Massanella per Tossals

Tomeu tenía la intención de volver a coronar la segunda montaña más alta de Mallorca y convocó el evento en su página. Inmediatamente secundé la idea pero me puse una condición: no subir al geodésico, o mejor dicho, la cumbre, porque el geodésico ya no está. O sea que tracé un plan alternativo que consistiría en realizar una “dos caras” pero al revés. A pesar de intentar convencerme para realizar el recorrido que tenían pensado no lo lograron ya que se pretendía repetir la ruta directa que realizaron tres de ellos. Y va en plan de escalada y pasos aéreos muy comprometidos.

Pero ese era solamente el primer punto crítico; el segundo es el descenso mismo. Un sendero de nevaters, cuando lo hay, ya que las cases de neu se encuentran situadas en un altiplano, el Pla de sa neu, a los pies de la cumbre, o cumbres, del Puig Major de Massanella. Se encuentra muy deteriorado, utilizado hoy en día lógicamente con fines excursionistas, ya que la actividad defabricación de hielo en altura cesó hace muchos años. No tiene ningún tipo de mantenimiento, tan solo algunos mojones indicadores colocados por el Fomento de Turismo señalando varios itinerarios en esa zona, en concreto un desvío que nos llevará hasta la Font de s'Avenc.

Como no quería ser la única nota discordante en ese sentido le comenté la posibilidad de dividir la ruta según las apetencias y fuerzas de cada uno. Unos para arriba y los demás hacia Comafreda. Cuando me lo hubo confirmado me apunté. Por otro lado no podía perdérmela, ha sido la última? del año y un buen puñado de amigos se habían apuntado. ¿Cómo iba a faltar?. Aunque desde aquí envío un abrazo a los que, por diversas razones, no han podido venir, pero que seguro que lo hubieran hecho si hubieran podido. También a aquellos que no han querido venir pero que con toda seguridad volverán.

En total, diecisiete a la hora de la salida. Diecinueve en el refugio de Tossals, después de que Pepe y Crop nos alcanzaran, aunque seguro que Crop hubiera preferido subir con nosotros que con él. A partir de allí empieza el pateo-rodar (poco)-pateo hasta la Font des Prat. Ha habido diversos pasos del torrente, algunos fallidos, cada vez más complicados si contamos la lluvia de pedruscos del final.

A partir de la Font des Prat me ha sorprendido gratamente comprobar que se puede ciclar durante un buen tramo, prácticamente hasta el final del bosque, aunque no es fácil, pero lo recordaba más dificultoso, aunque ese día no iba muy fino que digamos. Tampoco ha influido casi nada que en varios tramos bajara un hilo de agua; no mucha, pero sí la suficiente para acabar de mojarme el interior de los zapatos.

Al final de la última cuesta del bosque ha habido reagrupamiento para esperar a algunos más rezagados que yo y se ha aprovechado para comer algo y relajar mente y músculos (sobretodo faciales) con un buen surtido de bromas variadas. Después viene un tramo agradecido ciclable y luego a empujar hasta arriba sin parar, donde los de cabeza se han distanciado bastante. Ni me había dado cuenta de dónde estaban enfrascado de cháchara con Wiro. Supongo que algunos estaban cavilando sobre qué hacer cuando llegaran al desvío del sendero que rodea los peñascales de la cumbre; yo como iba a bajar a Comafreda lo tenía claro. Lo que no sabía es quienes iban a hacerlo conmigo. En principio Nando y JoanVL, aunque a éste lo he visto metido en el otro grupo. Quizás ha pensado que como no había escalada sería todo mucho más fácil. No he vuelto a verle porque no se ha quedado a la comida final. Se lo preguntaré en cuanto lo vea ya que no está inscrito en la lista de correo.

Wiro, que iba a escalar, al final no ha ido; Juantrans, que no lo vió claro en el Pas de sa Rata, no se iba a arriesgar a que fuera algo peor; Sacarino menos aún. Albert tampoco estaba por la labor. Crop, que iba medio fundido, tampoco subiría. Y estoy seguro de que ha sido un acierto porque la mayoría ha disfrutado de lo lindo. No todo el mundo, por supuesto, sería utópico, entran en juego demasiados factores individuales, pero si casi todos. Yo al menos hoy he disfrutado mucho más de lo normal y todavía no sé exactamente porqué.

En primer lugar era una bajada inédita para mí y para todos excepto Nando ya que la única vez que hice la subida en el sentido de hoy nos desviamos por el Galileo. En subida sí lo he hecho varias veces pero no es lo mismo. Yo creo que la bici me ha respondido muy bien (o yo a ella, o las dos cosas). Con la cubierta delantera nueva, la Geax Sturdy, se ha pegado al suelo y aunque el firme está salpicado de piedras sueltas se ha comportado muy bien. La horquilla ha mejorado bastante en su respuesta después de aumentar la presión del aire y variar un poco el rebote y he podido soltarme un poco más de lo normal ya que me encontraba muy confiado, aunque iba un poco justo de frenos, con las pastillas en las últimas.

Cerca de la Font de s'Hort nos hemos reagrupado para tirar en silencio para arriba. Se me ha hecho larga la subida a la que le calculaba un kilómetro más o menos sin poder engranar el último piñón, aunque solamente tiene unas cuantas rampas empinadas; lo demás es bastante soportable. Me ha recordado a la pista de subida hacia las casas del Rei Sanxo. Tras varios intentos de contacto telefónico fallidos con el grupo cimero y cruzarse un todoterreno con alguien que no era el guarda (menos mal), nos hemos ido hacia abajo a toda mecha. Menuda bajada! la he disfrutado a tope. Lástima que no haya quedado ninguna constancia gráfica del evento pero creo que ninguno de nosotros la echará en falta.

Para mí no podría haber sido mejor final de año.


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