Lluc non-stop

Hay veces en que ya el lunes mismo estoy cavilando con alguna ruta o paseo por alguna zona en concreto pero esta semana no ha sido así, pasaban los días y no me aparecía en mente ningún lugar con el suficiente tirón como para engancharme con el ímpetu necesario para perder al menos algo de tiempo en montar una ruta en condiciones, otra veces me ha pasado y lo voy dejando casi hasta el último suspiro, y algunas veces ni eso, salgo sin rumbo fijo variándolo a medida que van pasando los minutos, suele salir algo pero no es cuestión de ir tentando la suerte de esta manera.

Pero el viernes por la noche (tarde-noche como se suele decir con tal de no emplear el sustantivo correspondiente) algo empezó a clarear en mi hoja de ruta, ¿porqué no ir a Lluc? Y como no vi impedimento alguno que me recomendara lo contrario, iría. Suele ser habitual empezar desde Caimari o Pollença siempre que queramos hacerlo rodando, es decir, montados, es lo normal, dejaremos de lado pues otras opciones que implican aproximaciones más peliagudas. Y acto seguido me preguntaba porqué no empezaba desde Caimari y subía por Pollença, creo que es un recorrido que nunca he hecho, de facto es un porrón (bueno, muchos) de kilómetros por asfalto que pueden deslucir un poco el sentido de una ruta pura mtb pero como tampoco tenía que dar explicaciones ni convencer a nadie (tuve deserciones de última hora) pues adelante.

La primera parte debía ser Caimari-Binibona-Campanet-Pollença pero ni siquiera pasé por Binibona ya que en alguna calle me fui por donde no debía pero ni así te puedes equivocar, el rumbo es claro. Me cansé de saludar a ciclistas con los que me cruzaba, todos ellos muy felices de poder rodar en esas condiciones inmejorables y con muy poco tráfico por esa carretera de tercer orden y yo también, no lo voy a negar. Otra cosa es la que se dirige a Pollença, mucho más ancha pero con mucho más tráfico también aunque a casi todos los grupos los vi circulando por el arcén y en fila menos algunos tontolabas que yendo solo tres uno de ellos tiene que ir en paralelo y quejándose de lo cerca que le pasan los coches, y a esos sí los entendía, quizás le guste pensar que sus herederos podrán decir que él sí circulaba correctamente, que la culpa fue del otro.

Llego al pueblo y en lugar de circunvalarlo lo atravieso y como era de esperar doy bastantes vueltas al no conocerlo pero consigo aparecer cerca del puente romano y aún así vuelvo por carretera a la rotonda para tener marcado el itinerario de principio a fin. Ya en este momento se me había ocurrido hacer la siguiente prueba, llegar a Lluc sin parar aunque he de reconocer que esta primera parte no tiene mucho sentido planteársela debido a la poca uniformidad del trayecto, se empieza por caminos asfaltados hasta el puente donde sí paré unos minutos por pura necesidad fisiológica (comer, beber y lo otro); le sigue un tramo empedrado entre paredes pero llega un punto que tienes que salir a la carretera donde es mucho mejor circular por el asfalto que continuar por el peralte aunque se puede pero te vas encontrando obstáculos, como señales de tráfico o algún paso subterráneo. Me pasé de largo el botador que te envía al otro lado de la rejilla y volví atrás, es en ese tramo donde pasas por el torrente y me encuentro un cartel plastificado donde advierte de un tramo en malas condiciones, en PERMANENTES malas condiciones debería decir, ¿tanto cuesta poner una pasarela? Que no son más que cuatro troncos y un par de postes, hombre!!!. más adelante otro letrerito advirtiendo del peligro cuando hay torrentada, y la salida del torrente, un primor, menos mal que es el GR, le sigue, eso sí, el tramo más bonito del camino hasta llegar al pi de Son Grúa donde empieza de nuevo el asfalto hasta la cuesta cementada donde se encontraba la famosa barrera que cortaba el paso a todo quisqui, después continúa como camino de carro hasta Binifaldó.

La primera parte, la de las curvas a 180º, preciosa, sin mucha pendiente y prácticamente siempre a la sombra, no le puedo poner ninguna pega. Al llegar a los terrenos de Muntanya hay que parar sí o sí para abrir la barrera y continuar por la zona de marjades sin la protección solar que veníamos gozando pero a partir de la otra barrera se van alternando luces y sombras otra vez. No me encontré a nadie circulando en todo el camino, tan solo senderistas o algunos corredore-as. Llego a la barrera de Binifaldó que me toca abrir y sin parar sigo ruta, en las casas había gente, cero ciclistas y tomo el asfalto por lo de grabar la traza de principio a fin aunque sí cojo algunos ramales por fuera del asfalto hasta la barrera de la carretera que vuelvo a abrir obligándome a tener que bajar de la bici, el resto hasta Lluc lo hago directo ya que no hay obstáculo en la entrada del campo de fútbol y paso de liso.

Objetivo conseguido si no tenemos en cuenta las paradas obligadas para abrir barreras, llegar a Lluc de una tirada y sin cambiar de plato, me ha gustado este mini-reto. Me tengo merecido pues algo de descanso al sol y en los bancos de la plaza se está muy bien a esa hora. Veo muchas bicis y pocos ciclistas, solamente algunos que hacen lo mismo que yo cerca de mí y otros que juegan con los móviles, y tampoco hay mucha gente, la verdad, se está bastante tranquilo. Pero no voy a estar todo el día, hay que largarse aunque no sé la hora que es, pero hay que irse y lo haré por el otro camí vell y así llegaré a mi punto de inicio directamente. Empezaré subiendo desde la font Cuberta por asfalto donde están en obras (o estaban, al parecer hay lío con esa obra) y desde el mismo coll de sa Batalla me meteré ya en faena. Allí sí hay ciclistas congregados dándose un homenaje, ellos tienen más tiempo que yo y les dejo allí con sus batallas, nunca mejor dicho.

Primera parte en subida hasta la bretxa vella y a partir de allí descenso puro y duro. Veo que han quitado la barrera que estaba ahí y puedo continuar recto hasta el desvío de la Coveta Negra donde están dos bikeros arreglando un pinchazo, van con dos Orbeas y es el tercero de la jornada según me cuentan, como parece ser que lo tienen dominado me voy para abajo y en las rectas finales, zas, llantazo, el segundo mío en una semana, esta cubierta trasera está pidiendo la sustitución a grito pelado, cambio y antes de salir llegan los dos compañeros de arriba y veo que además de la cubierta ha petado el buje y los pedales van solidarios con la rueda, parece de risa pero hay que ir con mucho cuidado en esas situaciones, si se te engancha el pie la hostia puede ser de campeonato, eso contando que no te lo arranque de cuajo, no he visto nada en las noticias, debió llegar sano y salvo.

No hago más de cien metros y otro llantazo, vuelta a cambiar y no sé qué puñetas hice al meter la rueda que me quedé sin freno de atrás y tuve que hacer el resto por carretera para asegurar, un final de ruta que no me merecía evidentemente y que me sacó un poco del horario, y de quicio también, pero vamos, dejémoslo en el apartado del anecdotario y ya está bien, nos quedamos con lo bueno que no fue poco. Cuándo repetimos?


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