Esta semana he ido al contrario que el tiempo, cuanto mejor era peor estaba yo y llegué al jueves realmente mal, hasta fiebre tenía y no puse nada en la agenda ya que ni ganas ni fuerzas tenía para salir. Rebusco en el cajón-farmacia de casa y veo un tubo con pastillas efervescentes que me suena que sirven contra esos síntomas y si no pues tampoco llegaré al nivel de la intoxicación. Pues parece que sirven, por la mañana del viernes me encuentro algo mejor y me tomo otra y con la tercera por la tarde hasta podría decirse que me he recuperado, pero no canto victoria y rechazo para el sábado una salida que sé cierto que me va a superar, así que saldré solo (como muchas otras veces) a ver qué tal estoy.
Había pensado en la comuna de Bunyola, cómoda pista para subir lo suficientemente larga como para hacer un buen test, pero no solamente era por eso que quería ir, había recibido un comentario entre semana de una ruta dándome ciertas pistas sobre un camino escondido en esa zona que no sé de nadie que lo recorra y quería comprobarlo por mi mismo, así que si podía llegar hasta allí mataría dos pájaros de un tiro, o quizás tres porque los Iron Riders también querían rodar por la zona y podría encontrarlos para hacer la vuelta juntos. Todo encajaba y lo único que tenía que hacer era partir antes que ellos, cosa nada difícil ya que se vieron a las nueve y media y a esa hora podría estar yo circulando desde mucho antes.
Dicho y hecho, me levanté al menos con ganas y sobre las ocho y media salí directo hacia la Indiotería para ir rodando unos kilómetros por asfalto hasta coger el camí de Son Pizà, directo hasta las casas. Al llegar a la otra carretera ya seguí por asfalto hasta Bunyola. Me paré en el aparcamiento para comprobar la hora, las nueve cincuenta eran, había tardado una hora, tampoco estaba tan mal.
Empecé a subir solo mientras iba reuniéndose un grupito abajo. Meto el desarrollo adecuado en la primera curva y ese es el que tiene que valer hasta arriba, la velocidad sólo dependerá de cuantas revoluciones sea capaz de darle a los pedales. A la comuna la están pelando de pinar desde abajo y éso permite que tengas a la vista mucha pista, tanto por arriba como por abajo, y veo que suben algunos pero les dejo a su aire. Más adelante veo a los que me siguen pero ni voy cogiendo a los de delante ni los de atrás parecían ir muy rápidos así que acelero un poco el ritmo, no mucho la verdad ya que no llegué a cogerlos.
Hora de llegada en Cas Garriguer, diez cincuenta, una hora justa, a siete por hora, eso es lo que tardamos normalmente en llegar a lo alto del Penyal d'Honor, por lo tanto a ritmo de petado claramente. Pero llegué, eso era buena señal. Continuo por la pista principal hasta el depósito e inicio el descenso muy despacio buscando alguna señal que me indique la existencia de algún camino por esas laderas. No veo nada, llego hasta la curva e inspecciono andando el lugar, nada. Dada la imprecisión de la explicación que me enviaron podría estar más abajo aunque esa era una opción que no quería tener que valorar pero así y todo bajé hasta la caseta pensando más en lo que me esperaba subiendo que en lo que me traía por ahí. De todas maneras no ví nada y una exploración minuciosa podría llevarme horas así que me dispongo a desandar lo andado pero sin casi darme cuenta estoy arriba, qué tiene pues esa subida que siempre la he tenido medio atravesada?, habrá que hacer una subida de desagravio lo más pronto posible.
No eran más de las once cincuenta cuando volví al depósito, mentalmente iba situando al otro grupo y estaba seguro de que llegaría antes al final de la cabra que ellos aunque dudaba por si cambiaban el plan y venían por la pista, en este caso los perdería, así que merendé tranquilamente y me acomodé en el suelo alejado de la sombra. Llegaron varios grupos y algún solitario y cuando me dejaron tranquilo me debí quedar traspuesto porque cuando me dí cuenta estaba el grupo que esperaba rodeándome, una hora había pasado que me vino de perlas para recuperarme.
A partir de aquí continué con ellos haciendo la ruta que tenían programada, bosque encantado y la 3k, contracción de camí de la carena de la coma d'en Buscante, el nombre oficial. Como aún no los tengo controlados a todos dejé que pasaran delante, craso error, sin un palmo de terreno para adelantar tuve que hacer una bajada discreta. De nada me sirvió pararme dos veces y contar hasta veinte, volvía a pillarlos, así que ya lo sabía para la próxima.
Tendría que hacer un gran ejercicio de memoria para acordarme cuando fue la última vez que hice esa bajada y desde luego no es de mis favoritas ya que aparte de una buena condición física se agradece y mucho una máquina más absorbedoraque la mía, le falta toda la cubierta de tierra a ese camino y es un continuo rebotar en las piedras, debido a ello los minutos de descanso abajo para el reagrupamiento fueron más que necesarios. Hubo varias caídas sin consecuencias de Ramón más que nada por la configuración racing de su bicicleta que penaliza mucho en esos terrenos creo yo.
La vuelta por Son Daviu no fue lenta por tanto había que notarse al final ese esfuerzo y sí es verdad que lo siento pero sin llegar a parecerse al agotamiento ni mucho menos. Fue la decisión correcta y aunque salieron más de cincuenta kilómetros son kilómetros hechos a ritmo, sin cambios repentinos de pedalada ni pateos prolongados en pendiente que me hubieran dejado muy tocado. De hecho hoy domingo he salido mañana y tarde para repetir el mismo esquema en una escala mucho más pequeña y casi sin desnivel pero que me ha ayudado a entonar el cuerpo, por decirlo de alguna manera.
Había pensado en la comuna de Bunyola, cómoda pista para subir lo suficientemente larga como para hacer un buen test, pero no solamente era por eso que quería ir, había recibido un comentario entre semana de una ruta dándome ciertas pistas sobre un camino escondido en esa zona que no sé de nadie que lo recorra y quería comprobarlo por mi mismo, así que si podía llegar hasta allí mataría dos pájaros de un tiro, o quizás tres porque los Iron Riders también querían rodar por la zona y podría encontrarlos para hacer la vuelta juntos. Todo encajaba y lo único que tenía que hacer era partir antes que ellos, cosa nada difícil ya que se vieron a las nueve y media y a esa hora podría estar yo circulando desde mucho antes.
Dicho y hecho, me levanté al menos con ganas y sobre las ocho y media salí directo hacia la Indiotería para ir rodando unos kilómetros por asfalto hasta coger el camí de Son Pizà, directo hasta las casas. Al llegar a la otra carretera ya seguí por asfalto hasta Bunyola. Me paré en el aparcamiento para comprobar la hora, las nueve cincuenta eran, había tardado una hora, tampoco estaba tan mal.
Empecé a subir solo mientras iba reuniéndose un grupito abajo. Meto el desarrollo adecuado en la primera curva y ese es el que tiene que valer hasta arriba, la velocidad sólo dependerá de cuantas revoluciones sea capaz de darle a los pedales. A la comuna la están pelando de pinar desde abajo y éso permite que tengas a la vista mucha pista, tanto por arriba como por abajo, y veo que suben algunos pero les dejo a su aire. Más adelante veo a los que me siguen pero ni voy cogiendo a los de delante ni los de atrás parecían ir muy rápidos así que acelero un poco el ritmo, no mucho la verdad ya que no llegué a cogerlos.
Hora de llegada en Cas Garriguer, diez cincuenta, una hora justa, a siete por hora, eso es lo que tardamos normalmente en llegar a lo alto del Penyal d'Honor, por lo tanto a ritmo de petado claramente. Pero llegué, eso era buena señal. Continuo por la pista principal hasta el depósito e inicio el descenso muy despacio buscando alguna señal que me indique la existencia de algún camino por esas laderas. No veo nada, llego hasta la curva e inspecciono andando el lugar, nada. Dada la imprecisión de la explicación que me enviaron podría estar más abajo aunque esa era una opción que no quería tener que valorar pero así y todo bajé hasta la caseta pensando más en lo que me esperaba subiendo que en lo que me traía por ahí. De todas maneras no ví nada y una exploración minuciosa podría llevarme horas así que me dispongo a desandar lo andado pero sin casi darme cuenta estoy arriba, qué tiene pues esa subida que siempre la he tenido medio atravesada?, habrá que hacer una subida de desagravio lo más pronto posible.
No eran más de las once cincuenta cuando volví al depósito, mentalmente iba situando al otro grupo y estaba seguro de que llegaría antes al final de la cabra que ellos aunque dudaba por si cambiaban el plan y venían por la pista, en este caso los perdería, así que merendé tranquilamente y me acomodé en el suelo alejado de la sombra. Llegaron varios grupos y algún solitario y cuando me dejaron tranquilo me debí quedar traspuesto porque cuando me dí cuenta estaba el grupo que esperaba rodeándome, una hora había pasado que me vino de perlas para recuperarme.
A partir de aquí continué con ellos haciendo la ruta que tenían programada, bosque encantado y la 3k, contracción de camí de la carena de la coma d'en Buscante, el nombre oficial. Como aún no los tengo controlados a todos dejé que pasaran delante, craso error, sin un palmo de terreno para adelantar tuve que hacer una bajada discreta. De nada me sirvió pararme dos veces y contar hasta veinte, volvía a pillarlos, así que ya lo sabía para la próxima.
Tendría que hacer un gran ejercicio de memoria para acordarme cuando fue la última vez que hice esa bajada y desde luego no es de mis favoritas ya que aparte de una buena condición física se agradece y mucho una máquina más absorbedoraque la mía, le falta toda la cubierta de tierra a ese camino y es un continuo rebotar en las piedras, debido a ello los minutos de descanso abajo para el reagrupamiento fueron más que necesarios. Hubo varias caídas sin consecuencias de Ramón más que nada por la configuración racing de su bicicleta que penaliza mucho en esos terrenos creo yo.
La vuelta por Son Daviu no fue lenta por tanto había que notarse al final ese esfuerzo y sí es verdad que lo siento pero sin llegar a parecerse al agotamiento ni mucho menos. Fue la decisión correcta y aunque salieron más de cincuenta kilómetros son kilómetros hechos a ritmo, sin cambios repentinos de pedalada ni pateos prolongados en pendiente que me hubieran dejado muy tocado. De hecho hoy domingo he salido mañana y tarde para repetir el mismo esquema en una escala mucho más pequeña y casi sin desnivel pero que me ha ayudado a entonar el cuerpo, por decirlo de alguna manera.