El sábado no empezó con buen pie, y no estoy hablando de la lluvia, me dormí, mejor dicho, el despertador no cumplió su función y me desperté pasadas las ocho, ¡y tenía que estar en Esporles a las nueve!, además lloviznaba pero intuí que el día iría a mejor y preparé los bártulos aunque sin mucha convicción, desayuné tranquilamente y después de pasar por el excusado ví que tenía tiempo suficiente para no llegar muy tarde a la cita así que metí todo en la mochila y bajé la bici hasta la calle pero fue salir por el portal y volver a entrar, tenía una de las ruedas de la furgo vacía, imposible llegar a tiempo. No había quedado en nada así que no me esperarían, por este aspecto no me preocupaba.
Dedicado el sábado a otros menesteres me voy enterando durante el día de que casi nadie del grupo ha salido, al parecer a las siete cayó una tormenta y desanimó a muchos por lo que han programado otra salida para el domingo pero yo este día suelo tenerlo de reserva o suplemento de la salida del sábado con lo que procuro llegar a casa a lo más tardar, a mediodía, y lo que ellos tenían pensado era un poco más ambicioso y eso supone tiempo extra, por eso descarté esa salida casi de inmediato y pensé en llegarme hasta el Decathlon y ver que tenían pensado hacer los bous. No lo tenían muy claro así que he participado en el debate previo y hemos quedado en hacer la carena de la Serra de Son Marill.
Así pues hacia la Vileta que enfilamos el numeroso pelotón con bastantes acoplados al grupo originario para ir a negociar las cuestas del camí vell de Puigpunyent no sin antes, en un despiste del que no me han advertido, meterme por dónde no era. Después, ya en el buen camino, ha empezado el rosario del pateo hasta el coll de Son Marill donde se ha despedido casi la mitad del grupo para continuar la bajada y vuelta por carretera, el resto, para arriba.
Hacía tiempo que no hacía estos tramos en ese sentido y son duros, un sube baja continuo hasta llegar a la carretera. Me he parado un momento después de la trialera del Pujol des Gat para tratar de averiguar cómo es el sendero Buba pero aparte del inicio poco se ve, el próximo domingo que salga iré directo para hacerlo tranquilamente.
En el asfalto se van otros cuantos para llegar antes y los que quedamos y había que elegir entre las diversas opciones que nos brinda el lugar, atajos de la carretera, cortafuegos hasta la base, circuito de descenso (si es que queda algo en pie) o el camino ancho que se dirige a Son Vida con la variante al PT3 desde que a alguno se le ocurrió poner una barrera a mitad de camino. Creo que bastantes no conocían ésta última opción y les ha gustado primero el senderillo que enlaza desde el Coll des Vent y la bajada propiamente dicha, después. Primera toña en el sendero sin consecuencias al cruzar un charco, patinazo al canto con vuelo lateral y aterrizaje mullido. La bajada por el camino ancho sin incidencias hasta el desvío y en el cortafuegos la gente se ha picado intentando subir lo más alto posible pero los resultados han sido muy mediocres, todos hemos caído en el principio de la cuesta, el estado del terreno no era excusa para tan pobres resultados, hacía falta algo más de temple y autosugestión para lograr una buena marca. Visto lo visto decidimos bajar y se produce la segunda castaña, esta mucho más espectacular con vuelo y giro incluídos, milagrosamente no se hace daño, el sillín es el que se ha llevado la peor parte, y continuamos.
Perdemos a dos en el camino de vuelta que no nos ven girar hacia Son Vida y continuan hasta la carretera aunque nos volvemos a juntar todo el grupo cerca de Son Rapinya para ir despidiéndonos esta vez sí definitivamente hasta la próxima bufada (puede que sea ya invierno de verdad porque hoy era verano).
Dedicado el sábado a otros menesteres me voy enterando durante el día de que casi nadie del grupo ha salido, al parecer a las siete cayó una tormenta y desanimó a muchos por lo que han programado otra salida para el domingo pero yo este día suelo tenerlo de reserva o suplemento de la salida del sábado con lo que procuro llegar a casa a lo más tardar, a mediodía, y lo que ellos tenían pensado era un poco más ambicioso y eso supone tiempo extra, por eso descarté esa salida casi de inmediato y pensé en llegarme hasta el Decathlon y ver que tenían pensado hacer los bous. No lo tenían muy claro así que he participado en el debate previo y hemos quedado en hacer la carena de la Serra de Son Marill.
Así pues hacia la Vileta que enfilamos el numeroso pelotón con bastantes acoplados al grupo originario para ir a negociar las cuestas del camí vell de Puigpunyent no sin antes, en un despiste del que no me han advertido, meterme por dónde no era. Después, ya en el buen camino, ha empezado el rosario del pateo hasta el coll de Son Marill donde se ha despedido casi la mitad del grupo para continuar la bajada y vuelta por carretera, el resto, para arriba.
Hacía tiempo que no hacía estos tramos en ese sentido y son duros, un sube baja continuo hasta llegar a la carretera. Me he parado un momento después de la trialera del Pujol des Gat para tratar de averiguar cómo es el sendero Buba pero aparte del inicio poco se ve, el próximo domingo que salga iré directo para hacerlo tranquilamente.
En el asfalto se van otros cuantos para llegar antes y los que quedamos y había que elegir entre las diversas opciones que nos brinda el lugar, atajos de la carretera, cortafuegos hasta la base, circuito de descenso (si es que queda algo en pie) o el camino ancho que se dirige a Son Vida con la variante al PT3 desde que a alguno se le ocurrió poner una barrera a mitad de camino. Creo que bastantes no conocían ésta última opción y les ha gustado primero el senderillo que enlaza desde el Coll des Vent y la bajada propiamente dicha, después. Primera toña en el sendero sin consecuencias al cruzar un charco, patinazo al canto con vuelo lateral y aterrizaje mullido. La bajada por el camino ancho sin incidencias hasta el desvío y en el cortafuegos la gente se ha picado intentando subir lo más alto posible pero los resultados han sido muy mediocres, todos hemos caído en el principio de la cuesta, el estado del terreno no era excusa para tan pobres resultados, hacía falta algo más de temple y autosugestión para lograr una buena marca. Visto lo visto decidimos bajar y se produce la segunda castaña, esta mucho más espectacular con vuelo y giro incluídos, milagrosamente no se hace daño, el sillín es el que se ha llevado la peor parte, y continuamos.
Perdemos a dos en el camino de vuelta que no nos ven girar hacia Son Vida y continuan hasta la carretera aunque nos volvemos a juntar todo el grupo cerca de Son Rapinya para ir despidiéndonos esta vez sí definitivamente hasta la próxima bufada (puede que sea ya invierno de verdad porque hoy era verano).