Última salida que se empezó a fraguar el domingo mismo cuando Jauja me inquiere vía correo por mis planes para el siguiente fin de semana,parece que no ha tenido suficiente con recorrer la isla vecina durante tres días seguidos. Tras algunos dimes y diretes quedamos en ir a hacer una visita a la Mola de Son Pacs que no conoce y yo tengo también asuntos pendientes que resolver por allí. Así que empiezo a expandir la noticia por el web y algunos levantan el dedo asintiendo mientras rescato a Juan de su ostracismo y le animo (en verdad tendría que poner obligo) a presentarse debajo de mi casa con la bici a punto y sin vanas excusas a la hora convenida (y eso que sabe lo que le espera).
Qué diferente estaba el aparcamiento de Esporles del otro día cuando parecía que habían repartido tickets de bebida gratis entre los bikeros de la isla y ayer, cuando solamente Guiem viene a saludarnos cuando llegamos. Poco a poco va llegando el resto de participantes, Sito, Jauja, Joan, Miki, Biel, los bous son mayoría. Cuando todo el mundo se ha presentado a todo el mundo podemos partir, ya no hay excusa. Como la opción asfáltica del tramo de GR hasta Son Cabaspre me parece de lo más vulgar hay que proponer alternativas más acordes con nuestros medios y que nos hagan sudar y divertirnos a la vez y como ya había hecho los deberes anteriormente vamos sobre seguro, no habrá exploración pero tampoco hay traza.
Guapa subida desde el pueblo hasta enlazar con la zona alta del puig de ses Ermites que es donde somos interceptados por el dueño que nos da el sermón mientras intento convencer al grupo de que no se pare y no le den palique al hombre que nos va enumerando todas las razones por las que supuestamente no podemos pasar por allí, las típicas, “por aquí no hay salida”, “ésto es mi casa y yo no vengo a molestar a la vuestra”, “abajo hay un letrero de privado” hasta llegar al “voy a llamar a la Guardia Civil” y salir con el coche detrás de nosotros. De los otros dos personajes que había más arriba pasamos de ellos sin más mientras cruzamos la barrera y nos piramos camino abajo hacia Son Quint. Guapo camino de bajada actualmente en desuso y en bastantes buenas condiciones que nos deja un buen sabor de boca. Sinceramente no me esperaba encontrar al dueño de la casa esperándonos abajo, no se si le dio pereza bajar hasta el cruce o no sabía por dónde partiríamos y aunque así hubiera sido habría vuelto a pasar de él directamente, que se queje al ayuntamiento si cree que tiene razón.
En la carretera nos abandona Sito que aunque corto de horario no ha querido perderse el encuentro ¡hasta la próxima! mientras los demás nos dirigimos a Miralles para la siguiente etapa, un guapo recorrido por los bosques de la zona hasta enlazar con lo que será el plato fuerte del día, la Coma d'en Llobera, verdadero camino matahombres, fulminabikeros, allí catamos lo que es una subida de verdad, que la conozcas no te da ninguna ventaja, es más, lo único que sabes seguro es cuántas veces te vas a tener que bajar de la bici a tenor de tus sensaciones en esos momentos, un auténtico reto. Pero no fue por éso que todo el grupo decidió abortar aquí la ruta, Jauja puso excusas médicas “he sentido un pinchazo en la rodilla mala”, uep, con éso no se juega, pa'casa, aunque noticias posteriores me han confirmado que la cosa no fue a más, pura precaución. Los bous mentaron el horario pero no sé si se fiaron de lo que les dijo Juan porque si fue así seguro que se sorprendieron más tarde porque después de darme la vara con la hora a la vuelta resulta que aún lleva puesto el horario de verano en el reloj, ya te vale! pero no pudo escaparse él mismo de venir conmigo a la Mola más que nada porque le había llevado yo, de todas formas está acostumbrado a estas cosas, no hay problema, así que subimos hasta arriba a merendar tranquilamente en los aujubs.
De bajada repetimos unos pases por algunas zonas comprometidas para perfeccionar la técnica de paso con más o menos fortuna, es lo que tiene ser unos mantas bajando, y es que es una de las cosas que echo de menos hacer, algunas sesiones de perfeccionamiento impartidas por alguien que de verdad te pueda enseñar, mientras a cagarla, como quién dice.
El que me conozca un poco se podrá imaginar que no me conformaría con volver a Esporles directamente; aunque Juan se empeñara en decirme que era tarde interiormente algo me decía que no podía ser, que algo no cuadraba, porque eso de la hora adelantada me dí cuenta al ver el reloj del coche que también va adelantado, así que hice bien en no hacerle caso. Como decía nos fuimos hacia la carretera para tomar la variante de Son Dameto pero esta vez para salir por la barrera de abajo en lugar de la intermedia y fue precisamente en ese segundo tramo cuando pasé por encima de una rama seca de abatzer y pasó lo que tenía que pasar, lo vi venir, llegué sin aire abajo y tuve que salir andando de la finca.
Volvimos al pueblo por el último tramo del Camí des Pescadors pero aún hubo una sorpresa final para los dos, no llegamos hasta el aparcamiento sino que nos desviamos por un ramal que va a dar a unas casas y allí aparece una guapa escalinata reformada que te lleva hasta abajo y aún nos dio tiempo a subir por un callejón y hacer otra, aunque esta mucho más corta.
Buen final a una ruta corta pero diferente y poco conocida por los alrededores de Esporles de la que aún me queda comprobar algunos tramos, deberes que se van posponiendo semana tras semana y es que, si voy acompañado, quiero ir sobre seguro y no provocar sorpresas innecesarias al personal, otra cosa es que alguno se presente voluntariamente para tales menesteres y venga mentalizado, no a sufrir sino a que las cosas no salgan todo lo bien que nos gustaría. Esos tramos precisamente son de los que yo no tengo constancia de que alguien los haya realizado, por tanto iremos a ciegas, a lo que salga.
¡Buena semana!
Qué diferente estaba el aparcamiento de Esporles del otro día cuando parecía que habían repartido tickets de bebida gratis entre los bikeros de la isla y ayer, cuando solamente Guiem viene a saludarnos cuando llegamos. Poco a poco va llegando el resto de participantes, Sito, Jauja, Joan, Miki, Biel, los bous son mayoría. Cuando todo el mundo se ha presentado a todo el mundo podemos partir, ya no hay excusa. Como la opción asfáltica del tramo de GR hasta Son Cabaspre me parece de lo más vulgar hay que proponer alternativas más acordes con nuestros medios y que nos hagan sudar y divertirnos a la vez y como ya había hecho los deberes anteriormente vamos sobre seguro, no habrá exploración pero tampoco hay traza.
Guapa subida desde el pueblo hasta enlazar con la zona alta del puig de ses Ermites que es donde somos interceptados por el dueño que nos da el sermón mientras intento convencer al grupo de que no se pare y no le den palique al hombre que nos va enumerando todas las razones por las que supuestamente no podemos pasar por allí, las típicas, “por aquí no hay salida”, “ésto es mi casa y yo no vengo a molestar a la vuestra”, “abajo hay un letrero de privado” hasta llegar al “voy a llamar a la Guardia Civil” y salir con el coche detrás de nosotros. De los otros dos personajes que había más arriba pasamos de ellos sin más mientras cruzamos la barrera y nos piramos camino abajo hacia Son Quint. Guapo camino de bajada actualmente en desuso y en bastantes buenas condiciones que nos deja un buen sabor de boca. Sinceramente no me esperaba encontrar al dueño de la casa esperándonos abajo, no se si le dio pereza bajar hasta el cruce o no sabía por dónde partiríamos y aunque así hubiera sido habría vuelto a pasar de él directamente, que se queje al ayuntamiento si cree que tiene razón.
En la carretera nos abandona Sito que aunque corto de horario no ha querido perderse el encuentro ¡hasta la próxima! mientras los demás nos dirigimos a Miralles para la siguiente etapa, un guapo recorrido por los bosques de la zona hasta enlazar con lo que será el plato fuerte del día, la Coma d'en Llobera, verdadero camino matahombres, fulminabikeros, allí catamos lo que es una subida de verdad, que la conozcas no te da ninguna ventaja, es más, lo único que sabes seguro es cuántas veces te vas a tener que bajar de la bici a tenor de tus sensaciones en esos momentos, un auténtico reto. Pero no fue por éso que todo el grupo decidió abortar aquí la ruta, Jauja puso excusas médicas “he sentido un pinchazo en la rodilla mala”, uep, con éso no se juega, pa'casa, aunque noticias posteriores me han confirmado que la cosa no fue a más, pura precaución. Los bous mentaron el horario pero no sé si se fiaron de lo que les dijo Juan porque si fue así seguro que se sorprendieron más tarde porque después de darme la vara con la hora a la vuelta resulta que aún lleva puesto el horario de verano en el reloj, ya te vale! pero no pudo escaparse él mismo de venir conmigo a la Mola más que nada porque le había llevado yo, de todas formas está acostumbrado a estas cosas, no hay problema, así que subimos hasta arriba a merendar tranquilamente en los aujubs.
De bajada repetimos unos pases por algunas zonas comprometidas para perfeccionar la técnica de paso con más o menos fortuna, es lo que tiene ser unos mantas bajando, y es que es una de las cosas que echo de menos hacer, algunas sesiones de perfeccionamiento impartidas por alguien que de verdad te pueda enseñar, mientras a cagarla, como quién dice.
El que me conozca un poco se podrá imaginar que no me conformaría con volver a Esporles directamente; aunque Juan se empeñara en decirme que era tarde interiormente algo me decía que no podía ser, que algo no cuadraba, porque eso de la hora adelantada me dí cuenta al ver el reloj del coche que también va adelantado, así que hice bien en no hacerle caso. Como decía nos fuimos hacia la carretera para tomar la variante de Son Dameto pero esta vez para salir por la barrera de abajo en lugar de la intermedia y fue precisamente en ese segundo tramo cuando pasé por encima de una rama seca de abatzer y pasó lo que tenía que pasar, lo vi venir, llegué sin aire abajo y tuve que salir andando de la finca.
Volvimos al pueblo por el último tramo del Camí des Pescadors pero aún hubo una sorpresa final para los dos, no llegamos hasta el aparcamiento sino que nos desviamos por un ramal que va a dar a unas casas y allí aparece una guapa escalinata reformada que te lleva hasta abajo y aún nos dio tiempo a subir por un callejón y hacer otra, aunque esta mucho más corta.
Buen final a una ruta corta pero diferente y poco conocida por los alrededores de Esporles de la que aún me queda comprobar algunos tramos, deberes que se van posponiendo semana tras semana y es que, si voy acompañado, quiero ir sobre seguro y no provocar sorpresas innecesarias al personal, otra cosa es que alguno se presente voluntariamente para tales menesteres y venga mentalizado, no a sufrir sino a que las cosas no salgan todo lo bien que nos gustaría. Esos tramos precisamente son de los que yo no tengo constancia de que alguien los haya realizado, por tanto iremos a ciegas, a lo que salga.
¡Buena semana!