Dado que la logística no acompañó esta semana la salida intersemanal cambió de escenario. Hago constar lo de salida porque se trata de eso, de cumplir objetivos, y éstos no son puramente físicos, que también son importantes porque de un tiempo a esta parte parezco que llevo a Don Petao colgado a la espalda donde quiera que vaya, pero bien, otros alicientes vamos a buscar a la hora de decidir un itinerario. Muchas veces vamos a la aventura, aunque para ser más exactos ya que aventura puede ser un término un poco grandilocuente, a lo que salga.
Los retos son pequeños, aquí no entrenamos para hacer una travessa non stop ni nada parecido, ni mucho menos andar pendientes del cronómetro para afrontar un tramo concreto, no, diría que es algo mucho más sencillo pero afrontado de manera rudimentaria, casi a lo bruto. Pongamos un ejemplo: quiero ir desde la plaça Miquel Dolç (ex teniente coronel Franco) hasta Puntiró sin ir por la carretera evidentemente y ese simple detalle condiciona toda la ruta. A grosso modo trazamos una línea recta sobre el mapa y vamos buscando por donde meternos. La primera parte hasta Marratxí está clara, solamente nos falta un puente peatonal sobre el torrente de Na Barbarà para sortear ese obstáculo aunque alguno puede que hasta lo intente subido en el sillín. No hay pegas hasta el segundo cinturón aunque en las primeras ocasiones ese tramo lo hacía por carretera hasta s'Hostalot. Un examen más detenido de la zona nos da la solución de forma más directa y aún así debemos practicar el ensayo y error hasta encontrar el vial adecuado.
Nuestro próximo objetivo es Son Orlandis y ya hemos abandonado el asfalto, ese tramo, aunque potencialmente muy divertido, es un arma de doble filo. La primera vez que pasé por allí lo hice campo a través y aunque no pasó nada a estas alturas del año es sumamente arriesgado por el altísimo riesgo de pinchazo. Más tarde encontré otra entrada con un camino en condiciones pero no llega hasta el final de la finca y hay que recorrer unos cientos de metros sin un firme adecuado. La última vez lo hicimos caminando para evitar ese riesgo. Después de sortear dos paredes ya podemos volver a montar sin apenas contratiempos aunque aún no estamos en un camino propiamente dicho.
Esa es la teoría pero el jueves pasado en la práctica decido rodear esos inconvenientes y dirigirme hacia la población directamente por carretera, la única pega es que es cuesta arriba y Juan parece acusarlo. Le sigue otro despiste cuesta abajo y vuelta a subir y esta vez sí llegamos a la carretera principal que tomamos hasta el instituto y giramos por la calle más cercana a la garriga y al final me parece vislumbrar una escapatoria. No me lo pienso dos veces y al poco estamos ya saltando una rejilla, el sendero continua hacia abajo pasando muy cerca del castillo, estamos tentados de llegar a él pero continuamos con la exploración que por contra no nos lleva muy lejos, creo que a una torre eléctrica, lo que hace que volvamos sobre nuestros pasos, cuesta arriba, claro.
Unos cientos de metros más lejos y circulando por una calle en dirección contraria me parece reconocer algo conocido entre las casas, es el carrer de sa Garriga, por donde deberíamos haber llegado si hubiéramos venido por Son Orlandis y perdemos otro rato circulando por el camí de Can Rafel para explicarle a Joan la situación, cosa que no parece convencerle mucho ya que prácticamente llevamos media ruta viendo los mismos caminos en los dos sentidos, es lo que tiene no saber donde vas. De vuelta enganchamos un sendero que une esta calle con el camí vell de Sant Jordi, una de las excusas de la salida. Encontrado y disfrutado a la primera, ése no hubo que volver atrás.
Hacemos casi toda la bajada por la pistorra hasta que nos metemos por el desvío y llegamos a la misma barrera por la que pasé yo yendo solo, y no hay otra, he buscado por las inmediaciones y es ésa por lo que si queremos llegar con alguna garantía de éxito (ràpido y cómodo) a Puntiró hay que enfilar bien la dirección desde el principio, no diré que el gps sea estrictamente necesario pero ayudaría a no perder el tiempo. De todas maneras ahí se acabó la excursión, había que volver y habría que hacerlo por carretera a todo correr al menos hasta s'Hostalot, después ya más calmadamente por las urbanizaciones pero con el tiempo justo para no llegar de nit fosca.
Hice el track de la salida y me salen 45 km que habrá que recorrer en menos de tres horas y media si queremos acabar con algo de luz, creo que es factible, el jueves que viene podemos ir a comprobarlo, si alguno se ve capaz de hacerlo, que se presente ya sabe donde, y si no lo sabe que use el contacto que hay más arriba.
Los retos son pequeños, aquí no entrenamos para hacer una travessa non stop ni nada parecido, ni mucho menos andar pendientes del cronómetro para afrontar un tramo concreto, no, diría que es algo mucho más sencillo pero afrontado de manera rudimentaria, casi a lo bruto. Pongamos un ejemplo: quiero ir desde la plaça Miquel Dolç (ex teniente coronel Franco) hasta Puntiró sin ir por la carretera evidentemente y ese simple detalle condiciona toda la ruta. A grosso modo trazamos una línea recta sobre el mapa y vamos buscando por donde meternos. La primera parte hasta Marratxí está clara, solamente nos falta un puente peatonal sobre el torrente de Na Barbarà para sortear ese obstáculo aunque alguno puede que hasta lo intente subido en el sillín. No hay pegas hasta el segundo cinturón aunque en las primeras ocasiones ese tramo lo hacía por carretera hasta s'Hostalot. Un examen más detenido de la zona nos da la solución de forma más directa y aún así debemos practicar el ensayo y error hasta encontrar el vial adecuado.
Nuestro próximo objetivo es Son Orlandis y ya hemos abandonado el asfalto, ese tramo, aunque potencialmente muy divertido, es un arma de doble filo. La primera vez que pasé por allí lo hice campo a través y aunque no pasó nada a estas alturas del año es sumamente arriesgado por el altísimo riesgo de pinchazo. Más tarde encontré otra entrada con un camino en condiciones pero no llega hasta el final de la finca y hay que recorrer unos cientos de metros sin un firme adecuado. La última vez lo hicimos caminando para evitar ese riesgo. Después de sortear dos paredes ya podemos volver a montar sin apenas contratiempos aunque aún no estamos en un camino propiamente dicho.
Esa es la teoría pero el jueves pasado en la práctica decido rodear esos inconvenientes y dirigirme hacia la población directamente por carretera, la única pega es que es cuesta arriba y Juan parece acusarlo. Le sigue otro despiste cuesta abajo y vuelta a subir y esta vez sí llegamos a la carretera principal que tomamos hasta el instituto y giramos por la calle más cercana a la garriga y al final me parece vislumbrar una escapatoria. No me lo pienso dos veces y al poco estamos ya saltando una rejilla, el sendero continua hacia abajo pasando muy cerca del castillo, estamos tentados de llegar a él pero continuamos con la exploración que por contra no nos lleva muy lejos, creo que a una torre eléctrica, lo que hace que volvamos sobre nuestros pasos, cuesta arriba, claro.
Unos cientos de metros más lejos y circulando por una calle en dirección contraria me parece reconocer algo conocido entre las casas, es el carrer de sa Garriga, por donde deberíamos haber llegado si hubiéramos venido por Son Orlandis y perdemos otro rato circulando por el camí de Can Rafel para explicarle a Joan la situación, cosa que no parece convencerle mucho ya que prácticamente llevamos media ruta viendo los mismos caminos en los dos sentidos, es lo que tiene no saber donde vas. De vuelta enganchamos un sendero que une esta calle con el camí vell de Sant Jordi, una de las excusas de la salida. Encontrado y disfrutado a la primera, ése no hubo que volver atrás.
Hacemos casi toda la bajada por la pistorra hasta que nos metemos por el desvío y llegamos a la misma barrera por la que pasé yo yendo solo, y no hay otra, he buscado por las inmediaciones y es ésa por lo que si queremos llegar con alguna garantía de éxito (ràpido y cómodo) a Puntiró hay que enfilar bien la dirección desde el principio, no diré que el gps sea estrictamente necesario pero ayudaría a no perder el tiempo. De todas maneras ahí se acabó la excursión, había que volver y habría que hacerlo por carretera a todo correr al menos hasta s'Hostalot, después ya más calmadamente por las urbanizaciones pero con el tiempo justo para no llegar de nit fosca.
Hice el track de la salida y me salen 45 km que habrá que recorrer en menos de tres horas y media si queremos acabar con algo de luz, creo que es factible, el jueves que viene podemos ir a comprobarlo, si alguno se ve capaz de hacerlo, que se presente ya sabe donde, y si no lo sabe que use el contacto que hay más arriba.