Planicificando

Me habían tentado (sin quererlo) con una pregunta inocente en un foro de mtb de la isla y claro, ante tan clara tentación, sucumbí al instante y contesté raudo, en modo offline, eso sí, discreción ante todo. Y como no todo se ve claro sobre el papel no queda más remedio que hacerlo sobre el terreno, que es mucho más divertido, todo hay que decirlo, aunque te cansas más eso sí. Lo que pasa es que debía ser en domingo y ése es un día que ya no me es habitual por lo que tuvo que haber consenso familiar. Conseguido éste ya solamente quedaba ponerse de acuerdo pero como era a cuatro bandas al final se acabó liando el tema y estuvimos a punto de no encontrarnos, más que nada porque al salir desde dos sitios diferentes debíamos agruparnos en un punto intermedio a una hora determinada. Cosa que se logró a pesar de los lapsus sufridos.

Ellos, los bous, eran un grupo numeroso; nosotros, los tres de siempre, y la ruta, quitando los kilómetros iniciales de asfalto sería rodar hasta Sa Campaneta, desviarse hacia el Coll d'Estellencs y desde allí bajar hacia Planícia para ir a conocer el mal llamado Camí Bord, para volver a Esporles por el Camí des Correu. Después me enteré de que ésa solamente era una de las varias rutas de la jornada, la nuestra mayormente.

Solo por llegar al desvío del GR ya se estiró el grupo y en la parte que se debe subir andando, más aún. Y aún más en el tramo, digamos de descenso, hasta enlazar con el camí vell d'Estellencs. Había gente bastante novata que no lo veía claro y eran muy cautos. Lo cierto es que no me enteré de que la mitad se había ido hacia Son Forteza hasta que hubimos merendado arriba del todo por lo que quedamos un grupo bastante reducido, cinco bous y tres toreros.

Tuve un par de ideas antes de salir, una buena y otra mala. La buena fue ponerme el casco con la cámara para grabar a mis compañeros en la bajada y la mala ponerme las gafas con cristales oscuros porque aunque hiciera sol entre sombras no veía nada. Lo estaba pensando cuando me vi volando sin bici, se me había ido de lado seguramente después de comerme algún pedrusco. Aterricé un poco más lejos, de nalgas; pero por lo menos estaba entero.

Tuve un pequeño desliz para encontrar el desvío correcto pero al tomarlo no tuvimos que preocuparnos más ya que siempre hay que seguir en la misma dirección. Esperaba ver en los primeros metros el ramal que nos acercaría al Salt pero no lo vi pero tampoco hacía falta porque nuestro itinerario se mantiene bastante nivelado hasta la entrada de Planícia, ahora señalizada con un poste junto al portillo de la pared medianera donde se empiezan a adivinar las primeras marjades de la zona de Es Salt. Ahora si vamos a tener descenso con unas curvas muy rápidas hasta enlazar con la pista inferior con un ramal directo al Salt a mano izquierda. Giramos pues a mano derecha disfrutando de un excitante paseo dejando un desvío señalizado hacia una de las pistas inferiores y seguimos por la de enfrente, mucho más sucia pero es la que nos llevará directos a las casas, dejando a mano derecha la bajada del Pas de sa Mola. En las casas nos entretuvimos haciéndonos unas fotos y a disfrutar del buen día que hacía.

Agustín no se acababa de creer lo de las dos barreras porque solamente se acordaba de tener que saltar una de ellas pero haberlas, haylas. Tampoco se entendían muy bien los motivos del cierre de ésas y del camino GR, pero lo están con todas las de la ley de su parte, pese a quién le pese. De ahí la creación (entre comillas) del rebautizado Camí bord o Camí nou. Y digo entre comillas porque poco (o nada) ha sido lo creado. Y mientras siguen apareciendo noticias en prensa con finales contradictorios en este asunto. Lo único cierto y visible es que las barreras permanecen cerradas, de ahí la necesidad de utilizar el trazado alternativo mientras dure el litigio, aunque esté sin señalizar. Aún así no tuvimos mayores problemas en seguir el trazado correcto aunque viendo el final tan extraño que tiene después de atravesar la antigua cantera-rossaguera, parecía buena idea bajar hasta la pista principal por alguno de los ramales de descenso que te vas encontrando. Ahí cada uno que elija, en mi opinión, si hay que continuar por el Camí des Correu, es mejor llegar hasta el final. Y en sentido contrario, lo mismo.

Llegados a este punto nos abandonan todos los bous excepto Juan Ribas que vuelve con nosotros a Esporles. Juan y Guiem, también pero prefieren ir por abajo. Carlos y Agustín van a llegar hasta el Port des Canonge pero los demás no podemos desperdiciar una buena sesión de pedales por es Correu aunque tuvimos que ir un poco més amb bones por el enorme tráfico senderista que había por allí, prácticamente en cada curva había un excursionista. Aún así nos lo pasamos muy bien en ese descenso y llegamos al mismo tiempo al aparcamiento con lo que la despedida fue doble. Buena salida de hermanamiento con mejor final. Muchos no conocían poco o mucho el itinerario y, en mi caso, hacía tanto tiempo que no pasaba por allí que podría decirse que apenas lo recordaba. Habrá que ir más a menudo.


P.D. Aquí el álbum completo de Carlos. Los videos tardarán un poco más.


Acabando los deberes

Hace tres semanas no acabamos todos los deberes y cuando uno se pone tareas hay que hacerlas. Así que he aprovechado este día para irme por mi cuenta a poner nota a esos caminos, en principio todos recorridos. Y digo en principio porque algún ramal me quedaba por explorar. Así que, ni muy temprano ni muy tarde, me he ido solo a Valldemossa esta mañana. Solo porque a última hora Juan ha preferido quedarse en casa y salir seguramente mañana (por domingo) con más tranquilidad, y nadie respondió a mi invitación para acompañarme en la exploración (ya saben que estas rutas a veces no dan muchas alegrías), por lo que he empezado la excursión yo conmigo más o menos a la hora prevista.

He obviado el tramo de los miradores (lo que me faltaba por ver lo vi la semana pasada) y me he ido directamente hacia la Comuna. Recalcar que en el sitio habitual de aparcamiento no había ni dios por lo que no preveía ningún encuentro casual, pero sí he tenido uno, con un bikero que venía desde la carretera, juntándonos frente a las casas de Son Mossenya. Rápidamente me ha preguntado varias cosas y dado que se dirigía hacia el Coll de Sant Jordi hemos subido juntos. Mientras lo hacíamos me he ido enterando de la película. Resulta que el tío ya venía de hacer el Camí de s'Arxiduc pasando incluso por el Mirador de ses Puntes. Es novato en el mtb (aunque no en carretera) y no conoce muchos caminos por lo que, al haber niebla arriba, ha optado por no arriesgar y no bajar a Deià, haciéndolo finalmente por Es Cairats.

Chafardeando de esta guisa hemos llegado al coll donde están instaladas las caceres y he seguido sin ver el sendero que rodea la montaña, pero eso daba igual ahora. En el desvío del GR me ha preguntado la hora y le he recomendado que bajara por la trialera y así lo ha hecho. Supongo que le habrá ido bien. Yo, como tenía que volver a este punto, he dejado la exploración del sendero de la izquierda que sube para después y me he ido por el conocido, por la barrera. A los pocos minutos, cuando he llegado a una especie de bassa artificial, he visto un sendero que venía a mano izquierda y he supuesto que era el que llegaba abajo. Más tarde lo comprobaría, ahora tenía que llegar arriba y me quedaba el trozo más empinado y más técnico, un tramo con numerosas curvas muy estrechas y muy cerradas, que da paso a un llaneo por la parte superior no exento de dificultad al ser bastante rocoso. Todo lo pasado andando entraba dentro de la previsión que me había hecho, ahora faltaba por ver como sería la bajada. Pues no muy complicada pero el primer tramo es un tobogán solo apto para los frenos más potentes y los bikeros más descarados.

No debería haber tardado mucho en recorrerlo si no hubiera sido porque en una doble curva que no he pasado a la primera, cosa que no es de extrañar, me he empeñado en pasarla correctamente y después de bastantes intentos lo he conseguido. Ha sido un pequeño logro del día. Llego al Coll de Sant Jordi y veo la barrera de Es Verger sin cadena. Era una tentación pero me he sabido contener y vuelvo por el camino ancho hacia las pistas que vienen de abajo. Salgo junto el forn de calç y he continuado recto por una pista semi abandonada. No he llegado muy lejos, hasta un rancho de carbonero donde termina y además pica hacia abajo, no me sonaba de nada por lo que he vuelto al punto de partida y he tomado otra que en realidad va al mismo sitio, y vuelta atrás otra vez. No me quedaba más remedio que tirar hacia arriba y un poco más adelante me he desviado a la derecha y ahora sí he llegado a la pared con un paso entre dos postes por lo que he llegado al otro forn en un momento.

Ahora venía un tramo duro, una fuerte subida por pista rota donde de cada dos pedaladas patinaba una. He salido de ella en la primera curva y me parecía que iba desencaminado. Tenía que abrirme paso entre las ramas y eso no era buena señal pero he llegado a una pared rocosa y me he confundido. La he trepado y tenía una vista estupenda de sa Baduia pero exageradamente cercana. Aunque no las tenía todas conmigo me he quedado allí un buen rato (ventajas de ir solo) y ya estaba seguro de que no era por allí, no podía pasar con la bici, una rama de arboçera me cerraba el paso y no podía continuar empujando la bici. Me he ido a dar una vuelta sin ella y efectivamente, por ahí no era por lo que he desandado lo recorrido hasta la pista donde he seguido subiendo lo que me faltaba hasta el desvío correcto.

El tramo siguiente es muy bonito, primero por camino ancho hasta la pared y después senderito hasta enlazar con el camino que viene de Valldemossa, en los colls de tords como recordaba pero los árboles caídos me impidieron verlo cuando subía. En el desvío del GR he merendado, me quedaba solamente subir por el camino de la izquierda y volver a Valldemossa. Mientras lo hacía ha subido un senderista-corredor que me ha preguntado precisamente por ese ramal y por él ha subido y yo detrás. Montar no se puede pero es un tramo muy corto. El hombre ha vuelto atrás porque no lo veía claro pero yo he continuado. Hay una pared con escalones a ambos lados para vadearla y después un tramo plano que empalma con el otro justo donde me había imaginado y justo al rato ha aparecido otra vez el senderista. Despedida y hacia abajo.

Lo tenía guardado y no salgas hasta el lunes que viene. He bajado por el que había subido, el nuevo, y sin pararme, por el GR. La verdad es que quería hacerlo mejor que la vez anterior (que además está grabada en video, ya me vale) y esperaba que el mini entreno anterior me sirviera de algo. La verdad es que he bajado mejor, no me he atrancado tanto como ese día, lo he visto con otros ojos, vamos. Pero bueno, aún me queda mucho por mejorar.

Eso sí, he acabado con las manos tiesas.


Caló de s'Estaca

Llevaba varias semanas dándole vueltas a la Ruta 40 y haciendo alguna salida para acabar de concretar itinerarios, pero todo en fin de semana, y como estos son cortos, pues la cosa se alarga más de la cuenta. Cierto es que podría redactarla ahora mismo pero quiero sentir las sensaciones de hacerla en el sentido que tengo pensado, y ver si realmente vale la pena, que creo que sí; otra cosa sería redactar por redactar. Pero cuando a principios de semana vi la salida programada de Xisco ya se me dividieron las ganas. Estaba el inconveniente de dejar pasar otra semana más sin acabar mi ruta pero los pros superaban eso y mucho más.

Reunión con los pobleros, con los que siempre me he sentido muy a gusto; ruta interesante y en las que me dejan siempre meter mano, todo hay que decirlo, y esta semana, además de mis compañeros habituales, se iban acoplando otros que no querían arriesgarse a encontrarse con una sesión de pateo forzoso en un itinerario desconocido en la ruta programada por el grupo habitual, léase Toys o poferos. Invité a Jauja y a l'amo Andreu a venir y el primero aceptó (el segundo tenía otros menesteres ineludibles), al menos no podrá decir esta vez que tuvo que madrugar. Espero que no le haya decepcionado la propuesta.

Así pues, los palmesanos (por decirlo de algún modo) hemos formado un grupito aceptable que juntamente con el grupo de fuera (diré pobleros pero es para abreviar, porque había de bastantes lugares de la Part Forana) hemos llegado hasta veintiún bikeros. Nutrido grupo, y ya se sabe qué pasa, siempre hay alguno con el que picarte en sana competición.

La ruta, directa al Pla des Pouet. Eso quiere decir empezar a subir sin calentar y ayer lo noté. Toda la subida hasta el Pla dets Aritges por el Pas d'en Miquel fue dura para mí, pero tampoco quise dejar de intentar subir montado lo que pudiera, y eso hizo que tuviera ganas de llegar a sitio para poder tumbarme y recuperar lo máximo posible. Supongo que el sobre de gel que me pasaron hizo algún efecto, y con eso y el descanso un poco más prolongado del habitual debido a una rotura de una patilla y el bocadillo hicieron que pudiera continuar con algunas esperanzas de no desfallecer en el intento. De hecho así fue, aunque tampoco sin heroicidades.

Quedaba por delante una larga bajada hasta el nivel del mar y la gente se iba animando y preparándose para disfrutarla. A mí ese gozo me duró hasta casi el desvío de la ermita, donde al intentar pasar entre dos piedras, golpeé con el cambio en una de ellas y lo doblé hacia atrás y hacia arriba. Alguna pieza quedó doblada pero la pericia de Semi logró dejarlo a sitio y pude acabar la ruta de esa guisa, poniendo una patilla de recambio, eso sí, que aunque fuera la doblada y posteriormente recuperada en una ocasión anterior la llevaba por si las moscas. Ya se sabe cómo son esas bajadas con mucho tráfico, no hay amigo conocido y el pique está servido, aunque tampoco fue una acción imprudente, de hecho ni noté el golpe con la piedra y creía que podía pasar perfectamente. La avería en el cambio ha sido de las más graves que he tenido, ya con la otra bici tuve algunas salidas donde la holgura del cambio me abría la cadena y tuve que abandonar y en otra ocasión una rama que se metió en los radios lo desgajó en dos. La otra fue del fondo de llanta que me cortaba la cámara justo en la válvula y en alguna ocasión tuve que volver caminando.

Solucionado el tema por Semi (cómo no!) en un santiamén más o menos corto la bici quedó en condiciones al menos de rodar y así nos volvimos a poner en marcha todo el grupo. Paramos un momento en el Mirador des Tudons y parecía que la opción de Miramar perdía adeptos. Ya era un poco tarde para hacer ese tramo si queríamos bajar hasta el Port de s'Estaca. De hecho cuando llegamos a la carretera así se hizo. Lo que no vi fue la entrada lateral para coger el tramo que nos había marcado Pepe en un track, cuando me di cuenta ya estábamos en la bajada del camí vell. Me fui a investigar un poco el desvío del mirador pero nadie me siguió y volví atrás para continuar bajando. Más abajo, en una curva está el desvío de la cueva pero tampoco fuimos, algunos pedían ya la hora.

Con toda la peña montaña abajo la bajada se me hizo muy corta hasta el mirador donde sí nos paramos unos instantes para contemplar las vistas, y no todos. Nos quedaba por delante el trozo que por lo que sabíamos sería el más complicado por la presencia de árboles caídos pero, cual fue nuestra sorpresa al comprobar cómo lo han dejado, impoluto, impecable, inmejorable. Una pista estaba en el mismo mirador aunque en ese momento no me dí cuenta, el pino por el que pasé por debajo hace dos semanas ya no estaba.

En la pista se decide por unanimidad llegar hasta el llogaret. Yo no había estado nunca y otros tampoco por lo que no hay muchas pegas (de hecho era uno de los motivos de aceptar esta ruta) aunque a alguno haya que convencerle, con buenas palabras, eso sí. Descendemos las últimas rampas de hormigón hasta las casas, donde dejamos todas las bicis y bajamos hacia el mar entre las casas, algunas de ellas con residentes en las terrazas conversando y aprovechando el buen día que hacía. Magnífico y privilegiado lugar, aunque situado en un entorno potencialmente peligroso por el riesgo de aludes de rocas o árboles desde las alturas. Eso no pasó desapercibido.

Al volver atrás un lugareño me comentó algo sobre las protecciones que aún llevaba puestas y eso fue el inicio de una pequeña conversación en la que nos enteramos de algunos hechos sobre el lugar en cuestión. Se nos fue un poco el santo al cielo y todos se habían ido ya. La pega es que algunos se preocuparon por mi avería sufrida y creyeron que podría estar volviendo andando ante mi tardanza. Mea, mea culpa. No fue así y el cambio no me dio ningún problema, cierto que tampoco lo usé, iba a piñón fijo cambiando solamente de plato cuando hacía falta. Carlos y yo fuimos juntando gente en el Camí de ses Vinyes y durante la subida por carretera y ese fue el grupo último que llegamos a Valldemossa cuando los pobleros ya se habían tomado las cañas aunque nos dio tiempo a despedirnos de algunos.


A colcar, collons!!!

Una semana y cientos de mensajes después la ruta aún no estaba clara del todo. Que si me voy por aquí o por allá, que si viene este o el otro, en fin, que no pasaba de proyecto. En principio tenía que ser una de aquellas de exploración montañera y eso quiere decir pateo y algunos nos desmarcamos desde el principio, por eso mantenía viva la opción de acabar lo que empezamos la semana pasada, aunque fuera repetir dos semanas seguidas. Al no haber quorum suficiente para la pateada Tomeu propuso hacer una que no había hecho y que tenía pendiente, la Volta a la Talaia de Cals Reis, pero en sentido inverso, y le vi buenas opciones. Más aún, me lo creí al ver anunciada la hora de salida, las ocho en Alaró, aunque luego la hora real de salida fuera casi una hora después. Esa hora nos faltaría al final, pero vayamos por partes.

Alaró a las ocho y un poco más llegando los últimos Carlos y yo. Los últimos de siete, ni pocos ni muchos, suficientes para que haya de todo. Lo primero fue el cortado en el bar para algunos, ponernos al día y calentarnos algo aunque fuera artificialmente. Lo segundo fue ir a ver las rampas de hormigón de sa Bastida. Algunos querían verlas de día, solamente las habían hecho de noche y no las tenían calibradas. Yo sí me acordaba de que no las subí enteras la última vez aunque tampoco era algo que me preocupara. De hecho las fuimos recorriendo bastante bien aunque tuve que parar forzosamente un par de veces, una por una salida de cala (cosa que me pasaría unas cuantas veces a lo largo del día) y otra porque me saltó la cadena, aún así arranqué de donde estaba por lo que puede decirse que las hice de un tirón.

Coll de s'Era, la gente se ubica, Potato prepara la cámara y Carlos se da cuenta de que no ha puesto la tarjeta de memoria en la suya, mea culpa, me la pasó para copiar las fotos de la ruta de la semana pasada y se la devolví el mismo sábado, por eso se olvidó. Hubiera estado bien comparar las dos grabaciones. Pero sigamos, primer tramo de pista hasta el desvío del sendero que baja hasta Coanegra y me entero de que algunos no lo conocen y lo disfrutan casi tanto o más que los que sí. Voy detrás de Tomeu, Jromán y Potato vienen detrás empujando. Durante el tramo de sendero le sigo pero al llegar al desnivel el piso es de tierra y voy haciendo patinaje y además con retención cero de frenada por lo que en la primera curva les dejo pasar. Después me dedico a bajar como puedo.

En una curva de la pista me encuentro a Tomeu que ha pinchado. La reparación no tiene más pegas que conseguir que la cubierta asiente hinchando con una bomba de mano. Más abajo, en el torrente lleno de agua, nos portamos bien y todos atravesamos sin mojarnos mucho los pies.

Yendo hacia Santa María se decide por donde se hará la subida hacia la Comuna de Bunyola, ya que en la ruta original la bajada es por el Cocó Peguer y ya sabemos que de subida se patea bastante, por lo que nos dirigimos hacia Es Cabàs y Cas Bergantet para atacar las durísimas rampas que nos acercarán a la Coma d'en Buscante, primero las de hormigón, por lo tanto las más fáciles, aunque la perspectiva de la casa desde abajo pueda inducirnos a pensar todo lo contrario pero si se atacan con confianza no tienen problemas. Teóricamente habíamos merendado antes pero solamente me había comido un plátano y un donette y al final eso fue lo único que comí, el bocata solamente vino de paseo en la mochila.

Después de esas rampas si que caminamos algo porque lo que sigue es muy duro y de mucha piedra suelta; prácticamente insalvable para un aficionado, pero después de pasar la barrera es otra cosa, ahí sí se puede intentar a tramos, y es lo que hice durante todo el trayecto, aunque mi entusiasmo no llegó a contagiarse. En cambio yo, tramo a tramo, me seguía sintiendo muy bien. Arriba paramos un rato y tampoco comí, aunque fue un error que afortunadamente no tuve que lamentar al final. Segunda tanda de opciones: cabra o no cabra. Mejor no, lo preferí así; alguien comentó que por el estado del piso pero yo pensaba en otra cosa, en el sendero que nos acerca al Coll des Picot al cual desemboca el de la cabra, el que siempre solía hacerse antes de descubrir la cabra, y el que nunca había vuelto a repetir desde que salgo con el grupo. Ayer lo hicimos y disfruté muchísimo allí, exprimiéndome para conseguir hacerlo todo montado, y casi lo consigo, continuando con las mismas sensaciones hasta lo alto del Coll des Picot, donde no tuve que pararme mucho pues ya llevaba las protecciones puestas y bajé sin entretenerme demasiado disfrutando lo máximo posible de cada metro recorrido.

Desvío hacia Ses Clavegueres pero esta vez con las gafas puestas; que peligro tiene ese tramo con las matas, algunas tienen las ramas particularmente duras y pueden llegar a desequilibrarte o fustigarte en la cara si vas muy cerca del de delante o un poco despistado. Después de la barrera algunos quedamos atrás y nos pasamos el desvío, eso nos hizo perder unos minutos y algo más por dentro del bosque cuando perdimos los hitos en alguna ocasión, aún así no esperaron mucho en la barrera. Barrera petadísima de público, ese sitio después de llover parece la Fira del Ram. Excursionistas, domingueros, rapelistas y corredores muy bien pertrechados, estos últimos todos extranjeros, supongo que con algún guía de pago de por aquí, aunque ciclistas no nos topamos con ninguno (miento, si, tres en Coanegra).

Preferí no tentar a la suerte atravesando el torrente a pie y subir con los pies secos, cosa que solo logré a medias, aunque sin llegar a inconveniente serio. Me planteé hacer lo máximo de subida posible montado y pardiez si lo intenté y hasta les dí la vara con ello (que me perdonen, solo era fruto del calentón del momento). La subida es muy exigente aunque en su primera mitad invita al desboque, tiene trampa, y hay que saber controlarse para llegar arriba con éxito. Yo no lo conseguí, aún así me sentía bien, hasta Potato me tomó el pulso, ciento treinta como mínimo, dijo, ¿tanto? A mí me pareció menos pero lo hicimos mal, no teníamos reloj pero uno de los dos debería haber cronometrado. Lo probaré otro día.

Llegamos a la pared de Es Rafal sin hacer mucho ruido no sea cosa que nos saliera el míster y cruzamos por el sembrado casi de puntillas. Hubiera dado igual si la congregación que había allí reunida, a juzgar por la cantidad de vehículos que había, en lugar de estar dentro de la casa o bien cazando por la zona, hubiera estado por las inmediaciones. Bronca segura.

Tercera variación sobre la ruta prevista, en lugar de subir a la Talaia, nuestra meta y leitmotiv de la salida, bajaríamos directos al pueblo. Había prisa por parte de algunos y faltaban ganas y fuerzas por parte de otros, creo yo, y ahí es donde nos faltaba la hora que perdimos al principio, entonces decidimos bajar por la Font de sa Bastida, bajada un poco más cañera que la nueva pista de Ses Artigues. Bajo el primero ya que de todas maneras me van a coger y cuando lo hacen y me pongo a rebufo me entra una rama en la rueda de atrás y me paro antes de que llegue el destrozo pero ya no está, ni la rama ni los de delante, y es cuando me coge Yarik pero por poco tiempo ya que un poco más adelante se queda sin cubierta en la rueda trasera, ha desllantado en un saltito y en línea recta, con la inmensa suerte de no caer trastabillado por su propia bicicleta. La reparación duró más de lo necesario porque las válvulas suelen quedar gripadas y no salen si no tienes herramientas, unos alicates, por ejemplo. Si no tienes un taladro a pilas tampoco vendría mal.

Bromas aparte, y menos mal que no pasó nada grave en ese incidente, puedo afirmar que quedamos muy contentos de la ruta y ésa y no otra es la finalidad última al realizarla, lo qué y con quién lo hagas. Eso sí, me consta que la próxima vez la haremos completa. ¿Verdad o no?


Tonteando por los miradores

La última vez (y única) que bajé por el Mirador de sa Rassa (en aquella ocasión comenté lo del nombre, como no hay consenso se empleará uno u otro, según sople el viento) me quedé con las ganas de averiguar que tal sería el ramal del camino que se dirige hacia las casas de la Font Figuera. Hoy lo hemos comprobado. Como eso sería corto había pensado en subir a la Comuna por la vertiente por la que normalmente bajamos, es decir, hacia el Coll de Sant Jordi. A falta de alguna propuesta de salida ésa fue mi decisión para este sábado.

Como había algunos tramos desconocidos quedé con Juan y Carlos a las ocho y media en Valldemossa para darnos un poco más de márgen para el error, que los habría. Y no tardarían en llegar aún antes de salir del asfalto. Quise reparar el eslabón que se me había abierto en la última salida y me pareció que lo había logrado pero no ha durado ni cinco minutos. Tras reparar salimos hacia la Font de s'Abeurada para coger el camino de carro que nos lleva hacia Son Moragues. Mi intención era ir recorriendo el interior del bosque para salir directamente en la carretera de la ermita pero no ha sido posible ya que hemos bajado más de la cuenta hasta llegar al estanque circular. Ahí hemos visto que están construyendo un camino muy ancho hasta con palas excavadoras. Un tipo que ha venido en sentido contrario, sin ni siquiera darnos los buenos días, nos ha leído la cartilla y ha seguido su camino aunque yo creo que no era ni siquiera de la finca. Así y todo hemos optado por bajar toda la pista hasta desembocar cerca de las casas adonde nos hemos dirigido y lo hemos visto todo patas arriba y me ha extrañado porque tenía entendido que allí había un restaurante. En una casa anexa había un obrero al que le he preguntado cómo llegar a la ermita y me ha enviado hacia la carretera, no sin antes ofrecerme agua de una fuente cercana. Muy simpático el magrebí, desde luego más que el paisano de la barrera de arriba. Le he preguntado por lo del restaurante y parece que la propiedad ha cambiado de dueños y están de reformas. Primer punto de la ruta, fiasco.

Un poco de carretera y para arriba, hasta la ermita y más allá, hasta las viejas. Un paseo. Y después del aperitivo, la bajadita hacia el Mirador des Tudons. Rápida, divertida y sin complicaciones. Para abrir boca. Volvemos a la carretera principal y recorremos medio kilómetro aproximadamente hasta el desvío del camí vell de s'Estaca. Rec en marcha y para abajo. El primer tramo que era el que recordaba más difícil lo he pasado bien pero en cambio en el segundo, mucho más revirado, atasco en las curvas. Es lo que hay. De esta guisa hemos llegado al Mirador de sa Rassa donde iba a empezar la exploración del nuevo itinerario. Juan no lo veía nada claro y Carlos no opinaba. Lo que en un principio prometía pronto ha derivado en un caos de piedras y árboles caídos que no han hecho más que complicar la situación. Pero aún podía empeorar y vaya si lo ha hecho porque además de desaparecer el camino arrasado por las rossagueres hemos desembocado en una selva de la que ha sido muy difícil salir. Lo que puede llegar a convertirse un olivar abandonado.

Bueno, una vez reagrupados en el Camí de ses Vinyes nos dirigimos hacia la carretera de la Marina para remontar los cuatro kilómetros de ascensión hasta la carretera principal. Parada en la meta (km. 1) para esperarlos y merendar un poco tras lo cual comprobamos que Carlos ha pinchado, subiendo y por asfalto, que ya es decir. Cámara nueva y a seguir aunque le surgen dudas y sin un poco de “apoyo” por mi parte seguro que habría abandonado al llegar al pueblo. Logro convencerlo de hacer la subida corta a la Comuna para volver a bajar enseguida. Ni sabe de lo que le hablo y por tanto, asiente. Juan pues más o menos igual, eso quiere decir, vía libre. O sea que sin parar en el pueblo empezamos la subida por el camino de carro que pasa por la casa de neu, que era uno de los objetivos del día, comprobar cuánto se podría subir montado y grata sorpresa, prácticamente todo, y con un poco de fe, todo.

En la zona del aujub tuve un lapsus porque hay un ramal que viene de arriba y creía que era la bajada que solemos hacer, pero no, un poco más adelante está la barrera, aunque no a la vista. Por ahí bajaba un excursionista pero su acento extranjero me aconsejó no preguntarle nada, pero sí lo hice a otro que subió por el primer ramal. Me habló de varias cosas que no me aclararon nada la situación por lo que se hará necesario ir a verlo por uno mismo. Otro día. Por hoy nos bastará la bajada por el GR. Por cierto, ha desaparecido el poste.

Carlos preguntaba qué tal era aunque sus opiniones las podéis oír en el video adjunto y como podréis comprobar también, mi técnica es muy mejorable. En estos sitios revirados y estrechos me falta espacio para maniobrar, aunque en teoría haya el suficiente. Yo diría que es consecuencia de llevar una mala postura pero puede ser combinación de diversos factores, todos negativos, por supuesto, pero el buen ambiente que no falte.

En resumen, salida fastidiada (entre comillas) por la exploración de varios tramos de los que no salió nada positivo pero que había que hacerlos algún día para averiguarlo pero también recompensado en otros. Yo creo que la semana que viene se podría ir a hacerla como estaba pensado en un principio, llegando hasta el Coll de Sant Jordi y volver. Da tiempo para eso y seguro que algo más.


La gran bufada

Había puesto el despertador más temprano de lo que realmente hacía falta porque quería llegar con mucha antelación al lugar de encuentro sin tener que coger el coche. Entre medias recogería a los compañeros de fatigas e iríamos rodando. Quería tener tiempo de poder saludar a algunos compinches y de fisgonear un rato por allí. No voy a nombrar a nadie en particular para no alargar esto en demasía, y que tampoco es necesario, para eso ya están las fotos, y desde luego no es por aquello de decir si nombro a uno sí o a otro no, ya ves que va a importar eso, aunque procuré saludar a todo aquel que conocía.

Uno de los objetivos de estas reuniones es conocer a gente nueva aunque pueda que ése sea el más difícil, ya que se tiende a concentrar la atención en la gente conocida. También que la gente se reencuentre, casi diría más que la ruta en sí, que en este caso sería un medio para conseguirlo, y el sábado vi muchos encuentros de ese tipo y yo mismo fui protagonista de uno de ellos con un amigo y compañero de rutas al que no veía desde hacía tiempo. Estuvo poco tiempo, ni llegó a subir al monumento, pero pudo revivir buenas sensaciones en el seno del pelotón.

La ruta, vamos a hablar de la ruta, y para ello voy a tomar una frase prestada de otro blog que circula por la red, que reza así:

Aunque multitud de bikeros habrán ya recorrido en muchas ocasiones estos parajes, puede que aún haya alguno que no se haya parado a pensar que puede disfrutar de un buen día de ciclismo de montaña al lado de su casa. También para todos aquellos que se hayan incorporado recientemente a esto de darle vueltas a los pedales les daremos una pequeña descripción de esta ruta y algunas de sus variantes.

Vale, lo sé, la frase es mía, pero es lo que tenía más a mano. Es la entrada de la descripción de la Ruta 1, que como podéis ver es muy parecida aunque más larga, casi como la que hice con Xisco no hace mucho aunque la tuvimos que acortar por las averías mecánicas, sobretodo pinchazos, pero precisamente por eso bajamos por la trialera de la cantera de Son Quint que no conocían y que disfrutamos todos. Entonces no hay mal que por bien no venga.

Decía de la frase anterior que eso mismo fue lo que se comentó por parte de muchos. Los que conocían la ruta se centraron más en otros aspectos, más personales, y los que no, disfrutaron por partida doble. Comentar también que aunque parezca difícil hubo quién tuvo alguna salida de track pero se reincorporaron al redil poco después. Ahí el grupo organizador estuvo impecable. Algunos salieron antes de hora para situarse en algunos cruces y dirigir el pelotón, además estaban comunicados con radios entre ellos por lo que era difícil cometer fallos.

Reagrupamiento en el monumento y en el Coll des Pastors sin apelotonamientos por en medio; la gente iba bastante distanciada unos de otros. Algo más de tapón hubo en el tramo hacia el mirador, como era de esperar, pero en el tiempo de pararme a ajustar la altura del sillín me quedé solo. No es que me importara, mejor, porque Carlos había adaptado un soporte de trípode en el casco para trabar la cámara y poder hacer un video de la trialera que venía a continuación. Y si él lleva la cámara algún otro tiene que ser el protagonista, no es verdad? Y así la empezamos a bajar. Estaba Juan un poco más adelantado, Monic también y algunos otros más, pero los pasamos antes de la primera curva; bueno, a Monic en la segunda, donde está el recorte y me parece que me eché encima (menos mal que es buena gente) y a Juan lo encontré casi al final. Estuvo muy bien.

Seguimos por ese mismo orden hacia el sendero que nos llevaría a la carretera donde no me esperaba encontrar lo que se había montado allí. Pancartas, furgonetas, mesas y gente preparando bocadillos y sirviendo bebida. Todo un lujo. Basta decir que cien tíos quedaron satisfechos. Solamente había vivido un caso parecido en una de las salidas con los menorquines, la primera, donde venían acompañantes que preparaban la intendencia y fuimos incluidos en el lote. No sé el tiempo que estuvimos pero se me hizo muy breve.

Venía a continuación una subida corta con un pequeño llaneo para acabar en las curvas que nos acercan a la torre. Ya de lejos se adivinaba un reguero de puntos de color que se movían pesadamente cuesta arriba. Desde lo alto ya todo iba a ser bajada por pista ancha y la gente se puso las pilas. Por allí encontramos a algunos que habían pinchado pero cualquiera paraba, egoísticamente pensando que si no podían resolverlo por sus medios algún bou acudiría al rescate. Yo no paré hasta el Coll de Son Marill, he de reconocerlo. Allí nos reunimos unos cuantos mientras iban llegando algunos a cuentagotas, muchos ya iban por delante y otros estaban parados en grupitos por la cuesta de cemento. Cuando vimos que no aparecía nadie más nos dispusimos a bajar por la trialera del coche quemado, aunque tuvimos que esperar un poco más ya que al arrancar abrí la cadena y además la monté mal. Pero nada, unos minutos más o menos no iban a variar mucho el plan.

Al final solamente cinco nos fuimos para allá. Parece que no es nada pero hubo varias caídas y además en el mismo sitio, en la curva. Aparte de las contusiones pertinentes parece que la cosa no pasó de ahí. Estábamos ya casi en el final, se había hecho corto y era temprano; por lo que podría haber pasado creo que no pasó nada. Estoy por decir que en la ruta de los pobleros hubo más incidencias (sin confirmar este extremo), aunque de la más grave nos enteramos abajo, reunidos con el grupo, una caída muy aparatosa, al parecer grave, de algún bikero sin confirmar la identidad. A los pocos minutos se aclaró el misterio, era Carlos de los Bous, e iban a recogerlo con la furgoneta desde Son Vida. Parece que al final fue más aparatosa que otra cosa aunque ambos, bicicleta y ciclista, resultaron dañados.

La opinión unánime es de que la organización resultó excelente, con gente dispuesta a perderse parte de la fiesta para que los demás la disfrutaran ya que al parecer había bastante gente de fuera, con lo que para ellos la ruta era bastante desconocida y no era cuestión de perderlos por ahí. Y como además a la gente se la conquista por el estómago en ese sentido se aseguraron de que así fuera. La ruta en sí era más bien sencilla, sin grandes desniveles que superar ni en sentido ni en otro, con la opción del final a elegir.


¿Quedamos?

Pues si, hoy hemos quedado una buena peña congregados por los Bous Bufats. De un tiempo a esta parte han surgido iniciativas de esta índole que le dan un aire festivo a esto de dar pedales, variando la rutina que cada cual lleva y que va interiorizando como todo en esta vida. Además, desde la aparición de numerosas páginas en las que los grupos o particulares nos muestran sus andanzas podría decirse que existe un acercamiento que, en estas ocasiones, se hace físico y presente.

Yo diría, desde mi caso, que a la primera que asistí fue a una convocada por Xisco por la zona de Formentor. Fue un atisbo de quedada, más bien una concentración entre algunos grupos y afines que logró reunir a una treintena de bikeros. Podríamos decir que fue un primer paso teniendo siempre en cuenta que estamos hablando de acontecimientos organizados por particulares, sin apoyo logístico por parte de empresa alguna u organismo oficial, y sin ánimo competitivo. Anteriormente había asistido a una marcha con un grupo de menorquines que estaban de gira por la isla pero era más bien en plan invitación a su salida.

No fue hasta bastante tiempo después que asistí a una trobada en Bunyola pero esto era en plan comercial y tampoco es que tuviera mucho éxito, a mi modo de ver. Además el grupo con el que fui se montó una ruta alternativa (como casi todos los demás) llegando al evento en su parte final.

A mediados de ese mismo año empezó la polémica sobre la nueva normativa del uso y disfrute del GR propuesta por el Consell que tuvo una gran resonancia en el mundo bikero de la isla, poniendo en contacto a mucha gente de la que solamente se tenía constancia gráfica, por así decirlo. La bicicletada de Esporles, dentro de los actos de la semana de la movilidad, continuó en la misma línea reivindicativa al mes siguiente. Y casi a final de año, repetimos con los menorquines.

No sé si entre la salida de Formentor y la que convocó Ruso2007 en mayo del año pasado hubo alguna pero lo que es seguro es que no fui. Apareció el anuncio en un foro con la pretensión de reunir a cien (o más) bikeros para rodar por Alcúdia. Al final no se consiguió pero estuvo cerca. Tampoco se consiguió en la siguiente que se celebró en junio en s'Estanyol, bien organizada por los Llucmabike y muy divertida.

Octubre estuvo bien cubierto por este tipo de eventos ya que se celebró la Sense Aturar, que aunque no es una concentración en el sentido estricto de la palabra, se le parece. Y apareció también el anuncio de una quedada organizada por los creadores de un nuevo foro de btt de la isla que se celebraría en noviembre. A estas no fui yo pero si pude presenciar el desembarco menorquín en la Mola de Planícia, desde la última fila, eso sí. Y creo que ya por esas fechas ya se empezaba a rumiar la siguiente, la que iban a organizar los Bous Bufats por la Serra de Na Burguesa.

Como veis, por ahora no parece que este fenómeno vaya a parar, aunque solamente fueran los mismos organizadores que ha habido hasta ahora los que se encargaran de las siguientes. Está claro que existe una propuesta más amplia en torno a las tiendas de bicicletas pero digamos que se restringen un poco más a sus clientes aunque tampoco son excluyentes. Juan Carlos desde Magaluf, Bimont, s'Escapada y otros clubs repartidos por toda la isla organizan eventos de este tipo. El último, y más abierto, es el que ha puesto en marcha Es Pedal, la Bunyola Xtreme 2010, no tan cicloturista como puede parecer, sino bastante más exigente. Hay para todos los gustos.