A continuación el camino atraviesa unas rotes, sorteando muros donde no se puede decir que exista un trazado muy claro, pero tiene alguna marca. Al otro lado, justo al entrar en el bosque, está la fuente con un grifo, lo cual se agradece. Tramo de sendero rapidito, donde alguien tuvo un vuelo rasante sin bicicleta (creo que fué en ese tramo si no me equivoco), sin consecuencias. Empalma en un camino de carro de lo mejorcito que he visto; en muy buenas condiciones, sin una piedra. Éste tiene un desvío a la derecha que vuelve a Deià, aunque eso nos enteramos después, que era el centro de la polémica. Es decir, si continuábamos por la izquierda llegaríamos a Can Prohom por itinerario conocido, y por ende, afrontar la subida al Racó d'en Barona por las nuevas rampotas cementadas, opción que a los que la habían realizado, les producía verdadero pavor.
Como la opción “a la descubierta” no la descartaba ninguno con un no rotundo iniciamos la exploración. Como éramos pocos y no teníamos problemas de horario, no se plantearon pegas importantes para afrontar la nueva ruta. Hay que recalcar que gracias a que Tomeu se trajo los mapas se iban atenuando ciertas dudas; de lo contrario, creo que se habría optado por lo seguro. Después de las primeras rampas encontramos una rejilla paralela con un botador. Había tres excursionistas comiendo cerca y nos informaron de las posibilidades a seguir: continuar recto hacia la pared y subir. Por la vista que teníamos iba a ser de las buenas. Creo que al final alguno la habría cambiado por las rampas de cemento.
He de decir que uno de los excursionistas creía que veníamos de la izquierda, es decir, directamente desde Deià sin pasar por la fuente. El camino también comparte la subida cementada con el anterior y parece que sube más empinado pero es más directo. JoseFibras comentó que quizás lo hubieran hecho de bajada. La subida tiene algunos problemas de orientación al principio debido a la falta de señalización pero, una vez encontradas los hitos no tiene pérdida, ascendiendo al coll entre el Puig des Moro y Sa Galera. Reagrupamiento, consumo de las últimas calorías, consulta de mapas y tiramos hacia abajo, ya que ese punto es el incio del Torrent dels Cinc Ponts, por donde toca descender durante un tramo, hasta encontrar una pista teóricamente en buenas condiciones, tras sobrepasar algunos ranxos de carboner.
El camino de carro en buenas condiciones no es tal; está invadido por la vegetación, tiene algunos troncos atravesados y se nota su falta de uso actual, aunque permite bajar con alguna precaución. Finalmente llegamos al camino principal, pudiendo optar por seguir descendiendo, en este caso por las rampas cementadas; o enfilar hacia el Coll de Sóller. El camino por donde hemos bajado está señalizado como “Sa Galera”. Tras algunos zigzags llegamos al mirador y confirmé que era el mismo que yo había recorrido hace años y el motivo de polémica durante varios días. Antes de las curvas vimos un desvío a la izquierda que debe ser por donde bajé hacía Sóller, a través de un paso no visto en los mapas. El camino hasta la carretera prácticamente es todo bajada y levantó la moral del personal, aunque no se puede decir que esté en perfectas condiciones. Además la vegetación de carrizo te puede dar alguna sorpresa ocultándo las piedras.
Hubo cónclave antes de acceder a la carretera ya que se nos habían hecho las cuatro. Había hambre, sed y cansancio. Algunos hasta habían perdido la suela de las zapatillas. Decisión unánime: comer en el restaurante del coll tras descartar el menú en Palmanyola y otras opciones que dejaré en el secreto de sumario, y tratar de llegar a Valldemossa con los restos. He de comentar que ello fue posible gracias a los compañeros porque a algunos se nos olvidó llevar dinero y tuvimos que recurrir al préstamo. Tras el ágape la vuelta a Valldemossa fué un poco menos traumática, aunque hubo que poner empeño.
En resumen, muy buena salida donde no hubo percances graves, aunque alguno leve, afortunadamente sin consecuencias; ni averías, sólo algunos tornillos aflojados; ni pinchazos. Conocimos tramos nuevos, que darán pie a nuevas variantes y aunque algunos integrantes de la salida no son muy habituales, supieron dar la talla en todo momento.
La opción final que se había barajado en un principio, es decir, volver a Valldemossa por el Teix, desde la embotelladora, no la descarto para un futuro, si podemos acortar un poco el trayecto desde Deià al Racó d'en Barona pero, eso sí, sin darse el atracón en el coll, sino comiendo más ligero mucho antes, que no me seduce hacer la digestión subiendo las rampas del Teix.
Como la opción “a la descubierta” no la descartaba ninguno con un no rotundo iniciamos la exploración. Como éramos pocos y no teníamos problemas de horario, no se plantearon pegas importantes para afrontar la nueva ruta. Hay que recalcar que gracias a que Tomeu se trajo los mapas se iban atenuando ciertas dudas; de lo contrario, creo que se habría optado por lo seguro. Después de las primeras rampas encontramos una rejilla paralela con un botador. Había tres excursionistas comiendo cerca y nos informaron de las posibilidades a seguir: continuar recto hacia la pared y subir. Por la vista que teníamos iba a ser de las buenas. Creo que al final alguno la habría cambiado por las rampas de cemento.
He de decir que uno de los excursionistas creía que veníamos de la izquierda, es decir, directamente desde Deià sin pasar por la fuente. El camino también comparte la subida cementada con el anterior y parece que sube más empinado pero es más directo. JoseFibras comentó que quizás lo hubieran hecho de bajada. La subida tiene algunos problemas de orientación al principio debido a la falta de señalización pero, una vez encontradas los hitos no tiene pérdida, ascendiendo al coll entre el Puig des Moro y Sa Galera. Reagrupamiento, consumo de las últimas calorías, consulta de mapas y tiramos hacia abajo, ya que ese punto es el incio del Torrent dels Cinc Ponts, por donde toca descender durante un tramo, hasta encontrar una pista teóricamente en buenas condiciones, tras sobrepasar algunos ranxos de carboner.
El camino de carro en buenas condiciones no es tal; está invadido por la vegetación, tiene algunos troncos atravesados y se nota su falta de uso actual, aunque permite bajar con alguna precaución. Finalmente llegamos al camino principal, pudiendo optar por seguir descendiendo, en este caso por las rampas cementadas; o enfilar hacia el Coll de Sóller. El camino por donde hemos bajado está señalizado como “Sa Galera”. Tras algunos zigzags llegamos al mirador y confirmé que era el mismo que yo había recorrido hace años y el motivo de polémica durante varios días. Antes de las curvas vimos un desvío a la izquierda que debe ser por donde bajé hacía Sóller, a través de un paso no visto en los mapas. El camino hasta la carretera prácticamente es todo bajada y levantó la moral del personal, aunque no se puede decir que esté en perfectas condiciones. Además la vegetación de carrizo te puede dar alguna sorpresa ocultándo las piedras.
Hubo cónclave antes de acceder a la carretera ya que se nos habían hecho las cuatro. Había hambre, sed y cansancio. Algunos hasta habían perdido la suela de las zapatillas. Decisión unánime: comer en el restaurante del coll tras descartar el menú en Palmanyola y otras opciones que dejaré en el secreto de sumario, y tratar de llegar a Valldemossa con los restos. He de comentar que ello fue posible gracias a los compañeros porque a algunos se nos olvidó llevar dinero y tuvimos que recurrir al préstamo. Tras el ágape la vuelta a Valldemossa fué un poco menos traumática, aunque hubo que poner empeño.
En resumen, muy buena salida donde no hubo percances graves, aunque alguno leve, afortunadamente sin consecuencias; ni averías, sólo algunos tornillos aflojados; ni pinchazos. Conocimos tramos nuevos, que darán pie a nuevas variantes y aunque algunos integrantes de la salida no son muy habituales, supieron dar la talla en todo momento.
La opción final que se había barajado en un principio, es decir, volver a Valldemossa por el Teix, desde la embotelladora, no la descarto para un futuro, si podemos acortar un poco el trayecto desde Deià al Racó d'en Barona pero, eso sí, sin darse el atracón en el coll, sino comiendo más ligero mucho antes, que no me seduce hacer la digestión subiendo las rampas del Teix.
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