Montaña arriba, paso abajo

Llega el domingo y ya estamos preparando la mochila (la bici se prepara sola) con las viandas necesarias, el típico sandwich, nada de pan mal de tragar en medio del monte, y los otros bártulos también necesarios, tal como una cámara (de aire), un hinchador y algunas herramientas, ditas troncha cadenas, por si me llegan a faltar eslabones de quita y pon; llave de radios, alguna vez te puede sacar de un apuro aunque no tengas ni idea de usarla; alguna llave Allen y poco más. Le añadimos también agua fría y algunos pañuelos; hay quién también pone alicates, radios, sujeta pinzas de freno, luces, goma de parches, bridas, una patilla y un largo etcétera aunque lo básico es lo que he mentado al principio junto con el agua, con eso podemos sobrevivir algunos días en caso de catástrofe.

Pero hoy no esperamos que ocurra eso y como no tengo ganas ni tiempo de irme muy lejos nos acercamos al punto alfa a ver como está el asunto ya que solamente Xavi dijo algo de salir a hacer unos remontes. A mí me apetece también hacer remontes pero largos y encima de la bici, por eso dirijo mi mirada hacia la Fita del Ram, por eso y porque además me pusieron los dientes largos con una salida que al final solamente olieron, y me dije, pues la haré yo.

Y a eso iba pero pronto empezamos mal. Carlos va sin freno trasero, le gotea líquido desde que le metió mano ayer y no sabe exactamente por donde, lo cierto y seguro es que no frena y eso ya es un condicionante serio para continuar con la ruta prevista. En principio viene y nos juntamos con los bous que están preparados para salir al Torrent de Pareis, no en bici evidentemente, pero sí que están reunidos en el mismo punto que los que sí salen que de momento son solamente dos. También está Mateo con la mtb pero para ir por asfalto con otro compañero, por ahora no puede acompañarnos aún, pero todo llegará.

Entonces, como dos más dos son cuatro, pues cuatro son los que salimos hacia las alturas. Propongo subir hacia la Fita y lo demás es secreto pero en mis adentros ya estaba cambiando la ruta para hacerla un poco más corta ya que Guiem me había recortado un poco el horario. Nos acercamos a Establiments por el torrente, recorrido mucho más tranquilo que la carretera principal, y continuamos hacia Bunyolí donde se puede decir que empieza de verdad la ruta, salimos de lo negro y entramos en lo verde. No encontramos a nadie, ni subiendo ni bajando, la gente tiene la cabeza ya en otros sitios, y hago una subida muy cómoda y sin perder el ritmo.

En la barrera nos deja Gabi que tiene compromisos ineludibles que cumplir y el trío restante seguimos camino. Hacemos un poco de show persiguiendo los pollos de perdices con la madre dispuesta a todo desde lo alto del muro, así que la dejamos que recogiera de nuevo la camada y partimos mientras seguimos sin cruzarnos con nadie. Solamente en el cruce de Sobremunt aparece una furgo que parece que lleva bicis dentro y me pregunto cuál será su plan porque sigue subiendo hacia las antenas igual que nosotros, yo me encuentro bien y se nota en la subida final, llego entero y satisfecho arriba donde están unos chavales descargando bicis de la furgo, parecen novatos, alguno ni había estado por allí y dos no llevaban ni casco. Van hacia la ermita y decidimos salir juntos pero una de sus bicis va frenada del todo, rozaban las dos pastillas a la vez y creía que tenía los pistones fuera pero no era así, tampoco parecían cuadrar todas las teorías expuestas sobre el tema y al final ninguno de los presentes ha podido dar una explicación convincente al fenómeno, solamente el dueño de la bici ha aportado la solución definitiva vía teléfono, “déjalo estar, después de un tiempo se pone bien solo”. Y así parece haber sido porque antes de llegar al camino ancho la rueda parecía rodar libre del todo de nuevo.

No me he parado a comprobar cómo iba cada uno por el camino porque iba delante y no he visto ni oído nada y no me he parado hasta el desvío. Carlos quería llegar hasta la ermita pero no le he dejado, bajaríamos por el Pas de na Lluïsa, más que nada para que Guiem lo viera y lo catara y también porque creía que era el itinerario más corto. Día claro que nos dejaba unas vistas preciosas de la Mola de Planícia y el Galatzó y que hemos aprovechado para comer algo a la sombra antes de bajar.

El camino de bajada no es muy ciclable que digamos y cuando podría serlo tiene muchos árboles caídos que te lo impiden pero es un tramo corto que no supone mayor contratiempo. Al llegar a la barrerita ya pillas camino y es todo para abajo excepto un corto tramo. Decidimos bajar directos por el Bunyolí deshaciendo el camino recorrido unas horas antes y puedo comprobar que, sin haber cambiado nada en la trialera, la bajada ha sido completamente diferente de la del viernes, debía ser por el empuje presionador del que tenía detrás, y menos mal que solamente con un freno, si llega a tener los dos me hace del maillot un frac.

Después por el camino ya ha sido otra cosa, gracias a mis frenos gama alta de ocio y mi cubierta trasera no apta para cardíacos me he salido dos veces de la trazada y así, unos por una cosa y otros por otra, hemos acabado más tranquilos de lo normal, pero disfrutando de una bajada rápida y divertida en conjunto al fin y a la postre, que es de lo que se trata, de disfrutar un poco.


Viernes de San Juan

San Juan, viernes y fiesta, me suena raro, de hecho fue un día bastante raro, pero centrémonos en el tema que nos ocupa, al menos a mí en estas últimas semanas, el CATÁLOGO.

Como tenía restricción de horario fui mirando posibilidades para no salir solo y todos los demás salían más tarde de lo que yo querría así que se fueron descartando ellos mismos. Colegas, ausentes; Bous, no hay post-it, aunque eso no es significativo pero estamos en las mismas, sin ruta definida no quiero meter baza; grupo, sale más tarde para hacer una que no reconozco por el título; foreros, para uno que quería salir prontito van y lo convencen para salir aún más tarde que todos los demás así que me voy mentalizando que como no me encuentre a alguien de casualidad voy a ir más solo que la una, como así fue porque solamente me crucé con uno en Esporles.

En el día más largo del año os podéis imaginar que es el día que más temprano me despierto, aún queda mucho rato para que suene el despertador y no tengo problemas para salir antes de las siete y media de casa así que paso por los puntos de reunión alfa y beta mucho antes que los demás y sigo mi camino hacia Bunyolí para desviarme hacia Sarrià. Allí tengo el primer punto marcado, pero hay una valla, está cerrada y tiene pinchos, hay que ir con cuidado para saltarla, un despiste y evacuarás el doble de rápido. Me meto por la finca y como ya sé que no hay enlaces posibles con otros itinerarios me dispongo a cruzarla para salir a la carretera de Esporles. Efectivamente así es, no es más que un camino de finca totalmente privado sin valor añadido como parecía sobre el plano, simplemente quise corroborarlo en directo y además tuve suerte porque no me encontré a nadie y aunque la barrera de la carretera estaba cerrada pude sortearla.

Llego hasta el coll d'en Portell y me meto hacia Es Pins (el Pino traducido) y luego hacia Es Coll. Todo parece ir sobre ruedas (en todos los sentidos) hasta que aparece lo de siempre, un barrerón insalvable, (las de s'Empeltada dan risa al lado de estas), con candado y cadena, un poste con cámara y foco infrarrojo, el camino cementado, en fin, todos los ingredientes necesarios para una apropiación indebida de un camino público. Me lo estoy pensando y mirando y veo algo raro en la cadena vieja y oxidada y el candado, solamente está presentada y además la barrera está abierta, y paso. Lo dejo como estaba y voy bajando hacia las casas y me quedo mudo cuando llego porque me doy de frente con un sitio espectacular, no es solamente una casa, son varias unidas en una sola construcción enorme que desprenden lujo y señorío.

Por ahora no veo a nadie y reconozco la traza de un camino que va paralelo a una pared de soporte mientras dejo atrás el ramal asfaltado que baja por el invernadero. Voy rodeando las casas hasta que casi en la salida oigo una voz que me llama, ¡ya la hemos liado! pero estaba dispuesto a cantarle las cuarenta si me daba la vara, a él o al sargento de la GC, me daba igual. Baja el hombre y empezamos el toma y daca típico, es un joven extranjero pero habla muy bien español y nos entendemos perfectamente, y enseguida reconoce que no me he salido del trazado del antiguo “camino postal” pero que tengo que salir de la finca. Al principio estaba el hombre muy nervioso pero se calma enseguida y podemos tener una conversación sin ningún tipo de palabra malsonante o elevación de tono. Quedamos en que salga por la barrera de abajo, por la del invernadero, ya de que de la de arriba no tiene la llave. Para ello llama por teléfono a un compañero (hablando en francés aunque por su acento no me lo pareció) que viene con la llave montado en un 4x4 para recorrer cien metros, van a lo grande por ahí.

Antes de irme me confirmó que ya habían recibido una carta del ayuntamiento instándoles a abrir las barreras del camino y que el asunto lo habían puesto en manos de sus abogados para encontrar una rápida solución satisfactoria por ambas partes ya que el derecho de paso está plenamente reconocido. Yo me lo creí y expresé mis deseos de que así fuera ya que si no lo hacían así tendrían muchos problemas. La verdad es que no es una situación fácil si se quiere mantener ahora un estatus, el camino pasa pegado a las casas y si se mantiene como está en cualquier momento te puedes encontrar a alguien en la cocina pidiéndote un poco de pimienta que se le ha olvidado para hacer la torrada que se ha montado fuera. Para mí lo más fácil sería hacer un desvío hacia el ramal de la urbanización desde la barrera aunque no sé si sobre el terreno es posible aunque siempre habrán los puristas que exijan que no se modifique el trazado en lo más mínimo. Hay que llegar un consenso y creo que se llegará y pronto, mientras dejo ese paso en suspenso a la espera de acontecimientos.

Además, no solamente es el tramo de paso por las casas el único punto conflictivo ya que la continuación hacia Son Mas ha desaparecido engullida por el asfalto y cortada por las barreras de algunas nuevas casas cercanas, así que los técnicos municipales tienen que encontrar una solución general si quieren que el trazado esté libre hasta el pueblo. Ya la semana pasada intenté encontrar un paso entre la Vila Nova y Son Mas y no pude, habría que salir por la entrada principal de la finca y también estaba cerrada. Habrá que tener un poco de paciencia y esperar a ver cómo va evolucionando este conflicto y se diseña la solución definitiva.

De todas maneras veo movimiento en general en ese aspecto y a ojos vista. Es decir, hay modificaciones cada semana en varios itinerarios y eso quiere decir que se está siguiendo un plan establecido. El camino viejo que sube al coll de s'Heura se está restaurando; el que atraviesa la Costa de Son Dameto apareció ante mis ojos de un día para otro para mi sorpresa. Y supongo que de otros que también están incluidos también tendremos novedades próximamente. Habrá que ver si algunos de los que atraviesan Son Tríes, por ejemplo, mantienen el paso cerrado o por el contrario se abren al público tal cual están trazados.

Es muy temprano aún y me auto convenzo de que puedo subir por la carretera del Verger y volver por Bunyolí estando dentro del horario, además me apetece ya que hace milenios que no lo hago. Dicho y hecho, hacia allá me dirijo por el camino viejo porque para algo lo hicieron pero al tocar asfalto ya no lo dejo hasta Sobremunt. La primera rampa importante es la que más me cuesta pero después logro coger ritmo y la subida se me hizo corta, intensa pero corta. Hasta en la parte de arriba, donde más se estrecha, tenía que subir en zigzag si quería mantener el ritmo dado que iba a plato mediano, menos mal que es un tramo en sombra permanente.

Las diez en punto en Sobremunt, los colegas ya habían pasado y yo no llevaba nada para comer así que no estuve mucho parado pero esta vez bajé por el ramal directo no por el que siempre llegamos nosotros que es un vial que se acaba en Can Manent, intentando vislumbrar algún desvío que me permitiera bajar hacia Esporles por otro trazado alternativo diferente del que había subido. Encontré una primera pista que continué hasta una pared con rejilla por la que se pasaba pero que ha sido reparada y ahora no se puede, queda para otro día averiguar hasta dónde llega. Encontré otra y por ésta pude circular hasta volver a llegar al asfalto cerca de la barrera donde nos desviamos habitualmente.

Ya solamente me quedaba la bajada típica de Bunyolí decidiendo entre trialera o camino y elegí trialera. Esperé por si venía alguien y bajar juntos pero al no ver ni oír a nadie bajé solo. Las presiones con que había hinchado las ruedas en la gasolinera resultaron ser totalmente inadecuadas para ese terreno, y cualquier otro que no sea liso, y eso que bajé medio kilo la de delante. Creo que le había metido dos y tres, delante y atrás, respectivamente. Exageradamente altas, cuando le enchufé la manguera ni siquiera la de atrás que era la que llevaba más alta llegaba a dos. De todas maneras, la componente psicológica influye tanto o más que la puramente mecánica ¿o tal vez fue al revés?, por lo tanto no era el día idóneo para disfrutar en exceso, lo cierto es que no fue la mejor bajada de mi vida, sin ir tampoco encogido de precaución, se entiende.


Catálogo 4

Estaba emperrado en acabar la tarea aprovechando que he cambiado de día de salida, desde hace mucho tiempo siempre en sábado, a domingo, al menos durante el verano, y eso va a provocar algunos cambios, el más importante es que casi todos mis viejos compañeros de fatigas salen el sábado y otro es la duración de las salidas que serán un poco más cortas. Afortunadamente puedo salir con otros compañeros que sí salen ese día y aunque me presenté en el punto de reunión esta vez no propuse nada debido a lo imprevisible de mi ruta y no quería amargarles el día con experimentos, así que cada uno se fue por su lado.

Tenía varios objetivos fijados, el primero, un acceso hacia el Verger desde Son Malferit. Mateo chincheta (que también estaba por allí pero sin disfrazar) decía que no existía pero los mapas antiguos y el catálogo dicen lo contrario así que ahí quedó el reto, y lo perdió. Otra cosa es que valga la pena y por ahora no la vale porque es prácticamente intransitable, hace falta mano de santo para poder pasar aunque el recorrido es atractivo, excepto la primera parte que ha quedado arrasada por el tractor y la parte final que descansa bajo una densa capa de vegetación de todo tipo, de tal manera que tuve que salir del trazado e ir caminando por un bancal de frutales de una casa cercana hasta llegar al asfalto. Ni saber dónde empieza ni dónde acaba no ha favorecido su conservación y ni siquiera tiene interés excursionista ya que acaba en uno de los viales laterales de la urbanización y eso no te lleva a ningún lado en particular, lejos de los puntos de interés, así que el camino ha desaparecido de la vista. Da igual, ya sé dónde está y algún día habrá que hacer algo al respecto.

Tocaba ahora bajar a Esporles y lo hice por el camino viejo que aún están retocando porque en la última curva han quitado todas las piedras por las que alguno bajó en su día y algún otro aún padece las consecuencias de intentarlo y han puesto algo de tierra para facilitar el giro aunque mi excesiva prudencia y poca maña no me permitió negociarlo. Ahora, eso sí, creo que me solté un poco más de lo habitual antes bajando espoleado por la creencia de que con menos rebote en la horquilla iba a mejorar y puede que así fuera.

Seguí con la misma tónica en el otro tramo de la bajada hasta que tomé el desvío a la derecha, el que me dijeron que no tenía salida. Camino que se va estrechando a medida que nos vamos metiendo en los campos de Son Mas y acaba en un bosquecillo lleno de matas con púas que me dejaron tibio al intentar pasar hacia no se sabía dónde porque además no tiene salida. Aquello se va encajonando entre el torrente, las paredes con rejillas y la tupida vegetación que al final te dejan compuesto y sin salida posible, y no me quedó más remedio que volver atrás y no me arrepentí, solo fuera por dejar de oír ladrar al p... perro.

Mientras volvía reparé en una estrecha rodada marcada en el suelo de hierba que cruzaba el campo a la vista de cualquiera y que se dirigía hacia otro grupo de árboles al otro lado. Más de lo mismo, no podía salir por un costado porque tenía la zanja del torrente que me lo impedía y por en medio de los árboles tampoco porque llegué a vislumbrar una rejilla. La leche, el camino a dos metros y yo sin poder llegar, no me quedaba más remedio que dar la vuelta por el pueblo y así lo hice, recorrí en sentido inverso el sendero hasta llegar a las primeras casas y entré por el callejón donde sube también una escalinata desde la Vila nova. Bajé por ellas y me dediqué a meterme por todas las calles en dirección contraria a la carretera, de esta manera llegué delante del portón de entrada de Son Mas que pese a estar a dos metros escasos al otro lado de la pared no llegué a ver. Nada, no se puede entrar, y la traza que llevaba en mente discurría por donde había estado la primera vez para pasar por detrás de las casas y llegar hasta Es Coll, pero debería intentarlo desde el otro lado.

Volví a la carretera y entré por el siguiente camino, dejo un primer desvío a la derecha y empiezo a subir. En el segundo desvío miro hacia arriba y solo veo un invernadero, la perspectiva no me permite ver las casas y continúo por donde no es. Realmente si hubiera podido seguir el track teórico debería haber hecho un tramo de ese ramal en descenso pero tengo mis dudas. Solo sé que llegué donde me imaginaba que acabaría, de bruces con una barrera; bueno, mientras recuperaba el aliento aproveché para merendar, después todo bajada hasta la carretera otra vez, lo probaría desde el coll.

Tramo de asfalto hasta arriba y me meto hacia Es Pins pero en lugar de volver a Esporles giro hacia Palma y recorro un tramo hasta dar de frente con la barrera de Sa Rota y sin desviarme debería poder seguir. Hasta aquí tenía marcado mi mapa porque estoy parado en el linde municipal y la continuación es una selva por la que es imposible siquiera pasar andando lo que me obliga a volver al punto de partida y hacer el recorrido por asfalto. Me meto en la siguiente entrada y llego hasta las casas, doy la vuelta antes de meterme en la cocina y como he pasado por varios cruces antes de llegar les voy echando un vistazo. Aparte de uno que seguía subiendo los demás no me parecen gran cosa y vuelvo al asfalto. Toda esa zona no la tenía memorizada y como creía que era tarde he tirado para casa directamente.

Luego he podido comprobar por donde me movía y he visto que hay buenas posibilidades, me queda confirmarlo desde el lado de Sarrià. Quizás una tarde de estas lo haga y me falta visitar también el tramo Es Pins-Es Coll-Son Mas, hay tiempo de sobra si no salgo muy tarde. Y con esto dejaría el catálogo bastante liquidado y desde luego con unos resultados muy positivos a falta aún (ya no me acordaba) de la pista-camino-sendero-torrentera? de la zona de Son Antic, pero eso necesitará de una salida dominical en toda regla.


Wikiloc

Se trata de una utilidad que se ha puesto muy en boga en estos tiempos a la par del otro elemento imprescindible para su uso, el receptor GPS, más conocido como GPS a secas y muy consultada al parecer por bastantes bikeros que no quieren depender de alguien que les pueda guiar dónde ellos quieran ir, aparte de que el gps, bien utilizado, es una herramienta poderosa. Hasta ahí todo perfecto, no lo voy a negar. Existen numerosos tracks de rutas ya publicados y a los que se puede echar mano en caso necesario.

La mini polémica que surgió hace unos días con unos compañeros respecto a unas rutas no era por las rutas en sí mismas sino por la publicación de las mismas en esa página. Me explico. Para mí la publicación de una ruta da a entender explícitamente que se puede realizar, sus obstáculos tendrá, pero que es factible, al fin y al cabo. Su finalización no puede depender de la suerte que podamos tener ese día con algún propietario, por tanto deberíamos ser muy cuidadosos a la hora de subir según qué rutas. Lo digo por una cosa, porque aunque la hayamos hecho no hay nada que nos obligue a mostrarla si hemos tenido problemas o si sabemos seguro que podemos tenerlos. Hay varias alternativas, como volver otro día y buscar alguna variante que nos permita obviarlos o modificar el trazado a mano directamente. Yo me siento obligado a hacerlo si quiero hacerla pública y buscaré un trazado alternativo si es posible, y que es precisamente lo que he estado haciendo estos últimos meses en esa zona y pese a todo aún no tengo nada decidido aunque sí hay trazados secundarios que subsanan esos problemas y que hemos recorrido ya varias veces, yo y quién ha querido venir conmigo.

Por muy cuidadosos que seamos a la hora de recorrer unos u otros caminos siempre nos encontraremos con algunos problemas, ya sea de paso o con personas, que habrá que solventar en ese momento. No voy a recordar aquí y ahora los problemas que tenemos los bikeros como parte del colectivo que se mueve por nuestra tierra que creo que son ya suficientes como para añadir de nuestra propia hornada.

Suele suceder que cuando uno se fija en la paja del ojo ajeno no ve la viga en el propio y entono ahora mi mea culpa. Revisaré cada tramo de mis rutas actuales por si hubiera que añadir notas de advertencia al respecto de algunos problemas habidos o por haber aunque he de decir en mi descargo que eso ya se ha hecho en varias ocasiones aunque sin nombrarlo, algunas rutas han sido modificadas a medida que surgían problemas insalvables, al menos por el momento. Podría decir que así se ha hecho en las rutas que pasaban por el Rafal o Planícia, no veréis traza que os obligue a pasar saltando las vallas o barreras de estas posesiones, han sido modificados, junto con la descripción de la ruta, para solventar estos problemas. Lo que pasa es que con el formato utilizado en el blog no se incluyen en la descripción de las rutas estas observaciones y si alguna vez lo hice así constar, luego lo quité.

He hecho constar inicialmente que las dos rutas de las que estamos hablando están publicadas en Wikiloc porque quería decir también que no me parece la mejor opción para acercarnos a un lugar que no conocemos para recorrerlo. Hay muy poca información que realmente nos pueda ser útil en ese aspecto y faltan datos esenciales que nos puedan ilustrar un poco más, como fotos o comentarios o tal vez una crónica. Yo utilizo los tracks como ayuda pero como no llevo receptor GPS a la hora de la verdad perderse es más divertido, y más instructivo también. Además la gracia está en ir a hacer caminos de los que no hay traza, como hoy por ejemplo, pero eso es ya otra historia.


Solo cuatro


Albert, que no pierde la sonrisa aunque tenga que hacer penitencia.



Carlos junto a una pareja que nos encontramos subiendo.


Bonito camino de bajada desde Son Amer.


Resto de fotos en la salida correspondiente de la página de fotos


El Purgatori

No es que tuviera que purgar ninguna culpa, mía o ajena, es que era uno de esos sitios que sabes que están ahí pero en los que tú no has estado ni pasará nada si no vas pero cuando me propusieron la ruta no me pude resistir. Ruta con varios recorridos y tramos nuevos, con poca asistencia, lo que formaba un plato muy apetitoso que no quería pasar por alto. Pepefz, el promotor, y Albert vendrían desde Palma; el madrileño desde Portocolom, que junto con Carlos y yo conformarían el grupo mientras que los dos juanes no se presentaban.

El día empezó mal, el madrileño no encontraba el sitio de partida y lo único que tenía era el número de Pepe pero este se había dejado el teléfono en casa con lo que solamente quedaba esperar. Finalmente apareció y nos fuimos con los vehículos a Caimari donde se da cuenta de que había perdido el eje de la rueda delantera. No sirven de nada algunas llamadas a tiendas cercanas para solucionar el asunto y tiene que volver a casa por donde ha venido. Parece que los demás estamos a punto y con bastante retraso nos ponemos en marcha hacia el primer objetivo, Lluc.

Dejamos la Costa Llarga para otra ocasión y la emprendemos con la pista de la Coveta Negra que vuelve a su anterior configuración de pista sosa donde las haya después de quedar casi plana otra vez y desaparecer la única dificultad que tenía antes de cementarla. Para mí es un test inicial ya que ver cómo la supero me indica a grosso modo a qué puedo aspirar el resto de ruta, y en un principio, las sensaciones son tirando a buenas. Ya en la Llonganissa nos juntamos con un trío con una chica con los que hicimos juntos la bajada hasta Lluc aunque nosotros nos desviamos por el tramo nuevo de GR que enlaza el coll de sa Batalla hasta el refugio de Son Amer del que conocía de su existencia pero que aún no había recorrido. Es muy divertido ese paso por el bosque. Llegamos al refugio y proseguimos hacia Lluc donde en la parte final, ya fuera del bosque, doy un llantazo por no mirar prim con las piedras.

Merendamos por separado ya que Carlos y yo necesitábamos aprovisionarnos en el forn de la plaza; ahí estaba el trío de bikeros a los que invité a venir con nosotros de vuelta a la carretera pero declinaron amablemente la invitación. Salimos desde la Font Cuberta por el camino marcado pero en la primera intersección con una pista nos desviamos y empezamos a bajar. Muy cerca de allí fue donde nos quedamos la otra vez por avería pero hoy esperaba que fuera diferente, y así fue. No hay mucha dificultad ya que todo es pista hacia abajo aunque sin saber exactamente dónde estás ya que el bosque es tupido. Me dio la sensación de descender muchos metros hasta llegar cerca de una casa desde donde empieza el ascenso. Continúa la pista, hay muchos cruces, pero al no ser la primera vez para algunos nos ahorramos los paréntesis exploratorios y se agradece porque querer revisarlos todos sin ayuda tecnológica puede ser cuestión de varias semanas. No me pareció que subiéramos lo suficiente como para volver a la altura de la carretera aunque desde que saltamos una pared divisoria tuvimos que ir andando sin marcas ni sendero claro visible hasta tocar la pared de s'Era d'Escorca, allí sí se ve algo, un empedrado visible pero muy estropeado lo que impide el paso montado en casi todo su recorrido.

Llegamos a la carretera y lo único que tenemos que hacer es cruzarla para enganchar con un majestuoso camino de carro con escopidors que va subiendo cómodamente hasta que al llegar a lo alto, el coll des Romaní, nos deleita con unas vistas estupendas sobre el macizo del Puig Major sobretodo. Bajamos y podemos lanzarnos a quemar pastillas, a las mías le hará bien, y después de unas cuantas lazadas ya tenemos a la vista las casas de Son Nebot, y había gente trasteando por afuera pero si digo la verdad, más bien parecieron pasar de nosotros. No queda mucho para llegar a la carretera y así lo hacemos después de disfrutar de un buen rato de bajada.

Para algunos este disfrute debería compensarse con el tramo que viene a continuación, para muchos el pestoso asfalto, un largo tramo en subida hasta la font des Noguer. Tampoco es para tanto ya que una subida por asfalto significa, salvo excepciones, una subida cómoda. Nos paramos un rato después del túnel porque Pepe iba encontrando y recogiendo carteras que los rateros tiran después de haberlas robado de los coches de la zona. El modus operandi es el siguiente: se desplazan por la isla en coches alquilados que no levantan sospechas hasta los lugares de aparcamiento habituales de los turistas para cerciorarse de los que los abandonan para poder dar los palos sin problemas. Por poner un ejemplo, la zona de la font des Noguer estaba completamente vacía mientras el aparcamiento estaba lleno y eso es muy tentador.

Recobré fuerzas en la fuente gracias a los alimentos que me ofrecieron ya que había salido muy alegre de casa en ese sentido, y la napolitana que me había comido en Lluc estaba ya más que procesada. Debía ser la una y se preveían dos más como mínimo para la vuelta. Barajamos alguna posibilidad para acortar ese horario pero no parece que se pueda mejorar sustancialmente por lo que seguimos con el plan previsto aunque Carlos cree entender lo contrario y me dice que se han ido hacia arriba, hacia Cúber. Llegamos allí y no los vemos y me dice que “creo que han ido hacia arriba”. Ahivá que la liamos. Volvemos y tiramos por la canaleta pero con la velocidad a la que vamos no los pillamos seguro pero casi al final encontramos unos senderistas que nos confirman que sí han pasado.

Se le cambia la cara a Carlos cuando ve lo que le espera al comenzar el ascenso al coll des Coloms y más con lo que sigue. Nunca ha estado por allí y no consigue encadenar buenos tramos montado por lo que patea más que pedalea, no es su tipo de terreno, aunque es difícil para cualquiera. Con una doble y ganas aún se puede intentar pero ya digo que es complicado per se.

Nos vuelven a esperar cerca de ses Cases velles y tomamos el primer desvío hacia Mancor, el que no había hecho nunca. Tras una pequeña subida inicial casi ciclable por completo y atravesar una pared vemos el otro portillo enfrente y entre medias una buena bajada por una vaguada. Nos ponemos las protecciones y empezamos el descenso. Es divertido, rápido y sin problemas, pero debemos esperar otro poco abajo desde donde vemos a Carlos cambiando la cámara tras un llantazo a media bajada. Que no se diga que no le animamos pero de todas maneras no se encuentra fino, la ruta empieza a ser muy larga para él que lleva varias semanas sin salir y con exceso de horas de trabajo, y lo nota igualmente en la siguiente bajada donde le empiezan a dar tirones en ambas piernas. Lástima porque ese descenso ha cambiado, o yo no me acuerdo de nada porque recordaba que lo había hecho pero no que fuera hace tanto tiempo, allá por el verano del 2006, y fue con la bici rígida seguro y pateando más de lo necesario. En cambio ayer fue muy diferente, el camino está muy limpio y diría que, excepto en algún punto concreto, en muy buenas condiciones por lo que asegura una bajada rápida, segura y muy divertida.

Ayer no fue rápida, los problemas de Carlos nos obligaron a parar en algunos momentos hasta que pudo recuperarse lo suficiente para poder continuar. Digo rápida en su conjunto ya que en los tramos que dimos rienda suelta disfruté como un bellaco. Cuando llegamos a la pista les dijimos a Pepe y Albert que no nos esperaran más ya que lo único que conseguirían sería quedarse sin poder comer, nosotros volveríamos a Caimari a un ritmo más lento debido a las molestias físicas del compañero y aún así estaban en el aparcamiento cuando llegamos.

En resumen: cuarenta kilómetros de puro mtb para repetir.


Catálogo 3

Lo vi en el catálogo y no me pude resistir, ni siquiera la pésima predicción meteorológica me desanimó, ayudó a que ayer dieran bastante malo y no fue tanto por lo que me imaginé que hoy mejoraría, pero vamos, los chubascos a las nueve y a las doce no te los quita nadie. Entre que los colegas, están remolones a más no poder; la peña, muda hasta última hora; algún forero que se lo toma con calma a la hora de salir y yo que quiero salir temprano para tener tiempo de comprobar diferentes alternativas pues todo ello hace que no sea seguro si va a venir alguien conmigo esta mañana (por sábado).

En un principio Carlos sí iba a venir pero un mal entendimiento entre ambos hace que le deje plantado esperándome en su casa así que estoy solo en el aparcamiento aunque por poco tiempo ya que van apareciendo coches con caras conocidas en su interior. Son los inqueros (y aledaños) de Tramuntanaenduro que vienen a hacer una ruta en las proximidades. Tardo en enterarme de qué quieren hacer exactamente, al final una clásica de la Fita del Ram. Yo no estoy para clásicas y solamente los acompaño hasta el coll de s'Heura por el camino viejo aprovechando que alguno lo conoce; yo lo bajé una vez pero no me acordaba de por donde se tomaba en el pueblo. Ellos siguen hasta Bunyolí y yo tiro hacia el área recreativa para buscar el sendero que me llevará hasta el estanque. No ha sido difícil encontrarlo ni seguirlo ya que es evidente, lo único que no hay que hacer es saltar la rejilla que da a Son Tríes, está electrificada, y me ha tenido que dar dos veces para convencerme.

El estanque tiene un camino ancho que baja hasta el pueblo y está muy cerca del camí des Correu, a muy pocos metros, pero aún así me he perdido, dando un rodeo de 360º volviendo a la alberca pero al segundo intento he podido salir de allí. Estoy en la carretera de la que recorro solamente unos metros y me meto por la primera pista a mano izquierda que debe llevarme hasta cerca de Son Vich y así es no sin antes confundirme en algún ramal y abrir y cerrar unas cuantas barreras. No hay que subir tanto como para llegar a la font des Rafal, la pista tira en dirección Puigpunyent casi plana hasta empalmar con la carretera sobre un puente saltando a su vez otra barrera mientras justo enfrente tenemos otra, ésta abierta. Por esta barrera debería haber salido una vez pero mi indecisión arriba me llevó a bajar por el acceso principal de las casas situadas en lo más alto.

Tras comer algo en la entrada llego hasta una casa y me entran dudas por lo que vuelvo atrás hasta la carretera donde hago unas idas y venidas hasta convencerme de que estaba en el sitio correcto por lo que vuelvo a la casa y empiezo la ascensión por una pista moderna. Tiene su tema la cosa, se van alternando tramos bastante durillos con otros más suaves, me recordaba la subida al coll des Jou en la parte del olivar y con una traca final más que dura pero la sorpresa al llegar arriba es que la pista se acaba y su continuación, si es que puede llamarse así, nos lleva hasta cul de sac sin posibilidad casi de salir de allí por cualquier medio.

Mientras retrocedo voy pensando que la subida que estoy buscando es más que evidente en los mapas y fotos así que seguro que estoy muy equivocado pero tampoco llego a sospechar dónde puede estar el desvío. Buscando en los ramales, que tampoco son tales, veo al otro lado de una especie de torrentera lo que parece ser un camino y me propongo atravesarla pero desisto a los pocos metros, va a ser muy difícil y vuelvo a bajar hasta la casa no sin antes investigar los desvíos y ninguno te lleva más allá que unos pocos metros.

Entonces me acuerdo de otra barrera que he visto que está abajo del todo y hacia allá voy. Está cerrada pero la rejilla tiene un paso por lo que no tengo que saltar nada. Tras una cuesta viene otra barrera que también se puede abrir y empiezo una subida por lo que parece más un camino de carro que una pista, además es de color marrón, color tierra, mientras que la anterior es blanca como la leche. No tiene repechos a destacar y la ascensión es bastante sencilla y así, casi sin darme cuenta, llego hasta las casas, con sus dos barreras evidentemente, y se pueden abrir ambas, eso me dí cuenta después de saltar una de ellas.

Como algo allí mismo antes de afrontar la última subida del día porque sé que voy a perder tiempo por allí arriba, cuando bajé pasé por multitud de cruces y va a ser casi imposible recorrer el mismo itinerario en sentido contrario por eso ya me desvié en el primer ramal. Enseguida toma una configuración de camino de carro por el interior de un encinar y descarté casi de inmediato encontrar la bajada que estaba buscando. Tomar ese camino ha sido todo un acierto, precioso, va tomando bastante altura a base de lazadas muy limpias, lástima que no tuviera el cuerpo lo bastante fino como para hacerlas todas montado. Aunque todo fuera nuevo me era muy familiar, todo es viejo, ya visto, conocido, pero no por ello impide que te invada la emoción al recorrerlo por primera vez. La sorpresa ha sido al coronar cuando me he encontrado un elemento sorprendente del que me habían hablado y visto en fotografías pero lo que no sabía es que había más de uno aunque medio derruidos y mientras estaba mirándolos y fotografiándolos es cuando ha empezado a llover, ya era mediodía.

El camino como tal acaba en ese altiplano y no se ve continuación ni siquiera como sendero claro, además no hay marcas de pintura, tampoco hitos y hay que guiarse un poco por la intuición. Al principio me he ido hacia la parte más empinada pero llega a empinarse tan peligrosamente que he vuelto atrás y he ido rodeando la montaña pegado a las rocas, mayormente andando, hasta llegar a una pared medianera con un hueco para pasar y justo al otro lado hay un hito, el único que he visto. A partir de ese punto se van sucediendo los ranchos de carbonero y el camino los va enlazando hasta tomar una forma ya definida. Como ya estaba lloviendo fuerte le estaba dando a la bajada un toque especial y aunque no tenía ningún problema con la rueda delantera sí los tenía con los frenos ya que eran los primeros kilómetros de unas pastillas nuevas y no frenaban un carajo por lo que iba con el freno de mano echado por si acaso. Enlazo con otro camino de carro que ya me es familiar y no tardo en llegar al camí des correu en el punto preciso y sabido. Después ha sido todo para abajo como digo, sin ningún contratiempo, ni siquiera en la zona después de la barrera donde está más empinado y con las piedras más lisas.

He podido apreciar como sí funcionan los vierteaguas que han levantado en las zonas restauradas aunque hay que atacarlos por su lado más suave para no cascar las cámaras y parece que el método de regenerar el empedrado aguanta los aguaceros. Veremos si al alcalde de Esporles no le da también por erigirse en guardador de caminos restaurados y nos quiere hacer la puñeta a los ciclistas. Bien estaría que se diera una vuelta por los supuestamente caminos públicos de su municipio para hacer recuento de las barreras que hay y comprobar cuántas están abiertas y cuántas cerradas e ir abriendo expedientes. Cierto, y lo quiero reconocer, que hoy me he encontrado muchas aunque solamente dos cerradas, una de ellas con paso (a base de tenazas) y la otra hay que saltarla. También he saltado otra pero por gilipollas.

Varios objetivos cumplidos, la subida por el camino antiguo desde el pueblo al coll de s'Heura, perfecto para obviar el asfalto pero mucho más duro para el inicio de una vuelta; el sendero de Son Tríes, una de las opciones para enlazar con el camí des Correu; la pista de la Granja y la subida hacia el Moletó de sa Granja y posterior enlace con el camí des Correu, este último era el que más interés tenía por hacer porque lo quiero incorporar a una nueva ruta que tengo en mente, básicamente se trata de trazar una línea recta entre Palma y el Port des Canonge sin tocar asfalto. Me falta algún fleco por pulir, sobretodo para la vuelta, pero me está gustando el resultado, quizás la semana que viene quede lista del todo.


Unas foticos


Primeras pedaladas por la subida sin nombre.



Segunda de las barreras que nos encontramos. Esta está montada con restos de alguna verja de una manera bastante pintoresca, la verdad es que sobra habiendo otra antes mucho más grande.


La rejilla de marras. Prácticamente imposible pasar al otro lado saltándola. Se puede intentar por donde termina, junto a la barrera, pero hay un salto de más de 5m. en vertical muy peliagudo.


Inicio del camino de bajada desde la carretera.


Y final del mismo, conservando el firme en un estado muy aceptable, superando la Costa de Son Dameto de una forma muy elegante.


Resto de fotos de Carlos en este enlace. También Diego aporta su grano de arena.