Domingo (con un poco de retraso)

Planeaban ir a Porreres y al final se han ido a los Cingles de Son Rullán. No es lo mismo ni aproximado siquiera pero en algo se parecen: permiten bajar a saco. Lo que pasa es que mientras en un sitio remontas con el coche en el otro tienes que sudar el maillot, y a base de bien. A media semana ya sospechaba que no podría ir a la ruta del sábado debido a algunos quehaceres; o sea, que mi no participación no tiene nada que ver con mi valoración de la ruta, a la que puse un tres la última vez que la hicimos en octubre pasado. Es una valoración´general porque la ruta tiene partes de cinco. Solamente para recorrer els camins de metro la haría. Una zona de falso descenso únicamente alterada por los pinos caídos; creo que llegué a contar unos quince.

De todas maneras me sorprendió un poco la escasa participación sabatina; hubo mucha más gente el domingo en la Comuna debido también a una serie de circunstancias poco habituales. Vino el hermano de Wiro y Genius, éste ausente desde tiempo inmemorial pero poco dispuesto a abandonar nuestro querido vicio. Wiro y Sacarino; Pepe y su discípulo? José Luis. Juantrans, retornando tras acabar la mudanza, y Nando, que casi nunca falla en esta ruta. Me falta uno al que no me esperaba para nada ver de corto, Jromán. Su recuperación es fantástica y no dudó en unirse a nosotros después de unos pequeños paseos con la bici a nivel del mar. ¡Bravo por él!.

El día no acompañaba mucho; la previsión del tiempo era de chubascos esporádicos. Confiaba en que no nos alcanzaran, más que nada para no tener que enfrentarme a las bajadas con las piedras mojadas, uno de mis puntos débiles (uno de tantos) en esto del mtb. La subida fué la habitual de pista + comellar pero arriba ya empezaron las divagaciones. Ví continuar a uno dressera arriba y a otros hacia la pista. Yo iba con Genius y seguimos a José Luis hacia el Penyal aunque pronto lo perdimos de vista entre la niebla que había por allí. No muy lejos recibimos una llamada del grupo informándonos de que nos esperan en Cas Garriguer. No íbamos a hacer la cabra. Impensable. ¿Y los de delante qué? En fin, volvimos atrás. Supongo que también llamaron a Nando porque cuando me reuní con ellos estaba allí pero de José Luis no teníamos el número de teléfono.

Pepe decide ir tras él y yo sigo por la pista por si decidía rodear toda la montaña. No dí con él y cuando vuelvo al punto de encuentro los demás ya han salido por lo que espero un poco más a ver si aparece alguien. Nada. Había oído voces en el bosque un poco antes pero no podían ser ellos dos, Pepe sabía que bajaríamos por allí. Al no venir nadie salgo tras ellos y en contra de lo que pudiera parecer no me planteo hacer una bajada conservadora. Decido soltar frenos e ir lo más recto posible. La trazada lo permite en muchos tramos y me siento feliz al comprobarlo por mí mismo. Claro que, como no tenía con quién compararme me sentía el rey del mambo. Y disfruté de la bajada como nadie. Aunque debido a su considerable longitud en los últimos rectos llegas a perder sensibilidad en las manos por la presión del manillar en la palma de la mano. Sería interesante comprobar si sirven de algo los puños ergonómicos que ya existen en el mercado. Yo únicamente los he visto en bicis de alquiler.

Hubo las primeras bajas en la barrera de Cas Bergantet; Nando y Sacarino por problemas menores en la transmisión. Aún así tuvieron que retirarse. Pepe llegó por el asfalto sin el pupilo. Los que quedamos nos vamos hacia la Comuna otra vez, pero una vez arriba, le entra la vena exploratoria al sherpa y ni siquiera llegamos a cruzar la barrera. Nos metimos por el bosque, como si quisiéramos volver a bajar, pero seguimos recto, a veces sin un trazado claro, hasta una gran pared seca justo donde forma un ángulo de noventa grados.

Tras cruzarla la vamos bordeando en dirección a Bunyola. Allí tengo mi primera rotura. El cambio se va a freir monas. Parto el cambio con una rama que se incrusta en la rueda. Estamos ya fuera del bosque, que queda al otro lado de la pared, y el camino se asemeja más a la clásica pista que recorre las marjades de las posesiones de montaña. Así que, retirada la cadena y el cambio, bajo sin tracción más o menos cómodamente.

La única pega que te encuentras es la rejilla doble que corta la trazada. No queda más remedio que sortearla por arriba con algunos problemillas. Quedaba la duda, al menos a mí, de por donde accederíamos a la carretera. Al final fue por una barrera agrícola cerca de la estación transformadora en la carretera de Es Cocons. Lo vería más claro sobre la pantalla pero no dispongo de traza de la ruta, ni tampoco se ha publicado en la red, por lo que las modificaciones del mapa no serán muy exactas. Lo que me extrañó un poco fue el letrero que había al lado al parecer puesto por alguna consellería pidiendo prudencia y respeto al circular por los caminos. Se trata en realidad de unas recomendaciones genéricas; lo que no teníamos claro era porqué estaba puesto justamente allí.

Wiro y Genius se empeñaron en llevarme en volandas hasta el coche y comprobaron lo que cuesta mover un peso muerto cuesta arriba. Acabamos a la una acortando eso sí la ruta inicialmente prevista aunque hay tiempo de realizarla en ese tiempo siempre y cuando no haya imprevistos. A pesar de eso a algunos aún les dió tiempo a ir a tomar unas cañas justo cuando empezó a llover con fuerza.


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