Hay muchas más


La cámara sólo es la excusa para el que le gusta mirar.


Uno de nuestros mares interiores.


Eso es fijación.


Siempre queda tiempo para el juego.


Cada uno a lo suyo.


¿A que doy pena?


Enlaces gráficos de la ruta por parte de Sito y Carlos.



S'Arrom

Antes de nada quiero agradecer al grupo de Tramuntanaenduro en general y a Pau en particular la invitación para acompañarles en la ruta que han preparado para este sábado, ruta muy especial para mí ya que contaban con permiso concedido para cruzar s'Arrom.

Se había diseñado una ruta un tanto especial, empezar desde Inca, pasar por Lluc y llegar hasta el pantano de Cúber siempre por asfalto, subir al Cornador para bajar a s'Arrom y Sóller y volver por carretera otra vez a Inca!!!!. Por tanto era evidente que no haría eso y me planteé una ruta complementaria para poder satisfacer todas las necesidades, a saber, no tocar mucho asfalto e ir a s'Arrom. El punto de encuentro sería la Font des Noguer, por lo tanto se podía llegar desde Tossals por un recorrido no muy exigente mientras ya había descartado la opción del coll des Prat que iban a realizar Agustí y Desi aunque las dos adolecían de la misma pega ¿cómo volvemos de Sóller?. Por eso preferí hacer una ruta con salida y llegada al pueblo e ir más tranquilo ya que no sabía exactamente cómo estaba montado el planning de la ruta. Esta opción fue ganando adeptos durante la semana y algunos bous y tramuntaneros se apuntaron y al final también don Carlos Remolón y don Juan Ausente han venido y hemos formado un grupo bastante numeroso.

Una subidita por els Marroigs nunca viene mal y más en un día tan bueno como hoy, creo que la última vez que subí fue el día del fiasco del pedal y ya tocaba. Ha habido unos cuantos reagrupamientos en subida ya que el nivel de los participantes era muy dispar y así, entre estiras y aflojas, hemos llegado a la carretera por un itinerario que ha convencido a propios y extraños. Destino final: la font des Noguer donde hemos podido merendar en plan relax mientras esperábamos al resto de peña. Comentar que han llegado antes los que venían por montaña que los que lo hacían por carretera, no hay como tener piernas.

Llegan todos, veintinueve en total, parece eso una manada. Buen ambiente y risas, parece que el timming no es problema excepto para dos palmesanos que se van antes para bajar por el barranco. Bordeamos el pantano por el dique mientras vamos sorteando senderistas y correcaminos, ahora toca subir y algunos lo hacemos por las trialeras que están bastante asequibles aunque llego desbocado arriba, los que lo hacen por la pista tienen mejor cara. Batualmón, si están los palmesanos allí, cuatro puyas y para abajo por las trialeras aunque me parece que muchos con la emoción de la velocidad se saltaron los tramos siguientes, pocos las hicimos completas, el bou Juan seguro aunque estrenaba bici doble y bajaba con mucho miramiento, yo seguí fiel a mi estilo desde luego pero muy condicionado por la gomas que llevo que en esos terrenos me dejan tirado a las primeras de cambio, por eso hice lo contrario que los demás arriba, hincharlas más.

Y en el primer tramo del barranco volvemos a encontrar a los disidentes esta vez con problemas; nada, un llantazo en una zona muy irregular, es lo que tiene bajar a saco. Ahora sí nos despedimos definitivamente y empezamos la ascensión hasta el refugio donde hay que poner en práctica las nociones de porteo asimiladas durante años aunque el amortiguador cruzado y mi clavícula extra corpórea no se llevan muy bien. No se hace pesada la subida aunque visualmente pueda parecer lo contrario, además hay algunos tramos ciclables que ayudan a romper la monotonía.

Justo arriba, cerca del refugio, aproveché que faltaba gente para ir a echar un vistazo al mirador d'en Xim Quesada, una vista ESPECTACULAR y una pared minúscula con una caída libre de varios cientos de metros hacen el resto. Calmados ya los ánimos del reencuentro con ese lugar me dispuse a afrontar la misteriosa bajada hacia el objetivo primero de esta ruta, s'Arrom. Al haberla hecho siempre en sentido contrario no tenía opinión fiable pero la recordaba corta y empinada como así ha sido, son prácticamente cuatro giros estrechos sobre un suelo complicado después de pasar la barrera que abrió Pau con el manojo de llaves que le habían prestado y una tirada larga por el interior del encinar hasta llegar a las casas. Ha habido un susto allí, me lo contaron después. Una simple y minúscula piedra suelta del terreno ha dado un latigazo tremendo a la rueda delantera de Miki (uno de los mikis inqueros) y ha salido volando cual proyectil de una catapulta bancal abajo y no se ha hecho ni un rasguño. Mejor parado no podría haber salido.

Los propietarios de s'Arrom, de lujo. Nos insistieron a pasar y tomar café y licores pero nos hicimos los reticentes, no veíamos claro lo de preparar café para veintisiete y algunos empezaban a tener prisa por llegar abajo. Aquí hubo un despiste porque el grueso del grupo bajó hasta la barrera y allí tuvimos que esperar un largo rato mientras los demás se quedaron a tomar café y copa hasta que subió Desi a buscar la llave para salir. Después de eso bajada a saco por la pista quemando frenos. Decir que me pegué una nata en una de las curvas donde se me fue la rueda de delante y di con todo el codo en el suelo, en cambio las espinilleras cumplieron perfectamente su función.

No hubo tiempo para más, eran más de las cuatro ya que el ritmo de ese grupo tan numeroso no fue muy rápido ni tampoco era la intención de nadie pero para mí ese enorme punto negro que había en s'Arrom ha desaparecido y eso me produce un gran alivio ya que desde hacía muchos años no había podido pasar por la finca, normalmente viniendo desde Alfàbia pero nunca por las casas, al menos en bici.

Reiterar por tanto mi agradecimiento por la parte que le corresponda a cada uno a todos los inqueros por su invitación y a todos los demás por su compañía y saber estar, realmente me lo he pasado fenomenal.


Los dos pozos

Un ruego de mi hijo al filo de la medianoche del viernes bastó para cambiar todos mis planes del fin de semana y el sábado nos fuimos a hacer una visita al nuevo hospital de Son Espases y de paso también unas radiografías y una visita al traumatólogo. La visita médica era desde luego la razón del desplazamiento pero también quería comprobar los motivos de tanta queja que se han generado desde su inauguración. Y la verdad, pasé del tema, cuanto menos sepa y conozca del hospital mejor que mejor, nos hicieron las placas y nos atendió el médico, más no quiero por ahora.

Esta incidencia provocó que trasladara mi día de salida al domingo sin un plan seguro previsto pero con alguna idea previa trazada con Guiem ya desde semanas anteriores, el pas de na Lluïsa. Quizás no me hiciera mucho caso cuando se lo comenté pero ayer le convencí, por decirlo de alguna manera. Volvimos a ser trece aunque variando los componentes y nos dirigimos otra vez hacia la zona de Esporles pero esta vez por el Bunyolí. Ya en las primeras rampas tenía mucho calor y me quité ropa desde el inicio. La subida, buena. A ritmo, de menos a más, como tienen que ser las subidas. La barrera de arriba parecía la cola del pan, empezaron a llegar bicis una tras otra hasta conformar dos numerosos grupos trazando planes. Los míos eran llegar lo más arriba posible pero varios miembros pensaban ya más en la vuelta que en la ida y tomaron el camino de retorno quedando prácticamente la mitad.

Pasamos a otros dos merendando al solecito en Can Manent, del otro grupo no sé si al final iban o venían mientras seguimos camino hacia el Pouet de Sobremunt. En la barrera de madera de arriba hubo conato de deserción pero no me enteré porque ya había soltado frenos pero éste se consumó en el portillo de salida donde llegaron poco después. Ahora empezaba el fora pistes y donde se me descontrola el horario por lo que dieron media vuelta para asegurar el timming todos menos uno, Tomeu, de Santa María, que quería continuar; pues allá vamos. La ruta completa con los bous la haremos otro día con más margen. No conocían tampoco la opción de la Font d'en Vic que tampoco es que sea una maravilla de bajada y volvieron por tanto por donde habían venido.

A mí se me hizo más corto encontrar el paso esta vez que la anterior, fuimos más directos pero pasamos antes por el pozo, el gran pozo, el cacho pozo, el más grande que he visto y lo que más me sorprende es su ubicación, uno podría pensar que se necesitaría un agujero de ese tamaño cerca de una gran extensión de terreno llano donde se tuviera que regar en grandes cantidades pero, allí metido, en pleno bosque, se me hace difícil imaginar para qué podría necesitarse tal acopio de agua. Actualmente está seco del todo pero he visto fotos donde el nivel de líquido está casi arriba.

Así que llegamos al paso con muy buena vistas arriba y atravesamos el roquedal hasta empalmar con el camino superior justo en el desvío entrando por terreno conocido aunque aún me sigue sorprendiendo la cantidad de bikeros que les cuesta horrores salir del redol. Yo mismo no he ido nunca a la zona de Sant Salvador, por ejemplo, me perdí la quedada del foro (me parece que no estaba en la isla) y me cuesta dirigir mi atención hacia esos lugares, soy un tramuntanófilo, lo reconozco, aún a sabiendas de que me pierdo cosas interesantes. Eso sí, el día que me dé por ahí empezaré a llenar de puntitos todos esos sitios.

Me he perdido, ¿por dónde iba? Ah si, pisteando por las alturas y decidiendo sobre el terreno por donde bajar. La premura de horario hacía aconsejable llegar a la ermita y dejar las bajadas laterales para otra ocasión y eso hicimos. En la explanada volvimos a encontrar al grupo del Bunyolí que se disponían a bajar por detrás y me pareció que no tomaron el desvío del comellar de ses puces mientras que nosotros tomamos el desvío del pozo, del pozito, de la cisternita en realidad, y su reducido tamaño me cuadra con la que me imagino sería su función, abastecimiento de agua para consumo humano, cuando el humano vivía aún en simbiosis con ese medio. Hoy en día es una reliquia del pasado sin más valor que el estético.

Recalcar que esta bajada ha sido abierta y marcada desde no hace mucho y está siendo utilizada creo que de cada vez con mayor asiduidad aunque es de dificultad uno en una escala de cinco; cuando pasé por primera vez hace unos meses estaba impoluta. Al empalmar con la bajada del Sagrat Cor remontamos un poco para buscar la que baja al área recreativa, más ratonera que la anterior aunque de fácil recorrido; también en su parte final ya en la zona de pista donde le han metido mano para darle un poco de aliciente extra.

Pasamos como pudimos entre personal y vehículos ya que estaba atestadísimo, hasta había cola de vehículos en la carretera para entrar, y nos dirigimos carretera arriba hacia la entrada de Son Malferit donde en la parte más tonta de la ruta pego el llantazo. De verdad que se me está acabando la paciencia con estas cubiertas, la paciencia y las cámaras. En cuanto vas sentado en el sillín cualquier piedrecita es mortal. Le dije a Tomeu que se fuera y no se retrasara más y yo cambié y volví a mi ritmo a casa.


Segundo estreno

Casi tres meses después del primer estreno y cumpliéndose a rajatabla el dicho de “quan no te bony te forat” decidieron volver a enviar la bici a BCN para subsanar los errores de una vez por todas. Casi lo consiguen, yo sigo quejándome de la transmisión, diría que uno de los piñones está defectuoso, ellos me dicen que los pusieron nuevos pero visto lo visto con los platos puedo pensar cualquier cosa pero en todo caso, el asunto principal está resuelto. Cuadro, esta vez de mi talla, y pedalier nuevos y hasta diría que el amortiguador también.

Así y todo pese a las ganas de estrenarla, viendo la previsión del tiempo para el sábado y sobretodo para el domingo, decido quedarme en casa para “fer dissabte”, (hacer limpieza, en castellano), y unirme a algún grupo que planee una salida festiva. La condición era no volver muy tarde lo que implica empezar temprano y eso descartaba casi todas las opciones que pude recopilar el sábado aunque siempre hay una que cumple esa premisa, la salida de los bous. Además, en el post-it del anuncio no especificaban ruta, con lo que casi era una invitación en toda regla.

Voy solo al punto de reunión carreteando por las calles solitarias de la ciudad, aún no son las ocho y el letargo hace mella pero el día amanece espléndido y parece apoyar mi idea de ir a rodar un poco por los encinares de Son Ferrà y Son Tríes. Propuesta que no encuentra mucha oposición, al contrario, entre los compañeros, unos trece (creo) en total, que nos hemos dado cita en el punto de salida habitual, aunque la mayoría no conoce la parte final de la ruta.

Atravesamos el polígono para ir a cruzar el torrente de sa Riera extrañamente seco en el vado dado lo que había llovido en días anteriores y subir hacia Establiments para dirigirnos hacia Bunyolí y tomar el desvío de Sarrià y Son Malferit. Primera parte de la ruta, digamos de aproximación y calentamiento, cumplida, ahora queda el ascenso duro, aunque lo duro se circunscribe en realidad a la parte del cemento que solamente he visto superar a uno porque de los pocos que lo hemos intentado todos menos ése hemos patinado por el exceso de humedad.

Primera parada de avituallamiento y segunda tras coronar cerca de la ermita que aunque no parece que haya un camino claro este si llega a aparecer y en todo su esplendor. Y hay que aprender a disfrutarlo, en todos los sentidos, y si puede ser encima de una bici la recompensa es doble. Pasamos por la Font des Rafal y volvemos hacia la Font de Dalt por el sendero para pasar directamente al área recreativa y volver por asfalto hacia Palma donde me quedo irremisiblemente atrás. El viento arreciaba y me cuesta que la bici coja velocidad ni siquiera en las bajadas, así que me lo tomo con calma. Pero es verdad, me quedé con ganas así que esta tampoco será la última.

Por aquí hay más crónica y fotos.


Vamó p'allá

Otra semana más que me apañe como pueda con la bici de reserva mientras me encogen la 9.3 y la dejan a punto de una vez por todas. Llamarla bici de reserva es hacerle un favor, ya va flaqueando por todos lados, sin horquilla, sin frenos y cogiendo holguras por todas las juntas, y aún así puede aguantar algún que otro maltrato.

Un grupo de foreros había programado un ruta por el port des Canonge, volta des General y retorno por el camí des Correu y había tenido algún contacto con ellos entre semana, solamente conocía a uno de ellos y de una salida pero no iba ser eso un problema, así que me apunté, y esta vez yo solo ya que mis compinches no estaban por la labor.

Pues ya me tienes en el aparcamiento de Esporles, por cierto con otro aspecto, esperando al nuevo grupito. Por ahí estaban preparando máquinas otro grupo, son (parte de la) gente de Llucmajor y reconozco a Miguelón. Me explican sus planes mientras acaban de dar el último lustre a sus pepinos con pedales. ¿Pero dónde vas con una bici de 10,5k? Si vas a salir volando en cualquier curva, aunque sea cuesta arriba. Y eso que era el modelo barato, según el dueño. Ya fui una vez con ellos por el mismo sitio y a duras penas llegamos juntos al mar, así que les dejé marchar a sabiendas que cuando volviéramos nosotros ellos ya no estarían en el aparcamiento. Mientras iba llegando la gente con la que había quedado, unos en bici desde Palma, otros en coche y vamos haciendo las presentaciones y no los voy a nombrar porque sé que me falta alguno y no quiero que se moleste, pero una vez que llegan todos salimos en dirección a lo que marque el GPS porque yo no soy el que ha puesto la ruta ni siquiera el guía, así que nos vamos a buscar el camí de Pescadors callejeando un poco por el pueblo hasta las afueras.

Me costó calentar en esa subida pero es corta. Hacía años que no subía por allí y el tramo más pedregoso que nos costaba pasar al principio de nuestras andaduras ya no es tan complicado ni siquiera para unas cubiertas sin tacos a no ser por la humedad del suelo que aún no se había disipado. En el desvío de la carretera el grupo se fue detrás del guía que llevaba la máquina y tuve que retenerlos, no sé si por no fijarse en la pantalla o por el posible margen de error del track, lo cierto es que se pasaba en todos los cruces.

Llegamos hasta el mirador y bajamos por el camino señalizado y en la primera dificultad, si es que puede llamarse así, todo el mundo andando. El piso patinaba y nadie quería arriesgarse aunque tuvieran máquina para ello. El siguiente paso sería la continuación de esta bajada aunque mis últimos informes eran de que ese tramo estaba muy destrozado por las lluvias. Pamplinas, yo diría que sí se nota algo pero no tanto, ni mucho menos, como para no poder hacerlo prácticamente todo montado. Aparte del último tramo donde más parece una torrentera el resto es bastante apetecible. La diferencia con la Branson, que es la bajada de moda, es que aquella es muy rápida y a primera vista, más emocionante; ésta, por otro lado, mucho más lenta, técnica y revirada aunque para mí mejor que la anterior y donde el pilotaje lo es todo.

Pudimos llegar sin contratiempos a la costa donde comimos algo y analizamos la siguiente parte de la ruta. Ni había entendido, y seguía sin hacerlo, las explicaciones del guía sobre esa zona por lo que lo dejamos para más adelante cuando llegáramos al sitio en cuestión. El tránsito por el camino costero gustó a novatos y veteranos y subimos las pulsaciones estirando el pelotón en la zona llana. Al llegar a la carretera se decide no bajar al pueblo para no alargar más de la cuenta la subida hacia Esporles y les convenzo de empalmar con la ruta establecida por el ramal del campo de fútbol que aparte de más suave es más entretenida, aunque tiene algunos tramos con pendientes considerables que hay que superar igualmente. Ya no había tiempo de llegar a Planícia y volver por lo que tiramos recto por el camí des Correu. Hubo un poco de parón al empezar porque un chaval se paró al principio de la cuesta empedrada mientras algunos estábamos ya arriba, después supe que tenía algunos problemas de ajuste con los pedales automáticos ya que los estrenaba ese mismo día.

No puedo decir que fuera una bajada de escándalo más bien muy edulcorada por el tipo de bici que llevaba pero ni siquiera la zona de curvas en peores condiciones que hay supuso un verdadero problema a la hora de superarlas. La verdad es que me llevé una sorpresa, no me veía capaz de atravesarlo sin tener que caminar. Más o menos por allí fue por donde nos pillaron los del grupo de Llucmajor que sí habían llegado a Planícia, buen ritmo llevaban pero Miguel no estaba, me dijeron que había vuelto atrás, no estaba para seguir ese ritmo, él mismo me lo había comentado antes de empezar, sabiendo obviamente lo que le esperaba al salir a rodar con semejante personal. Quizás hubiera podido esperarnos y al menos acabar la ruta en compañía aunque no creo que supiera cuál era exactamente nuestra ruta. La última parte del camino, la empedrada, obviamente fue la más lenta para mí y con diferencia pero no hubo ningún incidente de importancia en el resto de camino hasta el pueblo.

En definitiva, buena etapa en la que pude conocer gente nueva del mtb y volver a repasar algunos itinerarios que tenía en el cajón de los recuerdos lo que me sirve de paso para refrescar el blog y poder aspirar a tener un mínimo de actualización en ese sentido.