Rodando, que no es poco

Como parece que el asunto va de covid, que no es que se haya ido alguna vez pero ahora lo raro es que no te encuentres con alguien a tu alrededor que no lo haya pillado, y como seguramente la mayoría ni hace aislamiento ni siquiera sabiendo que lo tiene pues el virus va expandiéndose hasta contagiar al resto pero como ya le hemos perdido el respeto pues que pase lo que tenga que pasar. Y lo que pasó es que dos compañeros de curro lo pillaron y tuve que cambiar el turno de guardia por lo que el fin de semana de primeros de julio no pude salir de ruta con el grupo y tuve que idear algo más cercano y de vuelta rápida por si sonaba el timbre, pues un circuito hasta Bunyola sin meter desnivel iría bien, pensé para mis adentros, pues venga, vamos para allá.

Como salí tarde me pasé por Son Oliva por si había congregación de ruteros pero sin saberlo ni quedar con nadie en particular tiene que ser mucha casualidad que te encuentres con alguien, y la flauta no sonó por lo que seguí camino hacia la Indioteria para meterme ya por detrás del campo de fútbol a fin de dejar lo antes posible el asfalto. Luego ya en paralelo a la autopista hasta enlazar con la entrada de Son Macià hacia el camí de Muntanya y Sa Planera y volver a tocar tierra, y lo recalco porque por allí empecé a cavilar la manera de llegar a Bunyola evitando el máximo de asfalto posible, al menos de la carretera principal, por ello sigo hasta Son Pizá y Son Vivot y al llegar a la carretera la cruzo y continúo hasta la otra por la que llego hasta la rotonda y después empiezo un zigzagueo que me va llevando de una carretera a otra y hasta tomo un ramal en subida que presumo que me puede acercar a Sa Coma pero que no tiene continuación por lo que regreso y voy a pillar el camí de Cantina para enlazar con el camí vell de Caubet y llegar a Bunyola directo a la plaza.

Entre el mercadillo y las mesas y sillas de las terrazas de los bares no me parece el lugar más idóneo para echar pie a tierra por lo que sigo hasta la estación del tren y como está abierta y tiene algo de movimiento me siento a descansar en un banco esperando que llegue el convoy y comprobar como anda el negocio. Debo esperar un buen rato hasta que aparece, no es que venga de muy lejos es que la velocidad de crucero es más bien ridícula para los tiempos que corren, ahora bien, entre que la maquinaria ya es una reliquia del pasado y los 6 vagones petados de gente enganchados los motores ya no dan para más pero también es uno de sus encantos, te da tiempo a verlo todo, de hecho tan petados que algunos de los que subían en Bunyola ya no encontraron sitio para sentarse.

Bajé directo a Can Penasso (ya no se llama así pero me cuesta cambiarle el nombre) y tomé la vía directa hasta Raixa donde me volví a cruzar con una pareja de ciclistas con los que había coincidido en el camí de Muntanya, como no reconocer a los únicos con los que te cruzas en toda la mañana, parecía que hacíamos la misma ruta en sentido contrario. Paso por las obras de la nueva rotonda y me meto hacia el hospital para girar por las vías para hacer el circuito del bosque hasta la otra carretera y por la urbanización hasta el final de la calle solo para comprobar que las barreras de la finca vecina siguen bien cerradas pero aunque puedo circular en paralelo a las vías por el margen izquierdo (sentido Palma) no tiene mucho sentido teniendo la pista mucho más cómoda en el otro margen, total es para acabar en el mismo sitio. Un poco antes de llegar a la pista de acceso de la finca pasa otro tren hacia Sóller, también con la misma cantidad de vagones y cargado hasta los topes, no se quejarán los comerciantes de por allí.

La otra barrera del Rafalot está cerrada por lo que me voy a salir por la parcelación de Son Amar y cruzar por Palmanyola para ir a enlazar por el paseo con el camí de Passatemps por el que hace mogollón que no paso pero en plan tranquilo, hoy no va de PR’s, en realidad toda la ruta ha sido en plan muy suave. Llegando a Son Sardina cruzo por el campo hasta la carretera de Sóller y voy a buscar el enlace con el camí 140 por Son Llompart y un poco más adelante me desvío hacia el torrente donde se me ocurre meterme y hacer un tramo por el interior hasta después del puente nuevo, se puede seguir pero solo si estás en buena forma y puedes llevar un ritmo alto de pedalada para ir sorteando obstáculos, por eso me salí antes de llegar al paso del campo de fútbol.

En resumen, una buena vuelta rodadora con la que poder quitarse estreses y congojas, en plan tranquilo y sin relojes que consultar ya que sabes que nunca vas a salirte de horario, y eso que la paradita de la estación fue larga y donde lo más importante es poder decir, he ido en bici, que no es poco.


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