O la gente está dormida el domingo o yo no tengo feisbuc porque no veo plan alguno en los canales habituales así que no me queda más remedio que presentarme en el punto alfa a ver qué pasa. Y pasa que se me va el santo al cielo en los preparativos y tengo que coger vehículo para no llegar tardísimo y aún así me presento con un cuarto de hora de retraso, pero aún están, y mientras discutimos las posibilidades de la mañana se presentan dos más y para acabar de rematar el despropósito nos encontramos a Pepe de camino con lo que a base de esperar se ha llegado a conformar el grupo entero, Xisco, Sito, Guiem, Tomeu, Juanfran y Toni P. llevan el maillot oficial más los dos acoplados. Ya nos podemos ir. ¿Y adonde? Esa es la eterna pregunta porque nadie quiere imponer la ruta, todos exponen sus pegas y pactan una ruta de mínimos, entonces nada, que nos vamos a Bunyola, suelto yo. ¿Otra vez? Si ya van tres seguidas, Sito es el más reticente porque ya ha ido dos veces conmigo pero se medio convence cuando le digo que no repetiremos itinerario, que iremos por el Rafalot (a saber por donde queda eso).
Salimos de Palma por el camí dels Reis hacia la Indioteria y desde allí hasta la carretera de Sóller por la que solamente rodamos unos pocos metros porque enseguida nos metemos por el sendero de los caballos que con lo que han crecido las plantas silvestres es difícil de adivinar por donde para. Pasamos la barrera para entrar en la enorme finca de los almendros y rodearla en sentido antihorario para salir por el torrente al lado de los panales y ya en el minibosque sálvese quién pueda, el ansia nos puede más y rodamos como poseídos a todo meter. Pasamos por la barrera principal con el cachondeito incluido cuando voy con primerizos por esos caminos y cruzamos la finca más o menos contenidos pero en Caubet le dimos caña otra vez hasta el apeadero ya que no hay un único recorrido, hay muchos debido al continuo paso de los caballos de la cuadra cercana. No hay como un cambio de ritmo de éstos para ponerte de lo más alegre.
Volteamos después por los caminos vecinales hasta llegar al cruce de Bunyola y estuvimos comentando de subir a Son Palouet que teníamos a la vista aunque en esos momentos no nos acordábamos ninguno del nombre. De lo que sí estaba seguro es que recordaba que alguien comentó por la web en su día que se necesitaba permiso para llegar allí, la duda era por si era necesario para que nos abrieran alguna barrera o era más una formalidad que otra cosa y decidimos ir a averiguarlo y para ello nos metimos por la antigua fábrica hacia el sendero que acompaña al torrente donde me comí unas moras buenísimas, lástima de no haber recogido unas cuantas más. Hubo tres que lo que sí recogieron fueron unas buenas picadas de avispas (o abejas, no quedó claro) que les tuvieron blasfemando buena parte de la ruta.
No fue nada difícil encontrar el camino que sube sobre todo si hay señalización y empezamos una subida larga y tendida que nos dejó contentos porque creo que ya añorábamos un poco de desnivel. Llegamos frente a la imponente casa de Son Palouet Nou con unos curiosos arcos de entrada a unos garajes y como no salieron a saludarnos proseguimos camino por una pista sin asfaltar hacia las casas de Son Palouet Vell casi a tiro de piedra. Me encontré unos prismáticos en el suelo que supongo utilizarían aunque la peste a gorrino era importante, después a la vuelta se los dejé encima de un tractor al lado de las herramientas.
Llegamos al lugar y Pepe hizo reportaje de las casas y los safareitxos mientras estaba yo cambiando una cámara aunque después tuvimos que esperarle a él porque también había pinchado de la misma manera. Está muy seco todo y como los caminos se dejen un poco de mano se llenan de cardos y desde luego ahora están en su mejor momento para dejarte un regalito.
Sin ninguna pega volvimos a Bunyola aunque sin pasar por el torrente obviamente y nos dirigimos hacia Raixa a levantar un poco de polvo por el camí vell esta vez sin miramientos, empujando al de delante para que no parara porque si lo hubiera hecho la montonera hubiera sido de película. Al final todos con cara de satisfacción.
En Raixa estábamos entre medias de si volver o no pero Pepe no quería conformarse con acabar tan pronto y al pasar por el aparcamiento nos convence para ir a mirar un viejo camino de carro que dijo que había recorrido hacia tiempo, de cuando aún puedes llevar a los niños de la mano, y hacia allá nos fuimos y fue una sorpresa porque el camino está limpio, a excepción de dos árboles caídos que barran el paso, y es ciclable pero duro de pelar si lo quieres hacer de una tacada, nos puso las pilas a todos pero contentos de llegar arriba y vi por vez primera el golf de Son Termens. No era día de exploración porque sino hubiera sido el primero en querer bajar hacia allí así que volvimos a bajar por donde habíamos venido.
Hubo un percance con una rama que destrozó un cambio y eso nos retrasó un poco pero lo recuperamos con otro esprint en el camí de Passatemps y así con todo aún nos dio para tomarnos unas cañas en un bar de Son Sardina aunque me parece que serán las últimas.
Buena vuelta, nada de contemporizar, a saco paco donde había que hacerlo, tampoco es cuestión de ir todo el rato a degüello y a disfrutar que son dos días.
Salimos de Palma por el camí dels Reis hacia la Indioteria y desde allí hasta la carretera de Sóller por la que solamente rodamos unos pocos metros porque enseguida nos metemos por el sendero de los caballos que con lo que han crecido las plantas silvestres es difícil de adivinar por donde para. Pasamos la barrera para entrar en la enorme finca de los almendros y rodearla en sentido antihorario para salir por el torrente al lado de los panales y ya en el minibosque sálvese quién pueda, el ansia nos puede más y rodamos como poseídos a todo meter. Pasamos por la barrera principal con el cachondeito incluido cuando voy con primerizos por esos caminos y cruzamos la finca más o menos contenidos pero en Caubet le dimos caña otra vez hasta el apeadero ya que no hay un único recorrido, hay muchos debido al continuo paso de los caballos de la cuadra cercana. No hay como un cambio de ritmo de éstos para ponerte de lo más alegre.
Volteamos después por los caminos vecinales hasta llegar al cruce de Bunyola y estuvimos comentando de subir a Son Palouet que teníamos a la vista aunque en esos momentos no nos acordábamos ninguno del nombre. De lo que sí estaba seguro es que recordaba que alguien comentó por la web en su día que se necesitaba permiso para llegar allí, la duda era por si era necesario para que nos abrieran alguna barrera o era más una formalidad que otra cosa y decidimos ir a averiguarlo y para ello nos metimos por la antigua fábrica hacia el sendero que acompaña al torrente donde me comí unas moras buenísimas, lástima de no haber recogido unas cuantas más. Hubo tres que lo que sí recogieron fueron unas buenas picadas de avispas (o abejas, no quedó claro) que les tuvieron blasfemando buena parte de la ruta.
No fue nada difícil encontrar el camino que sube sobre todo si hay señalización y empezamos una subida larga y tendida que nos dejó contentos porque creo que ya añorábamos un poco de desnivel. Llegamos frente a la imponente casa de Son Palouet Nou con unos curiosos arcos de entrada a unos garajes y como no salieron a saludarnos proseguimos camino por una pista sin asfaltar hacia las casas de Son Palouet Vell casi a tiro de piedra. Me encontré unos prismáticos en el suelo que supongo utilizarían aunque la peste a gorrino era importante, después a la vuelta se los dejé encima de un tractor al lado de las herramientas.
Llegamos al lugar y Pepe hizo reportaje de las casas y los safareitxos mientras estaba yo cambiando una cámara aunque después tuvimos que esperarle a él porque también había pinchado de la misma manera. Está muy seco todo y como los caminos se dejen un poco de mano se llenan de cardos y desde luego ahora están en su mejor momento para dejarte un regalito.
Sin ninguna pega volvimos a Bunyola aunque sin pasar por el torrente obviamente y nos dirigimos hacia Raixa a levantar un poco de polvo por el camí vell esta vez sin miramientos, empujando al de delante para que no parara porque si lo hubiera hecho la montonera hubiera sido de película. Al final todos con cara de satisfacción.
En Raixa estábamos entre medias de si volver o no pero Pepe no quería conformarse con acabar tan pronto y al pasar por el aparcamiento nos convence para ir a mirar un viejo camino de carro que dijo que había recorrido hacia tiempo, de cuando aún puedes llevar a los niños de la mano, y hacia allá nos fuimos y fue una sorpresa porque el camino está limpio, a excepción de dos árboles caídos que barran el paso, y es ciclable pero duro de pelar si lo quieres hacer de una tacada, nos puso las pilas a todos pero contentos de llegar arriba y vi por vez primera el golf de Son Termens. No era día de exploración porque sino hubiera sido el primero en querer bajar hacia allí así que volvimos a bajar por donde habíamos venido.
Hubo un percance con una rama que destrozó un cambio y eso nos retrasó un poco pero lo recuperamos con otro esprint en el camí de Passatemps y así con todo aún nos dio para tomarnos unas cañas en un bar de Son Sardina aunque me parece que serán las últimas.
Buena vuelta, nada de contemporizar, a saco paco donde había que hacerlo, tampoco es cuestión de ir todo el rato a degüello y a disfrutar que son dos días.