Fui invitado a participar en una ruta por una zona restringida, muy restringida diría yo. Dado que en la primera (y única) salida con ellos hubo buenas vibraciones, acepté. También fueron invitados Carlos y Jauja. El resto, Maifren de verdad, aunque tampoco fue exactamente así.
Logré llegar a la hora prevista, las seis y media, al punto de reunión. Nos repartimos las bicicletas en varios vehículos y partí con Jauja directamente a Pollença donde llegué mucho antes de la hora mientras Mateo se iba a Binissalem. Tan temprano llegamos que llegué a dudar si estábamos en el sitio correcto aunque pronto salimos de dudas, cuando comenzaron a llegar vehículos llenos de ruidosos bikeros. Bromas, presentaciones, saludos, hasta pruebas de bicis hubo; ahí perdimos unos minutos preciosos aunque solamente nos íbamos a dar cuenta de ello algo más tarde. Más sorpresas, los Sancho y hasta algún pupilo vinieron. En total, veintiuno; buen número para no hacerse notar.
Me pongo en la cola del grupo a chatear un rato con los rezagados mientras vamos saliendo en dirección a Lluc por el GR, donde nos desviamos por un camino lateral con un ascenso bastante empinado. Justo al inicio de la cuesta nos pasa una furgoneta con un personaje que me es familiar pero no creí que pudiera interferir en nuestros propósitos. Pero vaya si lo hizo, aunque se lo pusimos a huevo. Nos metimos en su redil a las primeras de cambio y no dudó en hacerse un campo a través a toda pastilla para salirnos al paso. Se lo pedimos de siete maneras distintas pero no nos dejó pasar; lo bueno es que seguramente le daba igual pero órdenes son órdenes. Lo que me jode es que los dueños no son mallorquines ni tampoco viven allí habitualmente por lo que no creo que el perjuicio fuera siquiera perceptible.
Tuvimos que volver sobre nuestros pasos y activar el plan B rápidamente. Tras algunas consultas entre los sherpas se decidió llegar hasta Lluc y volver por Alcanella y Fartàritx. No estaba mal. Cogimos pues el GR y para mis adentros ya había decidido subir por el bosque. Llevaba ya dos subidas por la pista, una buena y una mala, y tocaba variar. Tomé la opción correcta. Aparte de las primeras rampas el resto es bastante factible siempre y cuando conserves un punto de forma, de lo contrario vas a tener que parar a recuperar. Eso sí, lo encontré más limpio, con menos piedras.
Hubo reagrupamiento con algunos de los que subían por la pista a media subida y uno general en la barrera de Binifaldó, con merienda incluida mientras iban llegando todos los bikeros. Próximo objetivo, la trialera marcada como GR y ya se sabe que en sitios tan estrechos se forman tapones irremisiblemente. En esas estábamos cuando Fabián petó la patilla, al parecer debido a una pedalada mal dada. Tardaron los mecánicos la de dios para reparar ese estropicio y aún más para darse cuenta de que se dejaron sin colocar el cable del cambio. Eso sin contar que rompieron la cadena al intentar arrancar. En total más de una hora y los nervios empezaban a aparecer. Los Sancho y el pupilo partieron y los demás empezábamos a coger frío. Hablar no calienta. Por supuesto el plan B quedó descartado y se decidió volver por donde habíamos venido. Eso sí, antes de la barrera de Menut ya hubo dos pinchazos y eso que es una pista semi hormigonada. Todo ello llevó que al arrancar algunos iban ya con la directa puesta mientras yo me lo tomaba con bastante calma y ya a unos cuantos en ese punto dejé de verlos, no hubo esperas en la bajada, al menos hasta el asfalto.
Así pues, los invitados quedamos detrás y solamente uno del grupo quedó con nosotros. Aproveché la coyuntura para convencer a Carlos bou para que viniera con nosotros por el bosque ya que en un principio no quería. Es una bajada larga que te anima y llegas a disfrutar. No la habían hecho y quedaron gratamente sorprendidos. Volverán.
Nos juntamos abajo pero ya no hubo compasión para los perezosos y a medio camino quedé en tierra de nadie mientras algunos iban apretando por la carretera. Aún así me pude despedir de varios de ellos aunque habían llegado hacia rato. Tocó esperar otro tanto porque hubo aún otra avería. Una cadena chupada que costó desatrancar. Creo que ha sido una de las salidas donde más tarde han terminado. Se especuló incluso con la presencia de un gafe. ¿Alguno de los invitados puede ser? ¿Sería Mar tal vez? ¿O es solo que algún Maifren ha caído en desgracia? Al menos he quedado invitado para próximas salidas, por algo será.
Logré llegar a la hora prevista, las seis y media, al punto de reunión. Nos repartimos las bicicletas en varios vehículos y partí con Jauja directamente a Pollença donde llegué mucho antes de la hora mientras Mateo se iba a Binissalem. Tan temprano llegamos que llegué a dudar si estábamos en el sitio correcto aunque pronto salimos de dudas, cuando comenzaron a llegar vehículos llenos de ruidosos bikeros. Bromas, presentaciones, saludos, hasta pruebas de bicis hubo; ahí perdimos unos minutos preciosos aunque solamente nos íbamos a dar cuenta de ello algo más tarde. Más sorpresas, los Sancho y hasta algún pupilo vinieron. En total, veintiuno; buen número para no hacerse notar.
Me pongo en la cola del grupo a chatear un rato con los rezagados mientras vamos saliendo en dirección a Lluc por el GR, donde nos desviamos por un camino lateral con un ascenso bastante empinado. Justo al inicio de la cuesta nos pasa una furgoneta con un personaje que me es familiar pero no creí que pudiera interferir en nuestros propósitos. Pero vaya si lo hizo, aunque se lo pusimos a huevo. Nos metimos en su redil a las primeras de cambio y no dudó en hacerse un campo a través a toda pastilla para salirnos al paso. Se lo pedimos de siete maneras distintas pero no nos dejó pasar; lo bueno es que seguramente le daba igual pero órdenes son órdenes. Lo que me jode es que los dueños no son mallorquines ni tampoco viven allí habitualmente por lo que no creo que el perjuicio fuera siquiera perceptible.
Tuvimos que volver sobre nuestros pasos y activar el plan B rápidamente. Tras algunas consultas entre los sherpas se decidió llegar hasta Lluc y volver por Alcanella y Fartàritx. No estaba mal. Cogimos pues el GR y para mis adentros ya había decidido subir por el bosque. Llevaba ya dos subidas por la pista, una buena y una mala, y tocaba variar. Tomé la opción correcta. Aparte de las primeras rampas el resto es bastante factible siempre y cuando conserves un punto de forma, de lo contrario vas a tener que parar a recuperar. Eso sí, lo encontré más limpio, con menos piedras.
Hubo reagrupamiento con algunos de los que subían por la pista a media subida y uno general en la barrera de Binifaldó, con merienda incluida mientras iban llegando todos los bikeros. Próximo objetivo, la trialera marcada como GR y ya se sabe que en sitios tan estrechos se forman tapones irremisiblemente. En esas estábamos cuando Fabián petó la patilla, al parecer debido a una pedalada mal dada. Tardaron los mecánicos la de dios para reparar ese estropicio y aún más para darse cuenta de que se dejaron sin colocar el cable del cambio. Eso sin contar que rompieron la cadena al intentar arrancar. En total más de una hora y los nervios empezaban a aparecer. Los Sancho y el pupilo partieron y los demás empezábamos a coger frío. Hablar no calienta. Por supuesto el plan B quedó descartado y se decidió volver por donde habíamos venido. Eso sí, antes de la barrera de Menut ya hubo dos pinchazos y eso que es una pista semi hormigonada. Todo ello llevó que al arrancar algunos iban ya con la directa puesta mientras yo me lo tomaba con bastante calma y ya a unos cuantos en ese punto dejé de verlos, no hubo esperas en la bajada, al menos hasta el asfalto.
Así pues, los invitados quedamos detrás y solamente uno del grupo quedó con nosotros. Aproveché la coyuntura para convencer a Carlos bou para que viniera con nosotros por el bosque ya que en un principio no quería. Es una bajada larga que te anima y llegas a disfrutar. No la habían hecho y quedaron gratamente sorprendidos. Volverán.
Nos juntamos abajo pero ya no hubo compasión para los perezosos y a medio camino quedé en tierra de nadie mientras algunos iban apretando por la carretera. Aún así me pude despedir de varios de ellos aunque habían llegado hacia rato. Tocó esperar otro tanto porque hubo aún otra avería. Una cadena chupada que costó desatrancar. Creo que ha sido una de las salidas donde más tarde han terminado. Se especuló incluso con la presencia de un gafe. ¿Alguno de los invitados puede ser? ¿Sería Mar tal vez? ¿O es solo que algún Maifren ha caído en desgracia? Al menos he quedado invitado para próximas salidas, por algo será.