Nieve

Con los telediarios anunciando las nevadas por toda España durante toda la semana como si fuera una novedad digamos que se creó una expectación desbordante en el ambiente bikero (y no bikero) para ir a catar la nieve con la suerte añadida de que cayó una buena nevada el día anterior y el mismo sábado y hacia Lluc se dirigieron gran parte de los grupos. Unos por un lado y otros por otro pero confluyendo en Lluc, más concretamente en Can Gallet diría yo. Dado que mi estado de salud no había sido el más idóneo durante la semana (algo pillé) ni me planteé la idea siquiera, aunque la ruta rodadora de Xisco no estaba mal, y así se lo hice saber a quién me pidió consejo, a pesar de los cambios de planes a última hora donde modificó la primera parte. Luego resulta que es la que han hecho los Maifren aunque eso hay que intuirlo ya que por la descripción de la página no se puede deducir tan fácilmente, con error de localización incluido. Así pues me dediqué a las labores caseras, como buscar unos ICP, tarea imposible por cierto, casi tan imposible como encontrar un radio para la llanta en Decathlon o montar unas luces en la terraza y dejé la posible salida para el domingo ya que al menos saldría el sol.

Aunque salieron muy pocos del grupo el sábado para el domingo nadie anunció la intención de salir aunque siempre quedan los Bous Bufats. Aunque esta semana habían anunciado su intención de ir a mojarse los pies otros iban a salir por la zona. Suelen quedar siempre a la misma hora y en el mismo sitio con lo que las rutas no pueden ser muy variadas pero si es lo que uno busca pues adelante. Lo que no quería hacer era poner el despertador, llegar ahí a la hora me suponía ponerlo una hora y cuarto antes y no me apetecía por lo que me levanté casi a las nueve. Desayuno, preparación de los bártulos y partir. Cojo el carril bici y compruebo que está completo hasta Son Dureta y más allá. Lo que puedo comprobar también es que voy fatal, con una pesadez de piernas enorme, y descarto subir a Na Burguesa por el monumento, prefiero el coll de sa Creu, más largo pero sin tanta pendiente.

Solo me faltaba que me pasara un corredor de fondo y casi lo hace uno delante del cuartel pero un pequeño tramo de bajada me permite cogerle unos metros de ventaja. En una de las curvas cerca del golf me encuentro a cuatro bikeros al parecer con algún problema y uno de ellos me hace una pregunta a la que respondo sin llegar a pararme. El ritmo que llevaba me dura prácticamente tres kilómetros y a partir de ahí sucumbo, solamente la moral me empujaba, hasta calor tenía con la chaqueta puesta. Primero me pasa el corredor y después un ciclista que a su vez había pasado al grupo que casi me alcanzaba ya. Que aunque lo hiciera hizo un poco la goma y volvieron a quedarse atrás.

Nos reunimos todos en el coll del Vent. Son tres chavales más otro bastante mayor que se paseaba con una rígida total y al que habían ayudado a reparar un pinchazo. Reconozco al que me había hecho la pregunta aunque no se de dónde a la primera. Me dice que del Bunyolí (debió ser este día) y decidimos que les acompañe ya que me había animado un poco con las dos clementinas que me ofrecieron más una barrita de mi despensa. Iríamos al coll des Pastors y se decidiría después el final. El veterano parece que conoce bien la zona y nos va dando todo tipo de indicaciones, hasta nos lleva a ver el avenc que hay muy cerca del coll des Pastors, donde se decide por mayoría volver directamente al monumento, les quitó las ganas de bajar por la trialera de la enduro con sus comentarios. Podría haber sido un poco más discreto, debería darse cuenta de que con esa bici todo parece muy complicado, tendría que haber hecho lo contrario, animarlos y él irse por otro lado. Hubiera estado bien poder ver a las tres Decathlon en acción trialera abajo. No me quise meter en discusiones y nos fuimos todos hacia el monumento.

El día era perfecto para practicar ciclismo, un poco fresco solamente al principio, y aunque no tenía previsto una gran ruta (lo cierto es que no hubiera podido con ella) no por ello me siento menos agradecido de lo que pueden deparar unas horas de pedaleo de aquellas que podrían considerarse en una primera impresión, de pasatiempo, cierto que sin dificultades técnicas apreciables pero con la satisfacción de que en todas aquellas salidas que he empezado en solitario por hache o por be siempre he encontrado (o me han encontrado a mí) a gente con la que compartir ruta, conversación y hasta el yantar. Hoy va por ellos.