La última vez (y única) que bajé por el Mirador de sa Rassa (en aquella ocasión comenté lo del nombre, como no hay consenso se empleará uno u otro, según sople el viento) me quedé con las ganas de averiguar que tal sería el ramal del camino que se dirige hacia las casas de la Font Figuera. Hoy lo hemos comprobado. Como eso sería corto había pensado en subir a la Comuna por la vertiente por la que normalmente bajamos, es decir, hacia el Coll de Sant Jordi. A falta de alguna propuesta de salida ésa fue mi decisión para este sábado.
Como había algunos tramos desconocidos quedé con Juan y Carlos a las ocho y media en Valldemossa para darnos un poco más de márgen para el error, que los habría. Y no tardarían en llegar aún antes de salir del asfalto. Quise reparar el eslabón que se me había abierto en la última salida y me pareció que lo había logrado pero no ha durado ni cinco minutos. Tras reparar salimos hacia la Font de s'Abeurada para coger el camino de carro que nos lleva hacia Son Moragues. Mi intención era ir recorriendo el interior del bosque para salir directamente en la carretera de la ermita pero no ha sido posible ya que hemos bajado más de la cuenta hasta llegar al estanque circular. Ahí hemos visto que están construyendo un camino muy ancho hasta con palas excavadoras. Un tipo que ha venido en sentido contrario, sin ni siquiera darnos los buenos días, nos ha leído la cartilla y ha seguido su camino aunque yo creo que no era ni siquiera de la finca. Así y todo hemos optado por bajar toda la pista hasta desembocar cerca de las casas adonde nos hemos dirigido y lo hemos visto todo patas arriba y me ha extrañado porque tenía entendido que allí había un restaurante. En una casa anexa había un obrero al que le he preguntado cómo llegar a la ermita y me ha enviado hacia la carretera, no sin antes ofrecerme agua de una fuente cercana. Muy simpático el magrebí, desde luego más que el paisano de la barrera de arriba. Le he preguntado por lo del restaurante y parece que la propiedad ha cambiado de dueños y están de reformas. Primer punto de la ruta, fiasco.
Un poco de carretera y para arriba, hasta la ermita y más allá, hasta las viejas. Un paseo. Y después del aperitivo, la bajadita hacia el Mirador des Tudons. Rápida, divertida y sin complicaciones. Para abrir boca. Volvemos a la carretera principal y recorremos medio kilómetro aproximadamente hasta el desvío del camí vell de s'Estaca. Rec en marcha y para abajo. El primer tramo que era el que recordaba más difícil lo he pasado bien pero en cambio en el segundo, mucho más revirado, atasco en las curvas. Es lo que hay. De esta guisa hemos llegado al Mirador de sa Rassa donde iba a empezar la exploración del nuevo itinerario. Juan no lo veía nada claro y Carlos no opinaba. Lo que en un principio prometía pronto ha derivado en un caos de piedras y árboles caídos que no han hecho más que complicar la situación. Pero aún podía empeorar y vaya si lo ha hecho porque además de desaparecer el camino arrasado por las rossagueres hemos desembocado en una selva de la que ha sido muy difícil salir. Lo que puede llegar a convertirse un olivar abandonado.
Bueno, una vez reagrupados en el Camí de ses Vinyes nos dirigimos hacia la carretera de la Marina para remontar los cuatro kilómetros de ascensión hasta la carretera principal. Parada en la meta (km. 1) para esperarlos y merendar un poco tras lo cual comprobamos que Carlos ha pinchado, subiendo y por asfalto, que ya es decir. Cámara nueva y a seguir aunque le surgen dudas y sin un poco de “apoyo” por mi parte seguro que habría abandonado al llegar al pueblo. Logro convencerlo de hacer la subida corta a la Comuna para volver a bajar enseguida. Ni sabe de lo que le hablo y por tanto, asiente. Juan pues más o menos igual, eso quiere decir, vía libre. O sea que sin parar en el pueblo empezamos la subida por el camino de carro que pasa por la casa de neu, que era uno de los objetivos del día, comprobar cuánto se podría subir montado y grata sorpresa, prácticamente todo, y con un poco de fe, todo.
En la zona del aujub tuve un lapsus porque hay un ramal que viene de arriba y creía que era la bajada que solemos hacer, pero no, un poco más adelante está la barrera, aunque no a la vista. Por ahí bajaba un excursionista pero su acento extranjero me aconsejó no preguntarle nada, pero sí lo hice a otro que subió por el primer ramal. Me habló de varias cosas que no me aclararon nada la situación por lo que se hará necesario ir a verlo por uno mismo. Otro día. Por hoy nos bastará la bajada por el GR. Por cierto, ha desaparecido el poste.
Carlos preguntaba qué tal era aunque sus opiniones las podéis oír en el video adjunto y como podréis comprobar también, mi técnica es muy mejorable. En estos sitios revirados y estrechos me falta espacio para maniobrar, aunque en teoría haya el suficiente. Yo diría que es consecuencia de llevar una mala postura pero puede ser combinación de diversos factores, todos negativos, por supuesto, pero el buen ambiente que no falte.
En resumen, salida fastidiada (entre comillas) por la exploración de varios tramos de los que no salió nada positivo pero que había que hacerlos algún día para averiguarlo pero también recompensado en otros. Yo creo que la semana que viene se podría ir a hacerla como estaba pensado en un principio, llegando hasta el Coll de Sant Jordi y volver. Da tiempo para eso y seguro que algo más.
Como había algunos tramos desconocidos quedé con Juan y Carlos a las ocho y media en Valldemossa para darnos un poco más de márgen para el error, que los habría. Y no tardarían en llegar aún antes de salir del asfalto. Quise reparar el eslabón que se me había abierto en la última salida y me pareció que lo había logrado pero no ha durado ni cinco minutos. Tras reparar salimos hacia la Font de s'Abeurada para coger el camino de carro que nos lleva hacia Son Moragues. Mi intención era ir recorriendo el interior del bosque para salir directamente en la carretera de la ermita pero no ha sido posible ya que hemos bajado más de la cuenta hasta llegar al estanque circular. Ahí hemos visto que están construyendo un camino muy ancho hasta con palas excavadoras. Un tipo que ha venido en sentido contrario, sin ni siquiera darnos los buenos días, nos ha leído la cartilla y ha seguido su camino aunque yo creo que no era ni siquiera de la finca. Así y todo hemos optado por bajar toda la pista hasta desembocar cerca de las casas adonde nos hemos dirigido y lo hemos visto todo patas arriba y me ha extrañado porque tenía entendido que allí había un restaurante. En una casa anexa había un obrero al que le he preguntado cómo llegar a la ermita y me ha enviado hacia la carretera, no sin antes ofrecerme agua de una fuente cercana. Muy simpático el magrebí, desde luego más que el paisano de la barrera de arriba. Le he preguntado por lo del restaurante y parece que la propiedad ha cambiado de dueños y están de reformas. Primer punto de la ruta, fiasco.
Un poco de carretera y para arriba, hasta la ermita y más allá, hasta las viejas. Un paseo. Y después del aperitivo, la bajadita hacia el Mirador des Tudons. Rápida, divertida y sin complicaciones. Para abrir boca. Volvemos a la carretera principal y recorremos medio kilómetro aproximadamente hasta el desvío del camí vell de s'Estaca. Rec en marcha y para abajo. El primer tramo que era el que recordaba más difícil lo he pasado bien pero en cambio en el segundo, mucho más revirado, atasco en las curvas. Es lo que hay. De esta guisa hemos llegado al Mirador de sa Rassa donde iba a empezar la exploración del nuevo itinerario. Juan no lo veía nada claro y Carlos no opinaba. Lo que en un principio prometía pronto ha derivado en un caos de piedras y árboles caídos que no han hecho más que complicar la situación. Pero aún podía empeorar y vaya si lo ha hecho porque además de desaparecer el camino arrasado por las rossagueres hemos desembocado en una selva de la que ha sido muy difícil salir. Lo que puede llegar a convertirse un olivar abandonado.
Bueno, una vez reagrupados en el Camí de ses Vinyes nos dirigimos hacia la carretera de la Marina para remontar los cuatro kilómetros de ascensión hasta la carretera principal. Parada en la meta (km. 1) para esperarlos y merendar un poco tras lo cual comprobamos que Carlos ha pinchado, subiendo y por asfalto, que ya es decir. Cámara nueva y a seguir aunque le surgen dudas y sin un poco de “apoyo” por mi parte seguro que habría abandonado al llegar al pueblo. Logro convencerlo de hacer la subida corta a la Comuna para volver a bajar enseguida. Ni sabe de lo que le hablo y por tanto, asiente. Juan pues más o menos igual, eso quiere decir, vía libre. O sea que sin parar en el pueblo empezamos la subida por el camino de carro que pasa por la casa de neu, que era uno de los objetivos del día, comprobar cuánto se podría subir montado y grata sorpresa, prácticamente todo, y con un poco de fe, todo.
En la zona del aujub tuve un lapsus porque hay un ramal que viene de arriba y creía que era la bajada que solemos hacer, pero no, un poco más adelante está la barrera, aunque no a la vista. Por ahí bajaba un excursionista pero su acento extranjero me aconsejó no preguntarle nada, pero sí lo hice a otro que subió por el primer ramal. Me habló de varias cosas que no me aclararon nada la situación por lo que se hará necesario ir a verlo por uno mismo. Otro día. Por hoy nos bastará la bajada por el GR. Por cierto, ha desaparecido el poste.
Carlos preguntaba qué tal era aunque sus opiniones las podéis oír en el video adjunto y como podréis comprobar también, mi técnica es muy mejorable. En estos sitios revirados y estrechos me falta espacio para maniobrar, aunque en teoría haya el suficiente. Yo diría que es consecuencia de llevar una mala postura pero puede ser combinación de diversos factores, todos negativos, por supuesto, pero el buen ambiente que no falte.
En resumen, salida fastidiada (entre comillas) por la exploración de varios tramos de los que no salió nada positivo pero que había que hacerlos algún día para averiguarlo pero también recompensado en otros. Yo creo que la semana que viene se podría ir a hacerla como estaba pensado en un principio, llegando hasta el Coll de Sant Jordi y volver. Da tiempo para eso y seguro que algo más.