En realidad la ruta original tiraba hacia Fornalutx por Binibassí y por la Costa d'en Nicó directamente pero se optó por volver a subir por donde lo habíamos hecho la primera vez, por su comodidad, y para evitar esfuerzos mayores. La pega es que es mucho más larga. Ya en la primera curva se queda Tomeu, va realmente mal pero no quiere abandonar, aunque la idea le ronda la cabeza. Me quedo con él y le voy dando la tabarra para despejarlo un poco e ir pasando los metros de la mejor manera posible. Así vamos pasando los kilómetros hasta que se para y se tira al suelo. “Necesito comer” y yo también aprovecho para terminarme el bocata. No habíamos hecho una parada de bocadillo en condiciones, eso quizás fue un fallo no programarlo, comimos a ratos en los descansos y con prisas. Ese tema hay que ajustarlo en las próximas salidas. Tras ello continuamos porque estamos viendo que no vamos a ver a los compañeros hasta el cruce del mirador y vale más seguir y de esta guisa llegamos arriba.
Alguno de ellos, aunque tardando mucho menos, tampoco ha llegado muy cristiano que digamos. Comentar, que no comparar, que me noté bien en la subida, cosa que me extrañó bastante porque tenía la sensación de que iba a costarme más hacer la ruta por como me había encontrado durante la semana, por eso me sentía contento en esos momentos. Y aún quedaba algo de subida por carretera hasta pasar el túnel pequeño, pero era algo que no me preocupaba especialmente.
Así fue, tras pasarlo, encontramos enseguida la señal indicadora y tras descansar unos momentos nos dispusimos a afrontar la gran bajada del día. Fue una sorpresa para mí, por las referencias que tenía creía que era más pista que otra cosa pero no me cuadraba que la hubieran tenido que subir andando. Es al contrario, un sendero revirado, muy revirado en su primera parte para salvar mucho desnivel, y estrecho. Además empedrado y escalonado, o sea que necesitas poner mucho de tu parte para lograr superarlo. Nivel de trialera casi máximo, sin grandes baches porque se conserva bastante bien, pero a nivel técnico, muy exigente.
En su parte intermedia donde la pendiente es un poco menor alterna largos tramos donde se notan la eficacia de las suspensiones y donde más te castiga físicamente. Superarlo entero tiene que ser una gozada. Y aún queda el último tramo hasta el pueblo después de atravesar la carretera. Y no se queda atrás, no te dan un momento de respiro todos esos escalones. Llegué abajo pensando que me iban a saltar las manos del manillar. Espectacular.
La carretera hasta Sóller fue casi una bendición. De todas maneras no nos quedó más remedio que cogerla porque Tomeu había doblado la patilla en una caída y al querer enderezarla se partió, obligándole a bajar sin tracción un buen tramo. Si no hubiera sido así habría propuesto tirar por Binibassí. Como es cuesta abajo hasta Sóller no hubo problema pero al llegar al llano hubo que remolcarlo y/o empujarlo aunque si sales por el Jardí Botànic hay menos cuesta. Y como siempre dejamos los coches arriba...
En resumen, fue un buen día, se cumplieron varios objetivos primordiales de toda salida, que es pasárselo bien en buena compañía y conocer lugares nuevos. Todo eso se cumplió a rajatabla el sábado pasado y desde luego es lo que espero que se repita el próximo.
Alguno de ellos, aunque tardando mucho menos, tampoco ha llegado muy cristiano que digamos. Comentar, que no comparar, que me noté bien en la subida, cosa que me extrañó bastante porque tenía la sensación de que iba a costarme más hacer la ruta por como me había encontrado durante la semana, por eso me sentía contento en esos momentos. Y aún quedaba algo de subida por carretera hasta pasar el túnel pequeño, pero era algo que no me preocupaba especialmente.
Así fue, tras pasarlo, encontramos enseguida la señal indicadora y tras descansar unos momentos nos dispusimos a afrontar la gran bajada del día. Fue una sorpresa para mí, por las referencias que tenía creía que era más pista que otra cosa pero no me cuadraba que la hubieran tenido que subir andando. Es al contrario, un sendero revirado, muy revirado en su primera parte para salvar mucho desnivel, y estrecho. Además empedrado y escalonado, o sea que necesitas poner mucho de tu parte para lograr superarlo. Nivel de trialera casi máximo, sin grandes baches porque se conserva bastante bien, pero a nivel técnico, muy exigente.
En su parte intermedia donde la pendiente es un poco menor alterna largos tramos donde se notan la eficacia de las suspensiones y donde más te castiga físicamente. Superarlo entero tiene que ser una gozada. Y aún queda el último tramo hasta el pueblo después de atravesar la carretera. Y no se queda atrás, no te dan un momento de respiro todos esos escalones. Llegué abajo pensando que me iban a saltar las manos del manillar. Espectacular.
La carretera hasta Sóller fue casi una bendición. De todas maneras no nos quedó más remedio que cogerla porque Tomeu había doblado la patilla en una caída y al querer enderezarla se partió, obligándole a bajar sin tracción un buen tramo. Si no hubiera sido así habría propuesto tirar por Binibassí. Como es cuesta abajo hasta Sóller no hubo problema pero al llegar al llano hubo que remolcarlo y/o empujarlo aunque si sales por el Jardí Botànic hay menos cuesta. Y como siempre dejamos los coches arriba...
En resumen, fue un buen día, se cumplieron varios objetivos primordiales de toda salida, que es pasárselo bien en buena compañía y conocer lugares nuevos. Todo eso se cumplió a rajatabla el sábado pasado y desde luego es lo que espero que se repita el próximo.