El catálogo

Otro fin de semana a paso cambiado, es decir, sin salir el sábado. El sábado me da más juego y me permite hacer rutas sin horario definido y con metas más amplias. La que me había propuesto para este fin de semana era ambiciosa en el sentido de querer descubrir por mí mismo una buena parte de los caminos públicos de Esporles. Había estado durante toda la semana dándole vueltas al tema sobre el papel y la pantalla y quería verlo ya sobre el terreno, pero como digo, tuve que esperar al domingo. Por el día, por la hora, y por lo inconcreto del plan sabía que la asistencia sería poca por no decir mínima. El mínimo fue uno ya que solamente Joselinx pudo sumarse a la convocatoria. Así que, ni corto ni perezoso, pasó a buscarme por casa para irnos a rondar por Esporles.

Había preparado una serie de itinerarios que memoricé y que esperaba poder recorrer sin mayores contratiempos, preveía que solamente el tiempo horario sería el que marcara la pauta. En un principio no son caminos complicados y de lo que se trataba era de encontrar la manera de enlazarlos para montar una ruta completa y atractiva. La idea básica está hecha y faltaban las confirmaciones y a ésas nos pusimos.

Dado que empezamos desde el mismo pueblo llegamos al primer reto muy fríos, encontrarlo no fue difícil porque está a la vista y éso es lo que me sorprendió, que no lo hubiera visto antes. Es que es tan evidente que no me lo puedo creer. Una subida atractiva, muy elaborada y difícil de superar a la primera, nos espera en el primer tramo hasta llegar a la barrera donde entramos en los terrenos cultivados de Son Dameto cuyas casas nos aparecen de frente y en primer plano. La estampa es bonita y espero que no se descomponga cuando pasemos por delante. No pasa nada y las gallinas no ladran y seguimos nuestro camino dejando las casas justo detrás nuestro. Pronto estaremos en el bosque para empezar la ascensión, por ahora bastante cómoda con algún repecho superable tanto por la pendiente como por la distancia. Tras unos minutos de pedaleo dejamos el desvío a mano izquierda para iniciar un tramo un poco más duro con una pendiente más constante hasta llegar al segundo desvío, a la postre por donde volvimos a la vuelta.

Le sigue un tramo más moderado hasta el tercer desvío que fue donde partí por donde no era, de frente. Me tenía que haber dado cuenta antes ya que ese tramo se ensuciaba bastante de vegetación lo que nos impedía ir montados; además, cuando en algún momento podíamos entrever algo entre el follaje, veíamos que nos acercábamos mucho a la base de la pared rocosa y éso no era lo correcto, pero así y todo continuamos hasta el final del camino cuando aún primaba la cabezonería y seguimos hasta que el sentido común dijo basta. Podríamos haber llegado a destino andando, pero llevando una bici era casi idiota, y además de lo que se trataba era de ir montados así que giramos velas y hacia abajo hasta el desvío. Lástima de tramo roto, descarnado por la escorrentía de agua, que fue imposible de superar (aunque no lo descarto del todo), después de éso ya fue todo mucho más fácil hasta llegar al coll d'en Claret.

Cumplido el primer objetivo que queda anotado con notable para futuras salidas queda volver atrás pero por la pista de Cas Barberet. La había hecho de subida y es exigente por lo tendida pero en sentido contrario no presenta dificultad. No llegamos a las casas, cogí un desvío hacia la carretera de tal manera que solamente tuvimos que cruzarla para volver a meternos en el bosque. Aquí si repetimos un tramo de bajada hasta el primer desvío separándonos definitivamente de las casas para enlazar con otra pista por la que salimos a la carretera y ésta si tiene una barrera cerrada.

Volvemos al pueblo por el Camí des Pescadors pero atentos para encontrar un atajo directo. No fue difícil pero se encuentra totalmente tapado por una espesa vegetación. Alguien o algo ha pasado por allí pero no lo suficiente para despejar la senda, sufrimos de lo lindo con los pinchos y más si no llevas la ropa adecuada y es una pena porque presenta algunos pasos divertidos. No quise despellejarme más y al enganchar con la pista, retrocedimos, y ya no la dejamos hasta llegar al pueblo.

Estamos abajo y la primera parte ha sido un éxito. Miramos el reloj y ya no nos queda más tiempo que para comer algo e intentar encontrar la segunda subida pero ni hablar de hacer la vuelta completa, y eso hacemos. Teníamos que subir por el camí de sa Claraboia y lo hicimos por Son Cabaspre, cosas del directo. Una vez en el sitio correcto empezamos la ascensión, que lo es pero este primer tramo se encuentra cementado y ayuda a la tracción. Más arriba se desvía por camino de carro y nos topamos con varias barreras fácilmente sorteables mientras el camino va empeorando por momentos hasta llegar a un punto en que difícilmente se adivina el trazado. Dispuestos a bajar nos damos cuenta de que estamos junto a una casa y la recuerdo sobre el mapa con lo que sé también que nos queda un tramo recto de unos doscientos metros hasta empezar a subir para empalmar con la pista superior por lo que definitivamente lo dejamos en ese punto, lugar por donde empezaré otro día que vuelva con más tiempo para hacer las dos subidas restantes.

En definitiva, fue todo lo bien que se pudo, a excepción de la trialera de bajada que necesita de una limpieza urgente o ir con traje de buzo, a elegir. Sin duda será uno de los itinerarios preferidos a partir de ahora y si las combinaciones prosperan se podrá montar una buena ruta.
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