Cap Andritxol

Como la semana pasada no se realizó la salida prevista con Jauja decidimos volver a intentarlo este sábado. Todo iba según lo previsto cuando el viernes me levanto trastabillado, dolor de cabeza y malestar son los síntomas que padezco, peligra la ruta y a media mañana le llamo para advertirle de la situación y quedamos en que confirmaría asistencia a última hora según evolución. Llega la hora fijada y parece que he mejorado por lo que me atrevo a quedar en firme, de unos y otros sé más bien poco, uno me comunica que tampoco está para muchos trotes y que si está, está y si no está, no está. El otro definitivamente no está y del grupo no sé nada porque nada han anunciado y en esas estoy cuando recibo correo de Pepe requiriendo hora y lugar. Se lo doy y quedamos en la rotonda de Cala Fornells a las nueve, para que dé tiempo a los que vienen de fuera a recogerme.

Jauja se presenta con Rubén y Jaime y no sabe que viene Pepe así que cuando intenta convencerme de cambiar la ruta alegando motivos meteorológicos tengo que decirle que hay otros invitados para zanjar el tema rápido e irnos al punto de reunión para averiguar de una vez por todas quienes seremos; pues solamente son dos, Pepefz y Torito, los demás no aparecerán, así que presentados y saludados nos ponemos en marcha siguiendo un track que me agencié ayer. Como pude comprobar la semana pasada son muchas las variantes del Puig Gros para subir hasta arriba. Hoy hemos subido por la misma del otro día pero hemos bajado hasta el Caló d'en Monjo, no está lejos de Cala Fornells y es una muy buena alternativa para darse un baño cuando toque. La subida ha sido otro cantar, ciclable en un primer momento después se convierte en un sendero rocoso que de bajada me gustaría ver a alguno por allí (montado por supuesto) y que nos deja a los pies de la torre después de un corto pateo aunque los de Llucmajor opinaran lo contrario.

Después visita turística a la punta del Cap Andritxol y sus casi doscientos metros de desnivel en vertical que literalmente impresionan. Vuelta atrás para bajar por el camino ancho de acceso a este lugar, del castillo me han dicho que ya no es teutón sino ruso, tanto da. Lo que sí he podido comprobar es porqué la valla cruza tantas veces el camino (o al revés). Simplemente es que está colocada sobre la línea divisoria entre los municipios de Calvià y Andratx, entonces es el camino el que cruza de un lado a otro, ahora bien, la pregunta es ¿qué sentido tiene poner una valla hasta el mismo precipicio del acantilado? ¿Marcar territorio? Son ganas de crearse problemas innecesarios donde nunca los había habido.

Con la ensenada de Camp de Mar a nuestros pies y desde una distancia considerable podemos apreciar la envergadura del terreno urbanizado que muchas veces no sabemos apreciar a ras de superficie. Y mira que voy veces a Camp de Mar y no me lo imaginaba tan extenso, no solamente es la urbanización del golf, hotel aparte, sino todo el desparrame monte arriba invadiendo parte de la serra de Biniorella como pudimos bien comprobar después de atravesar el campo de golf y cambiar de vertiente. Para esa zona es para lo quería el track, para no liarme por la urbanización e ir directo hacia nuestro destino, y aún así, guiados por los GPS pudimos atajar por algunos senderos para salir del asfalto y dejar de ser el blanco de algunos capullos motorizados.

El final del asfalto coincide con una barrera con unos carteles disuasorios que nos invitan a darnos la vuelta pero al estar abierta más bien pregona lo contrario y no dudamos en continuar. Ese ramal va enlazando con varias casas de la zona, la primera está desierta; entre la primera y la segunda tenemos que afrontar una subida de las de verdad, es larga y con un desnivel importante, subimos en completo silencio y concentración, nadie quería ser el primero en poner pie a tierra y se notaba pero a base de pedalear y bastante pundonor todos llegamos arriba sin penalizar.

En la segunda casa hay gente y un perrillo que nos delata pero pasamos sin problemas. En la siguiente intersección giramos a la izquierda y damos un amplio rodeo antes de llegar a la barrera de la última casa, la cuarta, sobre los mismos acantilados de Cala Llamp. Estamos desubicados y helados porque el viento ruge con fuerza ahí arriba y además no hay posibilidad alguna de bajar con lo que no nos queda más remedio que volver atrás hasta la última intersección y enfilar correctamente la bajada pero no queremos acabar sin buscar antes una alternativa al asfalto que ya se encuentra próximo, y la encontramos en forma de bonito camino de carro que nos deja en la urbanización bastantes metros más abajo.

No hay para más, el ritmo que hemos llevado ha sido tranquilo y distendido, casi de turistas, saboreando cada pedalada y memorizando cada metro de esta isla escondida que aún nos sorprende al recorrerla, y volvemos a Camp de Mar por la carretera oficial llegando en pocos minutos en contraste con lo que nos ha costado llegar por la montaña. La vuelta a Peguera es un suspiro y aún así nos da para un último recorrido en paralelo a la carretera para ponerle el broche a la ruta, ahora sólo queda hilvanar todas las puntadas para dejar una costura perfecta en forma de ruta asequible pero a la vez diferente, alejada de la alta montaña pero con una batería de ingredientes muy interesante. Para repetir.


Caminos 18-41

Cosa extraña pero el sábado pasado no puse crónica de la salida, que la hubo, pero no tuve tiempo, el otro blog atrae ahora toda mi atención con la nueva presentación lo que a su vez me obliga a recolocar y modificar casi todas las entradas por una causa u otra. Así que la salida de hace dos sábados con los bous por la comuna de Bunyola no tuvo su reflejo adecuado en estas páginas.

Puse el despertador a la hora oportuna y cuando acabé de desayunar eran las ocho y diez cuando tenía que estar a las ocho a sitio, imperdonable, estos estados de duermevela son peligrosos. Así que decido ir hasta Bunyola pero a mi ritmo, sin forzar, porque es imposible que recupere el tiempo perdido, e ir haciendo camino, si los encuentro, bien y si no, pues ya veremos. Y digo esto porque no había confirmado mi asistencia, no suelo hacerlo, por lo tanto nadie estaba pendiente de mi presencia, ausencia en este caso. Lo más lógico es ir en línea recta o sea, por la carretera vieja en la que solamente soy adelantado por algunos grupos de carreteros.

Sorpresa cuando giro para enfilar la subida porque me encuentro allí todo el grupo, resulta que han hecho un pase en diagonal hacia Planera alargando bastante más el camino con lo que he podido recortar un poco la ventaja inicial. Algunos se van pero el grueso del pelotón continua y enfilamos la subida sin penalidad gracias al calentamiento inicial. En la barrera del comellar se van otros tantos y el resto decidimos seguir por la pista para no forzar el timing, queda aún bastante por recorrer.

Enfilamos hacia el Penyal y el depósito y giro en dirección coll des Picot aunque a los pocos metros Carlos duda de que sea por allí, dice que hay otro camino, apoyado por su GPS. Efectivamente, según el aparato, parece ser así ya que estamos muy desviados del track original y yo me ilusiono creyendo que puede haber otro camino diferente del que conocía hasta ahora, aunque tengo mis dudas, cuando observé el recorrido de la prueba original no vi nada extraño. Volvemos atrás pero todo acaba cuando Carlos se acuerda de que sí íbamos bien y además me lo confirmó su descripción de algunos detalles del itinerario; no era el día adecuado para descubrimientos.

De todas maneras no hicimos ese tramo, alguno metía prisa por volver y se le hizo caso como también se le podría no haberlo hecho, seguro que hubiera vuelto a casa sin problemas. Ya decididos a volver aún era un poco pronto por lo que le dimos un repaso al sendero del bosque encantado bajando después por el interior de la Coma d'en Buscante y el desvío antiguo del camino de Cas Bergantet. Estuvo bien.

La vuelta fue rápida campo a través sin apenas tocar asfalto hasta la carretera de Sóller donde me despedí de ellos ya que tiré directo hacia s'Indioteria y ellos continuaron recto hacia Palma. Es lo que dio de sí ese sábado, una ruta sencilla, sin complicaciones y en buena compañía.


Camp de Mar

Algunas ideas revolotean en mi cabeza para este fin de semana, hasta me molesté en hacer un track convencedor pero una opción de última hora se cruzó desafiante en el punto de mira con la que no quise comprometerme a falta de comprobar algunos extremos, cosa que espero me confirmen esta semana entrante, con esos datos en la mano decidiré. Mientras había que hacer algo mínimamente interesante, liado como estoy con los caminos de Andratx pensé en repetir salida por esos andurriales. Lo malo de estas salidas es la falta de información que puedas dar porque a la batería de preguntas de rigor ¿a dónde vamos? ¿hay mucho pateo? ¿a qué hora acabaremos? entre otras, no sabes que responder. Si sé que responder, pero lo que no sé es la respuesta adecuada para convencerlos y más si son unos cuantos, aunque este fin de semana la abultada asistencia parece que no iba a ser el problema ya que solamente tuve que convencer a uno y me hizo una sola pregunta ya que la respuesta de las demás ya se la sabe y respondí con sinceridad después de revisar el teórico track que dibujé para animarle a venir. El único problema es que no ha podido venir y me he enterado al mirar el teléfono ya en el punto de salida así que yo y yo mismo hemos empezado la ruta desde el aparcamiento de Peguera frente al Mercadona.

En un principio tenía pensado llegar a Cala Fornells pero como iba de cabeza y debía decidir en cada cruce he ido tomando la deriva recta hacia Camp de Mar a través de un senderito casi ciclable con un corto pateo al final de la cuesta. Una vez reconozco la pared y la rejilla del castillo teutón me da pereza bajar y volver a subir para avanzar solamente unos metros en vista de lo que me queda para alcanzar la torre, no es mucho pero al ir solo a veces falla la auto motivación.

Sigo el camino marcado que se ve cortado por la rejilla en muchas ocasiones, no me extraña que le hayan pasado los alicates de corte a todo lo que impedía el paso. Llego a la torre, buenas vistas, aún se conserva bien y allá arriba intento vislumbrar los siguientes pasos pero no me hago muchas ilusiones. Vuelvo atrás hasta la pared y busco la bajada, es rápida y sencilla menos la rampota del final, si me quiero conservar entero la bajaré andando. Ahí encuentro un camino paralelo al golf que no conocía y me lleva hasta una caseta de transformadores de la carretera, éso me ha desviado del track pero me da la oportunidad de meterme por una pista lateral al otro lado de la carretera y empezar a subir por un sendero que tiene toda la pinta de haber estado abierto por las motos. Se sube casi todo montado y tiene una bajada sin complicaciones, de las de dar pedales. Vuelvo a la carretera y busco la manera de enlazar con la antigua C712, al final creo que lo hice mal ya que salté la rejilla antes de tiempo pero fue una subida guapa, (no creo que nadie de nosotros se acuerde de haber pasado en coche por allí).

Otra vez en el asfalto y empiezo a bajar como si quisiera regresar pero me meto enseguida por el camino que me lleva a los repetidores. Tiene una barrera abajo que no me impide el paso así que voy subiendo sin desmontar hasta que la humedad y la pendiente unidos a mis pocas fuerzas me hacen descabalgar. Llego arriba y como rápido porque vistas no hay ni una a no ser que me suba a la torre que ya no se usa pero paso y busco el sendero que me llevará al campo de golf con una primera parte por el interior del bosque sin dificultades y una bajada final bastante pedregosa que era lo que recordaba de la última y única vez. Abajo tomo ahora hacia la derecha, esa única vez tomé a la izquierda pero al no estar construido el campo de golf no tuve ninguna dificultad en pasar por allí, pero hoy quiero encontrar el paso hacia el Port d'Andratx porque doy por supuesto de que existe. En principio lo que existe es un sendero marcado que se encarama hacia lo alto, ciclable si vas bien de piernas, y más cuando empiezas a llanear en dirección al mar, eso se supone porque en ese bosque no ves nada. Sigo hasta encontrar una rejilla y una pista al otro lado y aunque veo signos de que la saltan prefiero seguir por mi lado hasta encontrar un paso o una bajada. En un primer momento lo que encuentro es un cortado y la rejilla que no tiene intención de acabar, me lo pienso y vuelvo atrás hasta la caseta derruida a la vera de la pista y es cuando veo el sendero de bajada, pardal, más que pardal, a ver si miramos mejor. Esa bajada tampoco tiene complicaciones técnicas a no ser que quieras hacerla a fondo que debe ser cómo la hacen los andritxols al salir de clase, algunas curvitas, algunos saltos pequeños no montados expresamente y la rampa final para rematar, ésta sí la intenté bajar unas cuantas veces sin llegar a dominar la situación. Lo que no me gustó fue la salida, por el sembrado de una casa vecina y un salto de rejilla final, se ve que los del pueblo pasan de buscar una salida un poco más abajo.

Esta subida y bajada sí que estaba en los planes así que más o menos se iba cumpliendo el trazado pero intuía que no el horario con lo que la última parte de ruta, camí de Son Pericasses, s'Arracó, Puig d'en Tió, etc. iban a quedar para otro día y me dispuse a recorrer los caminos de este lado de la carretera. Como supuse al estar la zona tan urbanizada todos están asfaltados y pese a ir arriba y abajo todo el rato no encontré motivos estéticos suficientes como para recomendarlos expresamente teniendo en cuenta de que tenemos otros al otro lado de carretera más directos al puerto y también un carril bici. Hago un poco de asfalto (poco) hasta Camp de Mar y arriba de la cuesta me meto en el monte para acabar la ruta rodando por los caminos para los que está pensada una bici doble, los que puedes rodar y divertirte al mismo tiempo. Al final la traza inicial fue recortado a la mitad, cosa previsible al ir de descubierta y solo y variando la ruta a medida que se va recorriendo pero ahora ya lo tengo más claro para la próxima vez.


Martes de fiesta

Dejo pasar el domingo, no puenteo el lunes y parece que el martes habrá salida por mi parte, esto pinta bien. Los compañeros han preparado una ruta con Jesús por la Fita del Ram y casualmente otros me preguntan por esa ruta y les invito a participar pero no ha sido posible el encuentro en el día de hoy. Otra vez será. Por nuestra parte debían presentarse Albert y Bonus pero no han venido, el primero se ha excusado por un molesto dolor de espalda y el segundo vivía en el letargo a la hora de salir por lo que solamente éramos cuatro en el punto de reunión, de nosotros, porque hoy Establiments parecía una concentración bikera.

Marc, Fibras, Jesús y yo hemos ido tirando hacia arriba, el más preocupado evidentemente el menorquín que me ha comentado que pasea un virus que le fastidia bastante. “Efectivamente no sabes donde te metes”, he pensado yo aún confiando que pueda ir superando etapas.

Llegamos a la barrera de Bunyolí y meto todo atrás con el plato mediano, “ala, a ver si llegas arriba”, me he oído a mí mismo el comentario, y la verdad, si vas distraído lo haces sin darte casi cuenta. Había un bikero en la barrera de arriba y ha venido un rato con nosotros hasta que ha tirado solo sin parar, ni pensar en cogerlo, si quieres competir ponte dorsal, a mí déjame a mi ritmo, y éso es lo que he hecho en la última parte de la subida por asfalto. De todas maneras ese bikero ha terminado la ruta arriba para volver a bajar por el mismo sitio y éso te da un plus de motivación.

Nos agrupamos y tras salir no tardamos en cruzarnos con Jromán y señora que estaban paseando por la zona aprovechando el magnífico día del que disfrutábamos. Tenemos un momento malo y nos pasamos todos el desvío, lo mejor es que alguno también se lo pasó a la vuelta. El tramo siguiente ha sido de lo más tranquilo, chino chano los de delante y Jesús intentando situarse entre tanta montaña. Como nadie iba a esperarle en la bajada le he dado un consejo aunque difícil de seguir para un novel de esa ruta, “aquí no hay piedras, tira recto” y después cada uno ha tirado para abajo cómo mejor sabía.

Lo que no esperaba encontrarme por allí eran unos motoristas, venían detrás de nosotros, nos han pasado mientras nos poníamos las protecciones y los hemos vuelto a encontrar parados junto a un grupo de bikeros en el cruce de la pared. A buenos han ido a preguntar porque ellos me han preguntado a mí si iban bien para llegar a Puigpunyent, hombre, llegar se puede llegar pero no iba a ser yo el que les marcara el camino, les he enviado hacia Sobremunt y espero que hayan llegado.

En la ermita he convencido a Fibras para ir por la variante 2 del pozo que no se acordaba si la había hecho o no, yo creía que sí y después lo ha recordado, a mí, la verdad, me gusta más que la otra, la de siempre, pero que lo ideal es poder tener varias alternativas factibles. A quién no ha gustado casi nada ha sido a Jesús, que se quejaba de que había muchas piedras (tampoco hay tantas), pero ésto es lo que tenemos por aquí. Tramo rápido hasta los toboganes donde me he atrevido con alguno cayendo en la misma mata de siempre (habrá que pulir ese detalle) y fin de bajada por los escalones hasta la iglesia, ¡cómo me he acordado ahí de la Durolux!.

Fibras y Marc ya nos esperaban sentados en la terraza de un bar donde hemos tomado el refrigerio correspondiente sin mucha prisa porque el horario estaba controlado, el de los demás, porque el mío hoy casi sorprendentemente se podía alargar y eso he hecho, tras subir el primer tramo del camí de Son Ferrà me he despedido de ellos en la entrada del área recreativa para dirigirme hasta la fuente y comer algo allí. Me he entretenido observando las tareas de limpieza en los alrededores pero sin atreverme a pasar ya que es prácticamente un túnel en un zarzal y era arriesgarme demasiado a pinchar así que me he ido a investigar algunos posibles caminos cerca de la Posada del Marqués. He dado vueltas por los viales, he recorrido algunos senderos pero no he encontrado nada factible que enlace con lo que ya conocía, hasta he llegado a pensar que quizás algunos de esos recorridos del catálogo estén pintados de oídas. Vuelvo a s'Hort des Verger para hacer el camino al revés de cuando lo encontré y, la verdad, si no se limpia un poco es muy posible que me lo pongan por sombrero si llevo a alguien por allí, tener que meterse por el bancal de frutales hasta poder bajar al camino, no tener una bajada cómoda después y tener que volver a cruzar bancales arados al final con la rejilla de colofón no parece un plan que agrade a muchos, así talmente está por ahora.

Vuelta tranquila por Sarrià (de postal) y Establiments renunciando al asfalto bajando por el camí de Can Carles y saliendo por Can Chomeu para recorrer los últimos metros por las vacías calles de Palma (de Mallorca) en hora de sobremesa y un más vacío carril bici hasta casa.


Una de pedales

Lanzo una propuesta el lunes pasado y me contestan: “He quedado con los menorquines para ir a Planícia”. Es verdad, reviso el histórico y por estas fechas siempre suele venir gente de la isla vecina, ya hemos coincidido unas cuantas veces. Solían ser siempre un grupo numeroso pero esta vez son solamente cuatro y de dos grupos distintos, uno por un lado y tres por el otro, y de cada punta de la isla, con lo que llevan logísticas separadas. En la ocasión anterior que estuvimos por la zona con ellos subimos hasta arriba de la Mola de Planícia pero ahora sería por abajo, para llegar al Port des Canonge y volver por la Volta des General, eso era rodar mucho y necesitaba ya una ruta de estas características, así que me faltó tiempo para confirmar mi asistencia.

Llegué muy temprano a la cita porque en realidad no sabía a qué hora se había quedado pero no sería antes de las nueve pero para no pifiarla y tener que ir con la lengua fuera detrás de ellos si no estaban llegué con mucha antelación. Éramos pocos aunque muchos más en el aparcamiento, un numeroso grupo de bikeros de Calvià (creo) con los que he coincidido alguna vez estaba allí congregado y aunque también iban a cruzar el Coll d'Estellencs como nosotros cada grupo salió por su lado. Nos cogieron en la barrera de Sa Campaneta porque los menorquines volvieron atrás a recoger una bomba de amortiguador y nosotros fuimos tira tira hasta que nos alcanzaron. El último tramo de subida al coll era un test para mí y no lo pasé con nota con lo que auguraba un final de ruta como mínimo duro. Lo cierto es que de oír al otro grupo cerca en el inicio del GR no volvimos a verlos después, cosa que me extrañó, pero no preocupó.

Yo a lo que iba pendiente era a ver si veía el desvío del Salt, Juan me decía que estaba más abajo del desvío de Planícia y yo decía que no y Pepe tampoco lo sabía así que aunque creí verlo, seguimos adelante con el itinerario previsto porque no lo tenía claro. Volvió a aparecer el tema cuando llegamos a la paret de partió y aunque no hay camino de bajada lo vimos muy fácil y nos tiramos para abajo buscando cada uno su mejor trazada. Un grupito llegamos a una explanada-mirador desde la que se vislumbraba el bosque de pinos que envuelve la casa pero ni rastro del edificio por lo que nos acercamos más a la pared hasta llegar a la altura correcta y desde allí empezar a buscar la casa. Otros lo hacían mucho más al sur pero hasta que no la tuve a menos de cinco metros no la vi y se habían cumplido los malos augurios, una de las paredes maestras había cedido pese a tener casi un metro de grosor.

Comimos algo sentados en la gran era charlando un poco de tiempos presentes y pasados hasta que llega la hora de partir y si no teníamos clara la llegada la salida al menos la tenemos algo orientada. Hay que volver a la pared y contradigo a Pepe cuando vuelve a encaramarse hacia arriba, recordaba vagamente que había que cruzar enseguida y un hito un poco más lejos me lo confirma, así que saltamos y a los pocos metros aparece un camino y además marcado con un poste. Ruedo tranquilo por la zona recordando viejas salidas en solitario por esos bosques cuando llegamos a un cruce y reconozco la pista por la que veníamos anteriormente, la duda que tenía es si es el cruce del R6 o no y efectivamente lo es, mejor dicho, lo era porque se lo han llevado y en su lugar han puesto un poste indicador, supongo que al anterior propietario de la finca no le salía a cuenta retirarlo pero al IBANAT no le ha quedado más remedio que retirarlo. No quisieron tomar la pista que baja y continuaron recto hasta las casas, la verdad es que cuando iba al principio de tener la bici por allí prefería hacer ese camino de subida que no coger el de detrás de las casas, porque era el que estaba peor y también por no pasar justo por delante de la puerta aunque nadie me dijo nunca nada.

Dado que aún siguen cerradas las barreras del Rafal debemos tomar el desvío, ese apaño de camino que te lleva hasta el camí des Correu por el cual tenemos que circular un buen trecho antes de llegar al desvío de la carretera, con sus ramitas y sus rampitas incluídas. Llegamos enteros al asfalto y remoloneamos un rato mientras unos deciden si se van o no y otros se dedican a la observación de la natura. Solucionados los interrogantes todos menos Román continuamos periplo y vamos a buscar la bajada de Son Valentí, para algunos la Branson. Jesús, que viene el último, se come la cadena y vuela por los aires, está solo pero puede continuar, así que cada componente del grupo va tomando posiciones en la línea de salida para empezar la bajada que se hace a buen ritmo y sin muchos apelotonamientos. Hubo alguna parada arriba, donde el surco grande, pero dejando después un poco de espacio con el de delante puedes tener una bajada tranquila y a tu ritmo. Sin zonas técnicas gravosas y siempre hacia abajo esta bajada es especialmente agradecida con los que saben (y pueden) bajar muy rápido pero también nos llena a los que bajamos un poco más lentos. Creo que no se cayó nadie aún a costa de estar bastante limoso en algunas zonas así que el ambiente era alegre en la explanada de detrás de la casa.

Nos dirigimos, los que quedamos, (algunos tomaron las de villadiego viendo lo que quedaba de ruta) a la otra explanada, la costera, para comer algo y empezar de nuevo a subir, primero hasta la carretera de Banyalbufar y después al camí des Correu. La primera es más o menos fácil pero la segunda es cuando menos muy exigente y preveía que me costaría mucho esfuerzo como así fue, aunque lento y renqueante y con algún pie en el primer tramo de pista, conseguí llegar arriba cruzando dignamente el tramo empedrado por segunda vez pero en el descenso del coll tuve un conato de tirón y tuve que aflojar mucho el ritmo para que se me pasara. Como fui casi el único que se puso protecciones iba siempre el último y solo hasta el siguiente reagrupamiento, había que estar pendientes de los menorquines que no se distrajeran en algún cruce y los perdiéramos.

Solamente teníamos que llegar al aparcamiento de la Granja, por tanto los últimos tramos de camino quedaban para otro día. Por supuesto ya no estaban ninguno de los que habían acortado pero hoy me han contado como les fue la vuelta y por lo que me han dicho hicieron bien en volver antes. Yo extrañamente no me sentí mal por la tarde, me esperaba un bajón que no llegó y gracias a ello pude alargar las buenas sensaciones que me había producido la ruta, no fui solo evidentemente a recorrerla, así que este feeling es siempre un compendio entre buena ruta y buena compañía.


Volteando Andratx

El día que fuimos al Puig de Garrafa nos quedaron deberes pendientes que me interesaba resolver cuanto antes para ver si es posible cuadrar una ruta por la zona que quede más o menos potable. Por eso lancé una propuesta temprana al grupo a principios de semana para animarles a venir porque tenía la corazonada de que podría salir algo interesante. Y se animaron, aunque con las típicas dudas respecto al recorrido, pero es que es difícil de explicar algo que no has visto, ahí cuenta bastante la suerte.

Se discute la propuesta entre ellos y queda como salida oficial y además se juntan los dos renegados del mtb que tengo por colegas y visto el panorama alentador con que se presentan los mando juntos al lugar de reunión, ellos se lo guisarán, saben que no estaré pendiente de ellos al ser el convocante de la salida.

Así tras algunas dudas respecto al lugar de salida nos vamos juntando todos en el párkin habitual de Andratx sin tener yo aún del todo claro cuál va a ser el primer paso a dar. Lo hablo con Pepe y me comenta algo de un camino yendo a Capdellà, lo dejo hacer porque no me entero de dónde me habla pero parece que puede ser interesante y nos vamos para allá cuando todo el mundo está preparado.

Carretera hacia Capdellà en subida para ir calentando, yo que voy en modo verano y hasta sin protecciones estoy esperando que acabe de salir el sol para ir cogiendo temperatura, así que voy en cabeza con los rodadores del grupo, Pepes y pupilo. Encontramos el desvío del que me hablaron, ni idea a dónde va ni me suena haberlo visto en el GE pero para arriba que tiramos. Eso se empina de verdad y sobran chaquetas rápido, bastantes rampas hay que hacerlas andando. Pasamos cerca de una casa que parece solitaria y seguimos pista hasta un cruce, tenemos dudas y tiramos hacia abajo, yo noto que voy vacío de atrás justo salir, he vuelto a romper la cámara por la válvula y no me trae ningún recuerdo agradable, Fibras la cambia mientras despotrico en voz alta cuando Pepe se adelanta y vuelve, no es por ahí y tira para arriba con el resto del grupo, quedamos unos cuantos, Carlos entre ellos y es el que parte la cadena justo empezar a pedalear menos mal que Jose vuelve a hacerse cargo de la reparación y podemos continuar en pocos minutos.

De todas maneras lo que sigue es un rampón de cuidado y tenemos que hacerlo andando casi todo hasta llegar a lo alto donde encontramos una rejilla y la pista desaparece al otro lado. Saltamos y vamos avanzando esperando encontrar algún indicio de camino que nos permita montar pero pasan los metros y no aparece, solamente una tubería que seguimos hacia algún punto sin concretar. Finalmente aparece el dichoso camino y pese a todo tomamos el equivocado por lo que debemos volver sobre nuestros pasos y derivar hacia la casa cercana pero pasamos bastante separados de ella y pudimos salir por una cerca a una pista asfaltada, mientras yo seguía sin tener ni zorra idea de por dónde iba y tampoco es que me importara, cuando estás perdido Mallorca es mucho más grande de lo que parece.

Cuando llegamos al top del camino sí sé dónde estoy, junto al enorme depósito de la Coma Clova ya en territorio conocido. Estamos accediendo al camino de bajada cuando nos llaman desde lo alto un hombre mayor y unas niñas pero le dejamos con la palabra en la boca, otro día seguiremos la conversación.

Restaba bajar hasta el Camí de ses Penyes y de ahí a la carretera aunque Pepe intenta llevarme al huerto de Torito pero no me dejo, hemos perdido mucho tiempo en el cortafuegos y hay que recuperarlo, así que llegamos a la carretera y continuamos por el camino de abajo en dirección al Coll de sa Gramola no sin antes tomar un bocado a pleno sol. Han pasado dos horas y llevamos nueve kilómetros, ni el peor de los novatos podría haberlo hecho peor, y lo único que sabemos es por dónde no hay que volver, pero nadie se queja ni protesta, ni siquiera se comenta, demasiada paz hay en este grupo.

Continuamos subiendo pero algo se cruza en nuestro paseo, algo inesperado en forma de camino que parece reclamar toda nuestra atención, y en su seno nos adentramos esperando encontrar un placer embriagador, y lo encontramos, y lo saboreamos mientras vamos dando giros a derecha e izquierda, hacia arriba y hacia abajo. Vemos casas, vemos gente y seguimos viendo camino, soy feliz. Llegamos a lo alto de un coll y la vista se abre, estamos en una ladera desforestada por los incendios que vuelve a revivir y crece en estado salvaje hasta el camino se ve invadido por el nuevo bosque sin que nadie lo remedie aunque eso no evita que no podamos circular por él aunque sea con precaución. Con unos cuantos giros volvemos a entrar en zona civilizada junto a una casa de la que no puedo distinguir el nombre grabado en la placa de la puerta pero sí de la siguiente, Es Fenàs, aunque no me consta en ningún mapa que yo maneje.

El grupo está parado en un cruce con un letrero conocido, Camí de So Na Vidala aunque tenga otra grafía en el cartel; creo que vamos bienpero son sólo suposiciones. Lo que empieza como pista carretera va convirtiéndose en camino montañés a tramos empedrado y el resto con buen firme y sin apenas desnivel que nos lleva a s'Arracó por el Camí de Son Castell.

Por ahora llevamos dos buenas sorpresas agradables y aún así me sorprendo de ver un letrero GR en las cercanías, no sabía que el tramo de las Rotes de s'Hereu estaba incluído en el camino aunque saberlo no hubiera cambiado nada, simplemente es que quería volver, la única vez que había pasado por allí fue pisando las cenizas tras el incendio de 1994 y aún hoy en día quedan restos mudos del tal catástrofe. Supongo que convertir el sendero que bajaba desde el Coll des Cucons en una pista pedregosa habrá tenido algo que ver.

La subida hasta el Camí de ses Basses la encontré corta y bastante asequible aunque ya iba con todo metido. Faltan dos que han vuelto atrás desde el Pas d'en Guida mientras el resto volvemos hacia el Coll de sa Gramola una vez reagrupados, la vuelta es rápida y más cuando bajamos por el Camí de la Coma Freda y pillamos el asfalto pero no es un trayecto que me apasione cuando pienso que puede venir un vehículo en sentido contrario, pero no seamos agoreros, no pasó nada, y el día resultó perfecto, quién más quién menos vió cumplidas sus expectativas, al menos así lo creo yo.


Domingo post reflexión

El sábado no empezó con buen pie, y no estoy hablando de la lluvia, me dormí, mejor dicho, el despertador no cumplió su función y me desperté pasadas las ocho, ¡y tenía que estar en Esporles a las nueve!, además lloviznaba pero intuí que el día iría a mejor y preparé los bártulos aunque sin mucha convicción, desayuné tranquilamente y después de pasar por el excusado ví que tenía tiempo suficiente para no llegar muy tarde a la cita así que metí todo en la mochila y bajé la bici hasta la calle pero fue salir por el portal y volver a entrar, tenía una de las ruedas de la furgo vacía, imposible llegar a tiempo. No había quedado en nada así que no me esperarían, por este aspecto no me preocupaba.

Dedicado el sábado a otros menesteres me voy enterando durante el día de que casi nadie del grupo ha salido, al parecer a las siete cayó una tormenta y desanimó a muchos por lo que han programado otra salida para el domingo pero yo este día suelo tenerlo de reserva o suplemento de la salida del sábado con lo que procuro llegar a casa a lo más tardar, a mediodía, y lo que ellos tenían pensado era un poco más ambicioso y eso supone tiempo extra, por eso descarté esa salida casi de inmediato y pensé en llegarme hasta el Decathlon y ver que tenían pensado hacer los bous. No lo tenían muy claro así que he participado en el debate previo y hemos quedado en hacer la carena de la Serra de Son Marill.

Así pues hacia la Vileta que enfilamos el numeroso pelotón con bastantes acoplados al grupo originario para ir a negociar las cuestas del camí vell de Puigpunyent no sin antes, en un despiste del que no me han advertido, meterme por dónde no era. Después, ya en el buen camino, ha empezado el rosario del pateo hasta el coll de Son Marill donde se ha despedido casi la mitad del grupo para continuar la bajada y vuelta por carretera, el resto, para arriba.

Hacía tiempo que no hacía estos tramos en ese sentido y son duros, un sube baja continuo hasta llegar a la carretera. Me he parado un momento después de la trialera del Pujol des Gat para tratar de averiguar cómo es el sendero Buba pero aparte del inicio poco se ve, el próximo domingo que salga iré directo para hacerlo tranquilamente.
En el asfalto se van otros cuantos para llegar antes y los que quedamos y había que elegir entre las diversas opciones que nos brinda el lugar, atajos de la carretera, cortafuegos hasta la base, circuito de descenso (si es que queda algo en pie) o el camino ancho que se dirige a Son Vida con la variante al PT3 desde que a alguno se le ocurrió poner una barrera a mitad de camino. Creo que bastantes no conocían ésta última opción y les ha gustado primero el senderillo que enlaza desde el Coll des Vent y la bajada propiamente dicha, después. Primera toña en el sendero sin consecuencias al cruzar un charco, patinazo al canto con vuelo lateral y aterrizaje mullido. La bajada por el camino ancho sin incidencias hasta el desvío y en el cortafuegos la gente se ha picado intentando subir lo más alto posible pero los resultados han sido muy mediocres, todos hemos caído en el principio de la cuesta, el estado del terreno no era excusa para tan pobres resultados, hacía falta algo más de temple y autosugestión para lograr una buena marca. Visto lo visto decidimos bajar y se produce la segunda castaña, esta mucho más espectacular con vuelo y giro incluídos, milagrosamente no se hace daño, el sillín es el que se ha llevado la peor parte, y continuamos.

Perdemos a dos en el camino de vuelta que no nos ven girar hacia Son Vida y continuan hasta la carretera aunque nos volvemos a juntar todo el grupo cerca de Son Rapinya para ir despidiéndonos esta vez sí definitivamente hasta la próxima bufada (puede que sea ya invierno de verdad porque hoy era verano).


Buen día

Última salida que se empezó a fraguar el domingo mismo cuando Jauja me inquiere vía correo por mis planes para el siguiente fin de semana,parece que no ha tenido suficiente con recorrer la isla vecina durante tres días seguidos. Tras algunos dimes y diretes quedamos en ir a hacer una visita a la Mola de Son Pacs que no conoce y yo tengo también asuntos pendientes que resolver por allí. Así que empiezo a expandir la noticia por el web y algunos levantan el dedo asintiendo mientras rescato a Juan de su ostracismo y le animo (en verdad tendría que poner obligo) a presentarse debajo de mi casa con la bici a punto y sin vanas excusas a la hora convenida (y eso que sabe lo que le espera).

Qué diferente estaba el aparcamiento de Esporles del otro día cuando parecía que habían repartido tickets de bebida gratis entre los bikeros de la isla y ayer, cuando solamente Guiem viene a saludarnos cuando llegamos. Poco a poco va llegando el resto de participantes, Sito, Jauja, Joan, Miki, Biel, los bous son mayoría. Cuando todo el mundo se ha presentado a todo el mundo podemos partir, ya no hay excusa. Como la opción asfáltica del tramo de GR hasta Son Cabaspre me parece de lo más vulgar hay que proponer alternativas más acordes con nuestros medios y que nos hagan sudar y divertirnos a la vez y como ya había hecho los deberes anteriormente vamos sobre seguro, no habrá exploración pero tampoco hay traza.

Guapa subida desde el pueblo hasta enlazar con la zona alta del puig de ses Ermites que es donde somos interceptados por el dueño que nos da el sermón mientras intento convencer al grupo de que no se pare y no le den palique al hombre que nos va enumerando todas las razones por las que supuestamente no podemos pasar por allí, las típicas, “por aquí no hay salida”, “ésto es mi casa y yo no vengo a molestar a la vuestra”, “abajo hay un letrero de privado” hasta llegar al “voy a llamar a la Guardia Civil” y salir con el coche detrás de nosotros. De los otros dos personajes que había más arriba pasamos de ellos sin más mientras cruzamos la barrera y nos piramos camino abajo hacia Son Quint. Guapo camino de bajada actualmente en desuso y en bastantes buenas condiciones que nos deja un buen sabor de boca. Sinceramente no me esperaba encontrar al dueño de la casa esperándonos abajo, no se si le dio pereza bajar hasta el cruce o no sabía por dónde partiríamos y aunque así hubiera sido habría vuelto a pasar de él directamente, que se queje al ayuntamiento si cree que tiene razón.

En la carretera nos abandona Sito que aunque corto de horario no ha querido perderse el encuentro ¡hasta la próxima! mientras los demás nos dirigimos a Miralles para la siguiente etapa, un guapo recorrido por los bosques de la zona hasta enlazar con lo que será el plato fuerte del día, la Coma d'en Llobera, verdadero camino matahombres, fulminabikeros, allí catamos lo que es una subida de verdad, que la conozcas no te da ninguna ventaja, es más, lo único que sabes seguro es cuántas veces te vas a tener que bajar de la bici a tenor de tus sensaciones en esos momentos, un auténtico reto. Pero no fue por éso que todo el grupo decidió abortar aquí la ruta, Jauja puso excusas médicas “he sentido un pinchazo en la rodilla mala”, uep, con éso no se juega, pa'casa, aunque noticias posteriores me han confirmado que la cosa no fue a más, pura precaución. Los bous mentaron el horario pero no sé si se fiaron de lo que les dijo Juan porque si fue así seguro que se sorprendieron más tarde porque después de darme la vara con la hora a la vuelta resulta que aún lleva puesto el horario de verano en el reloj, ya te vale! pero no pudo escaparse él mismo de venir conmigo a la Mola más que nada porque le había llevado yo, de todas formas está acostumbrado a estas cosas, no hay problema, así que subimos hasta arriba a merendar tranquilamente en los aujubs.

De bajada repetimos unos pases por algunas zonas comprometidas para perfeccionar la técnica de paso con más o menos fortuna, es lo que tiene ser unos mantas bajando, y es que es una de las cosas que echo de menos hacer, algunas sesiones de perfeccionamiento impartidas por alguien que de verdad te pueda enseñar, mientras a cagarla, como quién dice.

El que me conozca un poco se podrá imaginar que no me conformaría con volver a Esporles directamente; aunque Juan se empeñara en decirme que era tarde interiormente algo me decía que no podía ser, que algo no cuadraba, porque eso de la hora adelantada me dí cuenta al ver el reloj del coche que también va adelantado, así que hice bien en no hacerle caso. Como decía nos fuimos hacia la carretera para tomar la variante de Son Dameto pero esta vez para salir por la barrera de abajo en lugar de la intermedia y fue precisamente en ese segundo tramo cuando pasé por encima de una rama seca de abatzer y pasó lo que tenía que pasar, lo vi venir, llegué sin aire abajo y tuve que salir andando de la finca.

Volvimos al pueblo por el último tramo del Camí des Pescadors pero aún hubo una sorpresa final para los dos, no llegamos hasta el aparcamiento sino que nos desviamos por un ramal que va a dar a unas casas y allí aparece una guapa escalinata reformada que te lleva hasta abajo y aún nos dio tiempo a subir por un callejón y hacer otra, aunque esta mucho más corta.

Buen final a una ruta corta pero diferente y poco conocida por los alrededores de Esporles de la que aún me queda comprobar algunos tramos, deberes que se van posponiendo semana tras semana y es que, si voy acompañado, quiero ir sobre seguro y no provocar sorpresas innecesarias al personal, otra cosa es que alguno se presente voluntariamente para tales menesteres y venga mentalizado, no a sufrir sino a que las cosas no salgan todo lo bien que nos gustaría. Esos tramos precisamente son de los que yo no tengo constancia de que alguien los haya realizado, por tanto iremos a ciegas, a lo que salga.

¡Buena semana!


Aigoooo!!!!

El domingo de la semana pasada salí, no lo comenté por aquí pero así fue, salí con varios compañeros banyuts (perdón, bous, por si alguno se ofende). Aunque la previsión del tiempo fuera pésima parte del núcleo duro de ese grupo y yo nos vimos las caras en el punto de reunión habitual semanal, las fotos de ese encuentro están en otro lado, este es un blog serio. Decidimos hacer un Bunyolí y se me ocurrió enseñarles la variante de Son Malferit que había localizado hace unos meses como opción de vuelta para hacerla en bajada porque de subida te deja en medio de ningún sitio que valga la pena, así que nos dirigimos por carretera hacia el desvío de Establiments y en la variante del bosque pinché y en esas estábamos cuando empezó a llover, tímidamente al principio para ir incrementando el volumen a medida que íbamos subiendo. Tomeu se quería ir al llegar a la carretera pero le convencimos de que siguiera y así lo hizo mientras el aguacero iba en aumento a ojos vista.

En Sobremunt tocaba bajar mientras nos caía encima la de dios con lo que tuvimos que ir con un poco de tiento en las curvas para mantener el equilibrio en todo momento. Explico todo ésto porque fue en esa bajada cuando noté un clek raro en la horquilla pero no vi nada extraño desde mi posición elevada y seguí. En el cruce donde debíamos desviarnos decidimos no hacerlo porque el camino a tomar no está en buenas condiciones al principio y hay que patear por un campo próximo que estaría hecho un lodazal, consideramos que no valía la pena dadas las condiciones meteorológicas y lo dejamos para otra ocasión.

En una de las paradas de Son Malferit es cuando me dí cuenta del problema en la horquilla, se quedaba hundida y no volvía a sitio, sea lo que fuere no podía hacer nada para solucionarlo en ese momento y ya lo comprobaría en casa más tranquilamente y sobretodo seco, porque la ducha que estábamos recibiendo era de aúpa. Solamente faltaba el toque guarro de los charcos de Sarrià sobretodo si eres el que va detrás, en lugar de zapatillas parecía que llevaba aletas, pero el gusto de embarrarse hasta las cejas permanece en tu mente como un placer primario y hay que rememorarlo siempre que hay ocasión.

Entre semana desmonté la horquilla y lo único que vi fuera de lugar es que el aceite parece que había pillado humedad porque era bastante denso, muy parecido a la horchata, cuando inicialmente es de un color rojizo y muy poco denso. Limpié a fondo las barras y se lo cambié pero hasta que no me prestaron una bomba de presión no pude comprobar si todo funcionaba correctamente como así parece ser. La cadena también necesitó una limpieza con pincel pero dudo que no necesite una actuación más profunda, me pareció que se quejaba en la última salida.


Tossals

¡Ahivá! Si ya es viernes y la casa sin barrer. No hubo respuesta a mi propuesta semanal y me apresté a realizarla en solitario que era a la postre mi única opción aunque no sin ciertas reticencias, dudas que se hicieron aún más patentes en cuanto vi que unos colegas querían ir a conocer una ruta de montaña pura, Tossals Verds. Me faltó tiempo para acoplarme al evento y a la hora en punto y llegando el primero me presenté en la salida con el tiempo meteorológico clavado, estaba lloviendo pero la ventana prevista exenta de lluvia durante la mañana me parecía presagiar una ruta sin complicaciones.

Reunidos los tres Morcillas y yo en Lloseta nos disponemos a acometer la ruta con las típicas dudas de vestuario en días como éstos, más indecisos que una niña antes de ir a la disco. Ésto sí, ésto no, que si voy a sudar, que si me voy a mojar, en fin, grandes dudas que al pasar la barrera de Almadrà se disiparon rápido, sobraba todo. Casi no había coches en el aparcamiento frente a la barrera y aún así nos encontramos con gente que iba y venía corriendo, bicis no vimos ninguna.

El día clareaba y llegamos sudando a la primera barrera que por cierto han trasladado de sitio, está un poco más arriba y tiene un portillo peatonal lo que se agradece. Cogimos agua en el refugio y salimos antes que un grupo de excursionistas a los que tuvimos que dejar pasar poco después porque se empeñaron en subir empujando la bici cuando hay que llevarla decididamente a becoll.

Ellos van reconociendo el camino que no conocen y yo casi también porque hacía ya tiempo que no pasaba por allí, es lo máximo que podemos hacer aparte de ir con tiento porque las piedras parecen limo y los zapatos de ciclista no se caracterizan por aferrarse mucho al terreno en esas condiciones, así que no nos queda más que esperar a llegar al desvío del camí des Pinatons para poder empezar a dar alguna pedalada en condiciones aunque debido a la humedad poco se hizo, la verdad, pero el paisaje espectacular y el buen tiempo que iba acompañando nos levantaba los ánimos y el recorrido se hacía ameno y con buen humor. Torrente, cruce de la Font des Prat, coll des Coloms y canaleta, entre medias algún pequeño susto en la bajada y reparación de una cubierta ante el no sellado del líquido antipinchazos. Con la rueda desmontada se ha comprobado que éste brillaba por su ausencia y que el dueño no llevaba cámaras de repuesto y que el que se la prestó también se equivocó al comprarla ya que las cogió con la válvula contraria; la cosa pinta mal pero finalmente aparece una con el pitorro adecuado y puede continuar.

Nos paramos a hacer alguna foto al pantano del Gorg Blau que está bajo mínimos y tras repostar en la Font des Noguer continuamos rumbo al otro embalse comprobando cómo su situación no difiere mucho de la del anterior, tanto es así que lo podemos cruzar por el interior cuando lo rodeamos. Toca volver y no hay parada en la presa, ya tenemos ganas de bajada y se oyen algunos gritos de sorpresa-susto pendiente abajo hasta el torrente. Tras algunos sube baja ya solamente queda la gran bajada, túnel-rampa, túnel-rampa y túnel-rampa, descenso que se ve interrumpido en el tercero por el segundo pinchazo de Kikete y ya sabíamos que no había más cámaras y además todas las llantas solamente aceptan válvulas finas con lo que no queda más remedio que intentar reparar los pinchazos, con éxito nulo, así que le dejamos tirado ahí arriba mientras bajamos los demás en busca de los vehículos y él se iba acercando andando hasta la barrera.

Jose llega al torrente con la rueda trasera destrozada así que ya son dos los que se quedan esperando al coche escoba mientras Félix y yo volvemos a Lloseta, allí nos despedimos, yo ya no hago falta, ellos han venido los tres en su vehículo y no me necesitan.

En resumen, que pese a la poca ciclabilidad del tramo de Tossals debido a la humedad la ruta fue muy provechosa, siempre es un placer rodar por esos lugares bien acompañado.


Inciso sobre las nuevas barreras a quién pueda interesar

Cuando llegamos a la barrera del torrente viniendo de los túneles había allí una pareja intentando abrir la barrera, el hombre empujaba y yo desde el lado contrario vi que tenía un tope por lo que debía estirar, no empujar y cuando lo hizo se fue yendo hacia atrás para dejarnos pasar y tanto reculó que quedó colgando de la barrera al sacar el pie del suelo, estuvo en un tris de caerse puente abajo. Esa barrera debería tener los goznes en el lado contrario para evitar posibles caídas desde lo alto.


Garrafa

Durante la semana comencé a preparar la salida sabatina, a raíz de la salida con los bous por la zona de Capdellà me rondaba la cabeza preparar una nueva ruta por esos lares con algunos de los caminos pendientes, algunos ya recorridos y otros no, pero claro, no todo es poner en marcha un GPS, hay que investigar un poco también (sobre todo si no tienes GPS) y hacer que todo cuadre aunque algunos piensen después que los llevo por donde no hay ni camino.

Así pues, en ésas estaba cuando Pepe me anuncia que también quiere ir por la misma zona y me pasa un track hecho a mano con algunas ideas. Jodó, si es casi lo mismo que había pensado yo, pues venga, dicho y hecho, y quedamos a las nueve en Andratx con el resto del grupo en esta ocasión muy mermado, solamente somos cuatro si contamos a Botets y Torito pero un número perfecto para ir de descubierta y un poco a escondidas, porque íbamos a necesitar mucha suerte para recorrer algunos de los tramos de ese traza, prácticamente todo transcurre por el interior de propiedades privadas donde no se caracterizan precisamente por la amabilidad con los visitantes.

Pepe quería subir al puig de Garrafa a comprobar la desenvoltura de una bici por esos lugares que es más bien poca, eso ya lo sabíamos por referencias, pero a veces la cabezonería puede más. Quién haya estado en Andratx habrá visto la torre de vigilancia forestal sobre la serra de Garrafa que domina el contorno y puede que se haya preguntado si tiene un camino de acceso practicable para una bicicleta, pues la respuesta es no, y por varias razones.

Ya tuvimos problemas en la aproximación y de chiripa pudimos pasar; después comprobamos que la ciclabilidad por la cresta es poca porfalta de camino como tal y el porteo fue necesario, yo inocente creía que había un camino practicable hasta esa torre pero no es así. Daba un poco de viento en esas alturas pero no molestaba ya que era más bien cálido pero el día tampoco estaba muy despejado así que no estuvimos mucho rato para empezar el último recorrido hasta el inicio de la coma, casi toda ella recubierta por un xaragall de piedras que impiden un descenso en condiciones, tan solo Botets se atrevía a negociar algunos tramos al más puro estilo Alpinepics con bastante éxito por cierto, mientras los demás no podíamos más que asentir resignadamente. El último tramo por el bosque está un poco mejor pero la visita a unas cuevas nos entretuvo jugando a alpinistas un rato por allí.

Salimos justo al lado del depósito del coll Andritxol e íbamos a tentar la suerte dirigiéndonos al coll de Garrafa y para ello hay que sortear barreras y esperar no toparte con algunos residentes de la zona y eso ayer no sucedió, no vimos a nadie y seguro que nadie nos escuchó porque fuimos a piñón fijo y sin decir palabra hasta llegar al coll y poder escondernos un poco. Arriba del todo desistimos de tomar la vía directa a través de sa Cova y sus barreras y ascendemos tras algunos intentos fallidos a lo alto del coll de sa Cova para bajar directos hacia la Vall Verda, muy cerca de la carretera de Peguera.

No llegamos a ella, giramos en redondo como si nos dirigiéramos a sa Cova otra vez pero desviándonos en el torrente para tomar una pista rota en ascenso que nos pasó factura (al menos a tres de nosotros), muy empinada y sucia de piedras y roderas. La bajada por la otra vertiente tampoco es nada del otro mundo y nos enfila directos hacia Cas Xoriguer, ya con todas las casas de la zona a la vista. Pepe decía que había camino para acortar pero tras dar unos rodeos entre los edificios no lo vimos claro y tiramos hacia la carretera.

Era la una del mediodía y estaba ya para las últimas, el track era muy optimista y aunque sobre el papel lo vi factible al final se impuso la contundente realidad. El sherpa, que va sobrado, quiso continuar con el plan establecido después de convencer a Botets pero yo ya había tomado las de villadiego, tenía suficiente, pero aún nos volvimos a encontrar en el aparcamiento porque unos metros más adelante se habían topado con las barreras de s'Alquería cerradas y habían dado por finalizada la excursión aunque no los deberes completamente, otro día habrá que continuar la visita a la zona explorando otras variantes.


Capdellà

Aunque mi intención primera era salir el sábado a rodar viendo las previsiones del tiempo decidí hacerlo el domingo para poder disfrutar de un día en familia en sábado ya que era el que mejores perspectivas presentaba, y si llovía el domingo pues a mojarse y p'alante.

Casualmente tenía un buen plan, una salida de los bous que habían preparado una ruta por los alrededores de Calvià programada por Biel, vecino y buen conocedor de la zona. Me lo han ido contando cuando he aparecido por Capdellà a las ocho mientras iba numerando a todos los que había por allí, muchos más de los que me había imaginado, hasta Guiem estaba sorprendido. Adiviné un grupo que me era familiar, habían venido a Esporles y hemos estado comentando precisamente ese tema. También estaba por allí Esmas, un forero de Campos que hoy se ha acercado a rutear por una zona nueva para él. Bastantes bous y un nutrido grupo de bikeros de la comarca, casi todos con bicis rígidas, completaban el numeroso grupo que se ha puesto en marcha rumbo a Andratx.

No ha pasado mucho tiempo antes de desviarnos hacia Sa Coma, por ese camino ya estuve una vez un día que salí de Palma sin rumbo fijo y acabé dando tumbos por ahí. No he podido bajar lo rápido que quisiera porque a uno le ha caído un botellín y lo llevaba en la mano con lo que me era imposible frenar y aguantar la botella a la vez. Después carretera hasta Peguera sin hacer mucho caso al paseo peatonal (quizá fuera por eso) pero tampoco se lo hacían algunos corredores que iban corriendo por el asfalto y además por el margen contrario.

En Peguera primera espera, faltan algunos y hasta que no aparecen no nos vamos. Tiramos por el Hapimag y salimos del asfalto con lo que debemos esperar las indicaciones del guía en cada cruce que pese a llevar una rígida de carbono de menos de nueve kilos no va delante. Había hecho la misma ruta el día anterior para tenerla bien presente y no se sentía de lo más fino. Llegamos a la rotonda de Santa Ponça y nos metemos directamente en el torrente. Intento espolear al personal para animar el recorrido, cosa que consigo solo en algunos tramos y al llegar a la carretera nos llega la noticia de una caída con consecuencias cuando menos muy dolorosas. Al rato aparece Agustí con una rodilla maltrecha y por la cara que trae, duele. Alguien saca un botiquín y le aplica yodo y una venda pero no quiere continuar así que él y algunos más acortan y vuelven a por los coches directamente, los demás aprovechamos que los cazadores se han marchado para meternos por el coto y hacer un recto hasta la otra carretera.

En el mismo cruce tomamos un camino en ascenso que nos lleva a su vez al Camí de Son Boronat y de ahí a la carretera otra vez donde se fragua la deserción masiva, el grupo calvianero opta por dirigirse al coll des Tords y no sé qué más, el resto vuelve a Capdellà pasando por Calvià tomando el carril bici-peatonal que han hecho pegado a la carretera donde tiene lugar el segundo percance del día, uno no ve el final en forma de valla y la embiste, la bici por un lado, él por otro y la valla en su sitio. Duele pero continúa. Nos desviamos por el torrente, el segundo del día, y ahí si que vi bastante cambio porque hay una rejilla que corta el camino varias veces y te obliga a ir por el torrente más de la cuenta.

Una vez en la carretera más deserciones pero a Esmas no le dejo, volverá con Biel por el camino viejo así que nos vamos los que quedamos hacia Galatzó. Muchos coches en los aparcamientos y mucha chiquillería, al final el día no ha sido tan malo ni mucho menos como habían previsto y la gente había salido en tropel. Nos despedimos de la pareja y continuamos ruta hacia las casas, muchos paseantes no pasaban de allí y preparaban las mesas para comer, nosotros llegaríamos hasta el pou de sa sínia. Esperaba más duro ese recorrido, siempre lo había hecho en sentido contrario y lo noté muy llevadero. Dos no consiguieron llegar al pou, les hicimos girar poco antes de que llegaran.

Había comentado la posibilidad de pasar por el Tramuntanal pero todo quedó supeditado al horario y de no ser por los excesivos parones hubiéramos podido pasar pero teníamos el tiempo justo para llegar clavados en la previsión con lo que volvimos a Capdellà directos por el camino viejo del cual me acordé de que sí había pasado una vez aunque llegué solamente hasta la barrera y no quise continuar, no siempre ha sido pública la finca.

En total unos cuantos kilómetros muy buenos para estirar piernas sin prácticamente ninguna dificultad técnica pero que vienen muy bien para desperezar cuerpo y mente rodando por sitios nuevos y variados en compañía.


MT?B

Un paseo por la ciudad, aunque haya subido a na Burguesa a contemplarla desde lo alto, ¿cuenta como salida? Yo creo que no, el ibp del carril-bici es irrisorio y ni siquiera coronar esa tachuela eleva mucho la media de cualquier estadillo de datos. Salí solo y tarde, muy tarde, sobre las diez y lo que menos quería era apechugar con desniveles, bien, a primera vista parece que me contradigo pero subir al monumento es la parte más fácil, digamos que lo más duro empieza después y en honor a la verdad, tampoco es del todo cierto. Así que, después de fisgar un poco por el circo de la TUI en el Parc de la Mar continué ruta hacia Porto Pi para desviarme hacia la Bonanova por asfalto. Buen calentamiento en esas cuestas que me permitiría llegar a tono a los pies del monumento y parapetado cuando podía por los altos muros de las villas de la zona subí hasta arriba a ver un poco las vistas.

Había dos bikeros por allí sin intención de estarse callados un ratito así que en cuanto me cansé de su cháchara me largué para abajo pero al pasar por la rotonda del cuartel algo llamó mi atención, mi rodar era demasiado perfecto y la bici también reclamaba su parte de fiesta así que me metí por el campo lateral. Oh, volvía a sentir todas aquellas imperfecciones de los caminos campestres bajo mis cubiertas y la bici entera dejó de quejarse, volvía a estar en su elemento preferido, ya no crujía (tómese como ficción literaria solamente) y después de enfangarla en el paso subterráneo hasta podría decirse que era feliz. Y así, en agradecimiento, me llevó a dar una vuelta por Son Puigdorfila hasta que la tuve que tirar de las riendas y volver a llevarla por la senda correcta, la de la discreción y los buenos modales. No debió quedar muy contenta y me sorprendió con una última pataleta sobre el césped del Parc de sa Riera, si es que es como una cría.

Al día siguiente, domingo, puntual como un reloj japonés, la bicha empezó a golpear mi ventanal con su sucio pedal hasta que me despertó de mi letargo, quería marcha de la buena y yo estaba dispuesto a dársela así que me encaminé con ella al punto de reunión habitual de los bous para ver si había alguno más en mi situación, y parece que así fue porque al contarles la historia les resultó familiar y me confesaron que les había pasado algo parecido, eso quería decir que haríamos una ruta a lo largo dejando de lado lo alto.

Camí dels Reis rodeando el polígono hasta s'Indiotería y directos hacia el camí de Muntanya atravesando Son Macià por el camino retocado apto para cualquier rueda. El pelotón se estira y me mandan parar y todos juntitos entramos otra vez en la civilización, esa mini ciudad en que se ha convertido Son Daviu y aledaños. Parece que han terminado ya la obra del camino, parecía eterna, y por eso decidimos circular por fuera para sentir el terreno. Al salir de allí tenemos un respiro campestre que se agradece hasta llegar a la carretera de Santa María por la que decidimos llegar hasta Bunyola. Alguien sugirió dar un rodeo por el puig de enfrente pero para un día que quería llegar de hora mejor era no decir nada aunque es la opción correcta, le hubiera dado el puntito de picante a la ruta.

Giramos por el polideportivo de Bunyola donde iniciamos ya la vuelta a casa, de ahí al hospital pero era demasiado temprano para volver así que propongo visitar Raixeta, algunos no la conocen y no hay impedimentos, nuestros digo porque una cadena, una rejilla y una barrera en veinte metros hasta es un poco exagerado en este territorio, menos mal que al menos quitaron los pinos caídos. La pasmosa calma del pelotón se transforma en pedaleo frenético al grito de “el último paga”, no se dijo el qué, tampoco hizo falta. Pero no hay que cegarse, eso tira para arriba, poco pero sube y es demasiado largo para ir todo el rato al esprint, otra cosa es la vuelta, a lo que den los pedales.

Volvemos al apeadero de Caubet y ya nos olvidamos hasta de los caminos, un poco de vías, senderos equinos, pistas por las fincas, fincas sin pistas pero con muchos ametllers, torrentes, hay un poco de todo entre Caubet y son Reus, también algunas barreras, eso sobre todo que no falte. Gusta esta alternativa a la cuneta de la carretera, te divierte y además te asegura una vuelta segura hacia el hogar.


R42

La verdad es que con lo acontecido el sábado se me quitaron las ganas de escribir cualquier cosa, por una parte sentía la necesidad de disculparme por los malos ratos que pudieron haber pasado algunos de los asistentes y plasmé por escrito lo primero que me pasó por la cabeza, y por otro lado tenía los ánimos de quienes sí habían acabado la ruta y sus felicitaciones, no es extraño pues que mi estado de ánimo estuviera en un constante altibajo. Y para acabar de adornar el pastel, la lesión de Xisco, pues aunque no soy directamente responsable, me ha producido una gran desazón.

Después de asimilar la sorpresa de llegar al aparcamiento y encontrar un numerosísimo pelotón esperando la señal de salida comprendí que necesitaría ayuda para conducir semejante grupo y pensaba que algunos de los que sabía que tenían el track de la ruta cargado podrían ir guiando al resto si hiciera falta en un momento dado. En un principio di el sús de salida y me puse delante pero una rotura de cadena en los primeros metros hizo que diera media vuelta mientras veía como la gente iba siguiendo a Tomeu y a Pepe y eso me tranquilizó ya que estaba seguro de que podrían llevar al grupo al menos hasta el final de la subida del Moletó de sa Granja y eso era bastante.

La gente iba pasando mientras duraba la reparación de la cadena y quedamos los últimos evidentemente, es más, yo iba el último y nada más iniciar la subida por el sendero otro grupo estaba pendiente del resultado de otra avería, una potencia partida al apretar los tornillos. Esa subida en frío no hace más que aumentar la distancia de la cola y la cabeza y llegamos a la Font de Dalt un pequeño grupo que iniciamos el descenso hacia el safareig de Bellavista donde al parecer había congregado otro grupo así que al llegar al cruce con el camí des Correu las posiciones se han invertido y quedaba un grupo numeroso por detrás por lo que no me queda más remedio que esperar en la carretera que vuelvan a pasar para enfilarlos por el sitio correcto.

La mayoría habían pasado ya por las barreras y rodaban en dirección a la carretera por lo que apreté para reducir diferencias pero cuando llegamos éramos menos de la mitad, los demás ya estaban rodando cuesta arriba. Jolan se despide ahí después de reventar el amortiguador y continuamos la subida, intentaba dar algunas indicaciones pero aún así la gente tiraba por donde no era, en cada cruce arreciaban las dudas y era un ir y venir constante, y si sucedía en el grupo que yo estaba igualmente sucedía en el delantero aún contando con la complicidad de los compañeros de Palma, más conocedores del terreno, pero lo que no conocían exactamente era la ruta a seguir porque no se había preparado de ese modo ya que para ellos también tendría que haber su ración de sorpresa, la idea era que todos disfrutaran de la ruta no que tuvieran que currársela.

Así, a trancas y barrancas podríamos decir, nos reagrupamos en el punto conflictivo de la ruta, un tramo conocido solamente por dos de nosotros por el que había pasado dos veces, una en solitario y otra acompañado de Carlos y en el cual no tenía planteadas dificultades especiales que mira por donde salieron a relucir el sábado. La primera, un cruce en el cual Pepe me da a elegir y elegí la opción incorrecta. Me di cuenta enseguida del error pero la dificultad real era parar todo el grupo y hacerlos retroceder así que seguimos avanzando intentando convencerme de poder seguir un trazado alternativo pero Jroman y Tomeu me disuaden de intentarlo, es una zona de ingrato recuerdo para ellos y no queda más remedio que volver sobre nuestros pasos y subir por donde toca.

Estamos poco tiempo arriba y ahí cometí un fallo gordo, no ponerme delante porque cuando llegamos a la pared ya íbamos mal, demasiado abajo, y más abajo tocó ir para poder atravesarla y ya me resigné a enlazar con el camí des Correu donde fuera. Hicimos una bajada fora pistes y enlazamos en una zona donde una vez buscamos camino y no lo encontramos (no me extraña si no hay) mientras que la bajada que teníamos que haber hecho creo que hubiera apaciguado los ánimos caldeados de algunos y habría predispuesto a la gente a continuar hasta el Port des Canonge; ahí pequé de inocente.

Xisco había tenido un patinazo caminando y se había torcido un tobillo, o eso creíamos, ya que ha sido peor de lo esperado, fractura de peroné, y se marchó como pudo acompañado del resto del grupo. E igual sucedió con el resto de grupos, todos partieron escalivats como quién dice, y quedamos un grupito de unos quince contando a Miki, Kiko y cinco bous que decidimos acabar la ruta como estaba establecido y aún a pesar de haber acumulado mucho retraso así lo hicimos. Hubo algún percance en la bajada de la Branson, aparatoso aunque sin consecuencias físicas, pereo más tuvo la subida de sa Cova sobre nuestros organismos. Decir que había ido a hacerla poco tiempo antes y pese a hacer mucho más calor subí más tiempo montado y aunque dura es posible hacerla completa como lo demostraron varios compañeros.

Aún yendo muy pasados de horario nadie se quiso perder los tramos de bajada que algunos no habían hecho y ya se sabe que cuesta abajo las percepciones de la realidad cambian y mucho aunque el segundo tramo concitó algunas quejas porque nos topamos con algunos repechos, nada importante pero a esas alturas de ruta daban más disgusto que gusto, menos mal que el último tramo del camí des Pescadors acabó por contentar a todo el mundo. Así dimos por acabada una ruta con sorpresa pero de verdad.


Mil disculpas

A todos aquellos que se han podido sentir decepcionados?, engañados?, puteados? que sé que los ha habido. Podría decir que se me ha ido de las manos pero no es verdad, es que no me podía imaginar (ni creo que ninguno de los presentes) la movida que se ha montado hoy. Esperaba una quincena de bikeros como mucho aparte de los que pudieran aparecer del grupo de Palma que de esos no me tengo que ocupar, curtidos ya en mil batallas.

Se me ocurrió invitar a varios amigos con la excusa de hacer una ruta nueva que había estado rumiando estos últimos meses haciendo tramos de la misma en diferentes salidas y con diferentes acompañantes hasta que cuajó en algo más o menos interesante, con algún recorrido por el que no se suele transitar con frecuencia. Realmente la ruta era solamente parte de la excusa para reunirnos y pasarlo bien después de un verano que, con el cambio de día de salida, no tenía oportunidad de salir con mi grupo habitual aunque he encontrado en otros grupos otra buena fuente de compañía. La otra razón importante era conocer la ruta en sí la cual considero bastante completa bajo mi punto de vista.

Lo que no me esperaba era esa presencia masiva de bikeros, no había logística preparada para mover ese grupo con un mínimo de eficacia, no había querido implicar a mis compañeros habituales en esa tarea porque no era el caso ni su cometido, un grupo pequeño es manejable al estar todo el mundo a la vista y aún así hubiéramos tenido problemas en la zona más complicada ya que yo y Carlos éramos los únicos que habíamos pasado por allí. De hecho, después de pasar ese tramo ha habido una deserción importante cuando, de saberlo con anterioridad, muchos hubieran continuado hasta el Port des Canonge en el tramo más divertido de la ruta.

No doy la culpa a nadie, dios me libre, no se pretendía organizar una quedada y no digo tampoco que sobrara nadie, me he sentido muy halagado por vuestra presencia, pero reitero que no se había preparado la salida para un grupo tan grande, de ahí todos los desajustes, parones, pérdidas y múltiples retrasos que se han producido todo ello provocando enfados más que comprensibles de algunos de los asistentes.

Sirvan estas líneas no como justificación o excusa sino disculpa y aclaración de lo sucedido en el día de hoy.


1, 2, 3 p'abajo

Aquí no hay planes de entrenamiento programados, ni florituras enrevesadas, solamente ganas de pedalear sin demasiadas pretensiones y en ésas también estaba Juanito más dispuesto que nunca a arrancar de una vez por todas así que bastó poco para concertar salida. No sé porqué pero estoy un poco perro con eso de coger coche últimamente por lo que la cabeza me volteaba por Na Burguesa y eso mismo debían pensar Juantrans, Marc y Jose cuando anunciaron su intención de fundir un poco de gomas por allí. Su plan no era malo, más bien todo lo contrario, seguramente demasiado ambicioso para una rentreé así que nos lo tomamos con más calma pero sin renunciar al encuentro.

Habían quedado en el polideportivo de Génova y no sabía bien dónde estaba y pensé que podríamos encontrarnos en el monumento ya que era posible que tomaran el atajo, y digo atajo por decir algo porque me parece que es más largo que el original. Íbamos clavados de horario, ocho y media delante de Can Pedro, llegaríamos antes si no a la par arriba. Llegamos antes y al poco apareció un cuarteto al parecer de novatos ya que no parecían saber mucho de la zona, remolonearon un poco por allí y se marcharon cuesta arriba mientras nosotros seguíamos esperando que aparecieran los compañeros y tras esperar un buen rato nos fuimos.

No hay pista o camino monótono cuando tienes ganas de hacer una cosa determinada, me sentía con ganas y estaba dispuesto a forzar un poco la maquinaria por lo que abusé de plato mediano y entre eso mismo y que Juan iba un poco receloso nos íbamos distanciando cada vez más. Hubo algún reagrupamiento y otras tantas separaciones hasta que alcancé al grupo que había salido antes al final de la cuesta poco antes de llegar al coll des Pastors. Decidimos llegar hasta el inicio del descenso de la trialera de Bendinat y un poco más allá para ver si avistábamos a los compañeros y los encontramos allí mismo al volver atrás equipándose para el descenso, ninguno más se había unido a ellos y nosotros tampoco lo haríamos, ellos bajarían por la trialera y nosotros daríamos vueltas por la zona antes de decidir los próximos pasos.

Dicho y hecho, mientras ellos bajaban hasta abajo para volver a subir por la pista ancha (inciso: alguno le llama Camí des Pasterets y me gustaría saber de donde ha sacado ese topónimo) nosotros nos fuimos hacia la carretera para volver al mismo lugar desde el mirador de n'Alzamora adonde llegamos. Juan me sorprendió en el cruce diciéndome que nunca había estado (hubiera jurado que sí) y hacia allá nos dirigimos para descansar y comer un poco. Tiene una vista privilegiada sobre la zona de Valldurgent y Na Bauçana, no parece casualidad pues que fuera Gabriel Alzamora su promotor.

Nos aprestamos a subir hacia el lugar de donde venimos para recorrer toda la carena de la sierra hasta las antenas, se me hizo fácil todo el trayecto y otra vez estuvimos esperando que nos alcanzaran los compañeros que llegaron pocos minutos después. Creía que íbamos a tener la compañía de unos bikeros que rondaban por la zona a tenor de la calidad de sus monturas pero partieron por la pista bastante tranquilos, a veces las apariencias engañan. Al poco de empezar a bajar ya tenía a Marc resoplándome en el cogote y le dejé paso en cuanto pude y ya cada uno pudo bajar a su ritmo sin agobios, no hace falta mencionar que ya no volví a verle y es que en estos sitios vas con la mirada fija en el suelo atento a cualquier circunstancia, y en esa bajada hay muchas, es lo que podría llamarse una TRIALERA en mayúsculas, sin prácticamente ningún obstáculo insalvable si exceptúo ese escalonaco en curva, con alguna zona lisa muy rápida pero que la mayoría es una sucesión de piedras y rocas que hace que debas prestar la máxima atención. No hubo reagrupamiento general a mitad de bajada pero cuando llegué al final les dije a los demás que se marcharan si ya cumplían con el horario y así lo hicieron aunque volvimos a vernos en la carretera de la cantera y después en un bareto de Cala Major donde ya daban los últimos sorbos a unos refrescos. Nosotros no paramos más de lo necesario ya que aún nos quedaba recorrer toda la fachada marítima para llegar a casa aunque para variar un poco nos metimos por la ciudad en lo que será pronto territorio prohibido para una bici, además el domingo hay poca gente y no molestas.

Ni mucho ni poco, adecuado a las circunstancias, un plato en su punto combinando diversos tipos de condimentos para resultar al final una delicia exquisita.


Coma de s'Aigo

A medida que iba acercándose el domingo seguía sin decidir cuán de dura (más bien floja) sería la salida, no me animaba yo solo pero una llamada de Joan diciéndome que estaba dispuesto para la inmolación despertó en mi el instinto salvaje, s'ha acabat sa pardalería. Bueno, exagero un poco pero no me quise quedar corto así que hasta Puigpunyent llegaríamos aunque fuera por carretera, el pas de na Ventalla y la Coma de s'Aigo nos estaban reclamando. Sería una repetición casi exacta de otra salida muy cercana en el tiempo pero con distintos actores. No quería que la ruta fuera un toma y daca protagonista-antagonista y para evitar el plantón en el caso de que el compañero optara por el abandono pasamos a recoger más personal por los toriles pero después de lanzar la propuesta no vi a los compañeros muy entusiasmados con la idea aunque decidimos recorrer la primera parte juntos para decidir en el último momento, y fue entonces cuando Juanga se nos unió ya que no quería acabar tan pronto, al menos lo nuestro era más largo y aunque venía un poco a ciegas le convenció más nuestra propuesta.

Así que en el cruce de Calvià el grupo se separó y nosotros tres nos fuimos a desayunar de asfalto hasta el pueblo. Nos habían pasado unos bikeros cuando estábamos parados y los pillamos en la fuentecita, no llegamos a dirigirnos palabra y siguieron hacia arriba mientras que nosotros optamos por la opción de subir sin sobresaltos tomando el vial cementado que enseguida te eleva a las alturas, y a más que llegamos si tras llegar al final enlazamos con la zona de Conques y seguimos siempre en dirección a lo más alto.

Qué diferencia el paso del bosque de un día para otro, un sitio muy refrescante a esa hora del día cuando aún las plantas conservaban la humedad y agua acumulada de la que había caído por la noche. Aproveché en el pozo para ponerle presión al amortiguador de Juanga que iba por los suelos, es normal que llevándolo a esa presión después se quejara de que iba duro. Subimos por una zona más despejada hacia el paso que nos costó ver en un principio aprovechando para comer algo arriba, más que comer fue picar, ninguno llevábamos lo suficiente para darnos un atracón, y menos yo que tuve que mendigar algunas migajas, y así y todo las compartieron.

No me hicieron caso después cuando les dije que pedalearan sin piedad por el siguiente tramo y los iba dejando atrás aún cuando nos reagrupamos varias veces. Rodeamos el puig de na Bauçana para ir al encuentro del camino que nos lleva a Calvià poniendo a prueba hombres y máquinas en ese magnífico tramo de camino empedrado. Desvío hacia la coma de s'Aigo y hacia allá vamos no sin antes tener que sortear el nuevo obstáculo instalado en medio del camino. Hay distintas teorías sobre su aparición en ese lugar y de lo único que estoy seguro es de que no la han puesto ahí solamente para colgar los letreros de caza.

Como podemos sortearla con cierta facilidad la dejamos como estaba y nos preparamos para afrontar el largo descenso que nos aguarda. Este no llega de repente, hay un largo trecho antes del descenso propiamente dicho por lo que nos disponemos a disfrutarlo debidamente y lo hacemos de una tirada de arriba abajo y hay unanimidad, es muy divertido.

En el ascenso al coll des Tords valoramos diferentes opciones, la primera es que es temprano y nadie quiere acabar tan pronto, así que medio estirando a Joan que ponía pegas nos plantamos en un santiamén en el coll des Vent para coger trialera de la izquierda y llegar al coll de sa Creu donde casi sin parar enfilamos por los recortes de la carretera hasta el cuartel poniendo un buen final a una buena ruta.

Por la tarde pagué con un medio dolor de cabeza la poca ingesta de nutrientes por la mañana y con agujetas la falta de kilometraje de las últimas salidas así que esta tarde he aprovechado para salir a rodar en esas dos horitas de que puedo disponer antes de que anochezca aunque de cada día son menos y pronto diré adiós definitivamente a estos paseos vespertinos, no será como una hibernación pero casi, así que mientras, a disfrutar.


Crónica de una petada anunciada

Parecía que estaba escrito en mi horóscopo con letra clara y concisa: hoy vas a petar. Entonces ya salí con calma desde casa y con la idea de subir lo menos posible. Me acerqué al Decathlon imaginándome que no me encontraría a nadie porque habían quedado para ir a la Comuna y el lugar de encuentro suele ser otro así que si no pillaba algún desertor iba a ir solo otro día más, pero había uno, Chus, con el tiempo justo para dar una vuelta por los alrededores, y esto es lo que hemos hecho, llegar a Son Malferit pasando por Bunyolí y él ha dado la vuelta en la misma barrera. Yo ya había podido comprobar que iba más parado que marchando pero sin forzar en exceso aún podría hacer unos kilómetros más.

Han pasado dos bikeros junto a nosotros pero no han hecho ademán de querer parar así que cada uno ha seguido su camino. Yo me he tirado por el empedrado hasta llegar a Esporles y me ha ido de coña porque me he cruzado con dos senderistas justo en la barrera y me la han abierto por lo que he podido hacer una bajada limpia de obstáculos de principio a fin.

Carretera hasta s'Esglaieta y Palmanyola (no me quedaba más remedio) hasta encontrar el desvío del hospital desde donde he continuado después por las vías del tren y justo ha pasado uno por delante petado hasta arriba de turistas, parece que la temporada aún se mantiene en pie. Para no ir por las vías he seguido por el bosquecillo de la derecha y está absolutamente trillado por los caballos del centro hípico próximo llegando hasta la misma puerta del área recreativa con los coches de los compañeros aparcados y los primeros domingueros ocupando algunas mesas.

Se me ha olvidado merendar, aún era muy pronto para mí, así que me he vuelto a meter por las vías para ir a buscar algún camino por el margen derecho y he seguido una pista que llega hasta Son Amar continuando después por territorio conocido cruzando torrentes, barreras y campos de cultivo hasta llegar al desvío de Son Reus.

Sabía que era pronto y no estaba para mucho más, quería más, eso seguro, pero no iba a forzar más de la cuenta, no serviría de nada y además es tontería. Lo que es seguro es que sea como sea estar montado en la bicicleta me divierte y me hace sentir bien a pesar de los pesares; no es deporte, es vida.


La Mola mola

El grupo de domingueros propone subir a la Mola de Planícia y me oigo a mí mismo preguntándome ¿porqué no? y a continuación inicio una serie de contestaciones a cual más negativa, que no voy a poder, que se va a hacer tarde, hace mucho calor, y demás cosas por el estilo pero ninguna me quita las ganas de intentarlo aunque este estío, con el cambio de día de salida, he aplanado los perfiles de mis rutas y he preparado algunas nuevas pero ya toca volver a catar altura, lo que no estaba seguro es de que fuera el día idóneo, aún sigue haciendo mucho calor y el cuerpo te pide moderación.

Decidí ir pero saliendo desde Esporles para afrontar el camí del Correu mínimamente calentado pero llegué demasiado justo a Esporles y además me encontré un conocido en el aparcamiento lo que me enredé aún más y eso que me comentó que habían visto pasar a Fibras con la furgo pero tenía la convicción de que esperarían unos minutos de cortesía por si aparecía alguien retrasado pero no, hasta salieron antes de hora por lo que cuando llegué arriba ya no estaban.

Como estaba seguro de que yendo detrás de ellos no los cogería enfilé hacia la pista ancha y confiaba en llegar antes al desvío. No las tenía todas conmigo ya que no me notaba en plenitud, ni en meditud diría yo, o sea que iba a dejar la última decisión de subir hasta arriba para última hora, si decidía que no me iría hasta Planícia y quizás por la Volta des General, que al menos es cuesta abajo.

Llego a la rampa primera y cuando me doy cuenta ya estoy pasando la pared, la han acortado, pensé, era una buena señal. Esperé al menos diez minutos y empecé a oír voces, eran ellos que llegaban, y como es de suponer me convencieron rápido y decidí subir hasta dónde pudiera, muy mal debería haber estado para irme solo. Recorremos unas curvas y me asalta una duda, me he dejado las gafas abajo así que recorro unos metros extra pero en general hago una ascensión decente. El camino, como siempre, sorprende por su buen estado y calidad. Marc y Fibras se retrasan un poco pero no paramos hasta els Aljubets donde llego el último porque unos metros antes me doy cuenta de que voy vacío de atrás y me paro a hinchar con mi bomba de amortiguador con lo que les doy tiempo más que suficiente para que lleguen los rezagados. Mi gozo en un pozo, cuando llego al punto de reunión voy deshinchado otra vez y tengo que poner una cámara nueva aunque esta vez hinchamos con una bomba decente y podemos salir rápidos. Eso provoca que nos distanciemos y como además a partir de este punto es cuando se necesita un punto más de fuerza para pasarlo decentemente y yo no lo tenía pues aún me iba rezagando un poquito más, y aún así se me hizo corta la subida, muy corta diría yo, no parar en el top uno es la clave, propiciado también por ir en grupo pequeño y compacto.

Tampoco estuvimos mucho rato arriba, el necesario para pertrecharnos un poco y empezar a bajar. Bajada que se hizo en varios grupos, Juan y Paco parece que bajaron más rápido por delante y Xavi y Fibras un poco más pendientes de los más torpes y esperando en algún punto intermedio, sobre todo después de pasar la pared donde me despeguéde Marc y parece que perdió las señales e iba un poco despistado, es una zona muy propicia para ello, me sorprendió que yo mismo no tuviera ese problema pero el trío nos manteníamos a la vista en los sitios más peliagudos.

Reagrupados en la segunda pared no volvimos a tener problemas de orientación ya que el camino es mucho más claro y sobre todo después de pasar por ses Rotasses donde es un camino de carro bastante rápido con algunas zonas bastante descarnadas donde no puedes despistarte en la conducción so pena de pagarlo caro.

Era muy temprano cuando llegamos a la intersección con el camí des Correu y decidieron bajar al Port des Canonge, yo no lo haría, solamente bajaría con ellos hasta la carretera y volvería al pueblo para aparecer por casa a una hora decente. El rampón ya es demasiado fácil aunque yo me revolcara por él por segunda vez consecutiva y decidieron endurecerlo un poco más tirándose por otro lado donde hubo de todo sin más consecuencias que unas buenas risotadas.

Ellos se fueron a catar la losa y yo volví por carretera hasta la Granja donde enganché el camino viejo de vuelta al pueblo aunque estuve un rato entretenido en el pont de sa Turbina escuchando un grupo en directo ensayando dentro del torrente con batería y todo, realmente surrealista. No había tiempo para más, escalones y para casa, donde por la tarde el cuerpo me estaba diciendo de que había tenido suficiente aunque en mi cabeza era todo lo contrario, todo me había pasado como si fuera en cámara rápida, por eso necesitaba más, si hubiera sido un sábado cualquiera hubiera bajado hasta el mar sin dudarlo, de todas maneras no pasará mucho tiempo antes de que vuelva a suceder.


II Quedada Maifren

A medida que pasaba la semana iban empeorando las previsiones del tiempo y he de reconocer que llegué a dudar de mi asistencia si las condiciones empeoraban mucho durante la noche aunque las previsiones eran las de una mañana estable con las tormentas localizadas al principio y al final, eso sí, comparando con otras páginas del tiempo había bastantes variaciones entre unas y otras, pero al asomarme por la mañana y ver el suelo seco ya vi que nada de lo anunciado sucedería así que olvidé lo visto sobre el tema y me preparé para ir a la concentración de los Maifren. En realidad no sé cómo llamarla, este tipo de eventos ha surgido espontáneamente organizados por grupos de BTT de la isla sin ningún tipo de ayuda oficial por parte de autoridades ni club deportivo, son eventos promovidos por personas particulares que se preocupan no sólo de anunciarlo en algún blog sino de que el evento tenga la máxima repercusión y un mínimo de logística para que los asistentes se sientan invitados a una salida especial y que vean y sientan que la ruta se ha preparado especialmente para ellos, éso evidentemente anima a otros grupos a seguir en esa senda y recoger el testigo de la siguiente quedada.

Llamémosle quedada o lo que queramos pero para una gran mayoría de bikeros es lo que se necesita para hacer piña, veo una gran diferencia entre estas salidas y algún otro tipo de acto organizado por algún club de la isla que es más una carrera encubierta disfrazada de salida para todos los públicos, y no hablemos del coste económico que supone la simple participación.

El recorrido tocó parte del realizado el año anterior esta vez en sentido inverso. No se pasó por Solleric directamente sino por Oliclar viniendo desde la Font Figuera por el tramo nuevo de camino restaurado. Recordemos que aún está pendiente la resolución definitiva de la posible prohibición del paso de bicicletas por ese tramo por parte del ayuntamiento de Alaró lo que obligó a una manifestación por las calles del pueblo pocos días antes de las elecciones y a pesar de haber aumentado la presencia política del partido del alcalde parece que el tema sigue estancado, es decir, no prohibido. Había quién ya opinaba esos días que el paso por Solleric (verdadero punto caliente del asunto) sería contraproducente y en esta ocasión se ha evitado, no así por el tramo restaurado ya que según recordamos el paso de vehículos a motor de gran cilindrada estaría autorizado, no así el de motos y bicicletas, motivo en el que se centraron algunas de las alegaciones presentadas contra dicha orden.

No los he contado pero éramos muchos aunque creo que menos (por poco) que en la anterior quedada, creo que la previsión tan exagerada del tiempo ha hecho recular a unos cuantos. Estaban los que estaban y la salida es con ellos que se hace, no con los que no han venido, así que impera el buen ambiente mientras vas cruzando presentaciones ya que algunos grupos nuevos van tomando forma y en estas concentraciones cogen impulso. Para otros se trata de un verdadero inicio de temporada después de un verano orientado a otros pasatiempos. Sea como fuere, allí estábamos para pedalear en compañía de otros forofos compulsivos hasta más no poder.

No me pidáis por dónde nos hemos metido porque no me he enterado bien al estar pendiente de otras cosas, lo que sí he visto son los letreros del Camí d'Alaró, bonito camino empedrado ahora en todo su esplendor. Creo que ya pasé alguna vez hace tiempo y no debía estar limpio como ahora, creo recordar que íbamos sorteando la vegetación (que me corrija Xisco si me equivoco), pero ahora ha sido ideal para conducir un gran grupo como éramos hasta las puertas de Alaró. Grande pero fragmentado ya que a la mínima que se podía los de delante apretaban y yo me he quedado casi siempre en medio rodando entre unos cuantos bastante cómodo y sin apreturas.

Un poquito de carretera para coger el camino que va a Solleric pasando por la explanada donde comimos el año pasado y ya me ha entrado el hambre, sería por los recuerdos. Justo al comenzar el tramo nuevo el pelotón se iba comprimiendo, empezaban las cuestas y algunos comenzaban a notar el desnivel e iban más patrás que palante, y no digamos después de pasar las casas de la Font Figuera y las primeras curvas donde la pendiente se hacía más acusada, no es una subida excesivamente difícil ni técnica, solamente en algunos tramos hay que forzar un poco más de riñones pero como para algunos era inédita no acababan de encontrar el ritmo adecuado y sucumbían, pero no solo las que no la conocían.

Arriba algunos partían por un sendero al otro lado de la pared y me animé porque no recordaba haber ido por ahí, de los pocos que me puse unas protecciones aunque tampoco hubieran hecho falta (debería quitar esta frase, no hicieron falta porque no me caí, es un sendero liso, rápido y divertido, pero te puedes hacer daño en cualquier sitio y después haberme arrepentido de no llevarlas puestas). Nos íbamos juntando con los que bajaban por la pista y casi todos siguieron por ella, nadie vino detrás de mí cuando me desvié por el sendero.

Algunos ya habían continuado cuando llegué a las casas pero como me quedé por allí un rato pude comprobar que faltaban muchos por llegar ya que bastantes habían subido a pata la cuesta anterior según me contaron. Faltaba subir el coll de sa Tanca Nova pero es por la cómoda pista que une ambas posesiones y además tiene la bajada asfaltada así como la subida hasta la placeta d'en Sión después la bajada la hicimos por este sustituto de camino llamado GR aunque más divertido que la propia pista y aún así algunos bajaban por ella.

Esperaba que el montaje del avituallamiento no estuviera lejos del cruce de Tossals para poder convencer a algunos de volver a subir hasta el refugio y bajar por el camí des Pinatons pero hicimos varios kilómetros de pista hacia Lloseta antes de poder empezar a hincar el diente al pa amb sobrassada (buenísima!) y a los pastelitos, pero eso es más para saciar la gula que otra cosa, y de paso elevar el azúcar, también, y si además lo complementamos con los refrescos azucarados y un montón de gente pasándoselo bien pues ya tienes los ingredientes que conforman algo parecido a la felicidad.

Partí de los últimos con Jauja y un colega suyo mientras que algunos habían salido rápidamente porque querían acabar de redondear el día con alguna subida extra, y su correspondiente bajada, desde luego. Unos dirigían la vista hacia el Penyal Gros, con algunas de las peores rampas con las que te puedes enfrentar sentado en una bici pero que después te recompensa con un circuito de descenso totalmente montado, y otros enfilaban hacia el castell d'Alaró para volver a bajar por las dresseres a toda mecha. Ahí ya cada uno eligió su final, nosotros volvimos al pueblo tranquilamente, solamente eran las doce, y algunos grupos se repartían por los bares celebrando tertulias o esperando la comida y la siguiente oportunidad de volver a rodar, solos o en compañía, de estos magníficos y variados caminos y senderos de los que podemos sentirnos orgullosos y responsables a la vez de poder disfrutar.

¡Gracias, Maifren!

Unas fotos sin crónica


En su punto justo

Van pasando los días y voy aplazando la salida de la tarde un día tras otro, y ésto unido a la intensa semana de curro hace que llegue al fin de semana más mal que bien y vaya rebajando la dificultad de la ruta al nivel de simple salida para estirar piernas, por ahora es lo que da de sí mi nivel de entreno. Así que cuando Jauja me propone acompañarme no le engaño con falsas expectativas de diversión o dificultad extremas, hay lo que hay y no se puede pedir más, aún así acepta y quedamos en pasar a recoger a los bous que se quieran apuntar a las ocho en el punto habitual.

Veinte minutos de arranque son necesarios para poner en marcha el pelotón aún a sabiendas de dónde vamos pero un pinchazo inoportuno antes de arrancar así lo exige. Yo también voy pinchado, me he dado cuenta al bajar la escalera del portal de casa pero no cambio la cámara viendo lo poco que se ha vaciado en una semana y suponiendo que con hinchar alguna vez bastará.

Salimos todos por la carretera de Valldemossa hacia el parc Bit para desviarnos hacia ses Rotgetes pero ya no llegamos todos arriba, Toni M. ha pinchado otra vez y tarda en reparar así que toca esperar. Bajamos por el camino que da directo a la carretera donde nos cruzamos con un colega y volvemos a parar otro ratito. Seguimos, y no hemos llegado a la carretera de Santa María cuando hay pinchazo de..., exacto, Toni M. Se desmonta la cubierta y se repasa concienzudamente al sospechar que el pincho se encuentra ahí pero no encontramos nada por lo que no queda más que meter aire para poder seguir rodando pero ahora dice que va frenado, parece que no logramos arrancar del todo.

Confiando en que esté todo en su punto nos vamos por asfalto hacia la carretera de Sóller para desviarnos por la entrada de Raixa. Mi intención era llegar a Raixeta pero desisto de la idea por las pérdidas de tiempo anteriores y continuamos por el camí vell hacia Bunyola, y no es lo mismo ir solo que en grupo, he comido polvo para varios días. De esta guisa hemos pasado por Bunyola y ya se habían activado algunas alarmas así que ha habido alguna deserción en la cantera mientras los demás hemos salido a comprobar la dureza de las rampas del innombrable; habrá que entrenar un poco más.

Seguimos por las voltetes para acabar en el sendero que rodea la montaña. Uf, te pone a cien, qué digo a cien, a mucho más de cien, ir tranquilo por ahí es un delito, a saco paco que te machaco. Hemos acabado en la urbanización hasta llegar a la carretera y buscar el camino rural que te lleva a Son Pizá, totalmente tranquilo en domingo, hasta las ovejas parecían saberlo, y ahí sí que había apremio por lo que hemos salido directamente a la carretera para recorrer unos metros y continuar ellos directos mientras Jauja y yo nos metíamos hacia el polígono de ses Veles con algún problema para salir por las barreras cerradas ahora con candados. Han acumulado gran cantidad de material entre ambas, o sea que puede ser esa la razón del cierre, no se me ocurre otra. Salimos de la zona por el acceso principal del Rafalot sin tener que saltar la barrera (se agradece) y vemos pasar el tren, (JC no sabía que no hacerlo es pecado) y proseguimos campo a través y ha sido cuando se ha acordado de que sí había pasado por allí en alguna ocasión aunque de ingrato recuerdo e imposible repetición, hoy en cambio hemos ido directos después de haberme perdido por la zona unas cuantas veces antes de dar con la tecla adecuada. Después ya solamente quedaba volver al punto de partida por caminos secundarios asfaltados con poca circulación.

Ha sido lo que se dice una vuelta de rodaje donde se tiene que exprimir uno al máximo aprovechando la bondad del terreno cosa que no ha sido el caso de hoy aunque para mí como si lo hubiera sido porque la paliza ha sido fuerte, en ese sentido el guión estaba muy claro y el haber hecho otra ruta con más exigencias hubiera sido una locura, sabía cómo me encontraba físicamente y hasta dónde podía llegar, que me perdonen si a alguno le ha parecido suave, poca cosa, otro día con un poco más de fuelle la podemos repetir a mejor ritmo. Y si no que se esperen hasta el día del estreno de la R42.

Esta semana tendré que salir algún día para mantener el tono si quiero no parecer un matado en la próxima quedada sorpresa de los maifren, ya sabéis, la que hay programada para el próximo sábado en Binissalem.