Me gustaba la salida de los toys de esta semana, circulando por la finca de Planícia y además haciendo cumbre pero tenía deberes que cumplir en casa y me fié de la previsión del tiempo, daban bastante lluvia para el sábado por la zona y bueno para el domingo así que decidí cambiar de día, salir en domingo aún a costa de hacer una ruta más corta, tanto en tiempo como en kilometraje. Carlos, Juan y Joselinx parecía que me habían leído el pensamiento y habían adoptado también el mismo plan así que solo faltó comentarlo para ponernos rápidamente de acuerdo.
Pero no íbamos a ir solos, unos bous nos acompañarían, unos más y otros menos. Había diseñado una ruta muy optimista con distintas variantes para ir tirando por un lado o por otro a la conveniencia del momento. Primera meta, el Bunyolí, mega conocido pero no por eso menos exigente, que pone a cada uno en su sitio. No eran ni las nueve y ya bajaba gente y ¿de dónde vienen a esas horas? Si es que al final del día no te tienes ni que acordar de que has salido en bici. Para mí ha sido la segunda subida en una semana y en las dos he ido por el estilo aunque en esta he tenido mejor ritmo más en la segunda parte que en la primera. En la barrera ya unos cuantos bous han anunciado que bajarían por la carretera al llegar a Sobremunt debido a problemas físicos y horarios y otros bikeros que había pasado subiendo han vuelto atrás directamente.
En el cruce nos hemos despedido y los demás rumbo a s'Hort de Sobremunt y más allá, lo que pasa es que ese más allá ya no ha sido el mismo para todos, los bous al coll des Grau y los demás hacia el paso adonde hemos llegado algo más tarde de lo necesario; entre fotos, quejas, llamadas telefónicas y juegos malabares con la bici a cuestas se nos ha ido el santo al cielo, nunca mejor dicho. El día, estirado, buena temperatura y mejores vistas y viendo como los compañeros saltaban las barreras ahí abajo.
No nos ha dado tiempo de subir a la cima como quería así que nos hemos ido directos hacia la ermita y la bajada me ha puesto contento, ya que entre la remozada horquilla y el cambio de goma delantera he bajado de lo más tranquilo y seguro. No hemos ido por el pozo, necesitaba algo más de frenesí y hemos optado por la “trialera nueva”, con algunos puntos que me dejan con un nosequé que tengo que superar, a Juan no le gusta pero a mí me encanta y Carlos se marcó algunos pases bien dados. Joselinx iba con la de rally y prefirió asegurar. Después hacia el área recreativa, otra bajada ratonera para hacer de una tirada con una muy rápida segunda parte.
Se nota ya el cambio de estación en la zona de mesas, está semi vacía al haber comenzado el periodo de restricción para encender fuego y eso desanima a mucha gente. Tras departir un rato con el vigilante nos largamos hacia Son Malferit a dar algunos saltos en los montículos, lo malo es que en alguno de ellos voló la cámara de Joselinx y se dio cuenta en Sarrià y ya no pudimos acompañarle a buscarla, ni él mismo recordaba dónde había tirado la última foto, o sea que podía estar muy lejos. Volvió solo y sé que la encontró sana y salva, menos mal.
Pese a no haber ido por donde pensaba inicialmente fue una muy buena ruta, no le faltan largas subidas, bajadas de todo tipo, algún pateo y buenas vistas, así que para una mañana de domingo estuvo muy bien.
Para el sábado que viene no hay excusa para no ir a Alaró aunque ya me gustaría tener una como esta. Os tomáis una a mi salud ahí arriba, yo lo haré abajo.
Pero no íbamos a ir solos, unos bous nos acompañarían, unos más y otros menos. Había diseñado una ruta muy optimista con distintas variantes para ir tirando por un lado o por otro a la conveniencia del momento. Primera meta, el Bunyolí, mega conocido pero no por eso menos exigente, que pone a cada uno en su sitio. No eran ni las nueve y ya bajaba gente y ¿de dónde vienen a esas horas? Si es que al final del día no te tienes ni que acordar de que has salido en bici. Para mí ha sido la segunda subida en una semana y en las dos he ido por el estilo aunque en esta he tenido mejor ritmo más en la segunda parte que en la primera. En la barrera ya unos cuantos bous han anunciado que bajarían por la carretera al llegar a Sobremunt debido a problemas físicos y horarios y otros bikeros que había pasado subiendo han vuelto atrás directamente.
En el cruce nos hemos despedido y los demás rumbo a s'Hort de Sobremunt y más allá, lo que pasa es que ese más allá ya no ha sido el mismo para todos, los bous al coll des Grau y los demás hacia el paso adonde hemos llegado algo más tarde de lo necesario; entre fotos, quejas, llamadas telefónicas y juegos malabares con la bici a cuestas se nos ha ido el santo al cielo, nunca mejor dicho. El día, estirado, buena temperatura y mejores vistas y viendo como los compañeros saltaban las barreras ahí abajo.
No nos ha dado tiempo de subir a la cima como quería así que nos hemos ido directos hacia la ermita y la bajada me ha puesto contento, ya que entre la remozada horquilla y el cambio de goma delantera he bajado de lo más tranquilo y seguro. No hemos ido por el pozo, necesitaba algo más de frenesí y hemos optado por la “trialera nueva”, con algunos puntos que me dejan con un nosequé que tengo que superar, a Juan no le gusta pero a mí me encanta y Carlos se marcó algunos pases bien dados. Joselinx iba con la de rally y prefirió asegurar. Después hacia el área recreativa, otra bajada ratonera para hacer de una tirada con una muy rápida segunda parte.
Se nota ya el cambio de estación en la zona de mesas, está semi vacía al haber comenzado el periodo de restricción para encender fuego y eso desanima a mucha gente. Tras departir un rato con el vigilante nos largamos hacia Son Malferit a dar algunos saltos en los montículos, lo malo es que en alguno de ellos voló la cámara de Joselinx y se dio cuenta en Sarrià y ya no pudimos acompañarle a buscarla, ni él mismo recordaba dónde había tirado la última foto, o sea que podía estar muy lejos. Volvió solo y sé que la encontró sana y salva, menos mal.
Pese a no haber ido por donde pensaba inicialmente fue una muy buena ruta, no le faltan largas subidas, bajadas de todo tipo, algún pateo y buenas vistas, así que para una mañana de domingo estuvo muy bien.
Para el sábado que viene no hay excusa para no ir a Alaró aunque ya me gustaría tener una como esta. Os tomáis una a mi salud ahí arriba, yo lo haré abajo.