Hace un tiempo, desde una salida por la Comuna, creó recordar que fue por la tarde, se intentó buscar el camino que sube hacia el Puig des Coll des Jou. En esta ocasión hemos salido de Palmanyola para llegar a Bunyola a través de algunos caminos de campo. Enfilamos hacia el Coll d'Honor, desviándonos por un camino lateral que serpentea cerca de la carretera por las minas de Son Creus. Una vez superado el coll, podremos buscar la entrada en los terrenos que tenemos a mano izquierda más conveniente ya que el camino que nos interesa tiene su salida natural a la carretera cerca de Orient, pero está cerrada con unas barreras.
Dado que estas barreras son difíciles de atravesar y accedemos a un campo abierto estando fácilmente localizados, lo intentamos desde más atrás, rodeando las casas de es Pujol por el interior del bosque donde es más difícil que nos vean. Una vez en el Camp d'en Llinàs estamos al descubierto pero ya muy lejos de las casas. Tomamos el camino de carro por el interior del olivar, en algunos tramos cementado, a través de la ladera cultivada, ganando altura rápidamente. Uno de los desvíos de esta pista, a mano derecha, es el tramo final del recorrido por el Pas de na María. Pero eso será otra historía.
Los mejores tramos se encuentran sobrepasada esta zona, ya en el Bosc de Son Palou, aunque también son los más complicados, ya que es difícil seguir la trazada por las rodadas del camino, que se mantienen limpias de piedras, pero son muy estrechas. Seguramente no lo recorreremos de una tacada pero es bastante practicable. Acaba nuestro recorrido por él en un rancho de carbonero, con todos los elementos característicos de esos lugares, sitja, barraca y forn de calç, ya que desde allí tomamos un desvío señalizado en una roca hacia el Coll des Jou. El camino, ahora sendero, no es ciclabe, pero nos permitirá disfrutar de unas vistas inmejorables del valle de Orient. Le sigue un tramo muy empinado. Sobrepasado este nos deja sobre unas planícies, final de la cresta de la Serra d'Alfàbia, donde se divide en dos en este lugar, donde creo que tenemos una de las mejores vistas de Mallorca.
Altas crestas a ambos lados, más accesibles las de la izquierda, con el Cornador Gran como punto final, pero aún lo bastante lejos como para transportar la bicicleta hasta allí. Las de la derecha conforman un murallón insalvable. En el centro un comellar anchísimo impresionante, con el Puig de l'Ofre creo que en su imagen más espectacular. Lástima que no haya un camino definido de bajada dificultando mucho el carrizo y los arbustos con púas el descenso, pero vale la pena el paseo. En su parte baja vamos a buscar el sendero de bajada del Cornador para cruzar el torrente cerca de la barrera de l'Ofre. Ha sido en ese tramo donde, al pasar cerca de una rejilla, he enganchado el manillar, girándose y golpeándome en la rodilla; y me ha dolido.
Al llegar al torrente he optado bajar por el Barranc ya que no quería finalizar tan tarde la ruta original de Pepe, que era llegar hasta Tossals Verds y volver por Lloseta. Como la salida era sorpresa, nadie sabía dónde íbamos y yo ya había decidido de antemano mi hora de vuelta; y aunque en un primer momento otros también querían volver por Sóller, al final, después de las deliberaciones pertinentes, han optado por continuar hacia Tossals.
Habría valido la pena, si lo hubiéramos sabido, llegar hasta Sóller para deambular un poco por las calles, ya que se celebraba estos días la Fira de s'Oli i sa Mel, muy concurrida. Después de ir a saludar a la familia afronto la subida por carretera. Al empezar a subir el Coll de Sóller me ha pasado el grupo de los Blando, a los cuales he confundido en un primer momento con los Bananas (espero que no me tengan en cuenta este lapsus imperdonable), con los cuales había salido una vez. Allí mismo nos hemos despedido ya que están en otro nivel. Y por mi parte he subido sin forzar ya que el estado de mi rodilla no me permite esfuerzos. Ha ido bien, pero he notado pinchazos en la bajada.
A día de hoy, domingo, podría hacer un parte de baja bastante largo. Me han salido raspaduras en ambas piernas, golpes en un pulgar y ambos codos y la rodilla izquierda hinchada. Tuve alguna caída en el carrizo bajando a l'Ofre y me debí golpear sin enterarme. Espero que no se complique nada y solo sean contusiones.
Revisando los mapas me he dado cuenta de que se podría hacer una buena ruta teniendo como primera parte la que recorrimos y la vuelta con diversas opciones: Barranc de Biniaraix, que entre pitos y flautas acabé a las tres; Tunels de Aumedrà y vuelta por Solleric y Orient o, la más larga, por la Font des Prat, Tossals Verds y Solleric. Desde luego, cualquiera es muy apetecible, siempre y cuando esté decidido el recorrido de antemano y no se deje nada a la improvisación, ya que para algunos eso puede suponer un serio inconveniente.
Dado que estas barreras son difíciles de atravesar y accedemos a un campo abierto estando fácilmente localizados, lo intentamos desde más atrás, rodeando las casas de es Pujol por el interior del bosque donde es más difícil que nos vean. Una vez en el Camp d'en Llinàs estamos al descubierto pero ya muy lejos de las casas. Tomamos el camino de carro por el interior del olivar, en algunos tramos cementado, a través de la ladera cultivada, ganando altura rápidamente. Uno de los desvíos de esta pista, a mano derecha, es el tramo final del recorrido por el Pas de na María. Pero eso será otra historía.
Los mejores tramos se encuentran sobrepasada esta zona, ya en el Bosc de Son Palou, aunque también son los más complicados, ya que es difícil seguir la trazada por las rodadas del camino, que se mantienen limpias de piedras, pero son muy estrechas. Seguramente no lo recorreremos de una tacada pero es bastante practicable. Acaba nuestro recorrido por él en un rancho de carbonero, con todos los elementos característicos de esos lugares, sitja, barraca y forn de calç, ya que desde allí tomamos un desvío señalizado en una roca hacia el Coll des Jou. El camino, ahora sendero, no es ciclabe, pero nos permitirá disfrutar de unas vistas inmejorables del valle de Orient. Le sigue un tramo muy empinado. Sobrepasado este nos deja sobre unas planícies, final de la cresta de la Serra d'Alfàbia, donde se divide en dos en este lugar, donde creo que tenemos una de las mejores vistas de Mallorca.
Altas crestas a ambos lados, más accesibles las de la izquierda, con el Cornador Gran como punto final, pero aún lo bastante lejos como para transportar la bicicleta hasta allí. Las de la derecha conforman un murallón insalvable. En el centro un comellar anchísimo impresionante, con el Puig de l'Ofre creo que en su imagen más espectacular. Lástima que no haya un camino definido de bajada dificultando mucho el carrizo y los arbustos con púas el descenso, pero vale la pena el paseo. En su parte baja vamos a buscar el sendero de bajada del Cornador para cruzar el torrente cerca de la barrera de l'Ofre. Ha sido en ese tramo donde, al pasar cerca de una rejilla, he enganchado el manillar, girándose y golpeándome en la rodilla; y me ha dolido.
Al llegar al torrente he optado bajar por el Barranc ya que no quería finalizar tan tarde la ruta original de Pepe, que era llegar hasta Tossals Verds y volver por Lloseta. Como la salida era sorpresa, nadie sabía dónde íbamos y yo ya había decidido de antemano mi hora de vuelta; y aunque en un primer momento otros también querían volver por Sóller, al final, después de las deliberaciones pertinentes, han optado por continuar hacia Tossals.
Habría valido la pena, si lo hubiéramos sabido, llegar hasta Sóller para deambular un poco por las calles, ya que se celebraba estos días la Fira de s'Oli i sa Mel, muy concurrida. Después de ir a saludar a la familia afronto la subida por carretera. Al empezar a subir el Coll de Sóller me ha pasado el grupo de los Blando, a los cuales he confundido en un primer momento con los Bananas (espero que no me tengan en cuenta este lapsus imperdonable), con los cuales había salido una vez. Allí mismo nos hemos despedido ya que están en otro nivel. Y por mi parte he subido sin forzar ya que el estado de mi rodilla no me permite esfuerzos. Ha ido bien, pero he notado pinchazos en la bajada.
A día de hoy, domingo, podría hacer un parte de baja bastante largo. Me han salido raspaduras en ambas piernas, golpes en un pulgar y ambos codos y la rodilla izquierda hinchada. Tuve alguna caída en el carrizo bajando a l'Ofre y me debí golpear sin enterarme. Espero que no se complique nada y solo sean contusiones.
Revisando los mapas me he dado cuenta de que se podría hacer una buena ruta teniendo como primera parte la que recorrimos y la vuelta con diversas opciones: Barranc de Biniaraix, que entre pitos y flautas acabé a las tres; Tunels de Aumedrà y vuelta por Solleric y Orient o, la más larga, por la Font des Prat, Tossals Verds y Solleric. Desde luego, cualquiera es muy apetecible, siempre y cuando esté decidido el recorrido de antemano y no se deje nada a la improvisación, ya que para algunos eso puede suponer un serio inconveniente.
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