¡Ahivá! Si ya es viernes y la casa sin barrer. No hubo respuesta a mi propuesta semanal y me apresté a realizarla en solitario que era a la postre mi única opción aunque no sin ciertas reticencias, dudas que se hicieron aún más patentes en cuanto vi que unos colegas querían ir a conocer una ruta de montaña pura, Tossals Verds. Me faltó tiempo para acoplarme al evento y a la hora en punto y llegando el primero me presenté en la salida con el tiempo meteorológico clavado, estaba lloviendo pero la ventana prevista exenta de lluvia durante la mañana me parecía presagiar una ruta sin complicaciones.
Reunidos los tres Morcillas y yo en Lloseta nos disponemos a acometer la ruta con las típicas dudas de vestuario en días como éstos, más indecisos que una niña antes de ir a la disco. Ésto sí, ésto no, que si voy a sudar, que si me voy a mojar, en fin, grandes dudas que al pasar la barrera de Almadrà se disiparon rápido, sobraba todo. Casi no había coches en el aparcamiento frente a la barrera y aún así nos encontramos con gente que iba y venía corriendo, bicis no vimos ninguna.
El día clareaba y llegamos sudando a la primera barrera que por cierto han trasladado de sitio, está un poco más arriba y tiene un portillo peatonal lo que se agradece. Cogimos agua en el refugio y salimos antes que un grupo de excursionistas a los que tuvimos que dejar pasar poco después porque se empeñaron en subir empujando la bici cuando hay que llevarla decididamente a becoll.
Ellos van reconociendo el camino que no conocen y yo casi también porque hacía ya tiempo que no pasaba por allí, es lo máximo que podemos hacer aparte de ir con tiento porque las piedras parecen limo y los zapatos de ciclista no se caracterizan por aferrarse mucho al terreno en esas condiciones, así que no nos queda más que esperar a llegar al desvío del camí des Pinatons para poder empezar a dar alguna pedalada en condiciones aunque debido a la humedad poco se hizo, la verdad, pero el paisaje espectacular y el buen tiempo que iba acompañando nos levantaba los ánimos y el recorrido se hacía ameno y con buen humor. Torrente, cruce de la Font des Prat, coll des Coloms y canaleta, entre medias algún pequeño susto en la bajada y reparación de una cubierta ante el no sellado del líquido antipinchazos. Con la rueda desmontada se ha comprobado que éste brillaba por su ausencia y que el dueño no llevaba cámaras de repuesto y que el que se la prestó también se equivocó al comprarla ya que las cogió con la válvula contraria; la cosa pinta mal pero finalmente aparece una con el pitorro adecuado y puede continuar.
Nos paramos a hacer alguna foto al pantano del Gorg Blau que está bajo mínimos y tras repostar en la Font des Noguer continuamos rumbo al otro embalse comprobando cómo su situación no difiere mucho de la del anterior, tanto es así que lo podemos cruzar por el interior cuando lo rodeamos. Toca volver y no hay parada en la presa, ya tenemos ganas de bajada y se oyen algunos gritos de sorpresa-susto pendiente abajo hasta el torrente. Tras algunos sube baja ya solamente queda la gran bajada, túnel-rampa, túnel-rampa y túnel-rampa, descenso que se ve interrumpido en el tercero por el segundo pinchazo de Kikete y ya sabíamos que no había más cámaras y además todas las llantas solamente aceptan válvulas finas con lo que no queda más remedio que intentar reparar los pinchazos, con éxito nulo, así que le dejamos tirado ahí arriba mientras bajamos los demás en busca de los vehículos y él se iba acercando andando hasta la barrera.
Jose llega al torrente con la rueda trasera destrozada así que ya son dos los que se quedan esperando al coche escoba mientras Félix y yo volvemos a Lloseta, allí nos despedimos, yo ya no hago falta, ellos han venido los tres en su vehículo y no me necesitan.
En resumen, que pese a la poca ciclabilidad del tramo de Tossals debido a la humedad la ruta fue muy provechosa, siempre es un placer rodar por esos lugares bien acompañado.
Inciso sobre las nuevas barreras a quién pueda interesar
Cuando llegamos a la barrera del torrente viniendo de los túneles había allí una pareja intentando abrir la barrera, el hombre empujaba y yo desde el lado contrario vi que tenía un tope por lo que debía estirar, no empujar y cuando lo hizo se fue yendo hacia atrás para dejarnos pasar y tanto reculó que quedó colgando de la barrera al sacar el pie del suelo, estuvo en un tris de caerse puente abajo. Esa barrera debería tener los goznes en el lado contrario para evitar posibles caídas desde lo alto.
Reunidos los tres Morcillas y yo en Lloseta nos disponemos a acometer la ruta con las típicas dudas de vestuario en días como éstos, más indecisos que una niña antes de ir a la disco. Ésto sí, ésto no, que si voy a sudar, que si me voy a mojar, en fin, grandes dudas que al pasar la barrera de Almadrà se disiparon rápido, sobraba todo. Casi no había coches en el aparcamiento frente a la barrera y aún así nos encontramos con gente que iba y venía corriendo, bicis no vimos ninguna.
El día clareaba y llegamos sudando a la primera barrera que por cierto han trasladado de sitio, está un poco más arriba y tiene un portillo peatonal lo que se agradece. Cogimos agua en el refugio y salimos antes que un grupo de excursionistas a los que tuvimos que dejar pasar poco después porque se empeñaron en subir empujando la bici cuando hay que llevarla decididamente a becoll.
Ellos van reconociendo el camino que no conocen y yo casi también porque hacía ya tiempo que no pasaba por allí, es lo máximo que podemos hacer aparte de ir con tiento porque las piedras parecen limo y los zapatos de ciclista no se caracterizan por aferrarse mucho al terreno en esas condiciones, así que no nos queda más que esperar a llegar al desvío del camí des Pinatons para poder empezar a dar alguna pedalada en condiciones aunque debido a la humedad poco se hizo, la verdad, pero el paisaje espectacular y el buen tiempo que iba acompañando nos levantaba los ánimos y el recorrido se hacía ameno y con buen humor. Torrente, cruce de la Font des Prat, coll des Coloms y canaleta, entre medias algún pequeño susto en la bajada y reparación de una cubierta ante el no sellado del líquido antipinchazos. Con la rueda desmontada se ha comprobado que éste brillaba por su ausencia y que el dueño no llevaba cámaras de repuesto y que el que se la prestó también se equivocó al comprarla ya que las cogió con la válvula contraria; la cosa pinta mal pero finalmente aparece una con el pitorro adecuado y puede continuar.
Nos paramos a hacer alguna foto al pantano del Gorg Blau que está bajo mínimos y tras repostar en la Font des Noguer continuamos rumbo al otro embalse comprobando cómo su situación no difiere mucho de la del anterior, tanto es así que lo podemos cruzar por el interior cuando lo rodeamos. Toca volver y no hay parada en la presa, ya tenemos ganas de bajada y se oyen algunos gritos de sorpresa-susto pendiente abajo hasta el torrente. Tras algunos sube baja ya solamente queda la gran bajada, túnel-rampa, túnel-rampa y túnel-rampa, descenso que se ve interrumpido en el tercero por el segundo pinchazo de Kikete y ya sabíamos que no había más cámaras y además todas las llantas solamente aceptan válvulas finas con lo que no queda más remedio que intentar reparar los pinchazos, con éxito nulo, así que le dejamos tirado ahí arriba mientras bajamos los demás en busca de los vehículos y él se iba acercando andando hasta la barrera.
Jose llega al torrente con la rueda trasera destrozada así que ya son dos los que se quedan esperando al coche escoba mientras Félix y yo volvemos a Lloseta, allí nos despedimos, yo ya no hago falta, ellos han venido los tres en su vehículo y no me necesitan.
En resumen, que pese a la poca ciclabilidad del tramo de Tossals debido a la humedad la ruta fue muy provechosa, siempre es un placer rodar por esos lugares bien acompañado.
Inciso sobre las nuevas barreras a quién pueda interesar
Cuando llegamos a la barrera del torrente viniendo de los túneles había allí una pareja intentando abrir la barrera, el hombre empujaba y yo desde el lado contrario vi que tenía un tope por lo que debía estirar, no empujar y cuando lo hizo se fue yendo hacia atrás para dejarnos pasar y tanto reculó que quedó colgando de la barrera al sacar el pie del suelo, estuvo en un tris de caerse puente abajo. Esa barrera debería tener los goznes en el lado contrario para evitar posibles caídas desde lo alto.