Puig des Vent

Venía buscando durante la semana alguna ruta factible por el Coll des Vent. Por un lapsus mental del organizador ése fue el título con que se bautizó en un principio la salida pero una vez percatado del error se cambió por el que he puesto y la ruta empezó a tomar forma en mi cabeza. Como era de esperar el inicio iba a ser por el Racó d'en Barona pero no estaba dispuesto a que eso pasara; tenían que conocer otra opción que pensaba que era al menos igual de buena, el Pas des Pi.

Cuando he pasado por Can Penasso he visto a Tomeu esperando y nadie más en las cercanías. Entonces ya he visto que iba a ser cosa de muy pocos. Entre los retirados forzosos, los que trabajan, los que pasan de pasar calor y los que no están ni siquiera en la isla, poquitos quedan, por lo que me ha parecido muy apropiada y acertada la ruta. Mis dos compinches venían pero con ciertas restricciones horarias. Esos pocos de los que hablaba han sido Fibras, Pepe y Tomeu, aparte de Carlos, Juan y yo mismo.

Hemos pasado el túnel con dos vehículos y justo bajar las bicis ya estaba dando la vara con la nueva variante hacia el camí de metre. Esa variante la habíamos hecho muy pocos y siempre en sentido contrario, pero hoy se iba a invertir. Esta claro que la parte larga de la ruta, al ser pista, no tiene ninguna dificultad, solamente en su parte inicial donde están las rampas más empinadas aunque sin llegar a agobiar. El segundo tramo desde el Pujol d'en Banya se me ha hecho bastante corto, otra cosa ha sido la continuación desde la barrera ya pateando y tampoco es muy largo pero debido a la pendiente no vamos a poder pedalear. Joan se ha quedado rezagado y aunque en ningún momento se ha quejado me he dado cuenta de que no ha logrado recuperarse de algunos esfuerzos de pasadas salidas; creo que definitivamente pedirá un diagnóstico médico.

Al llegar al cruce con el segundo camí de metre (que es como llamo al que baja hasta el túnel) hemos esperado que llegaran pero Carlos ya nos ha dicho que no continuaba, que no les esperáramos. Como que aún faltaban unos minutos de ascensión es posible que hayan bajado directos hasta el túnel pero no lo sé seguro. Nosotros por nuestra parte hemos continuado hasta enlazar con el camí de metre principal y por aquél hasta el Coll de Sóller. No diré que haya sido mi mejor paso por allí porque no lo ha sido. He bajado el sillín demasiado antes de tiempo y en la parte llana me he quedado clavado cuando es un camino idóneo para dar un poco de caña. Conclusión: llegar el último a la carretera.

Cero agua en las fuentes cercanas aunque sí nos hemos podido refrescar. Divagaciones sobre por dónde entrar a la pista de las casas del Rei Sanxo, embotelladora o restaurante. Yo he apostado por la segunda porque nunca la había hecho y aprovechando que está cerrado por allí nos hemos ido. La pista te da algunos momentos de respiro aunque es larga. Solamente el enlace con la pista principal está un poco enrevesado ya que no se trata de un sendero propiamente dicho al tratarse de propiedades distintas. En la pista más de lo mismo pero está en mejores condiciones y se sube sin muchos apuros. Solamente me he parado una vez a ayudar a Fibras con su cutre bloqueo de la suspensión y he continuado sin parar por el siguiente tramo justo hasta los pies de una megarrampa casi al final. Me he sentido bien en toda la subida y el espectáculo vale la pena. Llevábamos casi mil metros de desnivel y el valle de Sóller queda muy abajo.

Disquisiciones varias sobre la flora y fauna de la zona pero se nota que no somos expertos y tras hacer acopio de agua de forma artesanal nos hemos ido a por el pateo del día. El primer objetivo está a la vista, el Puig des Vent, y aunque al principio se sube, en algún tramo se puede circular pero con muchos peros. El calzado no ayudaba a caminar cómodo, tanto a mí como a Tomeu, con las suelas completamente despegadas. Los tramos sin sendero visible también abundan. Además he pinchado con alguna planta empujando la bici.

Entre el Puig des Vent y Sa Galera es donde están los tramos con menos pendiente pero también los más complicados. La desventaja ha empezado a ser considerable y no me sentía a gusto, mal caminando y con la rueda por el suelo. Cuando llegué a la cima no consideré oportuno cambiar la cámara, parecía que había parado de deshincharse y seguí como iba. La bajada hasta el Coll des Moro ha sido más bien patética, muy pedregosa y técnica, y como tal, fuera de mis límites.

Me encuentro con Pepe reparando la rueda delantera en el portillo, o al menos lo que queda de él, y sigo bajando por delante. Ya me habían comentado esa situación pero lo que he visto ha superado todas las imágenes que me había imaginado. Muchos árboles caídos que han removido rocas y tierra cuando no están directamente sobre el camino. No me ha hecho ninguna gracia el asunto y podríamos decir que hasta me he cabreado. Conmigo, por no saber superar esos inconvenientes con mejor nota; con el calzado, con las piedras, con las rocas, con los árboles tumbados, con la cámara pinchada, con todo. He vuelto a hinchar y ha pasado Pepe pero abajo no he visto ni oído a nadie por lo que he seguido bajando por la pista creyendo que ya lo habrían hecho ellos.

Se me ha hecho muy larga la pista; es más, no era la que solemos utilizar, de eso estoy seguro. De cada vez culeaba más de atrás hasta que ha pasado lo que me imaginaba que pasaría, la llanta al suelo. Ahí lo he enviado todo al carajo. He cambiado la cámara, a la cual, por cierto, se le ha vuelto a romper la válvula, definitivamente tendré que dejar de usar cámaras con válvula gorda, y me he sentado tranquilamente a comerme el bocata que aún no había empezado y pensando que bajaría por la carretera y esperar a mis compañeros en la furgoneta, cuando de pronto oigo pasar dos bicicletas por mi espalda. Son ellos pero falta Pepe. No nos aclaramos de que hemos hecho ni por donde hemos bajado pero concluimos que está por delante y seguimos bajando a toda leche (por cierto, el bocata me lo he terminado en mi casa) sin parar por el Camí de Castelló primero y por el del Rost después. Miento, Tomeu ha tenido que parar en Can Prohom para hinchar porque iba pinchado.

Se puede decir que se me ha pasado un poco el enfado en la bajada sobretodo en los tramos en los que podía pedalear a gusto. Peor ha acabado Tomeu que ha rozado una pared y sin saber cómo se ha doblado un dedo y además la uña. Y además su rueda ha perdido el aire y ha acabado a pata y con la mano muy dolorida. Lo ha pasado mal en la comida, le dolía bastante. Efectivamente Pepe estaba abajo esperándonos porque tampoco había encontrado a nadie por arriba y bajó el primero.

En frío y cómodamente sentado no parecen haber sido tan graves los problemas a superar pero es probable que lo que más sintiera fuera frustración por no haber sabido ni podido encadenar una ruta perfecta, que en las subidas ha estado muy bien, siempre teniendo en cuenta que es mucho más ciclable si se va por el Racó d'en Barona que por donde hemos subido, pero hoy he aprovechado para enseñárselo. Pero como digo a veces, la próxima vez puede ser completamente diferente.


Ternelles

A mí no se me ocurriría ir a estresar a las cabras autóctonas con mi sola presencia (imaginaos si fuera en bici), que a su vez son el sustento de los pobres voltors. ¿Que culpa tienen los pobres animalitos de que por allí pase un camino público que lleva hasta el Castell del Rei?.


El coto de Ternelles obtiene el certificado de calidad de caza mayor

La Conselleria de Medi Ambient ha expedido el certificado de calidad de caza mayor dedicado a la conservación al coto de Ternelles (Pollença)
07/06/2009 | Ultima Hora Digital | ALICIA MATEOS

Se trata del tercer coto de las Islas que cuenta con este distintivo, que acredita la presencia de la cabra salvaje mallorquina, un animal protegido por la Unión Europea, en cantidad y estructura adecuada para convivir en equilibrio con la capacidad de la finca y poder ser cazada sin poner en peligro su supervivencia. No obstante, Ternelles no realizará ninguna actividad cinegética lucrativa de caza. Por el contrario, el certificado avalará la primera finca dedicada exclusivamente a la conservación. De este modo, la cabra salvaje mallorquina se incorpora a una lista importante de animales, como es el caso del voltor negre, que encuentran en la citada finca un lugar idóneo para su estudio, gestión y conservación.

De hecho la recuperación del voltor se relaciona con la buena gestión de la cabra, uno de sus principales alimentos. El director general de Medi Forestal i Protecció d’Espècies, Pere Ramon, explica que «Ternelles es un estandarte en materia ambiental y gracias al certificado de calidad de caza mayor se aborda con carácter ejemplar la necesaria compaginación de caza y conservación».

Los propietarios de la finca (de 1.500 hectáreas) han trabajado casi durante cinco años en materia de descaste y selección, con la finalidad de evitar la presencia de cabras domésticas asilvestradas que suponen una plaga forestal y una amenaza para la cabra salvaje mallorquina. Gracias a este trabajo se ha conseguido la estabilidad de la población original de cabra fina supere el 70%, y una densidad total entre 0'1 y 0'15 individuos por hectárea.

Ramon avanza que la finca de Cala Murta está a punto de conseguir este certificado de calidad. La Victòria y Formentor son las otras dos que ya cuentan con el certificado. De este modo, en Mallorca hay casi 5.000 hectáreas saneadas.


La 374

El objetivo de hoy domingo era encontrar una nueva bajada desde la zona alta de Na Burguesa hasta Gènova. La había visto comentada en un nuevo blog que ha aparecido en la escena isleña. Realmente la descripción de la ruta no me quedó clara pero me dejé llevar más por lo que vi que por lo que leí. Y lo que vi en principio me cuadró. Tenía un recuerdo de haber estado por allí. Para ello aproveché que el día no estaba muy favorable, meteorológicamente hablando, para salir a buscarlo.

Subí al monumento de Na Burguesa a plato mediano y buen ritmo, sin llegar a atascarme, y tras el descanso preceptivo, y no es solamente físico sino también mental (ya se sabe lo que se dice sobre los efectos beneficiosos de la contemplación del horizonte y vastas extensiones de territorio). Cuando me decido a seguir todo lo que me queda hasta el desvío es cuesta arriba y lo afronto con ganas. Tuerzo por la pista y ésta pica para abajo hasta que termina de pronto sobre unas rocas. Hasta aquí había llegado en otra ocasión. Esta vez busco la continuación y en un primer momento la encuentro en forma de hitos. Vamos bien, aunque los pinos tumbados me hacen dejar momentáneamente el sendero. Reencontrado éste voy siguiendo los hitos hasta uno hecho de obra de más de un metro de altura y hasta aquí es donde la cosa marchó bien.

Como tenía que empalmar con la calle 374 el sendero debía torcer a la izquierda y hacia allá me encaminé pero a ciegas. Numerosos troncos y ramas van dificultando el descenso y el sendero ya ha desaparecido. De hecho no volví a encontrarlo. La bajada es fatigosa y las suelas medio despegadas de los zapatos no ayudan al agarre, pero no hay mal que cien años dure y poco a poco voy descendiendo más o menos ordenadamente. Las casas de Gènova están cada vez más cerca y finalmente veo una pared y un camino, es el 374. De primeras me llevo una sorpresa porque esperaba salir por la 373 pero después he comprobado que había leído mal. He ido hasta el final de la pista y ahí si que aparece el sendero que una vez recorrí en sentido contrario pero sigo empeñado en seguir el plano mental que había memorizado desde un principio y creyendo que me he equivocado tomando la dirección errónea en el hito grande de arriba. Por eso vuelvo atrás y cuando llego a las casas veo la enorme cuesta del Camí 373 e intento subirlas pero solo lo intento ya que la fuerte pendiente me hace subirla andando.

Arriba del todo hay una explanada de obra y se divisan las antenas y el monumento muy cerca (relativamente cerca) y concluyo en que si hay alguna bajada nueva es por ahí. De hecho voy a investigar un poco pero tampoco lo veo claro, sin marcas ni sendero visibles; lo dejo pues para otro día y vuelvo a la civilización. Cuando llego a la rotonda del cuartel me meto por la urbanización nueva hasta el colegio de San Cayetano y ahí acabo de ensuciar la bici bajando alguna rampita. Polvo que después le quité por las Avenidas.

Releí por la tarde la descripción de la ruta y me pareció entender es que lo que habían hecho era salir por la 374 (primer fallo de memoria, ya que pensaba que era el 373) y después hacer el sendero que yo conocía, para subir después por la trialera de la enduro, la que yo llamo trialera Bendinat, durante el primer tramo, para pedalear un poco por el tramo intermedio para volver a patear en la parte final. Lo que no me cuadra nada es el mapa, seguramente es una traza hecho a mano, bastante imprecisa y eso fue lo que me confundió. De todas maneras espero una confirmación oficial por parte del autor.


Cala Pi

Segunda quedada que se ha realizado hasta la fecha, esta vez organizada por los Llucmabike, aunque al parecer sugerida por los Maifren en su día. Lo que pasa es que no se ha presentado nadie de ese grupo al no poder venir el instigador de este evento. Ellos sabrán. El que sí ha venido ha sido el organizador de la primera, Emilio Capote. En cuanto a grupos la presencia más notable ha sido la de los Bous Bufats, que deben ser muchos porque cada vez que coincidimos me encuentro algún conocido nuevo. L'Amo Andreu ha movido ficha y ha venido, en contra de lo que había anunciado. De Llucmajor ha venido bastante gente y de Palma me ha extrañado no encontrar a nadie de los Tiratira. Otros sí sabían que no venían. Xim, de Webbalear y algunos compañeros suyos sí estaban. Y de Sa Pobla han venido los que no suelen fallar. Jauja y señora (la única señora) también estaba, gente de Campos y bastantes del grupito que solemos salir juntos, hoy de Fumigados, nos hemos dejado notar. Se que me dejo a gente pero los podéis ver a todos en la foto de grupo que nos hemos hecho antes de partir. De todas maneras de lo que se trata es de pasárselo bien con los que vienen y no quejarse de los que no han venido ya que tampoco había ninguna obligación de hacerlo.

Supongo que bastante más tarde de la hora anunciada hemos salido hacia s'Estalella, casi todo por pistas amplias arenosas sin dificultad por dentro y fuera del pinar donde algunos iban ya estirando el pelotón. Se sigue rodando en campo abierto pero cómodamente por la zona hasta llegar a los primeros viales de Vallgornera donde recorremos las largas calles hasta llegar a la carretera de acceso a Cala Pi para ir a parar al cruce de la carretera de Cabo Blanco. Quedan dos largas rectas tirando hacia arriba para llegar al desvío del faro donde se han formado varios grupos muy estirados. Aquí es donde voy a poner mi “pero” sin ánimo de polemizar. No conozco para nada la zona pero es muy posible que se hubiera podido escoger otras opciones para obviar la carretera a través de caminos rurales y no tan rurales porque parece ser que existe una red de pistas o viales antiguos de una antigua urbanización que no llegó a cuajar.

Y digo sin polemizar porque esa no es la intención de este comentario, más que nada es porque fue precisamente en el tramo de carretera donde se hicieron patentes las diferencias entre los distintos niveles de entrenamiento (o la falta de él) de los bikeros y dio lugar a una larga espera que seguro no se hubiera producido si se hubiera ido fuera del asfalto. Es más, alguno comentó que los que faltaban habrían tirado por alguno de esos caminos, cosa extraña, porque de lo que se trataba era de acortar.

Antes de llegar al faro saltamos una barrera para bordear un enorme campo de cultivo y volver a salir de él saltando otra pared con rejilla pero con un hueco dejado aposta para poder pasar con facilidad y no romperla. Desde el faro hay un sendero costero marcado con hitos que circula sobre el roquedal y allí es donde se nota con claridad lo que puede hacer una bicicleta con doble suspensión. Pedalear siempre de sentado conservando la tracción en todo momento; y eso es lo que he hecho. No era difícil observar cómo se desenvolvían en ese terreno las bicis semirrígidas porque había muchas, intentando buscar una trazada lo más favorable posible, por eso en cuanto me era posible las adelantaba.

He aquí que ha llegado un momento en que me he encontrado sin nadie delante y me ha parecido ver que el resto se desviaba hacia la izquierda. Me ha extrañado porque iba siguiendo los hitos pero he continuado sin parar. Oía a alguien detrás de mí pero no he sabido quién era hasta que he clavado la rueda de delante en una roca y me he ido al suelo, entonces ha hecho un comentario. Era Pepe, pero no sabía si venía alguien más concentrado como iba en buscar un paso factible entre las rocas. En una de esas me ha pasado Pepe y yo he estado a punto de caer otra vez. Me he parado un momento para bajar el sillín y al dar la vuelta a un pino bajo me encuentro a Pepe parado y con evidencias de haberse caído. Tiene sangre en una ceja y encima del labio; se ha golpeado la cara en el suelo intentando bajar una roca escalonada. Por suerte parece más aparatoso que grave aunque esto tendrá que confirmarlo él (después me han dicho que también se quejaba de un golpe en una muñeca) y hemos podido continuar. Ya iba llegando el resto de grupo aunque es probable que algunos hayan tomado otro itinerario más alejado de la costa.

Hemos aparecido sobre Cala Beltrán, una desembocadura de torrente muy estrecha y coqueta justo en la entrada de Cala Pí y allí nos hemos vuelto a agrupar ya que algunos venían por el lado contrario de la cala. Al parecer habían costeado unos metros más. Hay una bajada que no conocía hacia la cala fácil de bajar andando pero que en bici es otra cosa. Solamente he visto tirarse a Potato y a Yarik y solo el principio. Después en las fotos compruebo que ha habido unos cuantos más atrevidos, los de siempre. Los comentarios, variopintos.

El agua no ha atraído a muchos y han sido solamente unos cuantos los que se han lanzado. Los demás, comiendo o reparando algún pinchazo. Me han dicho, y no lo tengo comprobado, que alguien se ha hecho bastante daño en una caída de parado después de subir las escaleras que dan acceso a la playa. Uno de los bous le ha hecho una cura de urgencia y se ha quedado esperando el rescate.

Aquí los grupos se han disgregado, algunos han partido antes para volver a sus puntos de origen, y todos volteaban por los viales de la urbanización buscando la barrera que da acceso al campo abierto. En la segunda pared dejo a mis compañeros y a los Bous Bufats que se van por pistas más interiores y me voy con Andreu por la zona costera. En la plaza ya había gente (y algunos que habrían ya partido) que recogía los bártulos y regresaba a sus labores. Me he despedido de los que estaban. Desde aquí me despido de los demás.

Esta ruta me ha gustado. Se ha reunido una buena peña con mil excusas. Muchas veces solamente ves a alguien en particular en congregaciones como ésta ya que es muy difícil poder compatibilizar horarios y vida privada con un gran número de compañeros. Otros, bastantes, también lo ven así y no quieren que la idea decaiga. Y también ha servido para demostrar que no todo el mtb se hace en la montaña, que aunque por los datos y perfiles puede parecer una ruta de globeros sobre el terreno es otra historia. Circular por terrenos arenosos y rocosos exige mucho esfuerzo y al final se acaba notando. Y cuando hay una pista llana no hay nadie que no de pedales, o sea que de globera nada, pero cada uno sacará sus conclusiones sobre lo que espera de una ruta o de si mismo.

Mis felicitaciones al grupo de Llucmabike y a todos los que la han hecho posible.


Chuletón (supongo)

El lunes pasado ya se sabía (a falta de confirmar oficialmente) que la salida sería por el Galatzó, y eso son palabras mayores. Buenas páginas de ciclismo y petadas mayúsculas se han escrito en sus laderas, pero no adelantemos acontecimientos.

La última salida, la de Maristela, fue un poco a verlas venir; yo no creía estar para grandes hazañas y así y todo pude hacer la vuelta entera, aún a costa de sufrir más de la cuenta, sobretodo caminando, donde me sentía bastante débil. No me extrañó lo más mínimo, estaba dentro de lo previsible. Respecto de la de esta semana había tenido una de cal y otra de arena. La primera, fallida, con una ascensión a la Coma d'en Vidal para olvidar y el remate final en las cuestas del Ratxo con una debacle física total. Pese a todo me quedé con una espina clavada que tenía que quitarme más pronto que tarde y tuve la oportunidad de hacerlo cuando fui por segunda vez, aunque la bajada no fue lo mejor del día.

La primera parte de la ruta ha sido la misma que en las ocasiones anteriores, la Coma de s'Aigo. Carretera de Calvià hasta la entrada del Burotell para ir a buscar la pista de acceso de Son Sastre y subsiguiente desvío. ¿Qué voy a contar que no sepáis de esa subida? Bonita, larga y sin complicaciones si exceptuamos el tramo intermedio de zigzag que es, con diferencia, el que más pendiente tiene. Una vez superado el camino está mucho más limpio y nos acerca por el interior de la coma hasta el tramo Calvià-Galilea, aunque hoy hemos tomado una variante que nos lleva hasta los bancales y zonas cultivadas antes de enlazar con el camino mencionado cerca de la barrera. De todas maneras prefiero no tomar esta variante y seguir por el camino principal, más largo y más de rodar.

Al llegar a la carretera es cuando íbamos a tomar otra variante; esta vez hacia Puigpunyent, lo cual hemos hecho por las dresseres, faltaría. Justo en la entrada del pueblo tomamos la calle de la Teulera, la que te encamina a hacia la Reserva y desde aquí ya no puedo especificar más ya que de lo que se trata es de ir subiendo por los viales de Son Net, con tendencia hacia la derecha, para ir ganando altura e irnos acercando hacia la zona de Son Forteza, donde tenemos el acceso prohibido, motivo por el cual se ha investigado esta variante. Hace años hice una parecida desde las proximidades de La Muntanya y acabé en los viales pero solamente es un recuerdo vago y no sería capaz de repetirla. Hoy hemos salido frente a la Teulera empezando la subida hacia el Coll d'Estellencs desde allí.

La primera parada ha sido en la Font de l'Albelló, que desagua sobre el mismo camino aunque un sistema de recogida y una gran acequia posibilitaban el aprovechamiento de su caudal. Hoy en día solamente sirve para regocijo de animales y caminantes. Aquí ha sido donde se ha empezado a oler la petada. El camino ya no es una calle asfaltada y el ascenso se ve comprometido; el pie se va al suelo con más facilidad y compruebo como voy de mal empujando la bici. Hacemos un descanso en el cruce de la Campaneta y afrontamos el último repecho hasta el Coll d'Estellencs. Tan mal iba que había pensado seriamente en retirarme en ese punto; no había disfrutado nada hasta ese momento, ni siquiera en la Coma de s'Aigo, aunque había sido un ascenso bastante decente. Pero no lo hice (abandonar), más que nada porque tocaba bajar, aunque la visión del ascenso al refugio empañaba cualquier intento de recuperación. Por eso no disfruté de esa bajada como otras veces.

Efectivamente se cumplieron las peores expectativas en la coma; a las primeras de cambio pie a tierra y a subir como se pudiera. Solamente vi a Yarik lo bastante animado como para intentar dar unas pedaladas en condiciones mientras yo y algunos otros debíamos parar cada pocos metros para coger aire y rogando que aquello acabara cuanto antes. Llegué al refugio exhausto y estaban todos duchándose con el agua del pozo. Preferí no hacerlo. Descansé y me refresqué la cabeza antes de seguir hacia arriba. Algunos rellenaron las cantimploras pero dudo que el agua sea potable, a mí me supo a rayos.

Cuando llegué arriba el último varios de ellos habían empezado el descenso y yo bajé también sin esperar a nadie. Iba con Yarik y pronto nos alcanzaron Fibras y Tomeu. Me sentí bien en la bajada; en las veces anteriores siempre había surgido algún contratiempo que la trastocó. Esta vez bajé de una tirada encontrándola bastante factible y menos complicada, desde luego fue lo mejor de la jornada aunque también fue el sitio donde más se notó el calor; en ese valle se sentía un sofoco exagerado.

En el abrevadero me encontré a Tomeu yaciendo dentro del agua, estaba agotado y sofocado. De hecho lo volvimos a pillar bajando, cosa que me extrañó, pero aún en malas condiciones, se volvió a distanciar. Me quedé abajo a esperar a Juan y Carlos mientras el resto seguía hacia Calvià. No tardaron en llegar pero los dejé descansar unos minutos antes de partir pista abajo. Carlos iba bastante tocado y no paraba de repetir que necesitaba una Coca-cola. Pues iba apañado.

Cogimos pista hasta las casas y allí nos paramos a comer las últimas raciones mientras el reloj de sol marcaba las doce y media. Justo en el peor momento del día, por eso nos costó decidirnos a seguir pese a lo poco que faltaba por llegar al pueblo. Más pista hasta la carretera y enseguida viene el desvío del torrente por donde nos metimos. Me dio la vena ahí y puse la directa y disfruté entrando y saliendo del pedregal. No tardé mucho en llegar al puente y me senté a esperarlos. Ya tardaban en llegar. Dí unos gritos pero no obtuve respuesta. Esperé otro rato y nada hasta que me decidí a volver a buscarlos. Lógicamente no los encontré y tampoco vi por donde podrían haber salido del torrente ni me imaginé el porqué ya que seguir el torrente es la opción más lógica. En fin, que me voy hacia el pueblo y efectivamente su coche ya no está. Son las cuatro menos cuarto y los demás aún están en el restaurante comiéndose el chuletón (supongo) pero ya no voy a verlos si quiero llegar a tiempo para ir a recoger a mi hijo al Aqualand del Arenal. De aquellos dos me enteraría a posteriori de que salieron por un huerto sin tener que saltar ninguna rejilla, cosa que sí tuve que hacer yo por lo que deduzco que aunque al principio del camino hay algunas señales para senderistas el final no está tan claro; aunque hay un sendero paralelo al torrente que lo va cruzando de lado a lado hasta la carretera puede que haya una salida indicada en algún lugar que no haya visto, o bien que la obra de la carretera haya desvirtuado esa salida natural.

En resumen, que se trata de una ruta exigente pero no tanto como la de la variante de Galilea, pero que se necesita de un estado de forma excelente para poder disfrutarla en lugar de padecerla. Hay que tener en cuenta de que solamente tiene una bajada larga que exige fuerza y concentración y si no se llega en condiciones se convierte más en un suplicio que en una gozada.

Me consuelo pensando que la próxima vez toca cal.


Quedada Llucmajorera

Parece ser que la idea de organizar quedadas por parte de los diferentes grupos de la isla como una secuela de la primera realizada en Alcúdia está tomando forma. La gente de Llucmabike se ha propuesto organizar una por la zona de s'Estanyol y Cala Pi. Una ruta costera de las que no estamos acostumbrados los bikeros de Palma y Raiguer. Casi todos hemos ido al Parc de Llevant pero otras zonas las tenemos olvidadas.

Después de algunas disquisiciones ha habido cambio de planes respecto al itinerario y han diseñado una ruta un poco más corta pero con menos asfalto. Mejor. Todo lo que no sea asfalto para un bikero representa diversión.

Ya hay asistencia confirmada de varios grupos de Palma, algunos de los cuales estuvieron en la primera cita. Esta vez habrá más.

Desde aquí animo a los indecisos a participar aunque sea a nivel particular, ya que no se va en representación de nadie, el que va, va y el que no, pues otras cosas tendrá que hacer. La comunidad bikera es grande y hay sitio para todos.
Nos vemos el sábado en s'Estanyol.


A Maristela

Tuve que ir a ver al galeno entre semana porque la cosa no pintaba bien, con fiebre y tos. Al final no me recetó nada de lo que me dijo la doctora de la mutua, ni jarabe ni penicilina, sino unas pastillas que se pueden tomar sin receta. La primera de ellas me hizo mucho efecto reduciendo bastante la congestión nasal pero después me ha dejado estabilizado con una leve faringitis y congestionado, además de bastante débil. Juan me seguía los pasos y tampoco estaba para muchos trotes así que hablé con él para ver si salíamos a rodar por la zona llana teniendo en cuenta que no me fue tan mal la semana pasada por la zona de Llucmajor.

La salida prevista era cercana porque algunos pusieron cortapisas al horario y querían volver pronto y como salían desde Establiments decidimos acercarnos para ver lo que se cocía, y como siempre que se repite esta circunstancia, me convencen. De todas maneras como primera meta me planteé subir el Bunyolí hasta la carretera y ver que tal nos iba. Tampoco nos fue tan mal; llegué el último pero sin sacar el hígado en el intento por lo que decidimos continuar tramo a tramo hasta las antenas. Si llegábamos allí todo sería ya más fácil. Nos encontramos en la barrera un grupito de bikeros con los que entablamos conversación, o más bien con Tomeu, que era el más solicitado. En un principio no vinieron con nosotros pero nos íbamos encontrando durante la subida hasta la cumbre. Allí los dejamos.

Iba siempre en cola ya que de todas maneras me pasaban enseguida y no podía mantener el ritmo de ellos. Carlos venía conmigo y nos reagrupamos en el paso de la pared. En el tramo de pateo también me quedé rezagado. Y en el de bajada y en el llano, por todos lados. Tenía hasta agujetas pero nada comparado con el desfallecimiento del día del Port des Canonge, menos mal.

No bajamos por el Camí vell de Son Poquet sino por el Comellar de ses Puces que hacía ya bastante tiempo que no lo hacía completo. La losa quedó para otro día, nadie se atrevió a tirarse y seguimos hacia los marges, de los cuales bajé tres, los más pequeños; al ir solo no me atreví a más. Más o menos llevábamos el horario controlado pero una vez en Esporles sentados frente a unas bebidas y unas llamadas telefónicas a casa, nos lo tomamos con más calma. Así que acabamos tranquilamente con las viandas que compró Carlos en los puestos del mercado y que además se empeñó en pagar la ronda.

Aún así creía que iríamos por la carretera directos hacia Palma pero no fue así ya que empezaron la subida del Verger. Bueno, es carretera y aunque desfondado, se puede hacer. Ni que decir que fui el último, Román el primero, con la Occam de plástico. Decía once kilos, yo creo que menos.

Nos despedimos en Establiments ya que la mayoría había venido en coche y nosotros no, por lo que nos fuimos a dar un rodeo por el callejón de Can Gazà. El último tramo está bastante sucio de hierbas y por eso cuando se me vació la rueda de repente unos metros más adelante pensé que había pinchado allí pero me quedé con la duda vista la velocidad con que tocó el suelo la llanta. Tampoco tenía la cámara ningún parche que hubiera saltado. Comprobada cámara y cubierta no vemos nada extraño por lo que la hinchamos para ver por donde perdía, y no perdía, hasta que de repente se vació. Tenía el pitorro de la válvula seccionado por el borde del agujero de la llanta. Tuve que darle la razón a Carlos sobre que si llevas poca presión al frenar la cubierta, al no ir fuertemente encajada en la llanta, puede desplazarse levemente arrastrando la cámara y descolocándola respecto al agujero llegando a cortarla. Habrá que hacer algo al respecto.


Zooomr

Estaba a punto de llenar el espacio gratuito que me ofrece Picasa y aún me seguían faltando álbumes para publicar, sobretodo de Carlos ya que, si vamos pocos, es el único que se encarga del material gráfico. Y si vamos muchos también se suma pero sus fotos no salen publicadas en web alguna ya que debo esperar a tenerlas en formato CD. De hecho ya tiene una interesante colección.

Por eso quería subirlas como ábumes web pero había casi utilizado la capacidad máxima gratuita permitida y busqué alguna alternativa del mismo estilo. Después de leer algunos comentarios sobre el tema me decanté en un principio por Zooomr ya que la mayoría de otras páginas semblantes no permiten crear álbumes y esta sí. Así pues he podido descargar bastante Picasa y de momento en la nueva solamente voy a poner los álbumes de Carlos.

Es otro punto de vista para quién quiera verlo, sin más pretensiones.