El día que fuimos al Puig de Garrafa nos quedaron deberes pendientes que me interesaba resolver cuanto antes para ver si es posible cuadrar una ruta por la zona que quede más o menos potable. Por eso lancé una propuesta temprana al grupo a principios de semana para animarles a venir porque tenía la corazonada de que podría salir algo interesante. Y se animaron, aunque con las típicas dudas respecto al recorrido, pero es que es difícil de explicar algo que no has visto, ahí cuenta bastante la suerte.
Se discute la propuesta entre ellos y queda como salida oficial y además se juntan los dos renegados del mtb que tengo por colegas y visto el panorama alentador con que se presentan los mando juntos al lugar de reunión, ellos se lo guisarán, saben que no estaré pendiente de ellos al ser el convocante de la salida.
Así tras algunas dudas respecto al lugar de salida nos vamos juntando todos en el párkin habitual de Andratx sin tener yo aún del todo claro cuál va a ser el primer paso a dar. Lo hablo con Pepe y me comenta algo de un camino yendo a Capdellà, lo dejo hacer porque no me entero de dónde me habla pero parece que puede ser interesante y nos vamos para allá cuando todo el mundo está preparado.
Carretera hacia Capdellà en subida para ir calentando, yo que voy en modo verano y hasta sin protecciones estoy esperando que acabe de salir el sol para ir cogiendo temperatura, así que voy en cabeza con los rodadores del grupo, Pepes y pupilo. Encontramos el desvío del que me hablaron, ni idea a dónde va ni me suena haberlo visto en el GE pero para arriba que tiramos. Eso se empina de verdad y sobran chaquetas rápido, bastantes rampas hay que hacerlas andando. Pasamos cerca de una casa que parece solitaria y seguimos pista hasta un cruce, tenemos dudas y tiramos hacia abajo, yo noto que voy vacío de atrás justo salir, he vuelto a romper la cámara por la válvula y no me trae ningún recuerdo agradable, Fibras la cambia mientras despotrico en voz alta cuando Pepe se adelanta y vuelve, no es por ahí y tira para arriba con el resto del grupo, quedamos unos cuantos, Carlos entre ellos y es el que parte la cadena justo empezar a pedalear menos mal que Jose vuelve a hacerse cargo de la reparación y podemos continuar en pocos minutos.
De todas maneras lo que sigue es un rampón de cuidado y tenemos que hacerlo andando casi todo hasta llegar a lo alto donde encontramos una rejilla y la pista desaparece al otro lado. Saltamos y vamos avanzando esperando encontrar algún indicio de camino que nos permita montar pero pasan los metros y no aparece, solamente una tubería que seguimos hacia algún punto sin concretar. Finalmente aparece el dichoso camino y pese a todo tomamos el equivocado por lo que debemos volver sobre nuestros pasos y derivar hacia la casa cercana pero pasamos bastante separados de ella y pudimos salir por una cerca a una pista asfaltada, mientras yo seguía sin tener ni zorra idea de por dónde iba y tampoco es que me importara, cuando estás perdido Mallorca es mucho más grande de lo que parece.
Cuando llegamos al top del camino sí sé dónde estoy, junto al enorme depósito de la Coma Clova ya en territorio conocido. Estamos accediendo al camino de bajada cuando nos llaman desde lo alto un hombre mayor y unas niñas pero le dejamos con la palabra en la boca, otro día seguiremos la conversación.
Restaba bajar hasta el Camí de ses Penyes y de ahí a la carretera aunque Pepe intenta llevarme al huerto de Torito pero no me dejo, hemos perdido mucho tiempo en el cortafuegos y hay que recuperarlo, así que llegamos a la carretera y continuamos por el camino de abajo en dirección al Coll de sa Gramola no sin antes tomar un bocado a pleno sol. Han pasado dos horas y llevamos nueve kilómetros, ni el peor de los novatos podría haberlo hecho peor, y lo único que sabemos es por dónde no hay que volver, pero nadie se queja ni protesta, ni siquiera se comenta, demasiada paz hay en este grupo.
Continuamos subiendo pero algo se cruza en nuestro paseo, algo inesperado en forma de camino que parece reclamar toda nuestra atención, y en su seno nos adentramos esperando encontrar un placer embriagador, y lo encontramos, y lo saboreamos mientras vamos dando giros a derecha e izquierda, hacia arriba y hacia abajo. Vemos casas, vemos gente y seguimos viendo camino, soy feliz. Llegamos a lo alto de un coll y la vista se abre, estamos en una ladera desforestada por los incendios que vuelve a revivir y crece en estado salvaje hasta el camino se ve invadido por el nuevo bosque sin que nadie lo remedie aunque eso no evita que no podamos circular por él aunque sea con precaución. Con unos cuantos giros volvemos a entrar en zona civilizada junto a una casa de la que no puedo distinguir el nombre grabado en la placa de la puerta pero sí de la siguiente, Es Fenàs, aunque no me consta en ningún mapa que yo maneje.
El grupo está parado en un cruce con un letrero conocido, Camí de So Na Vidala aunque tenga otra grafía en el cartel; creo que vamos bienpero son sólo suposiciones. Lo que empieza como pista carretera va convirtiéndose en camino montañés a tramos empedrado y el resto con buen firme y sin apenas desnivel que nos lleva a s'Arracó por el Camí de Son Castell.
Por ahora llevamos dos buenas sorpresas agradables y aún así me sorprendo de ver un letrero GR en las cercanías, no sabía que el tramo de las Rotes de s'Hereu estaba incluído en el camino aunque saberlo no hubiera cambiado nada, simplemente es que quería volver, la única vez que había pasado por allí fue pisando las cenizas tras el incendio de 1994 y aún hoy en día quedan restos mudos del tal catástrofe. Supongo que convertir el sendero que bajaba desde el Coll des Cucons en una pista pedregosa habrá tenido algo que ver.
La subida hasta el Camí de ses Basses la encontré corta y bastante asequible aunque ya iba con todo metido. Faltan dos que han vuelto atrás desde el Pas d'en Guida mientras el resto volvemos hacia el Coll de sa Gramola una vez reagrupados, la vuelta es rápida y más cuando bajamos por el Camí de la Coma Freda y pillamos el asfalto pero no es un trayecto que me apasione cuando pienso que puede venir un vehículo en sentido contrario, pero no seamos agoreros, no pasó nada, y el día resultó perfecto, quién más quién menos vió cumplidas sus expectativas, al menos así lo creo yo.
Se discute la propuesta entre ellos y queda como salida oficial y además se juntan los dos renegados del mtb que tengo por colegas y visto el panorama alentador con que se presentan los mando juntos al lugar de reunión, ellos se lo guisarán, saben que no estaré pendiente de ellos al ser el convocante de la salida.
Así tras algunas dudas respecto al lugar de salida nos vamos juntando todos en el párkin habitual de Andratx sin tener yo aún del todo claro cuál va a ser el primer paso a dar. Lo hablo con Pepe y me comenta algo de un camino yendo a Capdellà, lo dejo hacer porque no me entero de dónde me habla pero parece que puede ser interesante y nos vamos para allá cuando todo el mundo está preparado.
Carretera hacia Capdellà en subida para ir calentando, yo que voy en modo verano y hasta sin protecciones estoy esperando que acabe de salir el sol para ir cogiendo temperatura, así que voy en cabeza con los rodadores del grupo, Pepes y pupilo. Encontramos el desvío del que me hablaron, ni idea a dónde va ni me suena haberlo visto en el GE pero para arriba que tiramos. Eso se empina de verdad y sobran chaquetas rápido, bastantes rampas hay que hacerlas andando. Pasamos cerca de una casa que parece solitaria y seguimos pista hasta un cruce, tenemos dudas y tiramos hacia abajo, yo noto que voy vacío de atrás justo salir, he vuelto a romper la cámara por la válvula y no me trae ningún recuerdo agradable, Fibras la cambia mientras despotrico en voz alta cuando Pepe se adelanta y vuelve, no es por ahí y tira para arriba con el resto del grupo, quedamos unos cuantos, Carlos entre ellos y es el que parte la cadena justo empezar a pedalear menos mal que Jose vuelve a hacerse cargo de la reparación y podemos continuar en pocos minutos.
De todas maneras lo que sigue es un rampón de cuidado y tenemos que hacerlo andando casi todo hasta llegar a lo alto donde encontramos una rejilla y la pista desaparece al otro lado. Saltamos y vamos avanzando esperando encontrar algún indicio de camino que nos permita montar pero pasan los metros y no aparece, solamente una tubería que seguimos hacia algún punto sin concretar. Finalmente aparece el dichoso camino y pese a todo tomamos el equivocado por lo que debemos volver sobre nuestros pasos y derivar hacia la casa cercana pero pasamos bastante separados de ella y pudimos salir por una cerca a una pista asfaltada, mientras yo seguía sin tener ni zorra idea de por dónde iba y tampoco es que me importara, cuando estás perdido Mallorca es mucho más grande de lo que parece.
Cuando llegamos al top del camino sí sé dónde estoy, junto al enorme depósito de la Coma Clova ya en territorio conocido. Estamos accediendo al camino de bajada cuando nos llaman desde lo alto un hombre mayor y unas niñas pero le dejamos con la palabra en la boca, otro día seguiremos la conversación.
Restaba bajar hasta el Camí de ses Penyes y de ahí a la carretera aunque Pepe intenta llevarme al huerto de Torito pero no me dejo, hemos perdido mucho tiempo en el cortafuegos y hay que recuperarlo, así que llegamos a la carretera y continuamos por el camino de abajo en dirección al Coll de sa Gramola no sin antes tomar un bocado a pleno sol. Han pasado dos horas y llevamos nueve kilómetros, ni el peor de los novatos podría haberlo hecho peor, y lo único que sabemos es por dónde no hay que volver, pero nadie se queja ni protesta, ni siquiera se comenta, demasiada paz hay en este grupo.
Continuamos subiendo pero algo se cruza en nuestro paseo, algo inesperado en forma de camino que parece reclamar toda nuestra atención, y en su seno nos adentramos esperando encontrar un placer embriagador, y lo encontramos, y lo saboreamos mientras vamos dando giros a derecha e izquierda, hacia arriba y hacia abajo. Vemos casas, vemos gente y seguimos viendo camino, soy feliz. Llegamos a lo alto de un coll y la vista se abre, estamos en una ladera desforestada por los incendios que vuelve a revivir y crece en estado salvaje hasta el camino se ve invadido por el nuevo bosque sin que nadie lo remedie aunque eso no evita que no podamos circular por él aunque sea con precaución. Con unos cuantos giros volvemos a entrar en zona civilizada junto a una casa de la que no puedo distinguir el nombre grabado en la placa de la puerta pero sí de la siguiente, Es Fenàs, aunque no me consta en ningún mapa que yo maneje.
El grupo está parado en un cruce con un letrero conocido, Camí de So Na Vidala aunque tenga otra grafía en el cartel; creo que vamos bienpero son sólo suposiciones. Lo que empieza como pista carretera va convirtiéndose en camino montañés a tramos empedrado y el resto con buen firme y sin apenas desnivel que nos lleva a s'Arracó por el Camí de Son Castell.
Por ahora llevamos dos buenas sorpresas agradables y aún así me sorprendo de ver un letrero GR en las cercanías, no sabía que el tramo de las Rotes de s'Hereu estaba incluído en el camino aunque saberlo no hubiera cambiado nada, simplemente es que quería volver, la única vez que había pasado por allí fue pisando las cenizas tras el incendio de 1994 y aún hoy en día quedan restos mudos del tal catástrofe. Supongo que convertir el sendero que bajaba desde el Coll des Cucons en una pista pedregosa habrá tenido algo que ver.
La subida hasta el Camí de ses Basses la encontré corta y bastante asequible aunque ya iba con todo metido. Faltan dos que han vuelto atrás desde el Pas d'en Guida mientras el resto volvemos hacia el Coll de sa Gramola una vez reagrupados, la vuelta es rápida y más cuando bajamos por el Camí de la Coma Freda y pillamos el asfalto pero no es un trayecto que me apasione cuando pienso que puede venir un vehículo en sentido contrario, pero no seamos agoreros, no pasó nada, y el día resultó perfecto, quién más quién menos vió cumplidas sus expectativas, al menos así lo creo yo.