Castelló

Desde el martes andaba dándole vueltas a la cabeza que no a los pedales intentando montar una rutilla por los alrededores de Sóller después de comprobar que parte de la peña se había enfrascado en participar en una salida con un grupo de ibicencos que están de visita en la isla. La logística era el punto débil de esa salida, con inicio en Pollença y final en Sóller. Con los transportes públicos y el tren de Sóller descartado poca cosa más se podía hacer. Al final, ya que van pocos, lo han podido arreglar con la ayuda de alguno que no va. Descarté mi participación y por eso empecé a darle vueltas a esa ruta. Necesitaba refrescar datos de ese recorrido porque todas las veces que hemos enlazado un pueblo con otro hemos ido por el camino superior, el que pasa por la Font de sa Senyora y luego enlaza con las pistas de Can Prohom, así que ya tocaba catar de nuevo el Camí de Castelló.

Carlos y Juan han venido, también Fibras y Juantrans, y hemos quedado en Can Penasso para dejar uno de los coches. Íbamos a empezar desde el Pujol d'en Banya para hacernos todo el Camí de Castelló hasta Deià y hacia allá nos hemos dirigido por su camino de acceso. Una vez arriba tocaba llanear y probar algún que otro tramo sencillo de bajada. En una de esas, habiendo pasado el desvío del Camí de Rocafort, Fibras se ha empeñado en saltar un pequeño marge que había en un lateral del camino, pero ha perdido inercia y lo ha trialeado; la bici ha podido con él, de hecho se estaba riendo, entonces me he girado y he seguido pero me he dado cuenta de que no venían y he vuelto atrás y la bici ya estaba patas arriba con el cambio metido entre los radios. Al final sí ha caido, él por un lado y la bici por otro, con tan mala pata que se ha doblado la patilla del cambio. Ha sido imposible enderezarla y además se ha cargado el cambio y la llave allen. No puede seguir y tiene que volver atrás, la única pega es que es nuestro chófer y muy amablemente ha decidido que nos iba a esperar para que pudiéramos terminar nuestra ruta, o más bien empezarla, mejor dicho. La opción que teníamos si se iba era volver por carretera hasta Can Penasso, no muy atractiva para algunos, pero muy factible si no alargábamos mucho por Deià. La conclusión es que ha decidido esperarnos y hemos podido continuar sin problemas aunque sin acabar tan tarde como pensábamos en un principio.

La parte de camino hasta Can Prohom es la que tenía más presente, la había hecho con otro grupo pero en la era nos desviamos. Esta vez hemos continuado recto y vemos que el camino continúa con la misma tónica, con bastante tierra en los tramos planos y escalonado donde tiene desnivel, tanto para arriba como para abajo. Cerca del llogaret de Son Coll, en el desvío de la Font de ses Mentides, se ha rehabilitado por completo todo un tramo presentando un escalonado moderno. El resto se puede pasar bien aunque algunos hemos tenido nuestros más y menos en algunos puntos. Por lo general es muy divertido y la idea que te queda al final es que cuanto menos se trialee mejor.

La única nota discordante de todo este paseo ha sido encontrarnos precisamente al final, en un tramo escalonado, un grupo de extranjeros donde ha habido algunos que no se han querido apartar y ha habido que hacer algunas maniobras esquivatorias. Creo que nos querían echar de su camino. En cambio al volver, que lo hemos hecho por el mismo sitio, hemos encontrado a mucha más gente, ningún español por cierto, y todos nos han dejado pasar sin ningún problema y hasta con algunos, sobretodo si se dirigen a ti en castellano, intercambiamos algunas frases. Tampoco cuenta mucho el hecho de que sean extranjeros ya que más tarde también hemos tenido algún roce con otros en mallorquín más o menos sobre el mismo tema.

El caso es que hemos llegado a la carretera y según mi chuleta de deberes del día deberíamos encontrar un desvío hacia la Cala por Son Bujosa. Es fácil de encontrar porque es el que está señalizado como GR. Escalonado pero sin dificultades dignas de mención, lo he podido pasar casi todo sin problemas, más que nada porque tenía a Juantrans detrás acuciándome.

Llegamos a la carretera que baja a la cala justo delante del puente y ahí me sitúo. A ver, si lo cruzo me espera el Camí des Ribassos hacia Deià. Mirando hacia arriba veo otro con un escalonado moderno, debe ser el Camí de sa Vinyeta. Mientras decidimos qué hacer bajamos hasta la cala a merendar. Allí hemos asustado a unos cuantos, una sollerica que se ha llevado un buen sustu y un alemán, Helmut, que lo han tenido que apartar (debía ser un poco sordo). Evidentemente no había nadie en el agua pero sí que estaban los lugareños preparando el inicio de temporada. Hemos descartado llegar a la torre para no hacer esperar más a Fibras y reemprendemos camino de regreso.

De vuelta para arriba decido que subiremos por el Camí des Ribassos a ver que tal es. Bueno. A excepción de un tramo en que hay que pasar unos bancales desmoronados, completamente ciclable. He visto el desvío marcado como Pí de sa Pedrissa. Van apareciendo todos los caminos de la zona.

Sin separarnos mucho del torrente hemos llegado hasta el pueblo pero aún quedan algunas rampas hasta llegar a la carretera. Se que he pasado por delante pero no he visto el refugio de Can Boi. Prácticamente en cada esquina hay letreros del Consell con las indicaciones pertinentes para senderistas (ciclistas no, por la carretera). Para no alargarlo más de la cuenta hemos vuelto por el mismo sitio comprobando que es muy ciclable aunque sea cuesta arriba y ahora sí hemos encontrado bastante gente y cero problemas. Aún no habíamos llegado a la era cuando ha sonado el teléfono. Era Fibras preguntando por nuestra posición. Él estaba en Deià. Se le había hecho larga la mañana.

Desde Can Prohom hemos bajado a la carretera para meternos por Can Bleda y hemos encontrado enseguida la bajada, no como la vez que la estuve buscando que no se por donde me metí. Quizás seguí la pista hacia abajo sin querer enterarme de que podría ser otro tipo de camino, como de hecho es. Sigue la tipología de muchos del valle, empedrado y escalonado, durante un buen tramo. Me ha sorprendido. Al salir del bosque y encontrarnos el primer olivar, había gente y por educación hemos preguntado si se podía pasar ya que había una barrera. Nos han dicho que sí pero a pie. Uiuiui, ya la hemos liado. Que si estropeamos el camino, que si patatín, que si patatán. Le hemos dicho que iríamos caminando y nos hemos ido rápido, sobretodo Juan al cual no le ha hecho nada de gracia que le tirara un taco de madera por la cabeza.

Enseguida salimos del olivar y desembocamos en el camino de carro principal, el Camí de Son Sales, el cual nos deja cerca de Ca n'Ai, en un tramo GR asfaltado. Tranquilamente hemos ido a buscar a Fibras para irnos todos a casita, esta vez muy pronto, sobre la una, pero vamos, que se puede sacar una buena rutilla de todo lo visto. Ruta de rodadores, como más o menos nos gusta a todos los que íbamos, que tiene lo justo para no decir, “que cosa más sosa que te has montado hoy, Kapax”. Lástima que no hayamos podido hacerla todos juntos.


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