡será por rutas!, pero es más los inconvenientes de consultarla sobre la pantalla que la búsqueda en vivo de la traza correcta así que por ahora voy rectificando sobre el terreno. Efectivamente me cruzo con un camino en descenso que reconozco y a la vez me sorprende porque eso quiere decir que estaba mucho más abajo de lo que pensaba, pero lo que es, es y solo queda rehacer los pasos (porque todo el tramo al que nos referimos se hace andando, claro) hacia arriba para llegar al punto indicado. Solo nos queda un corto ascenso (de verdad, corto) para poder empezar a pedalear aunque ya estemos prácticamente sobre nuestro objetivo, el pou de neu.

Aparece un senderista desde arriba y charlamos un rato, no es de la zona y no controla bien la situación pero por las veces que nos lo encontramos parece que no tuvo ningún problema de orientación. Salió antes dirección la secreta y seguro que bajó mucho más rápido que nosotros, menuda panda de novatos, la verdad es que en este tipo de terrenos voy peor, por ahora son más los inconvenientes que las ventajas. Quedamos en llegar hasta el camino principal y pasar por la ermita, vamos juntos hasta que llegamos a las inmediaciones y yo tiro por las dresseres y él por la pista y al juntarnos volvemos atrás para repetirlas los dos juntos y, sorpresa, el senderista llegaba en esos momentos.

Teníamos el tema del horario siempre presente pero bajar por el cemento no me parecía la mejor opción y descendimos por uno de los caminos sin nombre que hay por allí, el que se junta con la bajada del pozo (otro innombrado ya que realmente no son caminos propiamente dichos sino itinerarios de actividades, no de paso) y al final la consecuencia lógica era bajar directos al área recreativa, dicho y hecho, y ya casi abajo, un poco antes de empalmar con la pista, pincho, y es de repente ¡zas, llanta al suelo! y me extraña un montón porque acabo de pasar por una curva de tierra y llana, no sé dónde he podido pinzar de esa manera. No tenemos todo el día, hay que cambiar la cámara rápidamente y me da por tantear la cubierta encontrando un pincho clavado y ni siquiera me he dado cuenta en marcha.


Inciso: hoy lunes, al poner los parches, me he dado cuenta de que tenía otro pinchazo en esa cámara aparte del pincho por lo que supongo que venía perdiendo presión y al tomar la curva mordí la goma y la casqué del todo, no hay otra.


Lo cierto es que ya hemos perdido un buen rato y el tiempo se nos echa encima, (por cierto, al salir del área recreativa nos cruzamos con el senderista que había bajado por el cemento) y esto hace (el tiempo, no el senderista) que no subamos por carretera sino que bajemos y nos desviemos por el ramal de tierra, mala elección porque en el tramo más rocoso más de lo mismo, rotura de nuevo y tampoco me he enterado de dónde, no hay golpe seco, no es que me fije mucho en las piedras pero si no me doy cuenta de dónde rompo tampoco sé las que hay que esquivar, gran dilema. Envío al compañero por delante, no tiene sentido de que pierda él también el tiempo mirando, y aviso a casa de que me retardaré aún un poco más y ya me pongo manos a la obra con el cambio para bajar a continuación lo más recatado posible el tramo que queda y volver por carretera con los dedos cruzados para no volver a pifiarla, ¡qué gran invento la bicicleta cuando rueda!.