Pas de s'Escaleta

Tras algunos intentos infructuosos de llevarme a ver los pantanos de Escorca por parte del Sr. Jaujadurante la semana finalmente la cosa no fue tan elevada e hicimos una ruta por la miniserra, la que dormita a los pies de la Serra d'Alfàbia y los picos de l'Ofre y Tossals Verds, y que se extiende desde Bunyola hasta Mancor, desde el macizo de la Comuna, la Talaia de Cals Reis, el Puig d'Alaró, el Puig d'Alcadena y el Puig de sa Creu, a grandes rasgos. Está separada de su hermana mayor por un pasillo geológico que se expresa en todo su esplendor en el valle de Orient y una serie de valles transversales que posibilitan interesantes combinaciones para conformar rutas muy atractivas.

Su punto álgido es la Comuna de Bunyola, el paraíso bikero de Mallorca por excelencia ya que tiene una subida cómoda por pista y bajadas para todos los gustos y niveles. Otra zona muy frecuentada es el Castell d'Alaró, muy concurrido pero con menos posibilidades y a medida que nos alejamos hacia Mancor disminuyen las rutas que por esos lugares discurren.

En nuestra salida obviamos la Comuna para ir a surcar el valle pero sin tocar asfalto; para ello nos atrevemos a recorrer el Camí des Verger, hoy en día coto cerrado. Ya quedan lejos aquellos días en que lo recorríamos sin trabas, aún no se había inaugurado el túnel de Sóller y solíamos hacerlo tanto de subida como de bajada. Nosotros no tuvimos problemas, tal vez por lo temprano de la hora y no armar mucho jaleo. Prácticamente no ha habido cambios en la zona y lo encontré mucho más fácil que antaño; quizás puede deberse a que ese fue realmente el primer camino de montaña (si es que puede llamarse así) que recorrí en mi primera ruta como tal. Así han cambiado las cosas.

No íbamos a hacerlo completo, iba a tomar el desvío hacia el ramal superior pero en dirección Orient aunque nos equivocamos y recorrimos un tramo en sentido contrario. Tras dar con la dirección correcta imprimí un poco de ritmo a ver si esos dos se animaban un poco porque dos Carlos con dos Cubes y con cámara de fotos hacen mala combinación, se anulan entre sí y se lo toman con calma. Y es que también el sitio no es para menos.

Cuando llegamos otra vez al camino principal tuvimos que hacer bastantes metros andando porque lo han llenado de restos de poda hasta arriba y cuesta pasar montado. Seguimos por la pista en dirección al Coll des Vent sin más problemas que unas cuantas rampas más empinadas de la cuenta. Eso cuando subes porque cuando empieza el descenso te cambia la cara aunque ya digo que la ruta transcurría con bastante calma, claro que la excusa era que para no dejarme muy atrás.

Llegamos a la carretera y nos dispusimos a remontar hasta lo alto del coll d'Honor para tomar el desvío hacia el coll des Picot ya fuera del asfalto pero solamente hasta el desvío de Ses Clavegueres. José Carlos lo hacía por primera vez entero y encontró algunos obstáculos insalvables, según él porque no llevaba las protecciones puestas... Y lo dejamos aquí.

Comimos algo en el torrente y nos fuimos hacia Orient por el camino de la orilla de enfrente, por bosque primero y después por en medio de los sembrados aunque también sin problemas a pesar de encontrar gente trabajando por la zona. No paramos en el pueblo y continuamos hasta la barrera del huerto para atravesarlo y entrar en el bosque por la otra barrera. Cuando llegué JC estaba haciendo prácticas de idiomas con un senderista y la cara que ponía el alemán y como decía las cosas no me gustó nada porque entender no entendí nada pero me bastó mirarlo. ¡Pero hombre, si llevan Cube, un poco de respeto, que te dan de comer!.

No me acordaba de la subida hacia el coll de ses Tosses y no es larga pero sí pejiguera. Coroné primero y aún me dio tiempo a tener una charleta con unos excursionistas, al menos compatriotas y mucho más simpático(a)s que los anteriores. La bajada hacia el Pas de s'Escaleta tiene una primera parte no muy exigente para ir complicándose a partir del paso propiamente dicho y presumo que muy pocos pasarán ese tramo montados. Bajada rápida por el cemento hasta Ses Artigues y habría que preguntarse de quién fue la feliz idea de tapar el magnífico empedrado que lucía ese camino hasta no hace mucho.

Como se trataba de una ruta improvisada y un poco justa de tiempo fijamos la vuelta por el Camí vell de Bunyola que se encuentra asfaltado; solamente se conserva un tramo del empedrado original cerca de Son Torrella. A partir de este punto la cosa cambia a peor y al atravesar Es Cabàs desaparece, aunque no por arte de magia o los efectos del tiempo sino bajo las zarpas de algún tractor agrícola. Como no sé si voy a ir el día 28 decidimos reivindicarlo por nuestra cuenta una semana antes.

Abandonamos Es Cabàs saltando la rejilla por encima de un pino del camino que han cortado y tirado encima de los alambres a modo de pasarela para adentrarnos en s'Estremera. No suele haber ningún problema mayor hasta llegar a las casas donde dormitan varios perros con bastantes malas pulgas y ganas de morder que montan una escandalera bastante gorda lo que te hace pasar rápido por delante. Teníamos que haber girado en dirección a Cocons pero lo único que he visto ha sido una barrera cerrada por lo que otra vez hemos llegado a la carretera finalizando con un paseo por el pueblo hasta llegar al aparcamiento con el horario cumplido.