Aunque sea un día señalado en cualquier calendario no lo tuve difícil para conseguir unas cuantas horas para practicar un poco de deporte matutino y lo hice por la ciudad aprovechando que estaba prácticamente desierta por lo que no tuve ningún problema para moverme en lo que en un día entre semana es un hervidero sin control.
Llegué hasta el Paseo Mallorca sin prácticamente ver un vehículo circulando por las avenidas y giré hacia el parque de la Feixina para ir a empalmar con el carril bici del puerto y recorrerlo hasta el final. Había leído en alguna página amiga que se podía circular por el torrente que desagua en Can Barbarà, no se me había ocurrido pero no es difícil suponerlo si has paseado por la zona. Pues por ahí me metí y es bastante fácil porque tiene una tubería enterrada en el centro tapada con cemento. Muy ancho y despejado al principio se va estrechando y encapotando a medida que vamos avanzando y no tenía ni idea de por dónde iba a salir hasta que me encontré circulando por el bosque, ya no era vegetación de torrente sino matas y árboles. Por un lado estaba despistado pero por otro me resultaba todo muy familiar hasta que he reconocido el sendero que recorre el bosque del castillo de Bellver pegado a la pared que da a las casas de la Bonanova. Eso sí lo había recorrido muchísimas veces hace muchos años cuando esa zona era prácticamente lo único que conocía.
Acaba cerca de una barrera que da acceso a la residencia de la tercera edad y donde se puede empalmar con caminos más anchos que recorren toda la zona. Vislumbré enseguida el que sube hacia la parte superior y quise comprobar si sería capaz de subirlo de un tirón porque era uno de ésos en los que casi nunca lo conseguía. Esta vez no he tenido ningún problema y me preguntaba porqué aunque quizás el plato pequeño de veintiocho dientes influyera negativamente en la cuestión.
No me entretuve con el otro bikero que estaba arriba saboreando como yo la posibilidad de poder circular nuevamente por estos caminos aunque no sé cierto si la autorización (la no prohibición, mejor dicho, a no ser que la bici lleve motor) es solamente para el recorrido de circunvalación restaurado o para todos los viales del entramado. En todo caso la única orden concreta que hay en los carteles es no salirse del camino.
Salí por la barrera de acceso de Sa Teulera dirigiéndome hacia el túnel que vadea la autopista para ir a dar al Camí dels Reis junto al cuartel y seguir hacia Son Rapinya aunque me desvié por el bosque para enlazar con la zona de viales nuevos donde me entretuve un poco haciendo el ganso entre los árboles. Sigo por el vial hasta el cementerio de la Vileta y continúo hasta la rotonda de Son Roca donde una señal azul con una bici me lleva a meterme por una zona verde aunque no tiene salida y tengo que volver a salir por donde he entrado. Tras cruzar parques, sembrados, polígonos y urbanizaciones varias consigo llegar hasta Establiments y desde allí a Son Espases donde me subo al terraplén para ver mejor todo el complejo. Impresiona. Espero estar mucho tiempo en ir a visitarlo por dentro.
Ruta tranquila por los alrededores para saborear la tranquilidad de poder rodar por una ciudad dormida sin apenas circulación ni viandantes a los que molestar.
Llegué hasta el Paseo Mallorca sin prácticamente ver un vehículo circulando por las avenidas y giré hacia el parque de la Feixina para ir a empalmar con el carril bici del puerto y recorrerlo hasta el final. Había leído en alguna página amiga que se podía circular por el torrente que desagua en Can Barbarà, no se me había ocurrido pero no es difícil suponerlo si has paseado por la zona. Pues por ahí me metí y es bastante fácil porque tiene una tubería enterrada en el centro tapada con cemento. Muy ancho y despejado al principio se va estrechando y encapotando a medida que vamos avanzando y no tenía ni idea de por dónde iba a salir hasta que me encontré circulando por el bosque, ya no era vegetación de torrente sino matas y árboles. Por un lado estaba despistado pero por otro me resultaba todo muy familiar hasta que he reconocido el sendero que recorre el bosque del castillo de Bellver pegado a la pared que da a las casas de la Bonanova. Eso sí lo había recorrido muchísimas veces hace muchos años cuando esa zona era prácticamente lo único que conocía.
Acaba cerca de una barrera que da acceso a la residencia de la tercera edad y donde se puede empalmar con caminos más anchos que recorren toda la zona. Vislumbré enseguida el que sube hacia la parte superior y quise comprobar si sería capaz de subirlo de un tirón porque era uno de ésos en los que casi nunca lo conseguía. Esta vez no he tenido ningún problema y me preguntaba porqué aunque quizás el plato pequeño de veintiocho dientes influyera negativamente en la cuestión.
No me entretuve con el otro bikero que estaba arriba saboreando como yo la posibilidad de poder circular nuevamente por estos caminos aunque no sé cierto si la autorización (la no prohibición, mejor dicho, a no ser que la bici lleve motor) es solamente para el recorrido de circunvalación restaurado o para todos los viales del entramado. En todo caso la única orden concreta que hay en los carteles es no salirse del camino.
Salí por la barrera de acceso de Sa Teulera dirigiéndome hacia el túnel que vadea la autopista para ir a dar al Camí dels Reis junto al cuartel y seguir hacia Son Rapinya aunque me desvié por el bosque para enlazar con la zona de viales nuevos donde me entretuve un poco haciendo el ganso entre los árboles. Sigo por el vial hasta el cementerio de la Vileta y continúo hasta la rotonda de Son Roca donde una señal azul con una bici me lleva a meterme por una zona verde aunque no tiene salida y tengo que volver a salir por donde he entrado. Tras cruzar parques, sembrados, polígonos y urbanizaciones varias consigo llegar hasta Establiments y desde allí a Son Espases donde me subo al terraplén para ver mejor todo el complejo. Impresiona. Espero estar mucho tiempo en ir a visitarlo por dentro.
Ruta tranquila por los alrededores para saborear la tranquilidad de poder rodar por una ciudad dormida sin apenas circulación ni viandantes a los que molestar.